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miércoles, 11 de diciembre de 2013

El triunfo de Pdvsa


           El país amanece en claroscuro. Los matices que pintan la escena nacional son grises, opacos, sin mayor destello de triunfo que en aquellos municipios donde luego de dos años de intensa campaña, se le arrancó la alcaldía a un oficialismo que se sentía poseedor de ella. 5.494.356 personas que participaron el 8D, votaron por candidatos distintos a los del gobierno. 412.977 votos fueron contados como nulos. Dificulto haya realmente tal cifra de electores fallidos que ignoren el proceso tomando en cuenta el festín de elecciones en Venezuela desde que estos señores llegaron al poder en 1998.
            Me referiré puntualmente al nuevo panorama en el estado Anzoátegui, región que en abrumadora mayoría apoyó a la oposición el 14A y que ahora viste de rojo de pies a cabeza.
            Aún en una escena donde en casi todos los municipios el chavismo se presentó dividido, triunfó. Y nos preguntaremos ¿cómo? Aquí algunos aportes a la opinión pública.
            Primero, el margen de abstención nacional promedio fue de 42% al cierre de la elección. Es decir, solo 58% de los votantes participaron, ubicando la disputa en el terreno de la movilización, escenario donde la oposición la tendrá siempre más difícil por la falta de recursos. Segundo, Anzoátegui fue uno de los estados que semanas antes los economistas destacaban como regiones que compraron la idea evangelizadora de que el gobierno hace bien al luchar contra la especulación rematando los inventarios de empresas en las que los precios inaccesibles dejaban al pobre sin electrodomésticos. Tercero, una corporación formada por el poder ejecutivo regional, órganos legislativos, poder judicial, medios de comunicación, programas sociales e instituciones, entregada en cuerpo y alma a los candidatos del gobierno sin ningún tipo de vergüenza en sus exhibición de ventajismo. Cuarto, un line up de candidatos “tercera vía” pagados por contratistas del gobierno que hicieron su trabajo en restar votos a la oposición y asegurar cerradas victorias (Ejemplo: Bruzual con Manuel Castellano y Simón Rodríguez con Ernesto Paraqueima). Quinto, Pdvsa dedicada al ejercicio de la jefatura de campaña y no al negocio petrolero.
            Son estos los factores más destacados a la hora de analizar la pérdida de un estado que desde 2010 se declaró sólido opositor al gobierno. Sobre el quinto y último elemento, vale destacar la supremacía de los “Pdvseros”. No sólo en la tarea de financiar la campaña y luego participar en las cerradas licitaciones que designa el alcalde enchufado, sino que ahora son candidatos y nuevos alcaldes.
            Veamos: En Barcelona ganó Guillermo Martínez, ex secretario de gobierno que nunca prescindió de su investidura para hacer campaña y ex miembro de la gigantesca nómina ejecutiva de Pdvsa (uno de esos dirigentes rojos que se refiere tras bastidores despectivamente del gremio de periodistas de calle como “juvenil y mediocre”). En Lechería la candidata María Escar igualmente viene de años de carrera en “la nueva Pdvsa”. El ahora alcalde de PLC, Magglio Ordoñez, recibió cuantiosos apoyos de quienes suministran servicios en la Refinería de Guaraguao al igual que el alcalde Marín en Guanta quien vuela más alto hasta llegar a Rafael Ramírez. Jesús Figuera en El Tigre fue hasta hace par de meses gerente Pdvesero. Daniel Haro en Cantaura contratista de Pdvsa Gas y el padrino de la campaña de Marcos Ramos en Anaco fue Neite Caliz, gerente del distrito Pdvsa Gas en ese municipio. De igual manera los reelectos Carlos Vidal (Soledad), Tomás Bello (Pariaguán) y Cruz Ojeda (Mapire) contaron como motor de campaña con las empresas contratistas de la Faja Petrolífera del Orinoco.
            ¿Quién es el real ganador de la contienda en Anzoátegui? Se ha dado paso a una nueva clase de dirigentes, todos provenientes de un linaje que ha corrompido la principal industria nacional hasta llevarla a niveles decadentes. Todos copartícipes y focas de este desastre de gobierno, así como miembros de número del Clan de los Enchufados.
De nada vale saber que el pueblo está en contra del gobierno de Maduro si eso no se traduce en nuevos espacios de poder para fortalecer la alternativa. Existe pues, un divorcio entre el contexto, la estrategia y los resultados ante el abuso. Apelo para resumir esta tesis, una cita de un trabajo especial del diario El País de España publicado el día 9 de enero: “Queda la sensación de que la oposición equivocó la estrategia al desactivar la protesta popular en abril”. Sobre esta idea hablaremos en nuestro próximo artículo.


Ángel Arellano
Twitter: @angelarellano
www.angelarellano.com.ve

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Por todo lo que sabe: vote



          Comienzan a llegar los cotillones electorales a los centros de votación de todo el país y arrancan de un solo plumazo los pupitres a los alumnos en este ya bastante accidentado año escolar. Si la educación fuera prioridad en Venezuela, se tomarían previsiones mayores para no tener que descuartizar el poco tiempo que tiene la siembra en las aulas de clases.
            Redactamos algo tarde el artículo de esta semana porque cuando iniciamos estas letras, un apagón, o más bien un autoapagón, crispó el acto. Minutos después las redes sociales nos informaban que la oscuridad se había extendido en más de 14 estados. Algunos medios de comunicación alegaron el martes siguiente que fueron en total 17 estados sin luz, aunque el gobierno en su “extraño” reporte oficial, indicó que solo fueron 10 entidades las que tuvieron interrupción del servicio eléctrico.
            Y así pasan los días, en esta zozobra que trasciende en impotencia colectiva por nunca contar con la verdad de primera mano. Los venezolanos tienen mayor calidad informativa con medios extranjeros que con el periodismo nacional, por una sencilla razón, el veto prolongado que las fuentes oficiales le hicieron a los medios de comunicación privados hace ya unos 13 años.
            Vivimos una Venezuela de aproximaciones, de supuestos, de intentos, de piedras fundacionales pero no de hechos concretos y reales. Cada obra de envergadura se llena de obreros y maquinarias cuando se acercan las elecciones. Al pasar el día D, apagan los motores y continúan la carroña al botín. Proyectos que se han pagado en su totalidad tres o cuatro veces y no aparece una sola cabilla en el terreno planteado. Insumos que nunca llegaron a los hospitales, cisternas que se quedaron en la vía, postes que jamás alumbraron las calles, patrullas estacionadas quien sabe en qué depósito, dotación que ni por casualidad aterrizó en las escuelas y transformadores que llevan corriente a grandes fincas de nuevos magnates enchufados pero no a las zonas rurales que vuelven al abandono de principio del siglo pasado.
            Esa es la foto del país que tenemos hoy. Destrozado, saqueado, con una inflación que se tragó navidad y Niño Jesús de un solo bocado. Una escasez que sacó de la mesa nuestra tradicional hallaca así como la inseguridad quitó la silla de miles que ya no nos acompañan. ¿Qué razón tiene un venezolano de a pie para estar satisfecho con su calidad de vida? ¿Cuál argumento usa una madre o un padre para decirle a sus hijos que todo está bien? ¿Dónde está ese futuro que claman los jóvenes trabajadores o universitarios? Sencillamente el gobierno no puede ver a la cara a nuestro pueblo y dar esa respuesta porque está dedicado en maltratar, humillar, insultar, perseguir y sabotear la vida democrática de este país.
            La herramienta más grande, el arma más poderosa, el instrumento clave para movilizar todo ese descontento masivo es acudir a votar y dar una nueva lección a los ilegítimos odiadores que usan Miraflores como salón de fiestas. No hay trampa ni maña que pueda con una avalancha de votos que de un súbito golpe de timón. Votar, votar y votar. No dejar a nadie en las casas, en la calle, en la cuadra, en el barrio. Si queremos cambio hay que participar decididamente, en un ejercicio heroico que sólo las nuevas generaciones lo agradecerán porque la historia valorará lo que significó que el bravo pueblo de esta nación de próceres, no se dejara apabullar más de un lustro por estos sinvergüenzas.
            Sepan ustedes apreciados lectores que solo votando todo el mundo tendremos un fin de año esperanzador. La dirigencia opositora se prepara férreamente para activar cualquiera de los vehículos constitucionales, legítimos a cabalidad, para producir un reemplazo a este gobierno corrupto, ineficiente, colmado de esbirros y de una locura enfermiza por acabar con Venezuela y los venezolanos. No podemos llegar a seis años de esta comiquita que apena. Por todo lo que usted ya sabe y siente: vote.


Ángel Arellano
Twitter: @angelarellano

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