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lunes, 24 de diciembre de 2007

Vista actual del Movimiento Estudiantil: crítica a las “Aspiraciones políticas”


Una vez más el ansia de poder hace delirar a políticos y dirigentes “opositores” en el país. Con el acercamiento a las elecciones de alcaldías y gobernaciones que serán, supuestamente, en octubre de 2008, salen a la palestra pública las múltiples divisiones del bloque “opositor” de Venezuela, mostrando su cara egoísta y buscando el derrumbe de espacios políticos vírgenes de lucha que se han creado con mucho esfuerzo.

Dentro de estos espacios se encuentra el contundente Movimiento Estudiantil que se aferró desde el 28 de mayo de 2007 a integrarse a la protesta para crear un cambio social que ayudara a la armonía y la estabilidad en la nación. Una vez engendrada la semilla del descontento en las universidades con el anuncio atropellánte del cierre de una planta de televisión privada, los estudiantes de todas las casas de estudios superiores del país esperaron el ejecútese del cese de la señal para hacer suyas las calles y avenidas y cosechar el aroma de negación a la orden represiva que tomaba el ejecutivo nacional en represalia a una ventana abierta a la crítica de su mandato y acción de gobierno.

Con discriminaciones, golpes, químicos, represión policial y militar se quiso hacer sucumbir el llamado generalizado a manifestarse, pero el gobierno no logró callar las voces universitarias. Muchos fueron los heridos y siguió el Movimiento Estudiantil con la vista en el cambio, tan o más libre que en mayo de cualquier lineamiento partidista u orden ligada al poder.

Transcurrían los días de octubre cuando el Movimiento Estudiantil, ya con una “organización” a duras penas establecida en asamblea (el Parlamento Joven Estudiantil de Venezuela) se trazaba otra meta: el no a la Reforma Constitucional que presentaba el Presidente de la República, Hugo Chávez, y la Asamblea Nacional. En el comienzo de la campaña universitaria en contra de la Reforma se hacían ya muy visibles las esporas de los partidos políticos del bloque de la “oposición” en la vocería del Movimiento. A éstos partidos se les agrega un nuevo aliado (el partido pro gobierno PODEMOS) que se posicionó en un principio en desacuerdo con la propuesta.

Los partidos “opositores”, en su mayoría ideólogos de la derecha, los cuales, pese a su egoísmo, intereses y nefasta praxis política, que los ha llevado a una y otro derrota contra este régimen de discriminación social y corrupción, integraron sus fichas juveniles en el boom que era la dirigencia estudiantil para ganar un poco de publicidad y hacerse con unos militantes frescos que pudieran acoger las líneas de su organización. Con comidas, camisas, fiestas y, en el peor de los casos, dinero, buscan ganar la confianza de “dirigentes estudiantiles” para incluirlos en la red sin salida que es una tolda política “opositora”.

Estar siempre pendiente del grupo de jóvenes que “mueven” las escuelas en las universidades para ofrecerles “regalitos” parece el objetivo principal que se planteó todo partido “opositor” al comenzar la manifestación por el no a la Reforma. Luego de la victoria conseguida gracias al exhaustivo trabajo para impedir la acreditación a la dictadura los cargos en organizaciones y ONGs, talleres de liderazgo y vocería para convertirlos en los “líderes del mañana”, viajes a reuniones y conferencias sobraban para todo aquel estudiante que decidiera cuadrarse con el partido que le pareciera más atractivo (toda una gama de colores, estilos, pero no de realidades). Comenzó a desempolvarse el sentimiento lucrativo que guardaba mucha gente. Se escuchaba en reuniones del Movimiento Estudiantil “nosotr@s sabemos que aquí todos tenemos aspiraciones políticas”. ¿Qué son las aspiraciones políticas? Conseguir el lucro después de un trabajo colectivo. Olvidarse de las personas que creen en un cambio social y que han dedicado tiempo de sus vidas en estudiar dichos cambios para poder, de la manera más propicia, aplicarlos en su comunidad por un bien equitativo, igualitario y justo. Olvidar las peleas, muertos y heridos que se sucedieron en Venezuela en reiteradas ocasiones para llegar a este momento de la historia. Lograr el clímax de la publicidad individual para luego aspirar a una jerarquía en la estructura del Estado. Y, en general, borrar la poca o mucha confianza que haya depositado alguien en otra persona porque simple y llanamente se dio cuenta que la otra persona esperaba salir airoso del trabajo realizado por todo el grupo.

No solo son jóvenes y estudiantes los que tienen y seguirán teniendo sus “aspiraciones políticas”, sino también, dirigentes de partidos políticos, empresarios, concejales, alcaldes, gobernadores entre otros “líderes” que apuestan a la división del Movimiento Estudiantil en muchas regiones del país para crear solo una vocería del mismo que responda a sus intereses y beneficios y robar el poder de convocatoria y credibilidad que con sacrificio y trabajo han cosechado los estudiantes de toda Venezuela. A muchos parecerá irreal pero es muy cierto, tan cierto que las divisiones en el Movimiento Estudiantil se ven… a leguas se ven. Ese Movimiento que nació y juró ser virgen y no responder a ninguna orden de factor de poder alguno se ve ahora afectado por sus “aspiraciones políticas” y no saben si irse con uno o con otro. Solo debe haber conciencia, equilibrio y consenso para poder dar un determinado apoyo (de parte individual) a persona o grupo alguno que lo requiera.

Para esta problemática existe una respuesta que es hasta más contundente que ella misma y es que es más grande el número de jóvenes estudiantes que creen en el Movimiento Estudiantil y lo apoyan por convicción revolucionaria y no por lucro, que las simples cáscaras que están para estampar su cara en un medio de comunicación o en una lucha colectiva. Y ese número es proporcionalmente una cifra a la cual jamás llegarán las marionetas que se venden a los partidos y organizaciones.

Los grupos de trabajo social y político deben surgir como respuesta a reacciones espontáneas, en este caso, del estudiantado, y no dejarse dirigir por nadie. Las jerarquías dentro de los colectivos sólo crean desigualdad, exclusión y, con el tiempo, fracturas que acabarán con la idea primaria por la que se partió la formación de éste.

La chispa que encendió la gran mecha que se llama Movimiento Estudiantil 2007 fue la inconformidad de los estudiantes y jóvenes del país que se hartaron del abominable sendero que trazaba Miraflores para tod@s nosotr@s y colocaron la vista en el cambio que diera felicidad, seguridad y progreso a la comunidad venezolana. El trabajo del Movimiento Estudiantil, luego de la no aprobación a la Reforma Constitucional es seguir creando espacios de lucha, crítica y debate social, colaborar con la sociedad en general sin parcializarse por uno u otro motivo y de ayudar al país en subir esos escalones que faltan para alcanzar la paz.

El Movimiento Estudiantil no se rebaja ante líneas partidistas ni intereses de nadie, no se arrodilla ante empresarios ni dirigentes políticos. El Movimiento Estudiantil mantiene su carácter fresco y fuerte con el que se inició en la travesía de la transformación en mayo de 2007. El Movimiento Estudiantil se respeta y se seguirá respetando.
Ángel Arellano
CI: 19.841.865
asearellano@yahoo.es