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jueves, 7 de julio de 2016

El adiós a Brenda Briceño


De Brenda Briceño decían que estaba loca. ¡Loca de bola! Y sí. Tan loca que le declaró la guerra al cáncer e hizo que un montón de gente la siguiera. Tan loca que inspiró a miles. Tan loca que luchó contra el régimen de Chávez, contra el de Maduro y contra la enfermedad más popular de estos tiempos. Fue una luchadora y se fue luchando. Se fue viviendo.
         Por otro lado, ¿en verdad estaba loca Brenda? No. Los que decían eso lo hacían jodiendo. Brenda era inteligente y con un espíritu activo. Hiperactiva quizá. La conocí en Caracas en una de las cientos de marchas del Movimiento Estudiantil en contra de Chávez, cuando hablar por el chat de Blackberry era el último grito de la moda y en las universidades de todo el país se tejió una red gigantesca para movilizar el descontento de la juventud. Durante varios meses, tal vez años, mantuvimos contacto. A los que han pasado por movimientos estudiantiles saben de los amigos, hermanos, panas, conocidos, compinches y aliados que se ganan en esa etapa tan fecunda de la vida.
         Desde que Brenda anunció que era víctima del cáncer sensibilizó a muchos con su causa, por su forma de abordar la enfermedad, su manía de hacer de la desgracia una oportunidad para mostrarle a la gente cómo siempre se podía estar dispuesto en echar para adelante.
         Llevó a cabo una campaña en redes sociales que llegó a muchos sitios, buscando recursos, clamando medicinas para el tratamiento y hablando de cómo afrontarlo, de cómo hacer de la vida una fiesta.
         Hace cinco días, Brenda colocó en su Twitter, enlazado con su Instagram: “Hoy caminamossssss!! Sí, después de casi 10 días acostada hoy me paré con el apoyo de mi papi…”. Fue una grata noticia. Hace tres días, el mensaje preocupó: “Estoy entre ustedes. Gracias por sus oraciones”. Y hoy, luego de una larga batalla, ya no nos acompaña.
         Dejó en la Tierra, a un niño, a su familia y a nosotros, los venezolanos, que siempre la recordaremos con cariño y simpatía. Subió buscando a Dios, quien la recibirá con amor. Que en paz descanse.

         Aquí el último post del blog de Brenda: http://brendabriceno.blogspot.com.uy/2015/11/venezuela-quiere-que-tu-cambies.html

Ángel Arellano

lunes, 31 de agosto de 2015

Yo conocí a Franklin Brito

 
         Ver a Franklin Brito convertido en un esqueleto, perdiendo facultades mentales y físicas a causa de un ayuno que no tuvo retorno, impresionó a todo el país. Fue expropiado, secuestrado y torturado. Su único anhelo era recuperar su propiedad, la principal garantía de la democracia. Chávez lo dejó morir. Cinco años después, Brito es un símbolo de la lucha por los derechos fundamentales de la sociedad venezolana.
                Septiembre del año 2009: diez jóvenes estudiantes universitarios del estado Anzoátegui y una joven de Monagas decidimos iniciar una huelga de hambre en las inmediaciones de la oficina de la OEA en Caracas. Finalidad: la liberación de Julio Rivas, joven carabobeño hecho preso en una manifestación estudiantil en la ciudad capital algunos días atrás. Varios días de ayuno nos hicieron ganar la atención del mundo ante la cruenta represión que Hugo Chávez iniciaba con el movimiento universitario que impidió la reforma de la Constitución de Venezuela un par de años atrás. A unos pocos metros del campamento de la huelga a la que se sumaron 146 jóvenes con el pasar de los días, yacía Franklin Brito, un biólogo y productor agropecuario del estado Bolívar que reclamaba el correcto proceder del Estado ante el solapamiento de parte de sus tierras y la aclaración de algunos turbios beneficios que quería otorgarle el gobierno.
                Los mecanismos de Brito siempre fueron radicales: llegó a cortarse un dedo en frente de las cámaras de televisión, se cosió la boca y cumplió siete huelgas de hambre. Sin embargo, en un país convulso y colapsado por un ambiente hostil en todos los órdenes, el grito de un hombre del agro parecía una hoja más en la selva… hasta que la noticia en la OEA tomó otras proporciones.
En el año 2004, Franklin Brito hizo su primera huelga en la Plaza Miranda de Caracas en protesta por la invasión en parte del terreno del fundo “La Iguaraya”. 2005, 2006 y 2007: años de disputas con el INTI y el TSJ por la revocatoria de las cartas agrarias de la propiedad de Brito. Incluso, fue emitida una indemnización de 150 mil bolívares con algunos beneficios sociales en el año 2008, acción cuestionada por el biólogo quien demandó el esclarecimiento de los fondos de esos recursos. El 2 de julio de 2009 inició una huelga de hambre en la sede de la OEA en Caracas.
Desde diciembre de 2009 hasta agosto de 2010, el caso de Brito ganó la atención de la opinión pública nacional y de la prensa internacional. Fue trasladado por la fuerza desde la sede de la OEA en Las Mercedes, hasta el Hospital Militar de Caracas. En enero de 2010 la CIDH dictó medidas cautelares para que se retirase a Brito del Hospital Militar y recibiera cuidados médicos por la Cruz Roja Internacional. El dictamen nunca se acató. El 17 de agosto de 2010 el peso de Brito era de 38 kilos y su masa muscular apenas alcanzaba el 10%. Falleció trece días después.
En mayo de 2011 los familiares de Brito fueron agredidos en las puertas del Ministerio Público en Caracas, cuando intentaban introducir un documento solicitando la investigación de los hechos que condujeron a la muerte del huelguista. El caso llegó a instancias internacionales aunque las recomendaciones y comentarios emitidos no fueron escuchados por el gobierno chavista.
El periodista Joseph Poliszuk, inició su Expediente sobre el caso con las siguientes líneas: “Cuesta imaginar que de un fundo perdido en el camino a Caicara del Orinoco salieron las patillas más grandes del estado Bolívar. Donde había yuca, melón y otras siembras, ahora lo que sobra es monte. El paisaje es único: la maleza hoy arropa casi todas las 290 hectáreas por las que Franklin Brito murió en huelga de hambre” (El Universal, 31-07-2011). “La Iguaraya” llegó a producir millones de kilos de patilla, ñame y otras frutas y verduras. Hoy es una tierra improductiva, peleada por invasores.

Ángel Arellano

lunes, 8 de junio de 2015

Boston Rex y Dan Delgado en el Taller de Análisis


 

         En la clase de hoy hablamos sobre las historias que se narran a través de las letras de las canciones. La composición musical es una forma de expresión rica en oportunidades para trasmitir un mensaje. Es inspirada por una reflexión, una experiencia anterior o se manifiesta persuadida por una idea que busca salir a la luz o por una que intenta mantenerse en el tiempo.
         Para hablar de este tema invitamos a dos exitosos músicos locales, amigos y creyentes de lo hecho en Venezuela: Reinaldo Goitía (Boston Rex) de los Tomates Fritos y Daniel Delgado de Planeador. Exponentes de nuestro rock and roll.
         Entre anécdotas, preguntas y respuestas surgió la recomendación de “La civilización del espectáculo”, el relevante ensayo de Mario Vargas Llosa, un libro que todos debemos leer. La degradación del arte, el triunfo de la banalidad, la aceptación de lo superficial por encima de cualquier ejercicio de profundidad intelectual y el extravío de la crítica, fueron preocupaciones que salpicaron el encuentro.
         De todas las citas que surgieron de ese intenso diálogo entre invitados y alumnos, rescato una de Reinaldo que me parece esencial. En referencia al contenido que está transmitiendo la música nacional, comentó que “el mensaje está mutando, la letra está mutando. Se siente otra cosa en la música de hoy… Antes un grupo que te estaba invitando a saltar hoy te dice ‘peguen el cementerio de aquí con el de allá porque nos están matando” (en alusión a la canción “Cementerio del Este – Cementerio del Sur” de La Vida Boheme).
         En la música están sucediendo muchas cosas. Hay mayor conciencia, mayor compenetración con la situación que vive el país. La crisis ha hecho de nuestra desgracia un tema recurrente que el arte no esquiva. La crisis ha estado ayer, ha estado hoy y seguirá estando por tiempo indeterminado. El arte es parte de la conciencia de la nación. Describe nuestras raíces, sentimientos, emociones, valores, felicidades y desgracias. Transmite un mensaje, aun cuando no siempre haya quienes quieran recibirlo.


Ángel Arellano

sábado, 30 de mayo de 2015

Nos vemos en democracia: RCTV


Ocho años atrás, una masa de estudiantes se encontraba en las calles de toda Venezuela. El cierre técnico de RCTV bajo directrices del difunto Chávez, fue un episodio lamentable, que le dolió a la mayoría de la población. La otra parte del país, el remanente que aplaudía la medida, se encontraba hipnotizado por la retórica populista. En cierta forma, la sociedad sabía que le quitaban un bien muy preciado, pero no sería el primero, ni tampoco el último.
La agenda del autoritarismo arreció con la profundización de su proyecto político suprimiendo límites que antes habían sido preciados y protegidos por el sistema. Desde ese momento la relación entre el Estado y la prensa, pero además entre el gobierno y la ciudadanía, no sería la misma.
En su primer intento por consolidar el proyecto “socialista”, la revolución apagó la señal de la principal televisora del país. De ahí en adelante, la historia sería diferente. Los estudiantes decidimos salir a protestar no para proteger los intereses de una empresa privada (tal absurdo provino de la propaganda diseñada en la sala situacional de Miraflores), sino por el derecho a disentir. RCTV fue el símbolo de una causa cuyas bases estaban ancladas en la defensa de la libertad.
El programa de movilizaciones en toda la nación fue acompañado de un importante ingrediente filosófico: preservar la libertad de expresión es cuidar la democracia. Ese insumo bastó para que el escenario político tuviese un giro drástico. Recuerdo que en Anzoátegui la avenida Intercomunal y la Vía Alterna fueron escenarios de movilizaciones impresionantes que congregaron a miles de jóvenes del norte del estado. En el resto de la geografía destacaron concentraciones en El Tigre, Anaco y Puerto Píritu. Un hecho sin precedentes. La juventud de nuestra región salió a las calles al unísono.
A partir de ahí se construyó un liderazgo importante en todo el estado. Cientos de jóvenes ingresaron a diversos partidos políticos y otros permanecieron independientes en organizaciones que los formaron como dirigentes sociales. Muchos de ellos siguen en las calles con la misma emoción de hace ocho años, inspirados por el deseo de cambio.
Durante todo 2007 los partidos políticos no acapararon los titulares. El Movimiento Estudiantil, repleto de una dirigencia joven, inexperta, arriesgada e irreverente, estaba atestado de compromiso y valentía. Lo demostraba en sus posiciones desafiantes ante el poder, y por eso, ese año y el siguiente, la sociedad apoyó el liderazgo colectivo con el que los universitarios habíamos organizado los planes de activismo a los fines de permanecer enérgicos en contra del régimen chavista.
De inmediato, el Ejecutivo propuso la Reforma Constitucional y el CNE resolvió convocar su consulta en tiempo récord. La campaña fue veloz. El Movimiento Estudiantil con su escaso potencial logístico pero con una firme decisión de pelear contra el planteamiento dictatorial del gobierno, se impuso por encima de todo el aparato estatal que no escatimó en recursos económicos, amedrentamiento, abusos electorales y siembra de miedo para coaccionar a los votantes.
RCTV fue un antes y un después. En la víspera de su cierre nadie creyó que el verbo encendido de Chávez fuera a materializarse clausurando un medio tan relevante. Luego de ello, Venezuela pudo observar que el estreno del “Socialismo del Siglo XXI” era una representación a escala de todo lo que sería en el futuro inmediato: expropiaciones, confiscaciones, mal proceder, descomposición en todos los órdenes, ilegalidades y abusos.
Años después, nos hemos dado cuenta de que para bajarnos de este carrusel hacen falta muchas vueltas. Más valentía y más compromiso. Aun el chofer sigue un rumbo incierto. Y los pasajeros, aunque algunos saltaron al exterior a probar suerte, presionan desesperados el botón de emergencia que debería frenar las ruedas. La velocidad no disminuye y la próxima parada es el precipicio.
Para detener la hecatombe que se avecina, hay que juntar las manos, sumar, empujar. Orientar el esfuerzo. El cambio no cae del Cielo ni llega por la invocación de la palabra sagrada. El cambio somos nosotros y nuestras ganas de vivir en una sociedad segura, habitable y civilizada. Si no nos activamos con coherencia, determinación y audacia, no hay nada que nos indique que las cosas van a cambiar. Movilízate, el país quiere verse en democracia.


Ángel Arellano

jueves, 14 de mayo de 2015

La clase especial de hoy

 En la Universidad planificamos una clase especial. Unimos ambas secciones del Taller de Análisis y Comprensión de Mensajes: poco más de 70 estudiantes de Comunicación Social. Intentamos debatir sobre el “¿cómo se construye un mensaje?” y el “¿cómo hacer del mensaje un elemento efectivo en el proceso de la comunicación?”.
Para quitarle la corbata al rigor cotidiano del aula, invitamos a dos amigos: Paola Soto, una joven periodista y novel poeta de la región, y a Carlos “El Negro” Castro, también comunicador y humorista.
Ambos llegaron temprano al salón. Marcadas las 9:30am iniciamos un breve preámbulo para discutir asignaciones pendientes. Acto seguido, los alumnos presentaron una breve reseña biográfica de cada invitado y se dio inicio a la dinámica de preguntas y respuestas en la que no pudieron faltar comentarios sobre la poesía en el entorno de crisis nacional y el humor como válvula de escape y como vaso comunicante de una realidad específica.
Fue una experiencia gratísima y exitosa. Todos los jóvenes participaron. Mucho interés por la lectura y la escritura. Otros siguen mostrando una creciente atención por el deporte, el espectáculo, el periodismo cultural, entre otras áreas que han quedado en el traspatio de la Venezuela politizada.
Agradezco a Paola Soto y a “El Negro” por su aporte, y sobre todo a los alumnos del Taller de Análisis por su compromiso, su organización, su orden y sus ganas de aprender. Siempre es bueno reiterarles que son parte de esa generación que colaborará en la construcción de una nación próspera, plural y libre.

La próxima clase especial será con músicos. Seguiremos indagando en el proceso de la comunicación y otros temas importantes en la formación del periodista.

Ángel Arellano

jueves, 9 de abril de 2015

Conversación con Gerardo Resplandor


Hace unos días pude hablar por teléfono con Gerardo. Como saben, él, al igual que otros estudiantes, permanece en los calabozos del Sebin, encerrado sin condena formal, ni juicio, ni pruebas que lo inculpen. Es víctima de la represión del régimen. Públicamente el gobierno acusa a estos jóvenes de "conspirar", como si organizar protestas, movilizaciones y actos de resistencia pacífica fuera algo ajeno a esa masa disidente que luego se transformó en la amorfa clase política del chavismo. Ellos, los hoy PSUV, Polo Patriótico o "revolucionarios", construyeron un programa político cuyo basamento esencial era la insurgencia y la transformación radical del sistema existente. Mandan al calabozo a quienes tienen una intención que en el algún punto coincide con su planteamiento inicial. No soportan que existan activistas de la democracia.
Tal como sucede con López, Ledezma, Ceballos y tantos otros, a Resplandor también le violan sus derechos todos los días: exactamente lo que no sucedió con Chávez quien siguió conspirando desde Yare. Durante la llamada telefónica, hablamos de las restricciones a sus visitas familiares, de amistades y defensa; del calvario para recibir unos libros; de la lucha emblemática y valiente de su madre quien es símbolo de fuerza, coraje y compromiso; de su candidatura a Diputado a las Primarias de la Unidad por Lechería, Puerto La Cruz y Guanta; de la celda de cuatro metros cuadrados en la que apenas puede estirarse; y de un elemento terrorífico y real: la tortura.
Gerardo y otros jóvenes presos en el Sebin han recibido graves golpizas y descargas eléctricas por parte de los carceleros del régimen, no sólo para que declaren su culpabilidad (falsa) ante los hechos (sin soporte) sobre los que se les acusa, sino para que delaten con historias erradas a dirigentes de la oposición. En otras palabras, el gobierno tortura a estos muchachos prometiéndoles la libertad a cambio de que inculpen a otros.
"Cuando baje la presión aquí adentro vamos a ver si te dejan entrar a visitarme para que veas los hematomas y heridas que me ha dejado la tortura. Aquí estamos sufriendo para no decir nada de nadie y no inculpar gente inocente", me dijo antes de colgar. Impresionante. Antes de que terminen de leer estas letras, cierren los ojos y visualicen unos segundos encontrarse dentro de una celda diminuta y oscura, recibiendo golpes de unos desconocidos, sufriendo descargas eléctricas y tortura psicológica sin poder escapar. Eso lo soportan estos muchachos, quienes sólo nos piden dos cosas obligatorias para cualquier ciudadano que aprecie la libertad y la vida: no olvidarlos y seguir luchando por salir del régimen.
Conozco a Gerardo desde hace varios años. Entre muchas cosas que hemos compartido, le estoy muy agradecido especialmente porque en un momento desgraciado en que necesité ayuda tras un terrible accidente de tránsito que tuve en Monagas, su apoyo fue inmediato y acompañó a mi familia mientras rescataban el vehículo y yo era trasladado de emergencia a un centro hospitalario. Es un buen amigo, colaborador y activista a tiempo completo. Esta vez lo escuché y percibí mucha madurez, mucha reflexión, un gran crecimiento espiritual, pero además la preocupación que todos tenemos sembrada en el corazón y la mente por el rumbo terrible que está tomando la nación.
Que el sacrificio de todos los presos políticos no quede en vano. Así como hemos contado con ellos, ellos cuentan con nosotros, y Venezuela depende de todos. Ofrezcamos una oración a Dios para que cese la tortura y la represión en nuestro país.
(Hoy pasé por la Plaza Altamira y tomé la imagen que aparece arriba, pensando en ilustrar el texto. En el sitio se mantiene un grupo de jóvenes agitando la conciencia de los transeúntes. Prohibido olvidar).


Ángel Arellano

Caracas, 07 de abril de 2015

miércoles, 25 de febrero de 2015

La muerte de Kluiverth Roa


A los catorce años iba al liceo, era parte de una pequeña banda de rock y mataba tigres los fines de semana alquilando teléfonos para llamadas desde un toldo en la avenida Fernández Padilla de Clarines. A esa edad mis prioridades estaban puestas en la música, los estudios y tener algo en el bolsillo con qué ser menos carga para mi familia.
Hoy murió Kluiverth Roa, un muchacho de catorce años cuyas actividades, aspiraciones y sueños desconocemos. Capaz le gustaba leer, capaz le atraía el arte, capaz jugaba pelota, fútbol, básquet o nintendo. El disparo que lo tumbó fue directo a la cabeza. Su sangre hizo un charco en el asfalto de San Cristóbal y en el corazón se Venezuela. 
Al igual que Kluiverth, quien no estaba en la protesta de la UCAT pero pagó las peores consecuencias de la represión gobiernera, han muerto otros chamos los últimos días. Primero son detenidos o secuestrados, luego desaparecen y después los encuentran amarrados, torturados o con un tiro de gracia. Con Kluiverth son siete los estudiantes fallecidos inocentemente en 2015. El año pasado fueron 48 durante las protestas en contra de Maduro.
Es común escuchar: "aquí se va a armar el peo cuando haya un montón de muertos y se acabó la vaina". Bueno, si 55 vidas, cientos de torturados y los presos que siguen en condiciones denigrantes no son un "montón", no sé qué pueda serlo. ¿Y ha cambiado algo? No. ¿Por qué? Falta nuestro aporte, el tuyo, el mío, el de todos. El de la gran mayoría, porque en este país somos mayoría quienes rechazamos el desastre. Debemos luchar, desde nuestro espacio, cualquiera que sea, para colaborar con el rechazo al régimen asesino.
Si al igual que muchos venezolanos estás conmovido, arrecho, obstinado, con lo que sucede, canaliza tu sentimiento y activa en contra del gobierno. No seas parte de la indiferencia. Las herramientas de los demócratas son: la protesta, el voto y la paz.
Dios cuide de quienes se han ido a su encuentro.

Ángel Arellano


domingo, 18 de mayo de 2014

El delito estudiantil


         Juan de Dios es un muchacho sano, alto, agradable, educado desde la humildad del cultivo y la promesa de la cosecha en un pueblito de Guárico. Baila, canta, lee poesía y estudia sociología, una de esas ciencias raras que pretende comprender la incomprendida vida del tumulto. Se fue a la capital cargado de sueños, queriendo volver para traer el sustento a una familia que mucho necesita.
            Salió a protestar el día de la juventud. Al igual que sus compañeros de clases, la inseguridad le tocó muy de cerca. Apenas en enero le habían robado todo en un autobús y veía con estupor que mientras asesinaban a estudiantes dentro de sus propias casas de estudio, el pueblo se mantenía en colas interminables sufriendo por la escasez y el desabastecimiento.
            En la marcha se armó una trifulca, llegaron disociados armados y grupos antimotines. Los dos lados de la violencia: la oficial (GNB y policía) y la paramilitar (colectivos). Perdió el equilibrio, cayó al piso. Al levantarse sólo notó un destello blanco y un ardor insuperable en el rostro. Vuelve a caer, ahora sí inconsciente.
            Despierta en una camilla, no hay visión por el ojo izquierdo. El dolor es intenso. Está esposado. No sabe qué ocurre. Sin teléfono ni morral ni cartera. ¿A quién le comunica su desgracia? Llegan dos reservistas de las Fuerzas Armadas. Se lo llevan sin más.
Entiende su situación al pisar la celda, vendado, con la franela empapada en sangre y múltiples moretones. No le permiten hablar con nadie. No sabe de su madre, amigos y demás estudiantes. Lo mantienen ahí, a oscuras. 25 largos días. ¿Su delito? Emprender, estudiar, soñar, alzar su voz, gritar la verdad, caminar con un cartel exigiendo justicia y soluciones a la crisis venezolana.
Sale de prisión en medio de protestas. Al fin ve a su madre, la siente, llora, sufre con ella la desventura de ser una nueva víctima de la dictadura. Su padre no está, nunca estuvo. Se regresan en el primer autobús a Guárico, directo a casa del médico amigo de la familia. Es poca la esperanza, no tendrá más visión en ese ojo. La bomba lacrimógena destrozó nervios benditos.
Al pasar las semanas se mantiene desde casa colaborando con su causa. Escribe, diseña panfletos, organiza reuniones y asambleas populares. Juan de Dios es un activista, un hijo de la lucha por la democracia. Apenas 20 años. No se dará por vencido. Reiniciará clases el próximo semestre. Quiere ver su país mejor, quiere que toda la sociedad se vuelque a poner su granito de arena ante el desastre de la dictadura.
Dos meses después, Juan de Dios es uno de los millones de jóvenes que llora la caída de 42 personas en tres meses de protestas. Más de tres mil detenidos y setenta torturados. Quiebra fiscal del país, no hay dinero, alimentos, medicinas, repuestos. La calle, la participación, el acompañamiento de la gente, la protesta, es el único camino a la justicia, a la historia. Unidad real, esa deuda que nos tenemos pendiente.
En 2011 el periodista Ramón Hernández publicó “Contra el olvido”, un libro de conversaciones con el ilustre Simón Alberto Consalvi. En sus páginas comentaba mucho de lo que hoy sucede: “Cuando la resistencia sea fuerte, llegarán las torturas (…) Cuando haya una enérgica resistencia, la tortura y la muerte estarán presentes (…) En Cuba sólo existe lo que dejó Batista y los gobiernos anteriores. La revolución no construyó nada. Aquí se caerá el puente sobre el Lago de Maracaibo, se abandonará la infraestructura y el dinero del petróleo se usará para la sobrevivencia, para comprar alimentos y medicinas a las mafias internacionales”.


Ángel Arellano
Twitter: @angelarellano
www.angelarellano.com.ve

lunes, 12 de mayo de 2014

Política de la MUD


         Tengo como política, en estas aguas tan desconocidas y revueltas, no frecuentar el estrado de los análisis apocalípticos y aproximaciones catastróficas contra todo lo que tanto ha costado construir. La Unidad como alternativa a la dictadura de Venezuela, con sus altos y bajos, es un referente. Un punto de encuentro de toda la oposición. Todos tienen su representación ahí. Y aunque muchas veces no se esté de acuerdo, nadie dijo que fuera fácil luchar contra semejante banda de delincuentes apoderados del aparato estatal.
            Nuestro trabajo, el de toda aquella persona que se sienta identificada con la lucha contra la sangrienta dictadura de Nicolás Maduro, es proteger los nichos de democracia que resisten los embates de un régimen que usa la violencia, la fuerza y la justicia, en favor del terror y la barbarie. Ciertamente hay posiciones polémicas que han ocasionado debates pocos fructíferos. Otras, muy alejadas de la realidad, siquiera generaron un comentario bueno. Ambas necesitan reflexión y cambio.
            Por ejemplo, son muchas las declaraciones de dirigentes, parlamentarios y líderes de los partidos de la MUD que han resaltado una y otra vez que el caos económico de Maduro se debe rechazar con protesta ciudadana cívica, pacífica y en toda la Patria.
Incluso Henrique Capriles, el primer líder de la oposición, ha reiterado ese llamado incesante: hay que alejarse de la violencia “venga de donde venga” (expresión cuyas reservas he expuesto anteriormente) y dedicar todos los esfuerzos a protestar por las carencias que vive nuestra gente.
            Pues bien, ese es el tema. Esa la agenda: lucha social dura, irreverente y en la calle. Sublevarse constitucionalmente contra la opresión del castro-madurismo. Aun cuando la mesa de diálogo Gobierno-MUD siga “operando” desde Miraflores, no hay razones para detener la protesta. Ahora bien, ¿cuáles han sido las últimas convocatorias puntuales de la MUD? ¿Cuáles los escenarios para protestar organizados y articulados por esta importante instancia?
            Particularmente he decidido redactar estas líneas por una inminente preocupación: la MUD, con todo lo que debería estar haciendo en activismo político a lo largo y ancho de la nación, se ha dedicado exclusivamente a las apariciones en prensa, informaciones sobre a la mesa de diálogo y expresar apoyos sin un sustento real en la calle.
            Hay un trabajo extraordinario, vale decirlo, de muchos diputados y dirigentes que han ayudado en gran manera a la resistencia activa: el equipo de DDHH donde destacan Miguel Pizarro y Delsa Solórzano, equiparables al de otras ONG, instituciones y abogados independientes que han metido la mano para ayudar al Movimiento Estudiantil, principal agitador de masas y víctima de la represión gubernamental.
            Sin embargo, la lucha de hoy nos convoca a todos. Está muy bien declamar sobre nuestras desgracias y exhibirnos como alternativa real, pero es medular poner una agenda de actividades nacionales sobre el tapete. La MUD es un cuerpo político, conformado por partidos, y el trabajo de éstos es recorrer el territorio, organizar el rechazo al gobierno y consolidar esa mayoría que no quiere continuar viviendo en el desastre de Maduro. La política no sólo es preparación, campaña y elección. Ya sabemos lo que las esperas inactivas en la calle han traído como resultado al sector opositor. Hay que llegar a cualquier elección con la calle caliente, encendida. Para luego es tarde.

            Ángel Arellano
            Email: asearellano@yahoo.es
            Twitter: @angelarellano

            www.angelarellano.com.ve

martes, 8 de abril de 2014

El dolor de los jóvenes


         Tras las teclas que redactan las publicaciones de prensa y redes sociales, hay jóvenes desairados y entristecidos por la situación de nuestro país. Relatan lo que ven sus ojos, son parte de las trágicas estadísticas. Juventud víctima como los muertos en el barrio, presa del miedo que infunde la bota militar Ellos sienten al igual que todos, padecen nuestros males. Son, al igual que cualquier cristiano, una esponja más que absorbe el odio y la división que intoxica la calle.
            Y esa es la juventud que informa, que no sacia el hambre de decirle al planeta lo aquí sucede. Tiene claro el panorama. Sabe bien su objetivo. No quieren vivir en dictadura. No quieren ser propiedad de nadie. No quieren irse a la cama a sabiendas de que despertarán amordazados por no haber hecho todo en favor de rescatar la democracia.
Hoy las crónicas narradas sobre la Patria son vergonzosas. Cada expectativa positiva es apedreada por delincuentes que desde el estrado gubernamental no han bajado el volumen de sus groserías y odas a la guerra entre hermanos. Mientras en la calle se escucha el disparo, la sirena y la moto; en la nevera solo suena la jarra llena de agua y en el bolsillo muere el vacío silencio de la pobreza.
            Veo jóvenes comunicando historias que cuestan creer. Cuentos difíciles de digerir para el mundo y para nosotros también. Aunque haya una gente dispuesta a tolerar la dictadura por sentirse parte del menjurje del saqueo a los dineros públicos, receptores de dádivas o de un poquitico de petróleo, la abrumadora mayoría está excluida, sin futuros ni sueños. El gobierno hoy no representa a nadie. Dejaron de ser una voz para convertirse en criminales.
            En 39 hogares lloran el luto, más de 600 juntan medio para curar a los heridos, 66 familias sufren la indignación de tener a un hijo víctima de la tortura y casi 2000 sacaron a sus muchachos de la cárcel porque hay otros que injustamente siguen recluidos por protestar en contra de la patética realidad que vivimos como pueblo.
            Se han quemado cruces, asesinado mujeres, hombres, menores de edad y una esposa embarazada. Quienes disparan lo hacen sin remordimiento. Las agresiones son una gracia y la justicia no llega. Caen estudiantes muertos y al gobierno sólo le interesa que los gringos no los sancionen porque saldrá la lista de negocios podridos a costillas en el imperio que tanto han maldecido.
            Escucho el llanto de la impotencia, veo la mirada de indignación. Siento la molestia de mucha gente que no sabe qué será de sus días sin dinero, ni empleo, ni seguridad. Sin conseguir la comida, las medicinas y los repuestos para salir a buscar el sustento. El gobierno ha sembrado frustración y por eso cosecha rechazo.
            No sé qué hará el muchacho que estudia hoy fajado entre libros si mañana no habrá trabajo. No sé pa´ dónde irá el enfermo sin sutura que lo remiende. No sé qué hará la madre sin conseguir la bombona de gas, los pañales y el litro de leche.
            Una depresión terrible sufre mi pueblo. El dolor de la dictadura, el dolor de la oscuridad. Lo que le duele a Venezuela es lo que le duele a los jóvenes que luchan por ella en toda la Patria. La tarea sólo demanda unión y compromiso.
            La dictadura no resolverá este entuerto. De ellos nunca se ha visto iniciativa para bajarle dos al conflicto. La dictadura sólo manda y no le importa lo que suceda. Por eso no puede continuar, hay que cambiar este rumbo. El pueblo sabe de condiciones claras, la gente quiere que se reconozca al otro. La ley es para todos.

Ángel Arellano
Twitter: @angelarellano

martes, 1 de abril de 2014

A propósito de la antipolítica

          Para preludiar este breve comentario sobre un tema que una vez citado ocasiona prolongadas discusiones, quiero decir que aunque la antipolítica es la perenne condena a la incapacidad política para generar cambios en la sociedad, muchos de los notorios protagonistas de esta práctica han aprovechado los ríos revueltos como trampolín para hacerse un lugar en el estrado político.
            La situación venezolana, con sus tragedias y tensiones propias de la lucha entre el bien y el mal, ha dejado un mar de oportunidades para los críticos férreos, pescadores sin puerto, que andan quejándose de cuanta cosa se hace en la oposición y en el gobierno, sintiéndose sólo dignificados por aquellos que desde un fugaz atril mediático arremeten contra todo lo que ha costado construir.
Los movimientos estudiantiles universitarios, los partidos políticos tradicionales y emergentes, las asociaciones civiles y ONG levantadas a lo largo de años de lucha contra la desigualdad y arremetida incesante de 15 años de edificación de una dictadura, son parte importantísima en el restablecimiento de la democracia. Para impulsar un cambio hay que estar muy organizados y caerle a plomo las 24 horas a unas estructuras, que bien o mal aglutinan a un sector de la población, es rodar por el camino equivocado.
Digo esto a propósito de los voceros aparecidos, habladores del infortunio, que desenvainan improperios contra la posición de cierta dirigencia que no se alinea a la antipolítica. Unos segundos en CNN o el micrófono de un auditorio repleto de ciudadanos vulnerables al mensaje ultra radical, no pueden ser mayores credenciales para hacer política en un país tan dividido y devastado.
Es evidente que hay nuevas caras. Algunas, quizá aceptando el apoyo de corbatas desconocidas e infiltradas, salen envalentonadas a la palestra a arremeter contra Maduro, pero también contra quien lo adversa, sin plantear nada, carente de cualquier soporte organizativo. Voces repletas de crítica y cosas que decir, pero vacías de propuesta.
La antipolitica no saca dictaduras, las atrae y consolida. Si usted tiene la razón en algo, argumente, proponga y trabaje. ¿Qué propone la oposición? El regreso de la democracia y la institucionalización del país. ¿Tienen varias visiones? Sí, hay pluralidad y se debe empujar con fuerza para una sola agenda. ¿La MUD ha tenido mal desempeño? Sólo el 38% de los venezolanos la ven con buenos ojos en esta coyuntura y tiene que replantearse. ¿Falta un plan conjunto? Ciertamente, sin abandonar la calle y la protesta pacífica.
El gobierno no vive un buen momento. Se siente a gusto enlutando a la nación pero su base está confundida, divida entre radicales y “lights”. Según la última encuesta del IVAD el 53% de la nación está de acuerdo con solicitar la renuncia del Presidente y 61% con una Asamblea Nacional Constituyente. ¿Acaso más muestra de rechazo?
Ante esto, la actitud de todos los sectores políticos, estudiantes, jóvenes, profesionales, partidos, gremios, intelectuales y demás organizaciones, debe ser la de continuar la lucha en unidad. Buscar los puntos de encuentro en función de avanzar. Unión real, un fuerte pacto como alternativa a la dictadura y condenar la antipolítica, porque entre tanta desmemoria, suelen repetirse malas experiencias.


Ángel Arellano
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lunes, 17 de marzo de 2014

El silencio de los chulos

 
            Imagino la puesta en escena del Estado venezolano en las instancias internacionales cercanas. Cada llamado o reunión solicitada por algún embajador en la OEA, Unasur y Petrocaribe, es inicio de un teatro en el que se enciende un video beam proyectando documentales finamente producidos para mostrar la agresiva oposición versus el amable gobierno que pregona diálogo y la paz.
            Sube el telón: las primeras imágenes descubren un enérgico Leopoldo López llamando a la rebelión civil y estudiantes manos blancas que sacan pistolas de entre sus libros de matemática, medicina o literatura, para atentar contra los guardianes de la paz hoy mal puestos como “Colectivos Paramilitares” por la irracional oligarquía fascista del este de Caracas.
            Pregunta el representante de Venezuela ante el auditorio extranjero: Hermanos, luego de ver esta exposición de hechos en un país cuyo Presidente ganó elecciones el año pasado sin ningún aspaviento, ¿ustedes permitirían semejante atentado contra el gobierno de su país?
            En ese contexto se han manejado las exposiciones del gobierno. Silencio total sobre las violaciones a los Derechos Humanos, presos políticos, más de 45 casos de tortura sin investigar, 1400 detenciones de manifestantes y parcialización absoluta de los poderes. Esa justificación usa la diplomacia para no elevar su voz ante el accionar de la represión madurista.
            Latinoamérica calla, sus naciones dan la espalda a la defensa de la democracia a sabiendas de que esto se puede revertir bárbaramente para la región. ¿Acaso no es peligroso de por sí convalidad la dictadura cubana luego de 50 años y permitirle un apéndice petrolero y armado? Los presidentes que hoy gobiernan el continente son los manifestantes de las últimas décadas del Siglo XX que salían a las calles en contra de los abusos del poder.
            Venezuela ha comprado cómplices a razón de la renta petrolera, el silencio de los chulos beneficiarios. Vaya a ser ejemplo de la regaladera de plata el subsidio a Petrocaribe. Desde 2014 entregamos parte de nuestra producción energética a 17 Estados de América y el Caribe para que cancelen Dios sabe cuando. Sin ir muy lejos, sólo en 2013 103 mil barriles diarios de combustible (a pagar en 25 años) se suministraron a los países de esta unión. Las cuentas por cobrar de Pdvsa superan los $41.700 millones mientras en los hospitales de la Patria muere gente a falta de insumos y la profunda escasez se encuentra en niveles insoportables.
            En 2013 Venezuela dio $3.740 millones en productos petroleros a Petrocaripe. Hoy en día esas naciones tienen harina, pollo, leche, papel higiénico, etc. ¿Y tú, que tienes que hacer colas a diario a ver qué consigues?, ¿qué tienes tú soberano habitante de la tierra petrolera? Petrocaribe tendrá años de gracia en un subsidio que compromete por lo menos dos generaciones de venezolanos. ¿Y quién financia tú bolsillo para combatir la inflación?
            El silencio de América Latina es socio del hambre, la miseria, el desabastecimiento, los altos precios de la vida y la corrupción reinante en la Patria de Bolívar: la más insegura de la región. Cuando Betancourt sufrió aquél lamentable atentado en Los Próceres (24-06-1960) no dudó en hablarle al mundo de inmediato con las manos vendadas y consternado por la explosión, para ratificar su apoyo a la democracia y condenar los sangrientos actos de la dictadura de Trujillo. Venezuela fue gran respaldo para esos mismos países que hoy nos dan la espalda. Por tanto, sigamos en la calle defendiendo lo que por derecho nos corresponde: una nación justa, plural, que respete la vida y sus libertades universales. Sigamos protestando.

Ángel Arellano
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martes, 11 de marzo de 2014

No a la dictadura


             En su última columna sobre la situación del país, Mario Vargas Llosa se preguntaba: “¿Quién garantiza que habrá futuras elecciones dignas de ese nombre en Venezuela? ¿Lo fueron las últimas, en las condiciones de desventaja absoluta para la oposición en que se dieron, con un poder electoral sometido al régimen, una prensa sofocada y un control obsceno de los recuentos por los testaferros del gobierno?”. Remató agregando: “Desde luego la oposición pacífica es lo ideal, en democracia. Pero Venezuela ya no es un país democrático”.
            No hay democracia, quedaron erosionadas las garantías, las libertades, el derecho a la vida en primera instancia y de ahí para abajo todos los demás derechos han sido férreamente vulnerados. Cosa que, parece mentira, comprendió mucho más rápido la población que la dirigencia. Esto es dictadura, punto. ¿Cómo dialogar con la dictadura si nos están matando en las calles? ¿Qué paz ha dado el gobierno?
            Hablaba un diputado, que ya no vale la pena mencionar, sobre el “rechazo a la violencia de lado y lado”. Valdría introducir lo siguiente: ¿Cuándo fue que la oposición marchó armada para que la llamen violenta? En estos 15 años los muertos de las protestas los ha puesto el lado contrario al gobierno.  Sin la agitación de calle, en todo el territorio, no habrá presión que valga. Ya sucedió el 14A, cuando los reclamos por el fraude se hicieron sin protesta y vea usted donde paró eso.
            América Latina se ha dado la tarea de calarse los muertos de Maduro amen de mantener relaciones con una nación cuya industria energética se mantiene en decadencia desde hace más de un lustro. Los países vecinos están amordazados, silentes, mudos, imperturbables sobre los desmanes contra la población civil por parte de paramilitares vitoreaos desde Miraflores. La OEA sencillamente no existe, la ONU ni pendiente, por lo que se hace imperante reforzar la resistencia en la calle, organizada, disciplinada.
            El ex Presidente colombiano, Álvaro Uribe, expresó en reciente entrevista: “Muy buena parte el fracaso de Cuba se debe a la permisividad latinoamericana con la dictadura cubana. Yo temo mucho que al pueblo de Venezuela le estemos haciendo un gran daño con la permisividad latinoamericana con la dictadura de Venezuela”. El despertar internacional pareciera no quitar el sueño a Sudamérica. Agradecemos a los despiertos y obviamos los dormidos, nos tiene que doler más que a nadie nuestros muertos y la causa democrática es suficiente alimento para seguir en pie de lucha.
            Considero, ya reflexionando, que quienes siguen diciendo que la oposición es minoría lo primero que deben hacer es tomar un autobús y recorrer el país, hacerse solidarios con los familiares de los caídos, visitar a los torturados, presenciar las movilizaciones en los sitios más calientes de la nación. Pongamos la oreja en el asfalto, escuchemos la cola de Mercal, el chofer del carrito, el bodeguero de la esquina y dejemos los fríos cálculos electorales que acostumbraron a este pueblo a sentirse perdedor.
Bastaría saber si en las protestas masivas están de acuerdo con desmovilizarse, protestar desde el balcón o finalmente claudicar. Le expresión popular ha sido gigantesca y hay voceros dedicados 24 horas sólo a cuestionarla. Es momento de escuchar y orientar a la masa en base a victorias pequeñas que sumen a la gente, luchar por las demandas de la sociedad. Tenemos 15 años interpretando encuestas. No a la dictadura.

  
Ángel Arellano
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jueves, 6 de marzo de 2014

Carta irreverente a la MUD

Barcelona, 06 de marzo de 2014

Hermanos de la MUD,

            El Movimiento Universitario venezolano en las últimas semanas ha dado muestras claras de una gran capacidad de organización nacional y echa bases en la conexión con las demandas sociales de la población. Necesario es decir, que tal movimiento no sólo funciona tras las caras visibles de los voceros de las principales casas de estudio superior en la capital, sino que el mismo andamiaje se replica en el interior del país con igual fuerza y coherencia. Es decir, es la UCV, la UCAB y las universidades caraqueñas, y también en las aulas del resto de Venezuela se coordinan agendas y mensajes del mismo peso social que reciben un notable apoyo de la sociedad.
Tal concierto se vive en las universidades del norte, centro y sur de Anzoátegui, de donde escribo. Pero también en la región zuliana, andina, occidental. ¿O es que acaso las vastas movilizaciones en Táchira, Mérida, Carabobo y Bolívar no responden a un todo organizado tras el llamado de la causa?
            Quien redacta fue miembro del Movimiento Universitario en 2007 cuando aquel estallido juvenil por la defensa de la libertad de expresión despertó a las masas y cristalizó su salida en el triunfo en contra de la Reforma Constitucional que propuso el hoy difundo Presidente Chávez.
            Tanto en aquel como en el actual momento se engranó la fuerza estudiantil tras el estandarte de un valor poderoso y el protagonismo de la lucha y sus liderazgos emergentes se repartieron entre las provincias sin mayor conflicto de intereses que el de ponerse de acuerdo en base a acuerdos, aun cuando estamos hablando de jóvenes inexpertos, irreverentes e impetuosos.
            Hoy, cuando las demandas sociales han llegado al extremo del colapso, cuando el país desahuciado y en bancarrota no puede soportar más el teatro que lo desgobierna, el estudiantado ha dicho presente motivado por un sector político que con la oreja pegada al asfalto, llamó a protestar por los mil y un males que aquejan a la población general.
            Tal cosa no sucedió en la institución que cohesiona las organizaciones políticas contrarias al oficialismo. La Mesa de la Unidad Democrática ha actuado con tal divorcio de la realidad que sus voceros en Caracas y en las regiones han llegado a preguntar tamaña respuesta como “¿y ahora para dónde va esto?”. Si la MUD, centro de convivencia de los más distinguidos líderes y dirigentes políticos de la democracia no se encuentra sinónima a la rebelión que se vive en las calles, pues seguirá cumpliendo penoso papel, con todo respeto. La MUD en casi toda la República se inactivó el 9 de diciembre, luego de las elecciones, y apareció el 12 de febrero en la noche para llamar al cese de actividades por tres días tras el saldo de muertos que dejó la arremetida de la GNB, Sebin y colectivos armados. Planteamiento, que como ya vimos en el pasar de los días, no fue acatado por nadie.
            Es por ello que vemos situaciones vergonzosas como la declaración del diputado Julio Borges llamando a la desmovilización en conmemoración al primer aniversario de la muerte del caudillo Chávez, cuando el propio gobierno aún se encontraba de farra celebrando unos Carnavales al que nadie asistió. ¿Cómo es eso de la violencia "de lado y lado" cuando los muertos los pone la oposición y la represión la ejecuta el gatillo de los cuerpos de seguridad y equipos paramilitares del Estado? Peor, ¿cómo se "orienta la protesta" si no se es partícipe de ella? Lastimosamente, y hay que decirlo, Borges fue criticado por la abrumadora mayoría de quienes se encontraban protestando en las calles y la opinión pública condenó la declaración.
            ¿Debe pasar por tan vergonzosos episodios la MUD a sabiendas que hay gente sumamente capaz dentro de sus filas? Sobran intelectuales, opinadores, críticos de vara alta que desde la poltrona de su hogar condenan esto o aquello y justifican cualquier accionar del gobierno como si las veinte muertes que lleva la protesta de calle no le doliera en las entrañas al país que reclama cambio. Cada fallecido de manera individual merece un mensaje en su honor, un funeral público, un obituario solidario con familiares, amigos y compañeros.
            Muchos partidos de oposición han dicho cosas como “falta integrar al barrio, a los pobres”, desconociendo que los pobres también están peleando en sus espacios. Semeja tal expresión a la de aquellos que preguntaron “¿y los sectores populares entenderán lo que significa romper relaciones con Panamá?”.
Probablemente los eruditos en relaciones internacionales no vivan en ranchos, pero más allá de que lo entiendan o no, padecen de los desastres del gobierno. De faltar producto de la deuda de $1200 millones, las 49.478 toneladas largas de carga que provienen de la nación centroamericana, acrecentará drásticamente la escasez. Eso hay que decirlo, reproducirlo en asambleas populares porque la gente no se suma a la protesta por inercia, se une cuando ve que la causa de las marchas es su causa, cuando el grito de las consignas es su grito y cuando el ruido de las cacerolas es su ruido.
Es incierto decir desde el lujo de la encuesta de coyuntura que en las barriadas hay una mayoritaria aprobación a la gestión gubernamental. La red de salud Barrio Adentro está desmantelada junto a las misiones, Mercales, Pdvales y la gente de esos sectores están en las cercanías de los abastos tradicionales (privados) haciendo colas de cientos de metros. El oficialismo no encontró argumento para rebatir las penosas declaraciones del infame camarada que administra el Ministerio de Educación. Esto ha indignado al pueblo, por eso apariciones como las de Yeiker, el muchacho de Petare que dijo “Ministro déjeme soñar, yo también puedo llegar a ser Ministro” fueron celebradas por la sociedad, un mensaje que hasta el momento no había salido de los laboratorios de la democracia.
¿Puede o no hacer la MUD un esfuerzo que la compare en cuanto a organicidad y acción al Movimiento Universitario? ¿Puede o no superar su alarmante pasividad y ser parte de la emergencia de una movilización social que no solo responde a fiebre política sino al hambre, el desempleo, la escasez, la inseguridad y la decepción con el régimen?
Creo que una de las causas que ha hecho ajena a la MUD como ente aglutinador en el momento que redacto es el predominio del ego y de los intereses ocultos de cada organización. Nos consta que hay gente sumamente inteligente no solo en la conformación de la MUD, sino en su dirección nacional y en muchas regiones, pero eso debe traducirse en acompañamiento a la calle, al encuentro de los iguales.
Hacemos un llamado amigo a aquellos ilustres, intelectuales, profesores, maestros, que apoyan a la causa democrática a ser colaboradores de la lucha no solo en la facilidad de la red social, sino en las reuniones populares y encuentros de calle para que nutran con sus luces a la población. No podemos dejar de ajuntarnos a esas masas que están en la calle a la espera de refuerzos de las barriadas porque somos la misma gente. Es falso que el pobre no protesta, es falso que es una causa de clase media. Quien hable de eso le hace el juego al gobierno tanto o más que el que habla de diálogo sin condiciones. Los que asistimos a la calle podemos ser observadores de la verdad y por tanto criticamos pronunciamientos de la MUD que se presentan altisonantes para con lo que se vive en el país.
Es tiempo de la verdad, y la verdad se construye uniéndonos a la esperanza ciudadana de cambio. Todo lo que se ha hecho en la oposición por años, algunas acciones equivocadas otras muy certeras propias del batallar contra este régimen, ha sido para reemplazar a quienes destrozan nuestro país. No confundamos a la gente con interrogantes propias de un extranjero. Seamos amigos de la realidad, y al igual que el Movimiento Universitario, tengamos la valentía de engranar la maquinaria nacional en acompañamiento a la gente porque resulta sumamente preocupante la inacción de muchos sectores que siquiera han dicho “aquí estoy, con qué puedo ayudar”.
Unidad, Unidad y más Unidad. Que prive el compromiso, la coherencia y la calle. Juntos vencemos.


Ángel Arellano

Twitter: @angelarellano
Email: asearellano@yahoo.es

lunes, 3 de marzo de 2014

El reconocimiento del otro

          Las sobreexpuestas pasiones políticas han caldeado el panorama hasta el extremo de sentirnos en un territorio en ebullición. No es para menos, se contabilizan 18 muertos, 33 torturados, más de 800 detenidos y una cifra de heridos no exacta producto de la misma trifulca en la que se ha sumido el país. Estamos a centímetros de una explosión inaudita, las masas siguen movilizadas con la consigna intacta de luchar por sus merecidos derechos.
            Vale recordar, a los apasionados del diálogo sin condiciones, tal como expresamos por esta misma trinchera de opinión la vez aquella que los alcaldes fueron citados a comparecer en Miraflores, que no ha existido muestra alguna de amistad por parte del gobierno delincuente. Los shows televisivos de Maduro no los ve nadie y la arremetida internacional contra la dictadura sigue avanzando.
            Sin condiciones, estimados lectores, no hay nada que hablar con los malandros que tienen el poder. Cuando los estudiantes exigieron más seguridad no sólo para sus destartaladas casas de formación, sino para todo el país, lo que recibieron fue disparos por parte de los paramilitares que operan Diosdado Cabello y el Ministro Rodríguez Torres.
Cuando se movilizó la nación entera pidiendo justicia, lo que recibió la ciudadanía fue abominables imágenes y videos de torturas, agresiones, ensañamiento y golpizas que nada tienen que envidiar a las dictaduras más encopetadas de este mundo. Maduro ha sido tan ramplón, tan vago y bruto en su accionar que no se ha dado cuenta que cada acto vandálico de la GNB, Sebin, Tupamaros y Colectivos “de la Paz”, quedaron registrados, documentados y reproducidos en todo el planeta.
            Sigue Leopoldo López preso, sigue Simonovis agonizando, sigue el Táchira sitiado, siguen muchos estudiantes y jóvenes detenidos, siguen impunes las acciones contra la protesta, sigue el cerco mediático, sigue el mismo CNE, TSJ y Contraloría General arrodillados a los gorilas, siguen los cubanos infiltrados hasta en los tuétanos del aparato público; no hay nada que negociar sin condiciones.
            La política, aun en los momentos más tormentosos y difíciles de la humanidad, destaca como labor de entendimiento para lograr el fin común. Trata de la moderación, la diplomacia, el entendimiento, la conversación entre los sectores de un pueblo. Eso no lo ha inventado nadie, eso está ahí, vivo en la hemeroteca de la historia. Obedece al reconocimiento del otro, del saber que somos ciudadanos de una misma nación y que como tales merecemos el mismo respeto y consideración.
            El gobierno se ha dedicado a tirotear ese sentido político. No deja espacio para que todos andemos, no deja sitio para que nos expresemos. Entonces, queridos lectores, no hay manera de dialogar con semejantes padrotes queriendo imponer su desastre a golpe y porrazo. El derecho a la vida está por encima de todos los derechos, y si Maduro y su combo no protege ni respeta el derecho a vivir que tiene cualquier venezolano, entonces él no tiene derecho a gobernar. Así de simple.
          15 años hablando de revolución y en este país se sepultó el término “imperialismo” cuando unos diputados norteamericanos hablaron de congelar las cuentas bancarias de los enchufados en Miami. Cumplan con las condiciones o seguirá esta llama en las calles.

Ángel Arellano
Twitter: @angelarellano