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domingo, 24 de junio de 2012

El odio, un sentimiento decisivo

Así como un sentimiento que altera la conducta humana, el odio dentro de nuestro país es una realidad. Ha podido dividirnos y generar zozobra en quienes menos tienen que ver con la crisis de ingobernabilidad que vive Venezuela, por ello el alza de los no alineados, quienes suman dificultad al pronóstico de los escenarios electorales que se avecinan en la nueva campaña.
Palabras más o palabras menos, la sociedad se encuentra partida en tres bloques que todos los sectores han reconocido. Un aproximado del 30% de los electores se inclinan hacia la oposición, otro 30% se inclina hacia el oficialismo (aún hay muchísima gente que ve bonita esta “revolución”), 10% con rasgos que se identifican con la oposición, 10% con rasgos que aceptan la actual gestión del Gobierno Nacional, y un 20% neutro que se mueve según emociones cercanas al día D.
El odio es disgusto, aversión, repulsión, antipatía, todo lo contrario al cooperativismo, amistad y equilibrio. Incluso en los modelos ideológicos, el odio es una característica emocional del rechazo del capitalismo hacia el socialismo y viceversa. Es decir, un factor socialmente determinante para acabar con una propuesta o con la otra.
En nuestra nación el odio se convirtió en algo popular. Todo está dividido producto de la separación entre la sociedad abiertamente opositora y la abiertamente pro gobierno; dejando un vacío en el que se ubica ese 20% decisivo el día D, que se movilizará en favor del bando que menos odio transmita a ellos.
Para quienes no pertenecen activamente a la contienda político-electoral de hoy día, o sencillamente no se identifican con el acontecer político, el odio entre los polos 14 años opuestos, genera frustración, disgusto y estancamiento.
Veámoslo así: el Gobierno Nacional dejó pasar por debajo de la mesa el reciente nombramiento de Rafael Reif, ingeniero venezolano nacido en Maracaibo, como presidente del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts, sin duda un logro académico sin precedentes para nuestra nación, noticioso en toda Latinoamérica, pero en Venezuela sus representantes prefirieron tocar otro tema. Esto para la vocería gubernamental significaba avalar a las instituciones norteamericanas y la participación venezolana como importante recurso humano en estas latitudes, por tanto no era estratégico hacerlo.
El piloto venezolano de fórmula 1, Pastor Maldonado, fuertemente apoyado por el Poder Central, luego de importantes logros en su carrera, mantuvo a todo el país en ascuas peleándose su entrada en el podio del Gran Premio de Europa celebrado en Valencia, España, el cual terminó en un accidente que no le permitió concretar una llegada victoriosa, sin embargo concluyó en el puesto número diez y seguirá compitiendo. Para sectores radicales de la oposición el accidente fue producto de la inmadurez del piloto y se realizaron fuertes comentarios en su contra aupando a la burla contra el criollo.
Ambos hechos fueron totalmente reales y con amplia cobertura en medios de comunicación, llegando a millones de hogares venezolanos. En este par de situaciones se puede ver claramente la irradiación de odio de un bando y de otro, impactando en ese 20% necesario para lograr un cambio en positivo.
No sólo la selección de futbol nacional puede ser un imán de la reconciliación entre opositores y oficialistas, a nuestro pensar el sector que más sepa proyectar los logros de los venezolanos, sin distinción por su proveniencia, podrá sumar más adeptos, porque si hay algo claro en toda la polémica electoral es que a Venezuela le gusta triunfar y anotarse a ganador.

Ángel Arellano
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lunes, 18 de junio de 2012

La pegada de HCR



Es momento de apartar los comentarios negativos y acciones dañinas a la campaña Presidencial. Mucho rollo hay de por sí en el Comando Carabobo con la inestabilidad en materia de salud del Comandante, como para estar trayendo malas energías al bando de la Unidad.
Apuntamos este comentario con la estricta finalidad de marcar distancia con los reiterados redactores de oficina que dedican todo su esfuerzo a hacer daño a la actual participación de Henrique Capriles Radonski (HCR) como abanderado de la MUD ante el histórico episodio del 7 de octubre.
Muchos de estos vencidos personajes están en el exterior, otros en las entrañas de columnas de opinión tóxicas o cuentas parlanchinas en redes sociales que no han hecho aporte alguno a la opción democrática. Desde este espacio pretendemos diferenciarnos y crear un escenario de divulgación y contribución sobre la actual campaña en favor de la democracia.
Según el profesor universitario y especialista en lenguaje político, Nelson Acosta, en entrevista concedida a la periodista Ana Vanessa Herrero para un portal web: “El relato del candidato (HCR) ha mejorado, y su pegada electoral está siendo efectiva”. Esto, como conclusión a varios argumentos en cuanto a las palabras, modismos y tonos empleados por el postulado en sus alocuciones.


Es claro el avance que el elegido del 12 de febrero está teniendo en el desarrollo de su batalla campal contra el abuso publicitario y de influencias que el Gobierno Nacional enfila en su contra y eso nos llena de ánimo para seguirlo apoyando.
Aún queda mucho por recorrer y mejorar. Uno de los aspectos a nuestro criterio que debería evaluarse para su posible modificación es la utilización del silencio como un elemento en la oratoria de HCR. Son varios segundos los que se esperan para unir frases u oraciones lo cual genera un cierto desatino en el público que está a la expectativa de una emotiva palabra que despierte algarabías y fuertes elogios.
De igual manera, sugeriríamos, llenar más de sentimiento regional el discurso de nuestro candidato. Nos atreveríamos a decir que aterrizar un poco más el mensaje en la realidad local de cada visita con anécdotas, hechos destacados (históricos o noticiosos) y realidades vividas por los habitantes, llenaría más de empatía el contexto donde se desenvuelve el discurso.
HCR es hoy uno de los grandes conocedores de nuestra geografía, demostrado por demás en sus caminatas y giras en cada rincón venezolano. Proponemos explotar esas anécdotas que pueden ciertamente generar expectativas positivas de acuerdo al público a dirigirse.
Hay que hacer estallar las emociones de esos ciudadanos regionalistas. El Progreso propuesto por Capriles no es sólo una idea general pensada para un plan de gobierno nacional, sino que será una realidad en cada uno de los sitios donde él va con paso firme capitalizando recurso humano que el Comando Venezuela posteriormente, debe conectar con lo que estamos haciendo: marchando por la senda del progreso en pro del sólido triunfo el 7 de octubre.

Ángel Arellano
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martes, 12 de junio de 2012

Razones para votar


           Entre un candidato que camina 10 kilómetros y otro que llega a inscribirse ante el CNE en una caravana de unas cuantas cuadras, prefiero al que camina. Existen razones sobradas, lógicas. Ante todo quiero votar por alguien saludable, que me garantice ánimo y entrega en su gestión de gobierno, porque como joven mis expectativas están colocadas en favor del desarrollo y el futuro. Prefiero que el enfermo tome un reposo y dedique su tiempo para mejorar su salud. Ya su oportunidad fue, se lograron unas cosas, otras no, se le hizo un daño importante al país y es momento de cambiar.
            Quiero votar por quien se detuvo un momento en pensar como yo y ver lo que veo, pasar por lo que paso y sentir lo que siento. La acción del voto siempre termina siendo una conexión sentimental entre el elector y el postulado. Dicha conexión es susceptible a un mensaje, el cual se ha venido difundiendo casa por casa en toda Venezuela. Por ello, prefiero votar a alguien parecido a mí y a mi forma de ver las cosas con sus problemas, soluciones, circunstancias, afectados, ganadores y perdedores.
            Si es difícil explicar en estas palabras la necesidad de futuro que tenemos los jóvenes venezolanos, entonces debo economizar las oraciones expresando que hoy las condiciones no están dadas para nuestra vida plena en esta nación a la que le demostramos lealtad. Y si las condiciones no están dadas, generémoslas pues: es la hora de transformar la patria con hechos y no con discurso.
El siete de octubre yo voy a votar así como lo van a hacer los empleados que dependen del rojo, así como los petroleros que están cansados de la corrupción en Pdvsa, así como los maestros y médicos con salarios insuficientes, así como los estudiantes que ven clases en las peores condiciones, así como las madres enlutadas por la violencia, así como los cansados del hampa, así como los familiares de los presos, así como los agobiados por los altos precios de todo, así como los buhoneros, así como los policías decentes, así como quienes se cansaron de falsedades en 13 años de desgobierno.
Iré a votarle al progreso porque es el mensaje que quiero ver en la televisión y no la incansable campaña de guerra y odio entre criollos: quiero un Estado de Bienestar y no un grupo que viva bien a costillas del Estado. Quienes estamos iniciando nuestra vida profesional no tenemos expectativas en la actual Venezuela, porque está dividida, empobrecida y estancada en el flagelo de la inseguridad. Si aseguramos que un demócrata genuino asuma la Presidencia de la República, ganamos todos, porque las oportunidades comienzan a florecer en un clima de respeto, justicia y paz.
El fin único es que gane el que apuesta a la democracia porque con ella nuestra libertad no está hipotecada a las directrices de una isla comunista y seremos los verdaderos jefes de este territorio al que mucho le hace falta una gerencia participativa, ordenada y proyectada hacia el mañana.
Si tapamos el sol con un dedo, nos quemamos. Con pasos firmes tenemos garantías. Tres millones de personas se manifestaron el día de la juventud, otro millón de ciudadanos acompañaron al candidato a formalizar su postulación ante el país. Voy a votar por algo seguro, con la firme convicción de que vamos a cambiar en positivo y de que todo va a salir bien.

Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es
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Empleo: parte del camino


 El Instituto Nacional de Estadística (INE) no escatimó en informar en su último estudio realizado sobre el empleo en Venezuela, el bajón que tuvo la nómina de la administración pública el pasado abril: fueron 168.773 los ciudadanos que desaparecieron de esas partidas 401.
            Aunque el empleo en el sector privado tuvo un aumento relativamente alentador en un aproximado de 400 mil plazas para nuevos trabajadores, de los cuales  57.000 (cifras INE) se sumaron como empleadores o patronos, Fedecámaras explicó que la razón del mismo se debe al inicio del año, momento en el cual las empresas reciben divisas, créditos y materia prima, lo cual aumenta la demanda de personal.
            32,8% de los nuevos empleados en el sector privado lo hacen por cuenta propia, es una variable que desde nuestra perspectiva se mantendrá por lo menos hasta las elecciones presidenciales de octubre.
Las empresas llevan varias semanas realizando sus estimaciones y aproximaciones a lo que será el fuerte gasto en personal que se avecina con la aplicación de la nueva Ley Orgánica del Trabajo, un efecto que aún no se ha sentido por lo reciente de su publicación, pero que sin duda generará gran retroceso para la productividad y generación de nuevos puestos de trabajo de calidad.
            Un choque séptico sufre la economía nacional que hoy un hombre enfermo trata de frenar con inyecciones de dinero prestado embargando nuestro futuro a costillas de que no culmine el proceso de desmoronamiento de la Revolución Bolivariana. El cuadro de gangrena se altera con la cantidad de informales en la calle y la inseguridad reinante que socios estratégicos para el régimen, como la República hoy Neoliberal de China, no toleran.
            Haciendo un análisis de las causas reales que han llevado a nuestra economía a este despeñadero, encontramos un sinfín de características interesantísimas para alimentar el discurso opositor: el destino de los informales, las nuevas y consensuadas reformas que se plantean a la LOT una vez gane Henrique Capriles, la vulnerabilidad de Venezuela como país monoproductor, la asfixia presupuestaria producto del exagerado gasto público, el hipotecado futuro de los jóvenes y los recargados gastos “logísticos” de Chávez.
Probablemente, en un humilde esfuerzo por acercarnos al plan estratégico del candidato que queremos gane la Presidencia de la República, estos elementos puedan conectar al producto con el mercado. Antes de atrevernos a emitir un comentario destructivo y desubicado como muchos “líderes de opinión” de siempre, el espíritu de cada pensamiento es colaborar y aportar al sueño venezonalo de cambiar y sentirnos unidos como cuando apoyamos a Greivis Vasquez en sus logros como NBA, Johan Santana u Omar Vizquel en la MLB y a nuestra siempre emotiva y luchadora Vinotinto.
El empleo, una materia pendiente del actual Gobierno y a la cual hay que sacarle mucha punta. El objetivo es enlazar al elector con Henrique Capriles, sorteando la campaña de descrédito que desde la parrilla comunicacional estatal se ejecuta sin contemplación con el fin único de desgastar a la alternativa democrática.

Ángel Arellano
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