Aquí encuentras mi opinión, lo que pienso sobre Venezuela y el momento que nos ha tocado vivir. Lecturas, crónicas, artículos, relatos y crítica... Bienvenidos.

martes, 31 de mayo de 2016

El ocaso del progresismo latinoamericano



Los medios de comunicación y los foros de reflexión política comienzan a dar abundante espacio a un tema que esperábamos desde hace algunos años: ¿el fin de la ola de gobiernos de izquierda en América Latina? Digo “esperábamos” porque mientras los gobiernos progresistas post-neoliberales lograban el mayor consenso en la región para imponer su retórica, favorecidos por el repunte espectacular de las materias primas en la década 2000-2010, liquidaban de la escena pública a quienes tuvieran una postura crítica, muchas veces reprimiendo manifestaciones, cerrando medios de comunicación social y hasta encarcelando a dirigentes políticos.
Paradójicamente, el discurso reformista se consolidó en voceros sordos a la disidencia. Quienes fueron contundentes críticos del neoliberalismo de los noventa, intentaron liquidar a sus propios críticos cuando les llegó el turno de gobernar. Los abusos de estas administraciones bajo el manto de las “realizaciones sociales” y la disminución de la pobreza, nutrieron un nuevo establishment que destaca entre los más corruptos registrados en el Continente.
            Ahora bien, tiene espacio la siguiente interrogante: ¿gobiernos “izquierdistas” o gobiernos “progresistas”? ¿Han sido el chavismo, el kirchnerismo, el lulismo y los otros movimientos en Nicaragua, Ecuador, Bolivia, etc. realmente gobiernos izquierdistas? ¿O se abrazaron de una propaganda que los mostraba como la “nueva izquierda” latinoamericana para aprovechar el beneficio semántico que esto suponía en una región del mundo en la que la “derecha” sigue estado mal vista? ¿Continuidad o ruptura del neoliberalismo de los noventa?
A diferencia del Frente Amplio uruguayo (1971) y la Concertación de Partidos por la Democracia en Chile (1988), coaliciones de centro, centro-izquierda e izquierda radical que llegaron al gobierno con programas fundamentados en los postulados históricos de la izquierda mundial (igualdad, inclusión, estado de bienestar, laicidad, pacifismo), ni el chavismo militarista, ni el elitesco kirchnerismo, ni el lulismo pragmático (que pactó hasta con la derecha para lograr su permanencia en el poder), son precisamente referentes auténticos de la izquierda. Aun cuando todos estos pseudo izquierdistas hayan hecho lo imposible para congraciarse con Fidel Castro, o aplaudido la creación del ALBA como respuesta al ALCA, no dejan de ser experimentos “progresistas” con un alto contenido autoritario.
El pensamiento pragmático occidental, al que por cierto se ha plegado China en los últimos años posicionándose como la potencia mundial con mayor crecimiento e influencia en el mercado, ha tenido como soporte ciertas bases que resumimos en las famosas “seis aplicaciones asesinas para prosperar” del historiador británico Niall Ferguson: La competencia, la revolución científica, el derecho de propiedad, la sociedad de consumo, la medicina moderna y la ética de trabajo. Mientras los países del mundo buscan un espacio en el mercado global para mejorar (de esa manera liberal) la calidad de vida de sus ciudadanos, la izquierda iliberal persigue, con su discurso romántico, temerario y altisonante, un fin totalmente distinto: la entronización en el poder beneficiando a la nueva élite política y empresarial.
            ¿No han sido Alemania y Corea ejemplos suficientes del desempeño de territorios iguales, con la misma gente, la misma geografía, la misma historia, pero distintas ideas (capitalismo vs comunismo), instituciones (abiertas vs cerradas) y formas de gobierno (democracia vs dictadura)? ¿Acaso fue el marxismo y la savia socialista el triunfante de ese experimento? ¿O mejor es darle espacio a aquella filosofía de la derrota que reza en una frase de Galeano en su introducción a “Las venas abiertas de América Latina” de la cual terminó disintiendo antes de morir? (“ocurre que quienes ganaron, ganaron gracias a que nosotros perdimos: la historia del subdesarrollo de América Latina integra, como se ha dicho, la historia del desarrollo del capitalismo mundial”).
            Continuará…

Ángel Arellano

martes, 24 de mayo de 2016

“… la tradicional, la inenarrable hambre venezolana”


          -Ya no sé qué decirle mano. Ni arepa con mortadela se puede comer. El aseo personal ha pasado a ser algo de poca importancia en comparación con el hambre. En el barrio las familias comen mango porque no hay comida. Así matan el hambre. No me explico por qué no ha explotado un peo.
            Mango, el nuevo alimento de la patria. La dieta que impuso la crisis. Tanta es la miseria que vive Venezuela, que nuestros compatriotas se encaraman en las matas buscando frutas para mitigar la escasez que carcome sus entrañas. El hambre está en todas partes.
Los venezolanos de hoy viven una situación que nunca conocieron, pues los libros de historia carecen de referencias sobre coyunturas semejantes. Incluso la barbarie de la guerra de Independencia y las crisis posteriores no nos sirven para establecer comparaciones. En aquel momento el Estado que nacía era sumamente pobre. No gozó de las fortunas que dos siglos después derrochó la Revolución Bolivariana. Son eventos infinitamente distintos, y aunque “el pasado se niega a ir al cementerio y se disfraza y se maquilla de presente”, en palabras de don Elías Pino Iturrieta, la actualidad nos sorprende con una catástrofe inédita.
Cuando lo que después se tradujo como “chavismo” se abría camino en la década de los noventa, condenando el bipartidismo y las realizaciones de la “Cuarta”, se trazaron las líneas de una oscura narrativa que llegado el momento de controlar el poder, el nuevo gobierno potenció al extremo haciendo uso de todos los medios a su favor para posicionar que durante la República Civil el “pueblo” sólo conocía una dieta de agua de arroz, agua de pasta y perrarina. Así lo relataron de Chávez para abajo una y otra vez sin cesar, evangelizando a la sociedad sobre las tinieblas de los gobiernos adeco-copeyanos y el contraste con la buena nueva que traía la espada de Bolívar bendecida por la bonanza petrolera. Años después, los demonios que le acuñaron a la “Cuarta” terminaron exorcizando a la “Quinta” como preámbulo de su eventual despedida de Miraflores.
Este es el cuadro actual: el consumo calórico diario en los niños bajó de 2.500 a 1.780 según el Observatorio Venezolano de la Salud y la desnutrición infantil es la más alta de América Latina con un 9%. Existe un desabastecimiento de alimentos básicos en un 80% de los supermercados y en el 40% de los hogares. Al 87% de los venezolanos no les alcanza el dinero para comprar comida.
Ha dicho Germán Carrera Damas que el proyecto nacional venezolano “es el esfuerzo implementado por los vencedores”. ¿El chavismo dejó de ser el sector vencedor luego de 17 años gobernando? La desgracia que cubre el país es el derrotero de un proyecto cuyo líder y eje cohesionador desapareció físicamente y se mantiene sostenido por los endebles andamios que provee un Tribunal tránsfuga y unas fuerzas militares corrompidas. 
En 1943 el Ejecutivo abordó comunicacionalmente la crisis alimentaria a nivel nacional partiendo de que no existía tal déficit de comida, sino “avitaminosis”: falla o deficiencia en la cantidad de vitaminas que el organismo requiere. Para salir al paso, con un sonoro discurso en favor de la democracia, Rómulo Betancourt expresó desde el Nuevo Circo en Caracas que “un flagelo está destruyendo a nuestro pueblo: es el hambre que ahora tiene un nombre pedante: avitaminosis. (…) Se llama avitaminosis, pero es la clásica, la tradicional, la inenarrable hambre venezolana”.
Ni mango es comida, ni Nicolás Maduro es líder, ni el Socialismo del Siglo XXI es un proyecto viable. Los tres sujetos, cuando han estado acompañados de los predicados mencionados anteriormente, han terminado en un engaño.

Ángel Arellano

sábado, 21 de mayo de 2016

Lo que ha cambiado en Venezuela: el reto de la oposición

Protestas contra Maduro se intensifican en Caracas. Foto: Reuters
Las tensiones socio-políticas que se viven en el país muestran por un lado a la Revolución Bolivariana usando sus últimas fuerzas para mantenerse en el poder y por el otro a una Mesa de la Unidad Democrática que de prevalecer unida puede llegar al gobierno

Por Ángel Arellano

         La tragedia social vivida en el país ha dejado no muchas certezas y abundantes dudas. Poco pueden anticiparse los análisis sobre el futuro inmediato ante una crisis que ha hecho metástasis en cada uno de los eslabones de la vida del venezolano. Si bien no ha cambiado la situación económica desde el ascenso al poder de la Revolución Bolivariana, toda vez que las medidas tomadas por el régimen siempre fueron extractivas, propiciando un terreno fértil para el crecimiento del gasto público, el endeudamiento y la corrupción, y el enquistamiento de una nueva clase política ahora enriquecida y controladora de cada átomo del Poder Público Nacional (con la reciente salvedad del Parlamento, en lo operativo y político más no en lo legal), hay cosas que sí han tomado otro rumbo, como la dinámica a lo interno de la oposición, sector político que luego de tres lustros de ser minoría ahora controla la Asamblea Nacional y muestra sus cartas para sacar al chavismo de la Presidencia de la República.

Cualquier análisis del comportamiento interno de la oposición antes de 2016 evidenciaba marcadas divisiones internas en las que se privilegiaba el programa o plan político, muchas veces oculto o discreto, de la dirección nacional de cada partido. Al respecto se escribieron kilómetros de páginas1. Por lo general cada corriente interna dentro de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) contaba con una agenda propia que en demasiadas eventualidades, públicas y por lo general ampliamente reseñadas en la prensa, tenía puntos de encuentro o desencuentro con las otras corrientes. Esta situación daba espacio al predominio de tensiones internas y disminuía las posibilidades de acuerdo para programas de actividades comunes que pudieran realizarse continuamente y mantenerse en el tiempo, a la vez que potenciaba la crítica chavista.

Sin embargo, el triunfo de la elección parlamentaria por parte de la MUD trajo consigo un cambio sustancial que ahora, luego de cuatro meses manejando el Poder Legislativo, comienza a notarse.

Existen tres corrientes definidas dentro de la oposición. Cada una aglomera partidos políticos, grupos de intelectuales, ONGs, y tiene una considerable popularidad. Ninguna puede prescindir de la otra en el afán de salir del gobierno oficialista, pues la discrepancia en el mecanismo constitucional para cambiar al Presidente fue lo que terminó por darles no sólo una identidad a lo interno de la MUD, sino también a lo externo, hacia el público que no pocas veces criticaba a los actores de la oposición por no mostrar sus cartas y mantenerse en constante confrontación interna, aun cuando las coyunturas electorales siempre subsanaron problemas nacionales y redimensionaron la dinámica para que el interés de llegar al poder se mantuviese por encima de cualquier otra cosa.

Cada corriente dentro de la MUD tiene una figura política que la encabeza, con un programa político sumamente difundido en lo público, y con el cual un segmento de la sociedad se identifica: Leopoldo López (Voluntad Popular), el preso político número uno del chavismo y probablemente el más popular en América, desde el evento por el que terminó en la cárcel (“La Salida”, febrero 2014) hasta la actualidad, ha persistido en que el mecanismo constitucional seleccionado debe estar acompañado por una agenda de movilizaciones de calle y agitación que permita incrementar la presión contra el gobierno de Maduro (de la Asamblea Constituyente no se hablado más)2; Henrique Capriles (Primero Justicia) insistió desde la victoria de la MUD el 6 de diciembre en las Parlamentarias, en que el Referendo Revocatorio es el camino a seguir, y se ha mantenido promoviendo públicamente esta vía; Henry Ramos Allup (Acción Democrática) ha planteado la Enmienda Constitucional a través de la Asamblea Nacional para acortar el mandato presidencial y realizar elecciones en el corto plazo. Cada corriente tiene puntos de contacto y choque, no obstante, han mostrado sus cartas, y la sociedad, aun cuando la crisis golpea al extremo, respalda en su mayoría los caminos constitucionales para deponer al gobierno de Nicolás Maduro3. Los estudios de opinión pública muestran un importante apoyo a los mecanismos mencionados y a los actores nombrados, no obstante, se evidencia una oposición que por encima de todo, prioriza salir del chavismo, y así quedó expresado luego de que la MUD anunciara el impulso de todos los mecanismos constitucionales propuestos para activar la salida de Maduro con la llamada “Hoja de Ruta Democrática 2016”4.

Recientemente, tras la visita de Henrique Capriles, Henry Ramos y familiares de Leopoldo López a la cárcel de Ramo Verde para llevar al líder preso la planilla en la que luego firmara para iniciar el proceso de convocatoria de un Referendo Revocatorio (RR), el primer mecanismo constitucional activado, es, aun cuando el Ejecutivo ha decretado los días miércoles, jueves y viernes como no laborables en toda la administración pública nacional con efecto indefinido para obstaculizar el cumplimiento de un eventual calendario electoral pro revocatorio (solo se contarán lunes y martes lo que puede imposibilitar la celebración del RR en 20165), un evento que a todas luces oxigena a la oposición y la exhibe como un sector alterno que puede gobernar el país. 

Los embates por parte de los poderes controlados por el chavismo no cesan, ni cesarán por lo pronto, pues todo indica que el conflicto de poderes entre el Legislativo y Judicial se mantendrá. Sin embargo, los parlamentarios de la MUD han advertido reiteradamente el comportamiento del “bufete de abogados” del gobierno, y afirmaron mantenerse “desconociendo las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia”6.

Los caminos para salir de Nicolás Maduro 

Las opciones constitucionales seguidas por las corrientes internas en la oposición para salir del gobierno de Nicolás Maduro nos dicen mucho de cada sector que convive dentro de la MUD. El perfil de los partidos políticos afines a cada mecanismo, y el discurso del líder de cada corriente, son variables que incluso sirven para elaborar aproximaciones a un eventual programa de gobierno de este sector. No obstante, la Unidad tiene como objetivo principal destituir al Presidente mientras mantiene a todas sus organizaciones dentro de la mesa. Para ello aprobó la puesta en marcha de tres de los cuatros mecanismos que establece la Constitución Nacional: el primero, solicitar la renuncia a través de grandes y constantes movilizaciones en todo el territorio que muestren el descontento social con la crisis que vive el país y responsabilizar al gobierno de Maduro del caos económico, político y social en el que se encuentra sumergido Venezuela; el segundo, la aprobación de una enmienda constitucional por parte de la Asamblea Nacional ahora controlada por la oposición para acortar el período presidencial (e incluso se propuso acortar el de todos los niveles de gobierno e instancias legislativas para llamar a elecciones generales) y convocar comicios electorales a corto plazo; y, el tercero, recoger las firmas para la convocatoria de un Referendo Revocatorio que decante en una elección presidencial. El cuarto mecanismo constitucional que no fue tomado en cuenta por la MUD es la convocatoria de una Asamblea Constituyente, promovido durante 2014 y 2015 por el partido Voluntad Popular pero que no logró el respaldo de toda la alianza. Una Asamblea Constituyente que plantee la refundación del Estado no se encuentra en los planes de la coalición.

Como referimos anteriormente, los partidos políticos han organizado sus agendas de actividades en función de esta “Hoja de Ruta Democrática” que trazó la MUD aun cuando a lo interno se mantengan algunas divisiones en cuánto a la preferencia del mecanismo constitucional. Sin embargo, la Unidad pidió a la militancia y los simpatizantes de la oposición acudir a los eventos adscritos a cualquiera de estas iniciativas pues, reiteramos, el fin común es sustituir al gobierno de Nicolás Maduro. Es por eso que la totalidad de las organizaciones han hecho presencia en las actividades de calle convocadas para solicitar la renuncia del Presidente (iniciando el 12 de marzo), aprobando con la mayoría de la bancada MUD en la Asamblea Nacional (el 21 de abril) la primera discusión del proyecto de enmienda constitucional, y movilizándose para recoger las firmas que soliciten la activación del referendo revocatorio (28 y 29 de abril). En cada una de estas actividades se evidenció la influencia de las corrientes internas de la MUD. Es por eso que en las movilizaciones de calle del 12 de marzo los voceros de Voluntad Popular a nivel nacional activaron un mayor despliegue comunicacional para transmitir su mensaje y el de su líder preso Leopoldo López, así como en el Hemiciclo del Parlamento tras la aprobación del proyecto de enmienda constitucional persistió la impronta de Henry Ramos Allup (AD) y en el llamado nacional para la recolección de firmas pro referendo revocatorio y los reclamos posteriores para su realización, ha ganado preferencia el discurso de Henrique Capriles y el aparataje logístico de Primero Justicia.

Principales líderes de la oposición

Leopoldo López (45 años) y su partido Voluntad Popular han sido, desde la muerte de Hugo Chávez en marzo de 2013, impulsores de iniciativas de calle que incrementen el nivel de tensión social como un dispositivo para el desmoronamiento de la estructura de gobierno y la erosión del apoyo popular en las bases electorales del chavismo. Esta estrategia tuvo por nombre “La Salida”, como lo informó en su momento el propio López. Desde su ingreso a la prisión de Ramo Verde el 18 de febrero de 2014 se potenció como una figura estelar en la opinión pública nacional a través de sonoros y periódicos comunicados firmados con su puño y letra, y una agenda de contactos internacionales encabezada por su esposa Lilian Tintori, que ha ganado entre otras cosas el pronunciamiento de diversas organizaciones como la ONU, OEA, un gran número de expresidentes y presidentes en ejercicio como Barack Obama, premios Nobel de la Paz, etc. demandando su liberación inmediata y el restablecimiento de las libertades democráticas en Venezuela. Voluntad Popular se mantiene coherente con la agitación de calle convocando constantemente movilizaciones a nivel nacional para protestar contra el gobierno de Nicolás Maduro. Sus planteamientos son radicales y persiguen una sustitución del sistema de gobierno chavista por uno basado en los términos de la Constitución Nacional, para eso dieron luz verde a una campaña pro Asamblea Constituyente aunque terminaron afiliándose a la agenda de la MUD de la cual ya hicimos referencia. 

Henrique Capriles Radonski (43 años): dirigente de Primero Justicia que comparte el liderazgo de la organización con el diputado Julio Borges, presidente del partido. Capriles fue dos veces candidato presidencial. La primera (octubre 2012) electo en primarias de la MUD luego del apoyo de López, quien declinó a su favor. En la segunda oportunidad fue candidato de consenso de la oposición tras la muerte de Hugo Chávez (abril 2013). Posterior a la última derrota electoral en la que surgió victorioso Maduro con 1% de diferencia, Capriles ha hecho hincapié en el activismo social, promoviendo visitas a los sectores más pobres y priorizando el discurso sobre temas económicos y sociales asociados a la vida del venezolano de a pie, por encima de la retórica política y la confrontación constante. Se ha mantenido recorriendo el país con giras periódicas logrando una gran notoriedad pública en las elecciones municipales de diciembre de 2013 y en coyunturas clave como el “Diálogo por la Paz” que se efectuó en 2014 entre la oposición y el gobierno de Maduro, y las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015. En adelante, ha persistido en la promoción del referendo revocatorio y en su propia plataforma comunicacional que tiene énfasis en las redes sociales.

Henry Ramos Allup (72 años): secretario general de Acción Democrática desde el año 2000. No disputa el liderazgo de la organización con ningún sector interno y ha logrado la cohesión del partido para impulsar el consenso como método de selección de candidaturas en eventos electorales. Ramos tiene una trayectoria como parlamentario de larga data y es miembro del Comité Ejecutivo Nacional de su partido desde hace más de 30 años. Regresó a la AN en las elecciones de diciembre de 2015 tras ser candidato por acuerdo interno de la MUD en una de las circunscripciones de Caracas. Logró la presidencia del Parlamento luego de salir airoso en una elección de la bancada de la MUD, aunque ha mantenido en su discurso el método del consenso entre los partidos como instrumento para la resolución de conflictos y toma de decisiones dentro de la oposición. Desde su ascenso a la presidencia de la AN ha ganado popularidad por el uso de una oratoria desafiante al régimen en momentos cruciales de la coyuntura política y su experiencia como legislador.

Podemos intentar algunas conjeturas anticipadas sobre futuras participaciones de estos dirigentes de la oposición como posibles candidatos presidenciales de la MUD. Un eventual gobierno de Leopoldo López pudiera estar, y hacemos esta interpretación a partir del análisis de la cadena de hechos mencionados, nutrido por medidas de ajuste radicales para sustituir el sistema de gobierno chavista; por otra parte, probablemente en una presidencia de Henrique Capriles tengan mayor espacio las iniciativas sociales y las acciones moderadas colocando el acento en un discurso de reconciliación nacional como palanca de impulso; y una administración dirigida por Henry Ramos puede que se oriente en el consenso partidista como soporte del restablecimiento del sistema democrático en los términos de la Constitución vigente. En todos estos escenarios bien pueden tener preponderancia los partidos de los líderes o el programa general de la coalición unitaria logrando un consenso no sólo en lo programático, que aparece en escena como una necesidad vital para que la oposición logre llegar al poder, sino como un mecanismo de estabilidad en un país cuya realidad económica, social y política es catastrófica.


Notas

1.       Duarte, Emi. (2 de junio de 2015). The Opposition is Divided (and that's ok). Caracas Chronicles. Recuperado de http://www.caracaschronicles.com/
2015/06/02/opposition-is-divided/
2.      (11 de febrero de 2015). Llamado a los venezolanos a un acuerdo nacional para la transición. Prodavinci. Recuperado de http://prodavinci.com/2015/02/11/
actualidad/lea-el-comunicado-de-antonio-ledezma-leopoldo-lopez-y-maria-corina-machado-monitorprodavinci/
3.      Vásquez, Álex. (28 de abril de 2016). 60,3% de los venezolanos apoya el revocatorio contra Nicolás Maduro. El Nacional. Recuperado de http://www.el-nacional.com/politica/venezolanos-apoya-revocatorio-Nicolas-Maduro_0_837516506.html
4.      (2016). Unidad Democrática dio a conocer Hoja de Ruta 2016 [Comunicado]. En Unidad Venezuela. Recuperado de http://unidadvenezuela.org/2016/03/38693/
5.      De no celebrarse el RR presidencial en 2016, cuando cursa el cuarto año de mandato de Maduro, y quedara diferido para 2017, el oficialismo pudiera mantenerse en el poder, toda vez que la Constitución de Venezuela establece en su Artículo 233 que el período debe ser completado por el Vicepresidente Ejecutivo en ejercicio: en la actualidad el cargo se encuentra ocupado por Aristóbulo Istúriz, uno de los dirigentes más influyentes del PSUV.
6.      (17 de mayo de 2016). Ramos Allup: Sentencias del TSJ violan la Constitución. En El Estímulo. Recuperado de http://elestimulo.com/blog/ramos-allup-sentencias-del-tsj-violan-la-constitucion/

domingo, 15 de mayo de 2016

Homenaje al Dr. Antonio José Rondón Lugo

Antonio José Rondón Lugo (Clarines 11-10-1939 / Caracas 10-05-2016)

         De niño, mi mamá me llevaba a los operativos gratuitos del hospital de Clarines organizados por los médicos y enfermeras del pueblo, algunos médicos visitantes de Barcelona y el Dr. Rondón. El primer recuerdo que me viene a la memoria del Dr. Antonio José es en la calle San Antonio, empedrada, con una bajada un tanto pronunciada en cuyo pie se encuentra la casa de mi abuelo. Desde ahí, donde viví buena parte de mi infancia, miraba al Dr. Rondón cuando pasaba esmachetado para la casa de Arturo Armas. La mayoría de las veces venía de casa de Puringa, de Agustín y Celenia, o de visitar a los viejos amigos del Casco Central. Los amigos de toda la vida, a los que nunca olvidó.
            -Segundo, ¿cómo está la vaina? -le pegaba un grito a mi abuelo o al que estuviera en la puerta en ese momento.
            -Todo bien, ¿cómo está la familia doctor? -la respuesta de costumbre.
            -Bien, gracias a Dios -contestaba alegre un señor al que nunca le conocí un mal semblante, aun cuando sobre sus hombros caía la responsabilidad, entre otras cosas, de ser uno de los dermatólogos más prominentes del Continente, y otras tantas miles de causas en las que emprendió siempre con éxito.
            El Dr. Rondón fue un hombre alegre de principio a fin. Lo sostienen sus textos y la gente que lo quería. Abundante gente, no sólo de Venezuela, porque su obra en la medicina se regó como chispa en la pradera por todo el mundo.
            El Dr. Rondón atendía a titirimundi. En la calle, en las consultas que organizaban en Clarines, en las jornadas médico asistenciales gratuitas a lo largo y ancho del país, en la universidad, en su casa. Era de esas personas incansables, ejemplo para la humanidad, en especial para la juventud de nuestro pueblo, tan golpeada por la falta de oportunidades y tan rezagada de la siembra de valores ciudadanos.
            En 1955 el joven Antonio José egresó como Bachiller en Ciencias del Instituto Escuela-Caracas y ocho años después se convertirá en Médico Cirujano de la Universidad Central de Venezuela, institución que lo recibió como docente en 1966 para verlo desarrollar una brillante carrera científica. Participó en cientos de seminarios, conferencias y foros en todas partes. Ningún rincón del país le fue ajeno durante su labor como médico y arrojó luz en los foros del mundo explorando la dermatología. Orgullo nacional.
            Lector a tiempo completo y poeta criollo, enamorado de la Cuenca del Unare, de Clarines, de la costumbre venezolana y de los recuerdos. Rondón fue un escritor muy fino, apasionado por la poesía, ese género de la literatura que Arturo Uslar Pietri calificó como el más complejo de todos. Publicó cientos de artículos y ensayos, 15 libros... Prosa y verso fueron los acompañantes de esa vida prolífica y fecunda que hoy intentamos homenajear con este pequeño artículo.
            Clarines ha tenido muchos hijos ilustres. Bastantes. Para ser algo contemporáneos mencionaremos solo un gajo: el presidente Jaime Lusinchi, el maestro y escritor Rafael “Felo” Armas, el Premio Nacional de Literatura Alfredo Armas Alfonzo y el Dr. Antonio José Rondón Lugo, sobre cuya vida se pueden escribir varios libros y todavía quedar corto en el intento.
            El luto invade a nuestro pueblo y la nostalgia se apodera de su gente. 10 de mayo de 2016, fecha muy triste porque Venezuela perdió a un médico honorable y un científico talentoso, y Clarines, perdió uno de sus emblemas. Del amor que el Dr. Rondón siempre manifestó por su terruño, recojo una frase que siempre logró conmovernos: “Clarines es río, es maya, pichiguey, es polvo, viento y sol: son sus calles de piedra, es correr en la iglesia, jugar 'el tiempo', 'el quiminduñe', el trompo, la laja, el gurrufío, ver bailar la zaranda, caminar en la procesión, es el sepulcro y luego la ausencia”.
            Que descanse en paz.
        
CV del Dr. Antonio Rondón Lugo: 

Ángel Arellano

lunes, 9 de mayo de 2016

Los líderes de la oposición

Leopoldo López y Henrique Capriles durante las elecciones primarias de la MUD en 2012

 Leopoldo López (45 años) y su partido Voluntad Popular han sido desde la muerte de Hugo Chávez impulsores de iniciativas de calle que incrementen el nivel de tensión social como un dispositivo para el desmoronamiento de la estructura de gobierno y la erosión del apoyo popular en las bases electorales del chavismo. Esta estrategia tuvo por nombre “La Salida”. Desde su ingreso a la prisión de Ramo Verde el 18 de febrero de 2014, se potenció como una figura estelar en la opinión pública nacional a través de comunicados firmados con su puño y letra, y una agenda de contactos internacionales encabezada por su esposa Lilian Tintori, que ha ganado entre otras cosas el pronunciamiento de la ONU, la OEA, un gran número de expresidentes y presidentes en ejercicio como Barack Obama, premios Nobel de la Paz, etc., demandando su liberación inmediata y el restablecimiento de las libertades democráticas en Venezuela. VP se mantiene con la agitación de calle convocando constantemente movilizaciones a nivel nacional para protestar contra el gobierno de Nicolás Maduro. Sus planteamientos son radicales y persiguen una sustitución del sistema de gobierno chavista por uno basado en los términos de la Constitución Nacional, para eso dieron luz verde a una campaña pro Asamblea Constituyente aunque ésta no logró el apoyo de la MUD.
            Henrique Capriles Radonski (43 años): dirigente de Primero Justicia que comparte el liderazgo de la organización con el diputado Julio Borges, presidente del partido. Capriles fue dos veces candidato presidencial. Ha hecho hincapié en el activismo social, promoviendo visitas a los sectores más pobres y priorizando el discurso sobre temas económicos y sociales asociados a la vida del venezolano de a pie, por encima de la retórica política y la confrontación. Se ha mantenido recorriendo el país con giras periódicas logrando una gran notoriedad pública en las elecciones municipales de diciembre de 2013 y en coyunturas clave como el “Diálogo por la Paz” que se efectuó en 2014 entre la oposición y el gobierno de Maduro, y las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015. En adelante, ha persistido en la promoción del referendo revocatorio y en su propia plataforma comunicacional con énfasis en las redes sociales.

Henry Ramos Allup
            Henry Ramos Allup (72 años): secretario general de Acción Democrática desde el año 2000. No disputa el liderazgo de la organización y ha logrado la cohesión del partido para impulsar el consenso como método de selección de candidaturas en eventos electorales. Ramos tiene trayectoria como parlamentario y es miembro del Comité Ejecutivo Nacional de su partido desde hace más de 30 años. Regresó a la AN en las elecciones de diciembre de 2015 tras ser candidato por acuerdo interno de la MUD en una de las circunscripciones de Caracas. Logró la presidencia del Parlamento luego de salir airoso en una elección de la bancada opositora. Ha mantenido en su discurso el método del consenso entre partidos como instrumento para la resolución de conflictos y la toma de decisiones dentro de la oposición. Desde su ascenso a la presidencia de la AN ha ganado popularidad por su oratoria desafiante al régimen en momentos cruciales y su experiencia como legislador.
Podemos intentar algunas conjeturas anticipadas: un eventual gobierno de López pudiera estar nutrido de medidas de ajuste radicales para sustituir el sistema de gobierno chavista; por otra parte, probablemente en una presidencia de Capriles tengan mayor espacio las iniciativas sociales y las acciones moderadas colocando el acento en la reconciliación nacional como palanca de impulso; y una administración dirigida por Henry Ramos puede esté orientado por el consenso partidista como soporte del restablecimiento del sistema democrático en los términos de la Constitución. En todos estos escenarios bien pueden tener preponderancia los partidos de los líderes o el programa general de la coalición unitaria, logrando un acuerdo no sólo en lo programático, que aparece en escena como una necesidad vital para que la oposición logre llegar al poder, sino como un mecanismo de estabilidad en un país cuya realidad económica, social y política es catastrófica.

Ángel Arellano

lunes, 2 de mayo de 2016

La Unidad está lista para gobernar Venezuela

Henry Ramos y Henrique Capriles llevan planilla de firmas para activar Referendo Revocatorio a la cárcel de Ramo Verde junto a familiares de Leopoldo López
          Cualquier análisis del comportamiento interno de la oposición antes de 2016 evidencia marcadas divisiones internas en las que se privilegiaba el programa o plan político, muchas veces oculto o discreto, de la dirección nacional de cada partido. Al respecto se han escrito kilómetros de páginas. Por lo general cada corriente interna dentro de la MUD contaba con una agenda propia que en demasiadas eventualidades, públicas y escandalosas por lo general, tenían puntos de encuentro o desencuentro con las otras corrientes. Esta dinámica daba espacio al predominio de tensiones internas y disminuía las posibilidades de acuerdo para programas de actividades comunes que pudieran realizarse continuamente y mantenerse en el tiempo, a la vez que potenciaba la crítica chavista, a la que nunca le importó que el país estuviese en llamas mientras controlaran el poder total.
            Sin embargo, el triunfo de la elección parlamentaria por parte de la MUD trajo consigo un cambio sustancial que ahora, luego de cuatro meses manejando el Poder Legislativo, comienza a mostrarse.
            Existen tres corrientes definidas dentro de la oposición. Cada una aglomera partidos políticos, grupos de intelectuales, ONGs, y tiene una considerable popularidad. Ninguna puede prescindir de la otra en el afán de salir del gobierno, pues la discrepancia en el mecanismo constitucional para cambiar al Presidente fue lo que terminó por darles no sólo una identidad a lo interno de la MUD, sino una también a lo externo, hacia el público que no pocas veces criticaba a los actores de la oposición por no mostrar sus cartas y mantenerse en constante confrontación interna, aun cuando las coyunturas electorales siempre subsanaron problemas nacionales y redimensionaron la dinámica para que el interés de llegar al poder se mantuviese por encima de cualquier otra cosa.
            Cada corriente en la MUD tiene una figura política que la encabeza, con un programa político sumamente difundido en lo público, y con el cual un segmento de la sociedad se identifica: Leopoldo López (Voluntad Popular), el preso político número uno del chavismo y probablemente el más popular en América, desde el evento por el que terminó en la cárcel (“La Salida”, febrero 2014) hasta la actualidad, ha persistido en que el mecanismo constitucional debe tener un fuerte contenido de movilizaciones de calle y agitación que permita incrementar la presión contra el gobierno de Maduro (de la Asamblea Constituyente no se hablado más); Henrique Capriles (Primero Justicia) insistió desde la victoria de la MUD el 6D, en que el Referendo Revocatorio es el camino y se ha mantenido promoviendo públicamente esta vía; Henry Ramos Allup (Acción Democrática) ha propuesto la Enmienda Constitucional a través de la Asamblea Nacional para acortar el mandato presidencial y realizar elecciones en el corto plazo. Cada corriente tiene puntos de contacto y choque, no obstante, han mostrado sus cartas, y la sociedad, aun cuando la crisis golpea al extremo, entiende el mensaje. Los estudios de opinión pública muestran mayor o menor apoyo a los mecanismos mencionados y a los actores nombrados, no obstante, se evidencia una oposición que por encima de todo, prioriza salir del chavismo.
            La gráfica de Henrique Capriles, Henry Ramos y familiares de Leopoldo López llevando a la cárcel de Ramo Verde la planilla para iniciar el proceso de convocatoria de un Referendo Revocatorio, el primer mecanismo constitucional activado, es, aun cuando el Ejecutivo ha previsto jugar con los días hábiles para obstaculizarlo (solo se contarán lunes y martes porque el resto de la semana se mantendrá feriado), un evento que a todas luces oxigena a la oposición y la exhibe como un sector que, priorizando el bien nacional, aun cuando tengan diversos programas, puede gobernar el país.
            Es, como reza el título de la obra de Mirtha Rivero, la “Historia menuda de un país que ya no existe”… pero que volverá.

           
Ángel Arellano