Antonio José Rondón Lugo (Clarines 11-10-1939 / Caracas 10-05-2016) |
De
niño, mi mamá me llevaba a los operativos gratuitos del hospital de Clarines
organizados por los médicos y enfermeras del pueblo, algunos médicos visitantes
de Barcelona y el Dr. Rondón. El primer recuerdo que me viene a la memoria del
Dr. Antonio José es en la calle San Antonio, empedrada, con una bajada un tanto
pronunciada en cuyo pie se encuentra la casa de mi abuelo. Desde ahí, donde
viví buena parte de mi infancia, miraba al Dr. Rondón cuando pasaba esmachetado
para la casa de Arturo Armas. La mayoría de las veces venía de casa de Puringa,
de Agustín y Celenia, o de visitar a los viejos amigos del Casco Central. Los
amigos de toda la vida, a los que nunca olvidó.
-Segundo, ¿cómo está la vaina? -le
pegaba un grito a mi abuelo o al que estuviera en la puerta en ese momento.
-Todo bien, ¿cómo está la familia
doctor? -la respuesta de costumbre.
-Bien, gracias a Dios -contestaba
alegre un señor al que nunca le conocí un mal semblante, aun cuando sobre sus
hombros caía la responsabilidad, entre otras cosas, de ser uno de los
dermatólogos más prominentes del Continente, y otras tantas miles de causas en
las que emprendió siempre con éxito.
El Dr. Rondón fue un hombre alegre
de principio a fin. Lo sostienen sus textos y la gente que lo quería. Abundante
gente, no sólo de Venezuela, porque su obra en la medicina se regó como chispa
en la pradera por todo el mundo.
El Dr. Rondón atendía a titirimundi.
En la calle, en las consultas que organizaban en Clarines, en las jornadas
médico asistenciales gratuitas a lo largo y ancho del país, en la universidad,
en su casa. Era de esas personas incansables, ejemplo para la humanidad, en
especial para la juventud de nuestro pueblo, tan golpeada por la falta de
oportunidades y tan rezagada de la siembra de valores ciudadanos.
En 1955 el joven Antonio José egresó
como Bachiller en Ciencias del Instituto Escuela-Caracas y ocho años después se
convertirá en Médico Cirujano de la Universidad Central de Venezuela, institución
que lo recibió como docente en 1966 para verlo desarrollar una brillante
carrera científica. Participó en cientos de seminarios, conferencias y foros en
todas partes. Ningún rincón del país le fue ajeno durante su labor como médico
y arrojó luz en los foros del mundo explorando la dermatología. Orgullo
nacional.
Lector a tiempo completo y poeta criollo,
enamorado de la Cuenca del Unare, de Clarines, de la costumbre venezolana y de
los recuerdos. Rondón fue un escritor muy fino, apasionado por la poesía, ese
género de la literatura que Arturo Uslar Pietri calificó como el más complejo
de todos. Publicó cientos de artículos y ensayos, 15 libros... Prosa y verso
fueron los acompañantes de esa vida prolífica y fecunda que hoy intentamos
homenajear con este pequeño artículo.
Clarines ha tenido muchos hijos
ilustres. Bastantes. Para ser algo contemporáneos mencionaremos solo un gajo:
el presidente Jaime Lusinchi, el maestro y escritor Rafael “Felo” Armas, el
Premio Nacional de Literatura Alfredo Armas Alfonzo y el Dr. Antonio José
Rondón Lugo, sobre cuya vida se pueden escribir varios libros y todavía quedar
corto en el intento.
El luto invade a nuestro pueblo y la
nostalgia se apodera de su gente. 10 de mayo de 2016, fecha muy triste porque
Venezuela perdió a un médico honorable y un científico talentoso, y Clarines,
perdió uno de sus emblemas. Del amor que el Dr. Rondón siempre manifestó por su
terruño, recojo una frase que siempre logró conmovernos: “Clarines es río, es maya, pichiguey, es polvo, viento y
sol: son sus calles de piedra, es correr en la iglesia, jugar 'el tiempo', 'el
quiminduñe', el trompo, la laja, el gurrufío, ver bailar la zaranda, caminar en
la procesión, es el sepulcro y luego la ausencia”.
Que descanse en paz.
CV del Dr. Antonio Rondón Lugo:
Ángel
Arellano
Venezuela ha perdido a uno de sus más eminentes medicos.
ResponderEliminarQuienes conocimos al Dr. Rondón Lugo y apreciamos sus cualidades humanas y profesionales, hoy sentimos profunda tristeza. Paz a sus restos, y nuestro pésame a su familia.
Saludos hermano, gracias por tan Bella's palabra Al Dr. Antonio Jose, sin duda Todo un Gran hombre. Cuanto puedas me escribes ±584148245992
ResponderEliminarSin duda alguna un gran venezolano de la Cuenca del Unare, de mi pueblo, de Clarines.
ResponderEliminarEntre los personajes relevantes que nombraste te falto uno muy importante, Monseñor Arturo Celestino Alvarez, Obispo de Maracaibo y Calabozo.