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martes, 26 de enero de 2016

La “mala leche” del Uruguay

 
            Dime con quién andas y te diré quién eres. El segundo gobierno de Tabaré Vásquez decidió acompañar al gobierno de Nicolás Maduro. Las relaciones con “el hijo de Chávez” las heredó de José Mujica, su antecesor; y Mujica, que destacó por el apoyo irrestricto a la administración de Hugo Chávez en tiempos de vacas gordas, llegando al hermanamiento y la solidaridad automática, heredó a su vez del primer gobierno de Tabaré Vásquez, las relaciones con el difunto. De tal manera que en ambos países la amistad gubernamental se han mantenido durante la última década básicamente porque quienes están en el poder son del mismo círculo.
            A pesar de que el actual secretario general de la OEA, Luís Almagro (ex canciller de Mujica y ex amigo de Maduro), uno de los uruguayos más influyentes a nivel internacional, desentona con la línea trazada por el Frente Amplio (coalición de centro-izquierda que llevó a Vásquez y a Mujica a la presidencia) convirtiéndose sorpresivamente en un fuerte crítico a las violaciones de los derechos humanos y al abuso de poder del “primer presidente chavista”, la administración del Dr. Vásquez ha seguido sosteniendo acuerdos en lo económico y en lo político con Venezuela… hasta que sonó una alarma.
            El gobierno de Venezuela adeuda desde el año pasado $95 millones a empresas lácteas del Uruguay. Las principales corporaciones que han sido afectadas son las siguientes: Conaprole, Pili, Claldy y Calcar. Ricardo de Aguirre, presidente del Instituto Nacional de la Leche, afirmó hace un par de días que “si no se cobra el dinero, estamos en quiebra todos”. Los productores de leche protestaron enérgicamente exigiendo al gobierno de Vásquez que exigiera a Venezuela el pago de lo pendiente, toda vez que existe un acuerdo bilateral firmado en julio de 2015 en el que Uruguay se comprometía a cancelar su deuda por concepto de petróleo (a precio preferencial) y Venezuela compraría $300 millones en alimentos. Vale destacar que el 70% de estos productores de leche son empresas familiares. Decía de Aguirre: “nosotros no estamos aquí (reclamando) por negocio, estamos porque (la producción lechera) es nuestra forma de vida”. A diferencia de Venezuela, país en el que conseguir un kilo de leche en polvo se ha convertido en una proeza titánica, en Uruguay el consumo de lácteos es amplísimo: anualmente se consumen 250 litros por persona.
            Pues bien, atendiendo el llamado y las presiones de Vásquez (y quizá del camarada Mujica), Maduro pagó $50 millones de lo adeudado con las lecheras. No obstante, se desconocen detalles sobre el cumplimiento del restante y, algo sumamente delicado y poco publicitado, es que Venezuela debe cancelar además $75 millones a empresas uruguayas como Fármaco Uruguaya, Laboratorios Lima, pinturas Promac  e Inca, Funsa y Urutransfor con la que se firmó un acuerdo de cooperación en mayo de 2013 en un encuentro en Montevideo encabezado por Maduro, Mujica, Almagro y Elías Jaua, para el suministro de transformadores eléctricos al Metro de Caracas.
            Siempre se creyó que la petrochequera venezolana nunca se agotaría. Ahora, los productores pagan las consecuencias. La “mala leche” del Uruguay es juntarse a un gobierno autocrático, que no respeta los DDHH y que no tiene idea del manejo económico. Si el pueblo venezolano está sufriendo en colas producto de la escasez, las expropiaciones, las mafias y el desmantelamiento del aparato productivo nacional, cosa ampliamente conocida en el Uruguay, ¿por qué Vásquez persiste en hacer negocios con Maduro? Las tajadas son jugosas, claro está. En los acuerdos, por ejemplo, se tasa el kilo de queso en $5,30 cuando en otros mercados más serios y responsables lo pagan en $2. Grandes ganancias y comisiones que ahora no se verán porque la deuda se traga todo y quienes sufren son los de abajo.

Ángel Arellano

lunes, 3 de agosto de 2015

Sobre el crecimiento poblacional


Dijeron (y nos convencieron de) que este país era rico. Rico por naturaleza. Rico por obra y gracia de Dios. Rico por bendición de la geografía y los minerales. No por el trabajo. ¡Nada de eso! ¿Qué es el trabajo? ¿Si somos ricos para qué trabajar?
También dijeron que el petróleo todo lo podía y todo lo solucionaba. El petróleo, mentor y rector. Jefe y fuente inagotable. Benefactor definitivo. No nos dijeron qué hacer, ni cómo. No hablaron de producir ni de crear con nuestras manos. No hablaron de sembrar, pescar, inventar, idear, estudiar. Llegó el petróleo y sólo había que cuantificar la ganancia.
Ahora… ni hacemos, ni trabajamos, ni producimos, ni comemos.
De todas las calamidades que colman nuestra sociedad hay una que me preocupa más, atormenta diariamente con pasmosa puntualidad: la densidad poblacional. Mientras en el país-circo todos observan la función, y los ladrones gobiernan, las mafias hacen negocios, el dinero desaparece (porque para colmo de males ahora hasta los billetes escasean) y los alimentos se encuentran sólo en las redes del bachaqueo, el número de personas aumenta sin ningún control. Nuevos venezolanos que demandan más asistencia social, más educación, más viviendas, más puestos de trabajo, más áreas públicas, más espacios de recreación, más calles y carreteras, más estacionamientos, más urbanismos...
En 1981 la población era de 14 millones y medio de habitantes. En 1990 superamos los 18 millones, llegando luego en 2001 a 23 millones y en 2011 a 28 millones (Fuente: http://www.ine.gov.ve). Hoy, por lo que dicen muchos, somos más de 30 millones de venezolanos.
Un país con apenas un pequeño número de escuelas operativas por encima de las que tenía hace 30 años, con un sistema de salud pública colapsado (tanto el oficial-institucional como el paralelo creado a partir de las Misiones del gobierno de Chávez), con servicios públicos en la cuerda floja por la calamidad del crecimiento excesivo de las barriadas, sectores populares, invasiones y ocupaciones ilegales que dan la vuelta al cerro con nuevos asentamientos que en pocos años serán más extensos y habitados que el pueblo o ciudad de origen, con una producción de alimentos infinitamente menor a la que tenía 16 años atrás; ese país, con esas condiciones, es el que crece en el vientre del embarazo precoz, de las matronas y de las familias que sin recursos económicos ni planificación siguen trayendo al mundo nuevas criaturas que vivirán en el caos existente.
¿Difícil de digerir? ¿Injusto? Capaz lo sea.
Si hay un problema que requiere discusión y atención en Venezuela es su desmedido crecimiento demográfico. Los niños, y los bebés que pronto serán niños, sólo ven y verán el desmoronamiento del proyecto socialista impreciso e ineficiente que colmó de calamidades a la nación.
Esta preocupación no es una novedad. Intelectuales de alto vuelo, y que estuvieron en puestos de comando del Gobierno Nacional años atrás, advirtieron esta situación alarmante. Resalto a Juan Pablo Pérez Alfonso y Arturo Uslar Pietri como dos eternos críticos de la política poblacional. Venezuela, que en un primer momento abrió sus puertas a emigrantes europeos y americanos, en procura de fortalecer su precaria mano de obra y capacidad profesional, hoy está desbordada por sus propios hijos. De todos nuestros males, el embarazo precoz ha sido históricamente desatendido. Y aunque muchos lo obvien, porque es un tema impopular o porque en un país mayoritariamente poblado por pobres no resulte “políticamente” atractivo (y hasta contraproducente), requiere que alguien, o mejor, que todos, le metamos el diente.

Ángel Arellano

sábado, 30 de mayo de 2015

Nos vemos en democracia: RCTV


Ocho años atrás, una masa de estudiantes se encontraba en las calles de toda Venezuela. El cierre técnico de RCTV bajo directrices del difunto Chávez, fue un episodio lamentable, que le dolió a la mayoría de la población. La otra parte del país, el remanente que aplaudía la medida, se encontraba hipnotizado por la retórica populista. En cierta forma, la sociedad sabía que le quitaban un bien muy preciado, pero no sería el primero, ni tampoco el último.
La agenda del autoritarismo arreció con la profundización de su proyecto político suprimiendo límites que antes habían sido preciados y protegidos por el sistema. Desde ese momento la relación entre el Estado y la prensa, pero además entre el gobierno y la ciudadanía, no sería la misma.
En su primer intento por consolidar el proyecto “socialista”, la revolución apagó la señal de la principal televisora del país. De ahí en adelante, la historia sería diferente. Los estudiantes decidimos salir a protestar no para proteger los intereses de una empresa privada (tal absurdo provino de la propaganda diseñada en la sala situacional de Miraflores), sino por el derecho a disentir. RCTV fue el símbolo de una causa cuyas bases estaban ancladas en la defensa de la libertad.
El programa de movilizaciones en toda la nación fue acompañado de un importante ingrediente filosófico: preservar la libertad de expresión es cuidar la democracia. Ese insumo bastó para que el escenario político tuviese un giro drástico. Recuerdo que en Anzoátegui la avenida Intercomunal y la Vía Alterna fueron escenarios de movilizaciones impresionantes que congregaron a miles de jóvenes del norte del estado. En el resto de la geografía destacaron concentraciones en El Tigre, Anaco y Puerto Píritu. Un hecho sin precedentes. La juventud de nuestra región salió a las calles al unísono.
A partir de ahí se construyó un liderazgo importante en todo el estado. Cientos de jóvenes ingresaron a diversos partidos políticos y otros permanecieron independientes en organizaciones que los formaron como dirigentes sociales. Muchos de ellos siguen en las calles con la misma emoción de hace ocho años, inspirados por el deseo de cambio.
Durante todo 2007 los partidos políticos no acapararon los titulares. El Movimiento Estudiantil, repleto de una dirigencia joven, inexperta, arriesgada e irreverente, estaba atestado de compromiso y valentía. Lo demostraba en sus posiciones desafiantes ante el poder, y por eso, ese año y el siguiente, la sociedad apoyó el liderazgo colectivo con el que los universitarios habíamos organizado los planes de activismo a los fines de permanecer enérgicos en contra del régimen chavista.
De inmediato, el Ejecutivo propuso la Reforma Constitucional y el CNE resolvió convocar su consulta en tiempo récord. La campaña fue veloz. El Movimiento Estudiantil con su escaso potencial logístico pero con una firme decisión de pelear contra el planteamiento dictatorial del gobierno, se impuso por encima de todo el aparato estatal que no escatimó en recursos económicos, amedrentamiento, abusos electorales y siembra de miedo para coaccionar a los votantes.
RCTV fue un antes y un después. En la víspera de su cierre nadie creyó que el verbo encendido de Chávez fuera a materializarse clausurando un medio tan relevante. Luego de ello, Venezuela pudo observar que el estreno del “Socialismo del Siglo XXI” era una representación a escala de todo lo que sería en el futuro inmediato: expropiaciones, confiscaciones, mal proceder, descomposición en todos los órdenes, ilegalidades y abusos.
Años después, nos hemos dado cuenta de que para bajarnos de este carrusel hacen falta muchas vueltas. Más valentía y más compromiso. Aun el chofer sigue un rumbo incierto. Y los pasajeros, aunque algunos saltaron al exterior a probar suerte, presionan desesperados el botón de emergencia que debería frenar las ruedas. La velocidad no disminuye y la próxima parada es el precipicio.
Para detener la hecatombe que se avecina, hay que juntar las manos, sumar, empujar. Orientar el esfuerzo. El cambio no cae del Cielo ni llega por la invocación de la palabra sagrada. El cambio somos nosotros y nuestras ganas de vivir en una sociedad segura, habitable y civilizada. Si no nos activamos con coherencia, determinación y audacia, no hay nada que nos indique que las cosas van a cambiar. Movilízate, el país quiere verse en democracia.


Ángel Arellano

martes, 28 de abril de 2015

En Venezuela hay hambre


            En la esquina, el perrero anunció los nuevos precios. Ahora el pequeño  cuesta 50 Bs. y avisó que dentro de poco volverá a aumentar. Un señor pagó los dos que había devorado hambriento con un billete de 100 Bs. y siguió caminando a su casa, 15 cuadras después. Los 20 Bs. de vuelto que antes recibía, servían para costear el bus a casa, pero se lo tragó la inflación. Tocó irse a pie, rezando para que ningún amigo de lo ajeno le quitara los harapos o el “vergatario”.
11,3% de los venezolanos están comiendo dos o menos veces al día. A 8 de cada 10 no les alcanza el dinero para comprar los alimentos para su hogar. La crisis hizo de la cola un punto de encuentro de todos los ciudadanos. La desesperación y la angustia son acompañantes de quienes andan de aquí para allá hurgando entre abastos, bodegas, buhoneros y bachaqueros para completar el mercadito del “diario”.
La hipertensión y la diabetes son hoy en día las dos enfermedades más registradas en la caótica Venezuela. Ambas, con altísima escasez de medicamentos, están asociadas al estrés, al ritmo de vida ajetreado y a la mala alimentación.
La carne de Mercal y el pollo de Pdval ya no están de moda. La mortadela se impuso con mucha ventaja. En los 10 principales alimentos del venezolano hay más carbohidratos que proteínas. Una nación débil que subsiste con muchos estómagos vacíos. En estas condiciones nuestro país no puede subirse al tren de la globalización ni seguirle el trote a los avances del mundo. “Venezuela es un lunar en la región” dijo hace poco el ex presidente del Perú, Alejandro Toledo.
La ficción del menú latinoamericano con el que Chávez proveía a los pobres, labrando jugosas importaciones  sobrefacturadas con las que hizo ricos a decenas de boliburgueses, desapareció. Terminó la ilusión de que todo lo importado era bueno. Siempre fue un espejismo. Llegamos a tener en una misma mesa el plato del ALBA: carne uruguaya, chorizo argentino, pollo brasileño, caraota nicaragüense, azúcar cubana, atún ecuatoriano y especias del Caribe.
Un estudio recientemente publicado por la USB, la UCAB y la UCV, destaca dos datos electrizantes: 11% de los ciudadanos consultados aseguraron sentirse angustiados o deprimidos todo el tiempo por la situación económica y 31% expresó haber experimentado tristeza por esa misma razón. Esta es una pista de aterrizaje para aquella campaña “Venezuela es el país más feliz del mundo”.
Al ras de esta situación y en el marco del primero de mayo, el Partido Socialista Unido de Venezuela realizará una rifa nacional a través de un juego de azar llamado “Raspa a la oposición”. Sí, tal cual. En alusión a los populares tiquetes de raspaditos que se usan en las loterías, el partido de gobierno simulará cómo su militancia “raspa” con una moneda a la disidencia. No se muestran preocupados por el hambre que desplaza al país hacia realidades vividas a principios del siglo XX. La misión del gobierno es continuar con su ofensiva, la que traerá más escasez, más inflación, más hampa, más estrés, más depresión y más caos.
Mientras todo esto sucede, a Maduro le pegan un mango por la cabeza y responde regalando un apartamento a la valiente que ejecutó tal maniobra.
Volvieron los tiempos del lactovisoy, el fororo, el menestrón, el zaperoco de maíz cariaco, el funche y el ocumo sancochado… Puro carbohidrato, cuando se consiguen.


Ángel Arellano

lunes, 16 de marzo de 2015

Tarjeta de racionamiento

La tarjeta de racionamiento se va imponiendo como necesidad

           Es común escuchar esa expresión criolla usada deportivamente para recrear nuestro desespero: “llegamos al llegadero”. No obstante, el llegadero no está cerca. El llegadero está caracterizado por cosas más cruentas, más espantosas. El fantasma de la rebelión anda flotando por la atmósfera y la campana de algún levantamiento artesanal sigue sonando entre líneas. Ahora bien, en el centro de este cuadro la ciudadanía sigue en la cola. Reza bajo el sol inclemente por un poco de alimento, alguna medicina y con suerte un repuesto para el vehículo. La escasez es pan diario. El circo ya no trae bolsas de comida, regalitos en efectivo o bequitas para embarazadas, presos, “buenandros” y cooperantes del barrio.
            En la cola se coge un número. No importa que se gaste el día, la esperanza se mantiene para comprar “lo que haiga”. El orden se rige por esa regla primitiva del último dígito de la cédula: el lunes compra el 1 y el 2, el martes el 3 y el 4, el miércoles el 5 y el 6, el jueves el 7 y el 8, y el viernes el 9 y el 0. Con algunas variaciones dependiendo del abasto, así funciona la mayoría de las bodegas hoy en día. Desde luego, hay un riesgo implícito: si la leche llega el viernes, el que compra el lunes se fregó; o si el café llega el martes, los terminales 5 y 6 “sejo…” porque compran un día después. Y así. Este mecanismo ha aderezado la indignación.
            El gobierno exhibe un logro: han disminuido las colas. Sí. En rigor ha descendido en algunos sitios el número de colas, pero ha crecido exponencialmente la “arre…” de la gente por no conseguir los productos. Esta estrategia opera como contexto para una medida aún más delirante, y para nuestra desgracia, más práctica: la tarjeta de racionamiento. Los ciudadanos que están agotados de no conseguir todos los rubros un mismo día preferirán, como ya se escucha en algunas colas, un mecanismo para poder comprar todo: “no importa, el día que digan, con tal de conseguir todo de un solo guamazo”. La tarjeta de racionamiento se va imponiendo como necesidad. De la perversa idea de ordenar las filas por números, los usuarios optarán por una credencial que permita adquirir un menú de productos básicos en un solo lugar, bajo una sola cola y en un solo día (si todo sale bien). ¿Descabellado? Puede ser. Pero práctico sí lo es. La tarjeta de racionamiento puede terminar no siendo impuesta por el gobierno, sino demandada por la base popular con una propaganda estimulante, símil de la campaña pro aumento de la gasolina, anti invasión yankee, etc.
            De manera que esta es una medida posible más temprano que tarde porque le resuelve un problema al gobierno con su incapacidad de abastecimiento. Lógicamente la aberración no será presentada como la restricción más profunda de toda nuestra historia republicana, para eso existen métodos, arreglos, decoraciones: tarjetas electrónicas. No es lo mismo dar una libreta la papel crudo como en Cuba, que una especie de tarjeta de débito para “el buen vivir”, el “buen abastecimiento”. Algún eslogan rimbombante. Se descarta para los próximos meses pues las elecciones de septiembre lo impiden. Carece de acento estratégico en medio de tanto caos. En el contexto regional, existe un argumento que será el más manipulado: mientras EEUU declara a Venezuela como país enemigo, la nación blinda a su pueblo con una tarjeta del “buen abastecimiento”. Falta mucho para el llegadero.

Ángel Arellano

lunes, 3 de noviembre de 2014

El reto de 2015


            Como en el camino hay de todo, no ha faltado quien obvie las elecciones parlamentarias de 2015, un episodio en el que inicia una nueva legislatura sin el predominio del Presidente Chávez y con un gobierno cuyos índices de aceptación se muestran tan por el piso que atreverse a levantarlos será un acto de encantamiento, suerte de reedición del “Dakaso”, en el que optarán nuevamente por poner el cuchillo en la yugular del país sin importar las consecuencias.
            La crisis nacional, la de la escasez, la del lamento por no conseguir los remedios para subsistir ni la medicina para curar la fiebre, mantiene la nube negra de la frustración sobre todos nosotros. Vivimos en ese pasaje de Doña Bárbara: “y la noche se echó sobre el rancho de Juan el Veguero… Donde un hombre tuvo unas vacas y se las robaron quienes debían protegerlo. Y tuvo tres hijos, que se los mataron el brujo, la culebra y las fiebres”.
            La última encuesta del IVAD evidencia la consolidación de la superioridad numérica de los opositores por encima del régimen vigente. Confirma lo que se ha gestado en los últimos meses: el rechazo más profundo a la gestión de Nicolás Maduro y del chavismo. La muestra, terminada el 17 de octubre, expone que 49,3% de los venezolanos quieren a los candidatos de la oposición en la AN y sólo 27,4% a los del oficialismo. 50,2% de los encuestados se identifican como opositores y 30,3% como oficialistas.
Mientras la canasta alimentaria familiar mensual brincó el cerco de los 25 mil Bs., Maduro decretó aumento de salario exclusivo para los militares por un 45%. Sin fracciones ni espera, de un solo guamazo. Distinto de los incrementos que dan al pueblo raso: primero 10%, luego otro 10%, después un 5%, y así… El hombre de los pajaritos rechazó las críticas a esta medida y dijo “defender a la Fuerza Armada por encima de cualquier cosa”. Es evidente el temor.
La informada periodista Marianella Salazar, haciendo alusión al triunfo de los colectivos armados en la expulsión del gobierno del ex Ministro Rodríguez Torres dijo, luego de corroborar con sus fuentes: “Lo que viene no es precisamente joropo sino enfrentamiento entre grupos de poder. Léase: colectivos vs FANB”.
En el caso de las parlamentarias, dentro del plan chavista está filtrar al máximo su gruesa lista de aspirantes para incorporar a rostros jóvenes de la revolución, muchachos de hacer el mandado, pues pocos, por razones obvias, han desarrollado independencia, personalidad y autonomía de vuelo en los vientos áridos del claustro gobiernero.
El PSUV se prepara con intensidad para la prueba de 2015. Su mayor reto es volver a tener mayoría de diputados gracias al sistema electoral actual que prioriza la sobrerrepresentación de las tarjetas únicas. En la maleta que llevaba la nana de Elías Jaua en la colita pdvesera a Brasil, además de la pistola que generó el escándalo, estaban algunos documentos que llaman nuestra atención. Cito el título de uno que debería resumir la ocupación del gobierno: “Elecciones Legislativas 2015 Documento Estratégico Asamblea Nacional Hacia una estrategia ganadora”.
Eugenio Martínez, en un análisis sobre el 2015, aclara: “No es cierto que la oposición obtuvo la mayoría de los votos en 2010. De ser cierto, el sistema lo hubiese sobrerrepresentado. En estricto sentido, lo que sucedió fue que los candidatos de la alianza opositora obtuvieron 47% de los sufragios (más afines llegó a 52%) y el PSUV capitalizó 48,5%”. El reto para ser mayoría, no sólo numérica, que ya lo es, sino en curules, es mantener la alianza en la tarjeta única y no permitir ninguna candidatura disidente o artesanal.
           
Ángel Arellano

lunes, 2 de junio de 2014

Combinación necesaria

 
         Las pasadas elecciones municipales en San Cristóbal y San Diego revitalizaron en el seno de la oposición nacional la creencia en el voto como arma fundamental para el rescate de la democracia.
Ciertamente son diversos los públicos, no siempre piensan igual los orientales que los de occidente, o los andinos que los llaneros, y ese ideal se desmenuza en localismos y diversas realidades en la ancha geografía. Sin embargo, el país nunca fue tan igual para todos como hoy. En eso coincidió el proceso electoral.
El Socialismo del Siglo XXI socializó la escasez, la carestía, el abandono y la injusticia. Socializó la decepción ante las instituciones públicas, el acceso a servicios paupérrimos, la desesperación en la búsqueda de empleos dignos que nunca se consiguen y distribuyó equitativamente los homicidios en los 23 estados para que fuéramos una República socialmente insegura.
Todas esas coincidencias crearon una sociedad venezolana mucho más igual que antes. Igual hacia peor, con la guinda del incremento de 21 a 27% de la pobreza según el propio Instituto Nacional de Estadística. Ahora bien, ¿será que este escenario de minusvalía económica y decepción general puede ser aprovechado en todos los rincones? Yo creo que sí.
En el territorio del optimismo no hay quien falte diciendo que con ese mismo CNE con el que San Cristóbal y San Diego barrieron abrumadoramente al chavismo y que por tanto en unas eventuales elecciones parlamentarias en 2015, de configurarse una Unidad perfecta, se repetiría el resultado.
Bien. Creo en la Unidad perfecta porque se ha logrado antes, creo en la denuncia social como impulso para motivar una respuesta masiva en votos ante el colapso del Estado, y creo en la organización comprometida de todos los factores para la defensa del voto y el resguardo de los resultados.
También creo que la política no sólo es lo electoral y la instancia que nos une debe hacer más y mejor activismo, así como un repaso a su estrategia comunicacional, pero eso es harina de otro costal.
Empero, y esto considero hay que subrayarlo porque no hay peor enfermedad que el olvido, recordemos sobre las parlamentarias que la distribución actual de los circuitos electorales es sumamente injusta y beneficia al gobierno. Prueba de ello fue 2010: la oposición con 52% no logró mayoría de curules y ahí está lo que se vive día a día en la AN. Un apartheid liderado por Diosdado Cabello al mejor estilo de Al Capone. Sin un nuevo CNE y la modificación de esa arquitectura, a menos que la oposición supere el 72% de los votos, no será mayor el cambio.
Para lograr este y otros objetivos planteados no sólo es necesaria la MUD, la Mesa de Diálogo, lobbies y otros movimientos. Tampoco solamente requiere de movilización de calle y protesta masiva. La combinación de ambos sectores, es la solución a mucho, por no decir a todo. Y esa solución pasa primeramente por el reconocimiento del otro.
Necesario es que La Salida, con su grandioso aporte a la movilización masiva de la población, reconozca la instancia del diálogo y la MUD como un requisito a cumplir, y a su vez la MUD transe agendas con La Salida para que sea un equipo homogéneo y efectivo. Hay que superar los protagonismos.
¿Acaso no es eso lo que da mayor pavor a Maduro y su combo? La Unidad real de la oposición es indetenible, y en medio de la crisis, la única alternativa para Venezuela es la que plantea la democracia porque a los rojos se les acabaron los conejos y los sombreros. Poco a poco decanta la unión de todos los sectores, hacemos votos por ello.
Reconocimiento, la palabra que hace falta.


Ángel Arellano
Twitter: @angelarellano

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martes, 8 de abril de 2014

El dolor de los jóvenes


         Tras las teclas que redactan las publicaciones de prensa y redes sociales, hay jóvenes desairados y entristecidos por la situación de nuestro país. Relatan lo que ven sus ojos, son parte de las trágicas estadísticas. Juventud víctima como los muertos en el barrio, presa del miedo que infunde la bota militar Ellos sienten al igual que todos, padecen nuestros males. Son, al igual que cualquier cristiano, una esponja más que absorbe el odio y la división que intoxica la calle.
            Y esa es la juventud que informa, que no sacia el hambre de decirle al planeta lo aquí sucede. Tiene claro el panorama. Sabe bien su objetivo. No quieren vivir en dictadura. No quieren ser propiedad de nadie. No quieren irse a la cama a sabiendas de que despertarán amordazados por no haber hecho todo en favor de rescatar la democracia.
Hoy las crónicas narradas sobre la Patria son vergonzosas. Cada expectativa positiva es apedreada por delincuentes que desde el estrado gubernamental no han bajado el volumen de sus groserías y odas a la guerra entre hermanos. Mientras en la calle se escucha el disparo, la sirena y la moto; en la nevera solo suena la jarra llena de agua y en el bolsillo muere el vacío silencio de la pobreza.
            Veo jóvenes comunicando historias que cuestan creer. Cuentos difíciles de digerir para el mundo y para nosotros también. Aunque haya una gente dispuesta a tolerar la dictadura por sentirse parte del menjurje del saqueo a los dineros públicos, receptores de dádivas o de un poquitico de petróleo, la abrumadora mayoría está excluida, sin futuros ni sueños. El gobierno hoy no representa a nadie. Dejaron de ser una voz para convertirse en criminales.
            En 39 hogares lloran el luto, más de 600 juntan medio para curar a los heridos, 66 familias sufren la indignación de tener a un hijo víctima de la tortura y casi 2000 sacaron a sus muchachos de la cárcel porque hay otros que injustamente siguen recluidos por protestar en contra de la patética realidad que vivimos como pueblo.
            Se han quemado cruces, asesinado mujeres, hombres, menores de edad y una esposa embarazada. Quienes disparan lo hacen sin remordimiento. Las agresiones son una gracia y la justicia no llega. Caen estudiantes muertos y al gobierno sólo le interesa que los gringos no los sancionen porque saldrá la lista de negocios podridos a costillas en el imperio que tanto han maldecido.
            Escucho el llanto de la impotencia, veo la mirada de indignación. Siento la molestia de mucha gente que no sabe qué será de sus días sin dinero, ni empleo, ni seguridad. Sin conseguir la comida, las medicinas y los repuestos para salir a buscar el sustento. El gobierno ha sembrado frustración y por eso cosecha rechazo.
            No sé qué hará el muchacho que estudia hoy fajado entre libros si mañana no habrá trabajo. No sé pa´ dónde irá el enfermo sin sutura que lo remiende. No sé qué hará la madre sin conseguir la bombona de gas, los pañales y el litro de leche.
            Una depresión terrible sufre mi pueblo. El dolor de la dictadura, el dolor de la oscuridad. Lo que le duele a Venezuela es lo que le duele a los jóvenes que luchan por ella en toda la Patria. La tarea sólo demanda unión y compromiso.
            La dictadura no resolverá este entuerto. De ellos nunca se ha visto iniciativa para bajarle dos al conflicto. La dictadura sólo manda y no le importa lo que suceda. Por eso no puede continuar, hay que cambiar este rumbo. El pueblo sabe de condiciones claras, la gente quiere que se reconozca al otro. La ley es para todos.

Ángel Arellano
Twitter: @angelarellano

lunes, 3 de marzo de 2014

El reconocimiento del otro

          Las sobreexpuestas pasiones políticas han caldeado el panorama hasta el extremo de sentirnos en un territorio en ebullición. No es para menos, se contabilizan 18 muertos, 33 torturados, más de 800 detenidos y una cifra de heridos no exacta producto de la misma trifulca en la que se ha sumido el país. Estamos a centímetros de una explosión inaudita, las masas siguen movilizadas con la consigna intacta de luchar por sus merecidos derechos.
            Vale recordar, a los apasionados del diálogo sin condiciones, tal como expresamos por esta misma trinchera de opinión la vez aquella que los alcaldes fueron citados a comparecer en Miraflores, que no ha existido muestra alguna de amistad por parte del gobierno delincuente. Los shows televisivos de Maduro no los ve nadie y la arremetida internacional contra la dictadura sigue avanzando.
            Sin condiciones, estimados lectores, no hay nada que hablar con los malandros que tienen el poder. Cuando los estudiantes exigieron más seguridad no sólo para sus destartaladas casas de formación, sino para todo el país, lo que recibieron fue disparos por parte de los paramilitares que operan Diosdado Cabello y el Ministro Rodríguez Torres.
Cuando se movilizó la nación entera pidiendo justicia, lo que recibió la ciudadanía fue abominables imágenes y videos de torturas, agresiones, ensañamiento y golpizas que nada tienen que envidiar a las dictaduras más encopetadas de este mundo. Maduro ha sido tan ramplón, tan vago y bruto en su accionar que no se ha dado cuenta que cada acto vandálico de la GNB, Sebin, Tupamaros y Colectivos “de la Paz”, quedaron registrados, documentados y reproducidos en todo el planeta.
            Sigue Leopoldo López preso, sigue Simonovis agonizando, sigue el Táchira sitiado, siguen muchos estudiantes y jóvenes detenidos, siguen impunes las acciones contra la protesta, sigue el cerco mediático, sigue el mismo CNE, TSJ y Contraloría General arrodillados a los gorilas, siguen los cubanos infiltrados hasta en los tuétanos del aparato público; no hay nada que negociar sin condiciones.
            La política, aun en los momentos más tormentosos y difíciles de la humanidad, destaca como labor de entendimiento para lograr el fin común. Trata de la moderación, la diplomacia, el entendimiento, la conversación entre los sectores de un pueblo. Eso no lo ha inventado nadie, eso está ahí, vivo en la hemeroteca de la historia. Obedece al reconocimiento del otro, del saber que somos ciudadanos de una misma nación y que como tales merecemos el mismo respeto y consideración.
            El gobierno se ha dedicado a tirotear ese sentido político. No deja espacio para que todos andemos, no deja sitio para que nos expresemos. Entonces, queridos lectores, no hay manera de dialogar con semejantes padrotes queriendo imponer su desastre a golpe y porrazo. El derecho a la vida está por encima de todos los derechos, y si Maduro y su combo no protege ni respeta el derecho a vivir que tiene cualquier venezolano, entonces él no tiene derecho a gobernar. Así de simple.
          15 años hablando de revolución y en este país se sepultó el término “imperialismo” cuando unos diputados norteamericanos hablaron de congelar las cuentas bancarias de los enchufados en Miami. Cumplan con las condiciones o seguirá esta llama en las calles.

Ángel Arellano
Twitter: @angelarellano

lunes, 3 de febrero de 2014

Grilletes en la educación


        Este año 27% de los niños en edad de preescolar no están en clases y 15% de los jóvenes en edad para el bachillerato no se inscribieron. Un millón de estudiantes de bachillerato han desertado en los últimos 10 años de Revolución Bolivariana y 800 mil no ingresaron nunca. Números reconocidos por el gobierno. ¿Las causas? Pobreza, falta de dinero para comprar uniformes, cuadernos, libros, transporte, carencia de instituciones educativas cerca de casa, inseguridad, falta de políticas educativas que eleven la calidad de docentes y estudiantes, infraestructura deteriorada y muchos otros ingredientes que se desprenden de lo antes mencionado.
La masificación de los barrios en epicentros urbanos y zonas rurales, además de significar un amplísimo desorden de servicios ha traído consigo una inmensa población en edad escolar que no está asistiendo a clases. Gran parte de estas barriadas donde se concentra la abrumadora mayoría poblacional no cuentan con instituciones educativas, y en los campos del país, la subdesarrollada y desasistida ruralidad, los niños y adolescentes deben caminar kilómetros, tomar un aventón o coger bus un par de horas para asistir a clases en las mismas escuelas y liceos de hace 45 ó 35 años.
Añadimos un elemento de análisis fundamental: las cifras oficiales son inexactas. Se manejan muchas cantidades pero la calidad está denigrada del ojo del Estado. Los números que se exhiben parten más del timbal rimbombante que anuncia “8 millones de alumnos arrancaron este año escolar”, la grosera cifra que pudiera atontar a los crédulos acólitos del oficialismo, que de una realidad bien estudiada.
¿En qué condiciones están viendo clases esos niños?, ¿quiénes son sus docentes?, ¿qué resultados estamos obteniendo?, ¿qué rentabilidad tiene para el Estado la educación que se imparte? Respuestas que tendríamos de un gobierno que se toma en serio el tema, pero no de quien coloca como Ministro a un abogado inexperto que inició su gestión hablando de que su misión estaba “más allá de la escuela”. Un pichón de galáctico.
La realidad muestra una Venezuela cada vez menos competitiva, con inmensas crisis en el área social, económica, política y que, de no hacer los correctivos concretos de inmediato, vivirá bajo la impronta de generaciones en la que los hombres y mujeres que no deserten del aula, tendrán un bajo nivel educativo y por ende menos acceso al mercado laboral. No sólo seguiría la importación de todos los productos que consume el venezolano, sino a largo plazo significaría una importación en desbandada de mano de obra calificada para cubrir las necesidades del mercado.
Un trágico problema nacional es nuestra poca preocupación por los temas educativos. En la cultura Patria está el béisbol, no nuestros académicos e intelectuales. En agenda siempre las horas se van en hablar de política y de economía, pero la formación de los niños y jóvenes queda rezagada para un próximo episodio. Mientras los países con mayor estabilidad y crecimiento económico de Asia, Europa y Norteamérica tienen la educación como primer punto de debate público, en Venezuela seguimos sumidos en el atraso con un gobierno cuyo Presidente de dudosa nacionalidad no es egresado de una casa de estudios superiores.
No es del azar que dos de los implicados en el asesinato de la Miss Venezuela Mónica Spear era menores de edad. Obviamente no han sido muchachos atraídos por los beneficios de la escuela, entregados a merced del hampa y no al de los cuadernos y libros. Es la mejor muestra del fracaso de la Revolución, todo un aparato dedicado a la promoción de la rencilla, venganza, revancha, confrontación política y no a los valores educativos y culturales necesarios para insertarnos en el primer mundo. La generación formada al calor del chavismo sale a las calles a asesinar sin ningún remordimiento, no conoce las bondades del estudio y del trabajo gratificante porque su ejemplo son maestros que ganan menos que los buhoneros.


Ángel Arellano
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miércoles, 20 de noviembre de 2013

La carta suicida


          Como última bocanada ante una enfermedad que no mejora, Miraflores ha decretado subastar los cachivaches que quedan en el estante ante la opinión pública a través de cadenas nacionales que llaman al saqueo y a la guerra pueblo/comerciantes. A punta de pistola Maduro aspira bajar los precios de manera estrepitosa para llegar a orillas inciertas el 8 de diciembre. La mal herida economía de la “Patria querida” sigue a la gestión del hombre del pajarito en sus finales suspiros antes del quiebre final.
            A lo largo de estos 15 años en revolución, los economistas se han paseado por diferentes escenarios y todos calificados como “el peor momento” que vive el país. Vale preguntar ¿es este en verdad el peor momento? De 1999 para acá con el radicalismo político, la constituyente, nueva distribución de fuerzas partidistas, mayoría oficialista en el parlamento en 2005, barril del petróleo por el cielo, reelección de Chávez en 2006, crisis alimentaria de 2009, crisis eléctrica de 2010, crisis penitenciaria 2010-2011-2012, y pare usted de contar, hasta llegar a la muerte de Chávez y acontecimientos actuales; Venezuela siempre ha podido estar peor.
            Algunos expertos refieren que la economía nunca muere. Siempre existirá una chispa de oferta y demanda que avive el motor productivo y sea ceniza para la resurrección del ave fénix. ¿Estamos ahora sí cerca de esa última chispa? ¿Es la carta suicida de Maduro de acabar con los pocos inventarios que mantiene abastecidos al país la gota que derramó el vaso para iniciar un 2014 atestado de conflictos sociales?
            El gobierno ríe en sus aposentos porque se encuentra Habilitado para afincarse en las medidas que generan empatía en los sectores más desposeídos de la nación. Capaz marzo, puede que abril, lo cierto es que en el segundo semestre del próximo año no habrá nada que comprar. Las únicas inversiones que se moverán como pez en el agua son la de los buhoneros que andan de cola en cola amaneciendo para adquirir electrodomésticos. Iniciando 2014 en vez de ir a un supermercado o una tienda común y corriente, el negocio será en los tarantines: “vendo harina pan, harina de trigo, aceite, leche, mantequilla, también tengo aires acondicionados, televisores, neveras, cocinas”. Hacia allá vamos.
            ¿Quiénes compran en las colas de la borrachera del consumo? Los que aprovechan. Siempre hay miles de hombres y mujeres dispuestos a pasar dos o tres días en colas para hacerse con algunos productos que seguramente no son de primera necesidad. El ausentismo laboral tocó el 28%. ¿Es esa la gente que marcará la diferencia en las elecciones municipales y votará agradecida por el gobierno? No. La situación económica del pobre es una ola que se ha elevado un poco al comprar algo muy barato pero que rompe estrepitosamente al regresar a casa y encontrar los precios volando por las nubes en la bodega junto al pasaje del transporte público, la ropa y el Niño Jesús.
            Al país le ha hecho mucho daño la mafia del cemento, la cabilla, el aluminio, las autopartes y todo lo que se importa en los “bolipuertos” (nombre correctamente acuñado). Los únicos que festejan el banquete de desgracias que tiene Venezuela es el grupo de enchufados que sacan desesperados sus fortunas en dólares a otras latitudes porque saben que el juicio final les viene pronto.
El diputado 99 resultó ser, como estaba previsto, el TSJ. A nadie sorprendió, por eso el ilegítimo reina en el desierto con una popularidad mediocre y un gobierno que se le cae a pedazos. Sacan de la jugada a varios opositores claves, porque en esta cruzada suicida, el PSUV sabe que saldrá bastante golpeado. Como lo ha dicho Henrique Capriles y Leopoldo López: “luego del 8D vamos por ti Maduro, con la Constitución en la mano”.


Ángel Arellano
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miércoles, 6 de noviembre de 2013

El legado de Chávez


           Inconsistente, incompleto, sin objetivos, metas, estrategias ni indicadores claros. Mucho balbuceo y poco resultado. Así es el Presupuesto Nacional 2014 propuesto por el incompetente Presidente.
            El ejercicio fiscal actual, bajo la entera responsabilidad de Maduro, fue estimado en Bs. 396.408 millones y al corte del 06 de noviembre el gasto va por Bs. 625.554 millones. Una pequeña brecha de aproximadamente 57,8% que no fue calculada ratificando así la incapacidad del régimen a la hora de llevar incluso su Plan de la Patria.
Vale agregar que la AN aprobó al ejecutivo de un solo plumazo Bs. 65 mil millones en un crédito adicional, lo que representa 16,4% del presupuesto total anual: cifra record en la historia venezolana para la modificación de la vilipendiada Ley de Presupuesto.
Para 2014 Miraflores plantea Bs. 552.633 millones, 11% menos de lo que llevamos en la cuenta del año que cursa. No hay que ser un erudito en los números para avizorar el inclemente déficit en las finanzas públicas que significará este instrumento que impulsa Maduro ante un país que vive las penurias de una inflación monstruosa y severos problemas que hostilizan el clima social.
Entre tantas calamidades, los enchufados direccionan un importante número de recursos económicos no para luchar contra la delincuencia ni abastecer los supermercados, sino para discutir el muy polémico “Legado de Chávez”. Desconozco si con este eslogan buscan hacerle mayor publicidad al muy oportuno libro del economista José Guerra que sintetiza la catastrófica gestión de Hugo Chávez en sus 14 años de periplos y mareas, o quizás representa un ahogado intento para atraer a las socavadas y divididas bases del PSUV en función de discutir algunos papeles viejos.
¿Qué ha sido para el chavismo sin Chávez el legado del difunto? ¿Cómo se resume en términos cuantitativos y cualitativos la gestión de gobierno si nos basamos en el legado del comandante eterno? Ante estas incógnitas, más innecesarias que objetivas, quiero recomendar el gran trabajo emprendido por Transparencia Venezuela (www.transparencia.org.ve) en mostrar las inconsistencias del gobierno rojo. También el libro Estado Delincuente (2013) de Carlos Tablante y Manuel Tarré, tiene un sin números de aportes contra un flagelo que ni Chávez ni el hombre de los pajaritos ha atendido: la delincuencia organizada.
El Legado de Chávez es que en 2014 el Estado invierta menos en educación integral que en 2012 y en educación universitaria menos que en 2013. Que la universidad más competente ocupe el puesto 400 del ranking mundial por la carencia de presupuesto. Que se produzcan sólo 13 libros por cada 100mil habitantes mientras que en Uruguay con algo más de 3 millones de personas producen 56. Que la deuda internacional venezolana sea heredada por las próximas tres generaciones. Que el modelo curricular de las escuelas, liceos y universidades esté 25 años desactualizado con respecto al mundo. Que la conexión de internet en todo el país sea la más lenta de América del Sur y las instituciones internacionales ubiquen a Venezuela como la nación más corrupta del continente. Que se gaste solo Bs. 4 millones a la lucha contra la delincuencia organizada y la última estafa conocida del Fondo Chino fue de $85 millones.
Heredamos de Chávez las cifras rojas en homicidios, armas ilegales, secuestros y motines en las mismas cárceles de hace 40 años. Este cuadro se amplía con los partidarios de Cabello y Maduro, quienes han trabajado día y noche para que el país se siga hundiendo contra viento y marea. Empero, tanta tormenta pasa en cualquier instante a un momento de sol. Todos los panoramas apuntan a que no habrá maroma que impida al PSUV tener un final terrible el 8 de diciembre. Violencia, inseguridad, apagones, escasez, inflación, son parte de ese termómetro electoral que arrasará capitales y ciudades importantes.
El legado de Chávez es en términos generales muy negativo. En vez de sembrar el petróleo como decía Don Arturo Uslar, se sembró fue el odio entre hermanos. Toda acción genera una reacción, y para muestra 300 protestas mensuales se promedian en Venezuela.



Ángel Arellano
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lunes, 21 de octubre de 2013

Quiniela del 8D



Hipnosis del gobierno, encantamiento de serpientes. Diosdado ha dado cátedras al teatro nacional de cómo hacerse pasar por un buen súbdito, pero ni en la televisión pinta todo tan ordenado, mucho menos cohesionado. El PSUV tiene una hemorragia de candidatos que ni con ametralladora ha podido acuartelar.
            La crisis económica es lo primero que Maduro ha mencionado en sus últimas 9 alocuciones. Se nota que lo trastorna, el poco sueño unido a la conspiración interna y la falta de soluciones con el tema de las divisas hicieron “crash” hace rato. La quiniela del gobierno para las municipales está sustentada en alcaldías rurales y en algunas capitales de estados cuyo poderío está sustentado en la nómina pública y las pocas ayudas sociales.
            En Venezuela se presentará un cierto dilema iniciando diciembre. Los rojos por primera vez van a unas elecciones tan desarticulados que la Oposición luce como Goliat. No hay rincón de este país donde el Cabellismo, Militarismo y Madurismo se muestre homogéneo. Las corrientes disidentes tienen militantes con matices de izquierda y derecha, dejando en el poder un centro-burocrático, que son aquellos funcionarios que por razones de quince y último se mantienen aliados al ilegítimo Presidente.

Ahora bien, no es que la quiniela de la MUD sea la que aplastará en todas las regiones de Venezuela, pero si nos amparamos en la percepción buena/mala, la MUD luce más “buena” que el chavismo sin Chávez. Al igual que en septiembre de 2010 donde muchos factores ajenos a la elección se enfilaron en función de quitar la mayoría electoral a los rojos, 2013 es escenario propicio para repetir la experiencia.
La oposición, cual caballo de Troya, está repleta de voceros que pregonan las 24 horas del día los síntomas de agotamiento y caducidad del actual régimen. Inflación acumulada en alimentos del 70%, inflación general anual por encima del 45% (y subiendo), el innombrable paralelo que pisó hace rato los 48 Bs. y el desabastecimiento del 21% dejó al gobierno sin trinchera distinta a los medios de comunicación temerarios de Conatel que cada día pierden sintonía a granel.
El eslogan de la MUD, QueNadaTeDetenga, ubica la batalla electoral en un campo de todo/nada. Ha impreso, por lo leído a distintos analistas de la comunicación y especialistas en el área, un empuje para contrarrestar la poca presencia en televisión. Las giras de dirigentes nacionales, contacto directo de los candidatos a alcaldes y articulación de un “Equipo MUD” suma un valor a esta campaña, que así como en el pasado 14 de abril, protagonizó el sentimiento unitario de un grupo de personas, con una causa común y un fin trazado que atiende un objetivo donde además la gente se siente parte porque en definitiva es la promesa de la solución general a los problemas nacionales.
Unido a este cuadro, el cambio de imagen del gobierno y sus cuadros municipales materializado en modificación de música, concepto, diseño gráfico, eslogan y vestimenta ha desordenado el mensaje que quiere los adeptos perciban. A estas alturas del partido se hace titánico captar nuevos votantes para la causa del PSUV por algo tan simple como que las gestiones locales han sido un desastre. En este renglón del Estado la gente no ha sido tomada en cuenta y el abuso de poder ha signado los últimos años el trabajo de alcaldes, concejales y funcionarios rojos.
¿Sabes usted cuántos Edgardo Parra andan sueltos en sus sillas de súper alcaldes omnipotentes e impunes? Difícil dejarla pasar.



Ángel Arellano
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martes, 27 de agosto de 2013

Algo huele mal en Anzoátegui (II)



           El debate como siempre trae sus argumentos buenos y malos, positivos y negativos, afines y opuestos. Pero es sano. Tan sano que presta su espacio para que afloren situaciones no antes vistas por ambos sectores. Y es que si algo se perdió en este país gracias a la Revolución Bonita, fue el respeto por ese debate constructivo que permite avanzar.
            Hoy el PSUV muestra un déficit de conversación, diálogo, entendimiento. Hace tiempo que dejaron de escuchar a su gente. La nómina sólo es usada para hacer bulto y beneficiarse de las dádivas que dejan los peces gordos. Pero el resto, la base pobre que sostiene (o sostenía) la cada vez más disminuida votación chavista, sigue llevando palo.
            En el plano regional, 21 equipos municipales del partido de gobierno echan candela. No hay un hueco de Anzoátegui donde el PSUV no se haya presentado dividido. Descontento, mucho descontento. Sobra quien objete y critique las candidaturas a concejales y alcaldes que presentaron. Ahora el enemigo electoral no es exclusividad de la MUD. La oposición interna, vestida de rojo, ha puesto a correr a más de uno.
            Entre alcaldes que no van para el baile de reelección y concejales que salieron como corcho de botella, se pasean las consignas desmotivadoras que no lubricarán esa gigantesca maquinaria que a billete limpio y bajo la sombra de Chávez, cristalizó la victoria de los rojos en diciembre pasado.
            Nelson Moreno, en recientes declaraciones, reivindicó cada uno de los nombres que el PSUV inscribió en el estado. Dijo que no hay nada que revisar. La nueva voz cantante ante los temores de la enfermedad que padece el gobernador.
Queda ese hervidero de reconcomios vivito. Magglio Ordoñez es uno de esos personajes que se estrena en la política nada más y nada menos que en la alfombra de Puerto La Cruz, una ciudad donde el chavismo luce bastante tosco y falto de orden.
            Así nos vamos paseando por la geografía de nuestro estado. Vamos por la costa hasta llegar al oeste y observamos personajes dignos de un portarretrato. El actual y fugitivo alcalde de Puerto Píritu, Axel Rodríguez, acorralado por la Comisión de Contraloría de la AN, no apoya al nuevo candidato Psuvista. Inventó mejor darle la mano a un dirigente sindical que se lanzó al agua en Peñalver.
            En Bruzual, el pésimo alcalde embadurnado en quejas, desastres y una gestión nefasta, optó por respaldar oficialmente a un individuo sumamente desconocido y cuyo logro más posicionado es la división del PSUV. El Tigre vive un lamentable fraccionamiento de sus bases con un gerente de Pdvsa de nombre Jesús Figuera. Anaco persiste una sostenida protesta por el descalabro de “Frasso”, y en Pariaguán repite en su postulación Tomás Bello al igual que Rita Jiménez en Píritu.
            Es de entrever que la masa no está para bollo y que el chavismo es una ola bien revuelta. En la talanquera el contador se averió de tanta saltadera. De tanto aspirar la mayoría se quedó con los crespos hechos. Para nada tanto consejo comunal, comuna, comité de base, unidades de batalla y cuanta nomenclatura ridícula se haya inventado estos últimos años.
Lo cierto es que el chavismo no cuaja, desentona. Y al igual que su circunstancial líder en Miraflores, está tan vulnerable, que cualquier brisita les puede arrancar un buen lote de alcaldías.

Ángel Arellano
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miércoles, 7 de agosto de 2013

Paracaidismo y maquillaje


Todos cómodos en sus respectivas butacas porque en el quirófano de país inició el proceso de postulación para las 335 alcaldías y sus respectivos concejos municipales.
El gobierno dio inicio a este magno evento con rasgos propios de un reality show. Sus primeros nombres para ciudades que generan altísima opinión pública no son otros que el animador Wiston Vallenilla para Baruta, el también presentador de televisión y filósofo Miguel Ángel Pérez Pirela para Maracaibo, el pelotero Antonio “El Potro” Álvarez para el mirandino municipio Sucre y su colega beisbolista Magglio Ordoñez para Puerto La Cruz.
A todos los une una genuina característica. Más allá del profeso amor por Chávez y la naturaleza propia de paracaidistas, están ligados por la sencilla razón de que ninguno vota, ni reside, en los municipios encomendados.
Aunque la plataforma comunicacional chavista financiada con el Presupuesto Nacional buscó desmontar cualquier matriz negativa amparándose en el relevo que significan estas promesas “juveniles” para el país, no hubo trinchera que guardara el descontento generalizado en las bases rojas por el aterrizaje forzoso de estos recién llegados.
El oficialismo convulsiona. Tanto líder de base, tanto consejo comunal, comunas y publicidad gastada en “El Pueblo” para terminar nombrando sólo a personajes con tarjeta VIP en el salón de los enchufados. Es imposible no pensar en un revés impresionante para el 8 de diciembre. El pase de factura y el salto de talanquera volverán a colmar primeras páginas de esta Venezuela herida.
No falta quien considere que hay movimientos de Miraflores, o de Diosdado (no sabemos a ciencia cierta quien tenga más voz de mando en la agenda) que se anclan en la directriz de sacar del medio a cuadros bien vistos dentro del gobierno. Algunos sectores han reconocido la labor de Dante Rivas frente al Saime, INTT y ahora Minamb; así como la de Francisco Garcés frente el Ministerio de Transporte. Pero el gobierno penaliza aquel que pueda ejecutar una maniobra con un milímetro de amplitud o eficiencia. Así han salido muchos, para darle paso al maquillaje y al secador.
Los meses que restan de este turbulento 2013 carecen de matices de recuperación económica. Mientras exportamos unos $615 millones al imperio capitalista, importamos de ahí mismo unos $12 mil millones.
Maduro adolece de escasez, inseguridad, inflación. Trata de resolver los problemas aupando tempestades en las instituciones nacionales cavando una profunda tumba. No es amigo del empresariado, ellos sólo "han de tragar sapos vivos para mantener sus negocios pero no le comunican un ápice de legitimidad al hombre que vegeta en Miraflores", como diría Carlos Blanco en reciente texto.
Y para mal de males, la lucha contra la corrupción desplegada rimbombante en televisión es resumida en una breve y rodada mancheta: “Que Maduro marche contra la corrupción es como que Maradona proteste contra las drogas”.
Arrancaron, ahora sí, las municipales. No exclamemos “¡vamos a ver qué pasa!”. Sería cobarde e irresponsable. Reiteremos: “A participar todos, no dejemos espacios vacíos”. Salud y paz.


Ángel Arellano
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