
lunes, 17 de agosto de 2015
El elefante en la cristalería

martes, 19 de mayo de 2015
Guerra de escándalos

domingo, 18 de mayo de 2014
El delito estudiantil


martes, 21 de enero de 2014
Diálogo y sus condiciones
lunes, 28 de octubre de 2013
La desaparición de lo público
martes, 10 de septiembre de 2013
Patria sin luz no existe
miércoles, 20 de marzo de 2013
Estudiantes de #Venezuela pintaron fuentes de rojo en señal de protesta contra la violencia FOTOS
lunes, 24 de diciembre de 2012
2012: VAN 18960 HOMICIDIOS
lunes, 23 de abril de 2012
HOMICIDIOS
lunes, 3 de octubre de 2011
Inseguridad: un problema joven
No culmina aún agosto de 2011 y ya en el populoso sector El Viñedo de Barcelona, el conteo de homicidios en la prensa registra unos 5 jóvenes en edades comprendidas de 16 a 23 años.
Caen abatidos en las calles de los pueblos de Anzoátegui y Venezuela. Todavía no podemos comparar la permanente guerra religiosa en el mundo árabe, puesto que nuestras estadísticas rompen los pronósticos de un cruento conflicto permanente en la nación.
Fueron 569 los ciudadanos que murieron a manos del hampa en la entidad en 2010. La cifra es una aproximación de las instituciones oficiales porque siempre la suma extra oficial es sanguinaria y asfixiante. Con números así rondando entre las familias anzoatiguenses, se hace imposible esperar sensación de seguridad, problema que se ha convertido hace varios años, en la principal preocupación del venezolano.
La depuración a los entes de seguridad regionales, que en algún momento de los inicios de Tarek William Saab se realizó como importante iniciativa; con el pasar de los años las prioridades de los oficialistas es otra.
Hoy la Policía de Anzoátegui y sus cuerpos asociados son un nido de mafias que no se frenan por el brazo de la autoridad y la justicia. Los jóvenes percibimos esto diariamente y es parte de la desmotivación social que existe en la patria, inclusive la más peligrosa de todas: la sumisión por el temor a perder la vida, quedarse sin bienes materiales o inclusive familiares.
Una joven murió en el Instituto Universitario Politécnico Santiago Mariño luego de que le robaran su BlackBerry y así va caminando el hampa, a paso de vencedores, sin Fiscales ni Defensores. La población nueva (16 a 27 años) es el gran 70% de víctimas que pierden la vida, y con ella las esperanzas de la familia venezolana: Tareck El Aissami es la fuente directa de la tragedia. Ante esta realidad, la respuesta juvenil debe venir llena de un optimismo sólido y renovador.
Los Jóvenes por la Democracia Social de Un Nuevo Tiempo anunciamos agenda de visitas municipales para engranar equipos en todas las jurisdicciones de la región a partir del primero de septiembre.
Hacer acto de presencia en la zona norte, oeste, centro y sur de Anzoátegui es una nueva meta trazada para llevar la realidad de la inseguridad al público joven que sabe de qué se trata pero que no profundiza por temor o inexperiencia. Políticos somos todos porque entendemos que comunicando trascendemos en nuestro pensamiento y hacia allá vamos con una maquinaria sólida, coherente y organizada de muchachos y muchachas orientales que puedan ofrecer nuevas ideas nacidas del calor del debate en la comunidad contra este flagelo social.
Ángel Arellano
www.angelarellano.tk
232 en un fin
La inseguridad se mantiene como el primer problema social de Venezuela. Terror en las calles con el hampa fuera de control. No hay donde esconderse. 232 personas, en su mayoría jóvenes, murieron el pasado fin de semana en el país. Pierde la vida más gente nuestra en las calles que en las tierras del conflicto religioso árabe.
Muere el futuro en las calles, arrebatado de los brazos de padres y madres que con esfuerzo construyen una familia. Vale recordar la anécdota que el zuliano Pablo Pérez agregó a su discurso de presentación como candidato presidencial a las primarias de Unidad: “Catalina, una mujer colombiana, quien es padre y madre a la vez, debe ahora ser padre de sus nietos porque perdió a sus hijos luego de que la violencia se los llevara”.
El Sistema de Policía Nacional, una iniciativa ideal para unificar a todos los cuerpos de seguridad en un solo ente capaz de articular la vigilancia, asistencia y cuidado de los ciudadanos, está lento en su conformación total. El Gobierno Central presiona, reglamenta y coordina la formación del mismo, pero la escaza política de orden que emana el Ministerio de Interior y Justicia, así como otros entes respectivos, no “cuaja” y por eso vemos que la Policía Nacional da tantas vueltas y no arranca con todo.
Contadas son las patrullas que en Anzoátegui funcionan al servicio de la gente. El policía de hoy es un funcionario público con escazas reivindicaciones salariales y que no cuenta con respaldo de un Ejecutivo que atienda sus demandas, por eso tanto malandro y mafioso vestido de policía. Por lo menos en el 70% de los hechos delictivos que suceden en Venezuela, participa al menos un agente de la seguridad pública.
Son temas de vida o muerte, nuestras familias corren peligro entre tanta inseguridad y el PSUV prefiere convocar sesión extraordinaria en la AN para hablar del cierre a 6to Poder. Comienza la arremetida de este trimestre contra otro medio más medio, no había nada nuevo que esperarse por ser esto tan normal. Cierran el semanario referido, aprensa a su directoral general e inician otra casería contra Leocenis García, presidente de la empresa.
La Fiscalía del Ministerio Público en tiempo record terminó las seis acusaciones para la publicación por sacar una primera plana con fotos editadas de mujeres con cargos en el Poder Popular. Pero, hay que decirlo así pique a los chavistas, el retardo procesal se comió a la revolución bonita porque la crisis penitenciaria transpiró hasta llegar a todo el mundo. La comunidad internacional sabe claramente el desastre por el que pasa Venezuela.
Muere una muchacha de la Universidad de Carabobo, siguen cayendo abatidos jóvenes por un celular. Y así corren los días. La transformación de la nación llega de nuestra mano y participación, es necesario activar.
Ángel Arellano
www.angelarellano.tk