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lunes, 25 de febrero de 2013

Venezuela: el penúltimo de Latinoamérica



          Desde principios del año pasado se aproximaron muchísimas personas al concierto de profecías de que 2013 sería una catástrofe. Nos suscribimos a ese pensamiento bien temprano y hoy estamos en primera fila observando el “desnalgue” del escenario económico.
Jamás había escuchado tanto a la gente en la calle hablando de “el dólar, devaluación, inflación, especulación, desabastecimiento, cupos Cadivi, venta de dólares negros”. Menos mal que con nuestro acostumbrado humor no salió una funeraria ocurrente a inventarse un funeral simbólico para el Sitme, porque no hubiese encontrado alquilar suficientes sillas para cuanto empresario dolido hay en esta nación con la partida de ese sistema que era la única vía de escape para el importador.
Con tanto vendedor de “lechugas verdes” terminaremos vegetarianos. La capacidad de acomodo del venezolano es impresionante, aunque el bolsillo y el rostro de la gente están severamente sentidos por las condiciones a las que estamos sometidos. Capaz el que siempre vota rojo ahora sí sintió un poco más a fondo el proyecto socialista directo en sus finanzas, con la creciente expectativa de que ahora es que vienen ajustes difíciles porque toda la regaladera de dinero al extranjero y el exorbitante gasto público, tendremos que pagarlo con intereses.
Los países que comprendieron el mensaje cuando les dijeron que las materias primas de sus suelos eran para sembrarla y garantizar la diversificación de nuestro mercado hacia el extranjero, están hoy gozando de prestigio, desarrollo y altos índices de calidad de vida.
América Economía Intelligence publicó su rating de ministros de finanzas centrando su análisis en la fortaleza institucional del ministerio, promoción de políticas, reformas y cambios que fomenten el desarrollo y estabilización de la economía durante todo el año 2012.
La lista es encabezada por segundo año consecutivo por el Perú, con el ministro Luís Miguel Castilla. El avance de esta nación ha hecho de la explotación de minerales una actividad prometedora que ha producido dividendos para robustecer otros motores de su economía generando así estadísticas tan optimistas y admirables como un estimado de 6,3% de crecimiento de su PIB para 2013 y un 2% de inflación durante todo el año.
¿Asombroso? Es cierto. El gobierno del Perú, desde el reciente período de Alan García y ahora con Oyanta Humala, ha podido perseverar en el fortalecimiento institucional y en medidas que crean confianza en el sector empresarial que sigue invirtiendo y generando empleo.
En segundo lugar está Felipe Larraín, ministro de finanzas de Chile, que con mejoras en el sistema de recaudación tributaria y una alta disciplina fiscal, pudo mantener a su país con un crecimiento “vigoroso” durante un año de muchas dificultades. En el tercer escalón está el ex ministro colombiano Juan Carlos Echeverry, que con una pujante reforma fiscal pudo incrementar los ingresos de la nación vecina.
Posterior a ellos, y en el mismo orden descendente, están los ministros de México, Uruguay, Brasil, Panamá, Bolivia, Paraguay, Costa Rica, República Dominicana, Nicaragua, El Salvador, Ecuador, Honduras, Guatemala, VENEZUELA y Argentina.
¡Sí, catastrófica nuestra posición! El super ministro Jorge Giordani, economista de la revolución, es el número 17 de los 18 medidos. Únicamente fue superado nuestro representante por el argentino.
¿Hay más palabras para explicar la debacle sostenida que vive nuestra economía, o este estudio, por demás reconocido, se muestra suficiente? No sólo Giordani es el segundo peor ministro de finanzas de América Latina, sino que nuestra economía es su acompañante. Venezuela: el penúltimo país de la región.
El abuso del control, la persecución al empresariado, las restricciones cambiarias, el abismal gasto público y la enemistad con el concepto de “estabilidad” nos han abierto el camino a esta posición tan deprimente.
Seguirá la nación de luto por el Sitme, los chavistas con su pase de factura interno en Cadivi, y los pobres hablando en la calle del desabastecimiento y la inflación. Anexo, recordemos que el PSUV votó en contra al aumento del salario en la Asamblea Nacional. ¿Qué más le queda a este país para reaccionar? Tal vez cambiar la carne y el pollo por las verdaderas lechugas verdes.

Ángel Arellano
Email: asearellano@yahoo.es
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sábado, 16 de febrero de 2013

Incógnitas de nuestra economía




La Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), inició la senda de la argumentación de los escenarios económicos en el país, post devaluación, con esta sorprendente pero cierta cita: “Desde el famoso viernes negro de 1983 hasta hoy, el bolívar ha perdido 1.465 veces su valor”.
Al unísono se plegaron firmas consultoras internacionales y representantes del empresariado a emitir sus comunicados y profundas reflexiones. Entre las primeras destaca la voz del Fondo Monetario Internacional, satanizado y condenado por el gobierno de Chávez, quien aplaudió la devaluación del 46,5% de nuestra moneda como parte de la “receta” para encaminar la economía. En el lado del sector privado, resalta la pérdida de 584 millones de dólares por parte de la trasnacional Telefónica (España) y otros 120 millones de dólares de su homónima Colgate-Palmolive (EEUU).

Estas empresas internacionales, al igual que muchas otras, mantienen represadas cuantiosas fortunas que no han podido repatriar a sus sedes de origen, a pesar de cumplir con los protocolos y trámites burocráticos exigidos desde el más alto gobierno.
Esto nos hace cada vez más un peor destino para dirigir la inversión o para buscar futuras asociaciones comerciales. No de gratis hubo un revés con los chinos.
Inclusive en el Mercosur, la quinta economía más grande del mundo, que dispone de una dinámica de mercado formidable a la que hoy nuestro país se ha agregado, tal vez el único interés evidente sea amarrar los terrenos concedidos en empresas mixtas en la Faja Petrolífera del Orinoco y otras prebendas y convenios energéticos que mantengan la supremacía de Brasil y Argentina en la región, ante un Chile que camina distante pero a paso seguro su propia campaña admirable.
Es decir, los países hermanos a los que el gobierno nacional ha hecho un titánico esfuerzo propagandístico y publicitario para posicionar en el ideario nacional, en realidad ni confían ni necesitan del Estado Venezolano.
Según cifras oficiales citadas en un artículo publicado por Sergio Arancibia en El Mundo Economía y Negocios el viernes 15 de febrero de 2013, Brasil realizó importaciones en 2011 por la cantidad de 236 mil millones de dólares y Argentina por otros 74 mil millones de dólares, totalizando 310 mil millones de dólares.
De estos montos mencionados, Brasil importó desde Venezuela $1.361 millones (0,5%) y Argentina $26,6 millones (0,03%). Es decir, de los 310 mil millones de dólares en importaciones de estos aliados potenciales y vanagloriados, sólo percibimos el 0,4%.
Ahora bien, sabiendo nuestra diminuta capacidad de exportación y el compromiso único y exclusivo con la renta petrolera, el gobierno nacional realiza una insuficiente devaluación bajo una premisa TOTALMENTE FISCAL: obtener mayores ganancias para tapar gigantes baches en la nómina pública y otros “planes sociales” orientados al gasto. No en balde sube la unidad tributaria. Cualquier justificación “de mercado” es absurda. LAS CUENTAS POR PAGAR SON MUCHAS, EL OBJETIVO NO ES FORTALECER LA PRODUCCIÓN.

Se decapita al Sistema Integrado de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme), el cual atendía entre 15 y 20% de la demanda de divisas en Venezuela. Sin dólares no hay producción, por ende, se genera desabastecimiento en todas las áreas del mercado.
Nelson Merentes, padre del  Sitme y presidente del Banco Central de Venezuela, alega que este mecanismo ya cumplió su cometido. Jorge Giordani, el economista de la revolución, sentenció que “el Sitme nació genéticamente perverso”. Indistintamente lo que argumenten los responsables de la economía nacional, ahora el empresario no tiene acceso a las divisas a no ser por el único y congestionado sistema conocido: Cadivi.
La Comisión de Administración de Divisas tiene una deuda de aprobación de $8.800 millones, y otra de $12.200 millones en órdenes de pago emitidas en el país y pagaderas en el exterior.
Ahora Merentes informa que la base de datos del Sitme migrará a Cadivi y esta última atenderá la demanda nacional. ¿Cómo un organismo ya colapsado puede atender semejante número de solicitudes? ¿Primero el Sitme fue bueno y ahora gente como Diosdado Cabello lo condena porque entregaron $50.000 millones cuando estimaron la necesidad nacional en $35.000 millones? ¿Quién controlaba el Sitme no era el mismo gobierno? O mejor, ¿quién es el padrino mágico de Nelson Merentes que aunque luce como tropiezo para Giordani, y desde ya declara a la prensa que estudian un posible hijo del Sitme? Incógnitas de nuestra economía en tiempos de desastre.



Ángel Arellano
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Twitter: @angelarellano
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lunes, 11 de febrero de 2013

A Chelique con aprecio



“La vida es más sencilla de lo que somos capaces de admitir, por eso la complicamos”, me dijo el maestro José Enrique Sarabia, unas noches atrás desde su estudio: lugar lleno de recuerdos y detalles destinados a introducirnos en la historia de uno de los hijos ilustres de nuestro país.
Conocí a Chelique entre devenires de la política opositora al actual gobierno. Sus acertados comentarios sobre la situación nacional hace ya unos seis años, me parecieron necesarios, pues aún vivimos tiempos donde la mayoría de los dirigentes sienten temor de expresarse a sus anchas.
Las canas marcaron respeto, y la trayectoria de este hijo de Margarita, hombre de América Latina, me hizo preguntarle y repreguntarle cosas cuando apenas lo conocí.
La historia de Chelique es una fábula llena de proezas y triunfos, al mejor estilo de un venezolano destacado que recorrió el mundo para abrirse paso en tantos campos que hoy es difícil saber cuál de estos lo hicieron cristalizar verdaderamente su éxito internacional.
José Enrique Sarabia es músico, compositor, filósofo, escritor, poeta, publicista, estratega, consultor, comentarista, locutor, esposo, padre, abuelo y tanto al mismo tiempo, que su vida entra perfectamente en un amplio y rico volumen de la literatura nacional.
Llegó por Chacopata al nuevo continente, tierra que marcaría con rimas, sonidos y frases. Imagino que en su nacimiento alguien diría “sus palabras serán celebradas”. Recuerda cada detalle de su caminar con exactitud y esplendor, un trote por la vida que lo llevó a conocer Miraflores y a todos los Presidentes de la Venezuela democrática, con excepción de quien hoy según dicen, ejerce desde una isla.
 Y así como supo y mantuvo relación con el poder aquí, supo del de allá y el de acullá. Chelique es un maestro universal, tan sabio como la Real Academia y tan vigente como el twitter. En esto último se ha destacado bárbaramente. A diario opina y comenta con un espíritu noble, valeroso, indeclinablemente democrático, empedernidamente positivo ante la adversidad que rodea la sociedad nacional.
Vive desde hace unos tantos años en la hermosa ciudad de Lechería, entre palos del Amazonas y corales, junto a la adorable “Chucha”, María de Jesús Sifontes: una de las parejas más conocidas y apreciadas del norte de Anzoátegui.
El legado de Chelique en Venezuela es grande. Su empeño por cuidar la identidad y el sentido de pertenencia, trascenderá al infinito como lucha reivindicativa de la región oriental.
Tan grande el amor que este caribe mostró a la Patria que luego de tantas décadas en pie, creando y dando lo mejor de sí, aun con ímpetu participa con su conseja y moraleja.
Podemos escuchar la selección más preciada de nuestra música en VEN 102.9 FM Puerto La Cruz, de 5 a 7 de la mañana en los “Cantares de Venezuela” de José Enrique Sarabia. Glorias a una tierra que parió hombres como él que inspiran a la juventud. Cansarse no puede ser una opción.
            Con un buen amigo conversaba sobre ¿cuáles son los textos que más nos llenan de conocimiento? Concluimos sin mayor esfuerzo que las biografías. He aquí una vida llena de experiencia, ejemplar y apreciada, para aprender y seguir adelante.
            Gracias por estar con nosotros Chelique, gracias por ser un amigo. Eres un hombre eterno, necesario para una Venezuela con tantas dificultades.

Ángel Arellano
Twitter: @angelarellano
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lunes, 4 de febrero de 2013

Cheques trasatlánticos




Apenas 252 meses atrás, Venezuela vivía el único golpe de Estado en su historia que tiempo después se ha tratado de vestir con atuendos de legalidad.
A los que somos jóvenes y no comprendimos lo que sucedía en el país el 4 de febrero de 1992, nos han querido construir desde el Gobierno actual una fábula de heroísmo y corazones latentes por la Patria. Una lucha que se disputó en contra de la democracia enferma que estaba destinada a muerte por la incomprensión nacional de las medidas económicas emanadas durante el segundo periodo de Pérez.
Los chavistas hoy recopilan en extensa bibliografía la necesidad de ese fallido atentado contra la democracia, alegando que las diversas situaciones en el devenir del Golpe no colaboraron a tener en aquel momento el deseado gobierno que hoy en ejercicio pleno se ha desarrollado durante 14 años ininterrumpidos.
Sin embargo, sabemos que pese a no ser espectadores en primera fila de lo sucedido hace 21 años, conocemos los principios alegados por los protagonistas de la intentona: Rechazo a las políticas neoliberales de Pérez, la represión en el Caracazo, la sumisión de las Fuerzas Armadas a un liderazgo político incompetente, las bajas condiciones socioeconómicas de las tropas y la corrupción en los altos cargos del poder público.
La corrupción fue, en esencia, el leitmotiv de los alzados para justificar su proceder. El desprecio hacia las “cúpulas podridas” fue el alegato más constante en el desenvolvimiento de los hechos y en la etapa posterior.
Hoy cuando Venezuela recuerda otro año más de este suceso en nuestra accidentada democracia, el primero bajo la incertidumbre de la desaparición pública de Chávez, la muy vigente corrupción oficialista hace un estrambótico alarde internacional: un cheque no declarado de 300 millones de bolívares portado por el ex ministro de finanzas de Irán, Tahmasb Mazaheri, fue interceptado en el aeropuerto de Düsseldorf, Alemania.
Vergüenza nacional. Otro escándalo de esa corrupción que tanto denunciaron quienes atentaron contra el Estado de Derecho en el pasado. Aunque ya Miraflores trazó un cuento de amores sobre esa “olla” montada por la oposición del incaute al hasta 2008 miembro del gabinete de Mahmud Ahmadineyad, comienza la investigación de la aduana alemana ante un factible hecho de lavado de dinero.
Es pertinente dejar claro que el Estado Alemán no tiene nada que perder en esta delicada situación. Un procedimiento de rutina dejó en exposición la capacidad que tienen los aliados del PSUV para intentar burlar las fronteras del Mundo.
Ya salieron alegatos al viento de que ese dinero era para construir unas 10.000 casas. ¿Cómo? si este señor Mazaheri ya no es funcionario en ejercicio del gobierno iraní. La perorata trasciende entonces en que la Misión Vivienda Venezuela  cancela compromisos en cheques transatlánticos. ¿Cuántos pagos de este calibre, en manos tal vez de cubanos y otros pares del chavismo, habrán cruzado las aduanas sin problemas?
A la juventud de hoy, que lee, estudia y se forma para el futuro, le queda claro con esta breve interpretación, que ninguno de los postulados que guiaron la puesta en escena del Golpe de Estado del 4 de febrero de 1992, han sido reivindicados.
Nuestra hiperinflación se traga lo labrado en el día a día. Neoliberal el gobierno que condena a su pueblo a la pobreza, y hoy lo vemos sin rumbo claro, ansiado aun de controlar el poder. Somos la nación más corrupta de Latinoamérica, donde como diría el Presidente de la Academia de Economía nacional, Pedro Palma: “lo más barato después de la gasolina es el dólar a 4.30 Bs.”. Absurda e infausta, pero realidad al fin.

Ángel Arellano
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El Chavismo y Pérez Jiménez




55 años atrás, Venezuela cogía el rumbo de la democracia entre aguas turbulentas. Un hervidero de dirigentes, ya no tan jóvenes, expertos por sus andanzas en el mundo universitario y la oposición a la dictadura, asumía el control de una sociedad triste por la resaca de la dictadura.
Pero comenzó a crecer nuestra nación. Inició un desarrollo indetenible durante la década de los sesenta y setenta comparable en exclusiva sólo con las principales potencias del mundo. La relevancia criolla en el mercado de los hidrocarburos y agricultura fue tal, que evidenciábamos signos que parecían mostrar una irreversibilidad distante y ficticia.
Aunque todo esto fue tan real como prometedor, los estragos desordenaron al país. La clase política se volvió vulnerable y con ella el Estado, impregnado por el clientelismo y la carencia de un sistema productivo mixto que garantizara la estabilidad nacional.
Culminaron los ochenta y noventa con más penas que glorias. La sociedad se había sacudido par de veces por un grupo militar que ahora es poder, y más allá, terminó convertido en una suerte de religión emergente, que sin salto ni seña, sólo con una nómina abultada, mantiene a su mayoría feliz y con la barriga llena.
Las páginas de la historia patria están saturadas de información, tanta, que pareciéramos perder la memoria por la exorbitante capacidad de almacenamiento de datos que hay que tener para archivar a lo que estamos expuestos hoy.
En la actualidad, para perder ese gusto por las noticias políticas que nos tientan a dejar plasmadas en ellas la opinión rebelde que llevamos dentro, podemos criticar con dureza la siempre reinante, magnánima, privilegiada y por sobre todas las cosas, legal, inseguridad. Los números no fallan, y aunque el mundo lleva la estadística de los muertos que caen cada día en Venezuela a manos del hampa, los petrodólares de Pdvsa compraron a los organismos calificados para hablar sobre el tema.
La OEA aplaude el vacío de poder, y la ONU se muestra distante e  invisible ante este hecho en desarrollo. Al corte de hoy (28/01/2013) mantenemos 50 días sin Presidente, a sabiendas de que volverá golpeado por la enfermedad, y de que pedirán tanto plazo como se pueda para estirar los tiempos de negociación interna en un chavismo dilatado que navega por el  profundo conflicto del “ponme donde haiga”.
Un tiempo atrás, el 25 de abril de 2010, en el programa oficial Aló Presidente número 355, Hugo Chávez ratificó su concepto de que Marcos Pérez Jiménez, el cruel dictador de hace 55 años, fue el mejor Presidente de Venezuela en su historia. Un criterio antónimo de lo que profesa con el cuantioso presupuesto invertido en publicidad y la sumisión de los medios públicos y los privados.
El chavismo se movilizó el 23 de enero, no sabemos el por qué, más si por dónde y cómo. La única excusa que queda en el tapete es que apoyan, en réplica de lo dicho por el Presidente, la vanagloria a Pérez Jiménez, quien en vez de enfrentar a la justicia de la nación, huyó sin rendir sus sangrientas cuentas.
Se desploman las tesis que levantaron el Socialismo del Siglo XXI, porque en la ausencia de su máximo exponente, sólo ha quedado al desnudo la capacidad de mantener en el poder a un grupo de la nueva oligarquía, tan resentida como corrupta.

Ángel Arellano
@angelarellano
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