Aquí encuentras mi opinión, lo que pienso sobre Venezuela y el momento que nos ha tocado vivir. Lecturas, crónicas, artículos, relatos y crítica... Bienvenidos.

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lunes, 16 de noviembre de 2015

Cachivaches en la Venezuela de hoy

 
En Pueblo Viejo, un caserío perteneciente al Municipio Píritu ubicado a la orilla de la Troncal 9 o Carretera de la Costa, una docena de viviendas entregadas por el Gobierno Nacional fueron tatuadas con los ojos de Chávez. Se les colocó la propaganda antes que el agua por tuberías y otros servicios públicos fundamentales. El lugar es un lunar en medio de la carretera, un urbanismo extraño con casas distintas a las que se encuentran en la zona.
                Los planificadores de la obra no dispusieron en su proyecto ningún tipo de arborización. Esto no sorprende, el “ecosocialismo”, término cursi acuñado por la Revolución, se ha caracterizado más por su guerra contra las áreas verdes que por su aporte al medio ambiente. Similar situación se vive en el norte de Anzoátegui, entre Barcelona y Puerto La Cruz. Han construido un canal de “Bus de Transporte Rápido” que ralentizó, paradójicamente, el tránsito mientras destruía cuanto atisbo de verde encontraba a su paso. Lo mismo sucedió años atrás en Guanta, con la eliminación de gigantescos árboles para que el alcalde exhibiera un mural alusivo al oficialismo. Etc., etc., etc. Nunca la flora venezolana sufrió tanto el delirio destructivo de una tóxica gestión de gobierno.
En la entrada de aquel desierto en Píritu, colocan eventualmente un tarantín atendido por una mujer que agita una lámina de cartón para darse brisa. Un toldo, cuya lona está carcomida por la angustia y la pobreza que ahí lo instaló, intenta protegerla del inclemente sol oriental. La acompañan dos cabuyas amarradas a un par de postes de madera que en algún momento fueron la línea perimetral del terreno vecino. Las cuerdas, estaban rebosadas de pantalones viejos, franelas de tela desgastada y una docena de ganchos que exhibían vestidos femeninos, usados en mil y un aventuras. Era una venta de ropa de segunda mano, o de tercera, como tantas que abundan en las barriadas venezolanas.
Con la carencia de posibilidades en la frente y el alto costo de la vida como signo del momento, los vecinos de aquel sector improvisado, a la sombra de la mirada de Chávez, se dejaban caer uno a uno en el kiosko de la señora. Todos revisaban la pila de pantalones, el arrume de zapatos o las bolsas que contenían algunas franelillas para salvar la temporada. Los precios eran regateados porque no había otra opción, o se pedía descuento o no se compraba, pues hasta lo usado tiene un elevado costo en la Venezuela de estos días.
Como la premisa es comer, matar el hambre, engañarlo, o hacernos creer que lo estamos engañando, cualquier cachivache sirve para cubrir el cuerpo. La moda, el confort, los hilos costosos, la marca, la variedad y la abundancia, son cosas exclusivas de los nuevos grandes cacaos bolivarianísimos, que hablan de socialismo con la boca llena, portando lujosos trajes, con fortunas en la moneda imperial, hijos en distinguidos colegios internacionales y familiares causando estragos en otras tierras (ya no es secreto que la hija mayor de Chávez es una dama “aburguesada” ni que la familia del matrimonio Maduro-Flores se baña en todos los chorritos, hasta en el del narcotráfico).
Hemos vivido bonanzas impresionantes, ciclos de gastos a manos llenas, endeudamiento e inversiones colosales, sin embargo, el hambre siempre ha estado presente, como dijo Betancourt, “la clásica, la tradicional, la inenarrable hambre a la venezolana”.
La miseria no le es ajena a los venezolanos. Aunque el apasionado discurso político de los últimos tres lustros estuvo copado de frases absurdas como “ser rico es malo” y “ser pobre es bueno”, nuestra sociedad, desde hace 100 años, no ha dejado de ser una nación atascada en un modelo rentista que empobreció (y empobrece) a la gran mayoría de ciudadanos. Condenándolos, por decir lo menos, a vivir esta temporada de malas noticias que ensangrientan las calles y aniquilan la esperanza. No obstante, siempre hay una salida: votar.

Ángel Arellano

lunes, 9 de noviembre de 2015

Mandados de la pelazón

 
            Para navidad, decidí ir al centro de la ciudad para comprarle trenzas nuevas a unas botas viejas que están en buen estado. Conseguí un betún prestado y las pulí, así tendré un par de pisos dignos para el fin de año. Comprar zapatos se convirtió en un pecado, o peor, en un suicidio para el bolsillo del ciudadano promedio: el precio más modesto duplica el salario mínimo, y todo lo que se consigue de ahí para abajo, son cachivaches que apenas sirven para andar un par de semanas.
                En el centro, al final de la tarde, las colas de personas son en todos los órdenes. Cola en la farmacia, cola en los abastos, cola para los autobuses y cola para los carritos que cumplen la engorrosa y lenta tarea de llevar y traer a la gente de los sectores más recónditos ocultos en barrios, cerros e invasiones. Un muchacho de 21 años que labora como vigilante, me comentó que a diario se generan por lo menos dos o tres peleas entre la muchedumbre aglomerada a las puertas del supermercado en el que trabaja desde hace un año.
–Todos los días es esa guachafita: se matan para ver qué llegó en el camión, como si siempre viniera cargado de arroz o leche –fue el breve relato del joven devenido en guachimán.
                Matar el hambre en la calle es tarea imposible. Lo único barato son los perros calientes, pero ahora cuestan 100 Bs. y más pequeños. Comerse tres perritos y un refresco para engañar el estómago y hacerlos pasar por el manjar de cualquier nutricionista, nos da un total aproximado de 450 Bs. Si me proveía de ese lujo, no tendría para pagar los tres autobuses que debía tomar para llegar a casa (ah, porque mi vehículo espera que la providencia lo dote de un repuesto inconseguible, como rezan los mandamientos de la escasez: no hallarás, no comerás, no ahorrarás…).
                Cuando el árabe de la zapatería me mostraba su colección de trenzas disponibles, una señora lo abordó intentando el inglés, pero con el oriental en la boca:
–¿Qué jué musiú?, gur afternun.
–Caramba chica, tanto tiempo. ¿Y ahora eres gringa?
–Sí, como Cilia, porque Maduro dijo que la va a mandar a aprender inglés para que lo defienda de los catires gringos cuando nos invadan más tardecita.
No sé si la risa fue espontánea o fue un remedo para tapar la indignación de la noticia cierta que invadía la primera página de un periódico que reposaba en el mostrador, pero todos en la zapatería estallaron en una carcajada.
Antes de retornar, me encontré a El Gato, el maestro de obra de la cooperativa de mi suegro. Dejó la construcción para convertirse en taxista porque la empresa no recibe una llamada de trabajo desde marzo, cuando desojábamos nuevamente la margarita sobre si el régimen iba a caer o llegaría hasta las elecciones. Desde aquel momento, ocho meses atrás, trampeó algunas mañas del viejo vehículo que reposaba en el porche de su casa y salió a la calle a procurarse el sustento de su familia.
                –La gente cree que el “taxeo” de ahorita es como antes – dijo. –Antes se hacía más plata. Ahorita hay muchos taxiando porque todo el mundo anda pelando. Las carreritas están caras, pero si haces cinco o seis al día, vas que chuta. Yo estaba sacando entre 2500 y 3000 Bs. diarios. ¿Qué profesional gana ahorita 75mil o 90mil al mes? Bueno, con todo y eso se me jodieron dos cauchos y ando parado hasta nuevo aviso porque no tengo para comprar aunque sea unas chivitas. Todo se va en comida para la casa.
                Cuando no es la inflación, es la escasez, y cuando no es la escasez, es la inflación; y si con suerte resuelves todo, te atracan, o caes enfermo y sin medicinas, o llegas a casa sin luz ni agua, o el gobierno decreta una nueva medida, o más impuestos, o más cadenas nacionales… Así estamos. ¡Vota!

Ángel Arellano

lunes, 8 de junio de 2015

Boston Rex y Dan Delgado en el Taller de Análisis


 

         En la clase de hoy hablamos sobre las historias que se narran a través de las letras de las canciones. La composición musical es una forma de expresión rica en oportunidades para trasmitir un mensaje. Es inspirada por una reflexión, una experiencia anterior o se manifiesta persuadida por una idea que busca salir a la luz o por una que intenta mantenerse en el tiempo.
         Para hablar de este tema invitamos a dos exitosos músicos locales, amigos y creyentes de lo hecho en Venezuela: Reinaldo Goitía (Boston Rex) de los Tomates Fritos y Daniel Delgado de Planeador. Exponentes de nuestro rock and roll.
         Entre anécdotas, preguntas y respuestas surgió la recomendación de “La civilización del espectáculo”, el relevante ensayo de Mario Vargas Llosa, un libro que todos debemos leer. La degradación del arte, el triunfo de la banalidad, la aceptación de lo superficial por encima de cualquier ejercicio de profundidad intelectual y el extravío de la crítica, fueron preocupaciones que salpicaron el encuentro.
         De todas las citas que surgieron de ese intenso diálogo entre invitados y alumnos, rescato una de Reinaldo que me parece esencial. En referencia al contenido que está transmitiendo la música nacional, comentó que “el mensaje está mutando, la letra está mutando. Se siente otra cosa en la música de hoy… Antes un grupo que te estaba invitando a saltar hoy te dice ‘peguen el cementerio de aquí con el de allá porque nos están matando” (en alusión a la canción “Cementerio del Este – Cementerio del Sur” de La Vida Boheme).
         En la música están sucediendo muchas cosas. Hay mayor conciencia, mayor compenetración con la situación que vive el país. La crisis ha hecho de nuestra desgracia un tema recurrente que el arte no esquiva. La crisis ha estado ayer, ha estado hoy y seguirá estando por tiempo indeterminado. El arte es parte de la conciencia de la nación. Describe nuestras raíces, sentimientos, emociones, valores, felicidades y desgracias. Transmite un mensaje, aun cuando no siempre haya quienes quieran recibirlo.


Ángel Arellano

martes, 19 de mayo de 2015

Guerra de escándalos


         El quirófano de noticias emite señales de intoxicación. El país está invadido por una oscuridad lúgubre que lo cubre con informaciones alarmantes. Cada día, los síntomas de la dictadura evidencian la erosión de la libertad y de la vida. Antes de que la guerra haga metástasis, la sala de espera está repleta de escándalos bochornosos que alimentan el descontento. El régimen ya no es régimen, sino una banda de delincuentes que dirigen una nación sin ley.
            Dificulto que la población se haya acostumbrado a escuchar todos los días los vergonzosos titulares alusivos a la revolución. No obstante, se acomoda como puede. Subsiste. Hay una frase que se repite de casa en casa: “estamos esperando las elecciones para pasar factura”.
Desde el baño con dólares que se dio el hijo de Maduro en la boda de una pudiente familia árabe, hasta la declaración pública en la que el ex Ministro de Interior y Justicia y hoy gobernador de Aragua, Tareck El Aissami, reconoció haber callado por lealtad al Comandante algunos hechos de corrupción de su antecesor ex chavista y hoy informante de la DEA, han ido y venido los más espeluznantes escándalos. La descomposición del país es profunda y en todos los órdenes.
            Venezuela es un Estado que se muestra distante de la civilización. En las filas para comprar comida y medicinas la gente lucha cuerpo a cuerpo con la esperanza de llevar algún alimento a su hogar. Es un acto primitivo y deprimente. Todos nos encontramos en  tan lamentables circunstancias porque nadie escapa del desabastecimiento y la carestía que nos trajo la ficción del Socialismo del Siglo XXI.
            Los destartalados hospitales trabajan con 9 ó 7% de su inventario. El kilo de carne de res se vende en las zonas populares en 700, 800 y hasta 900 bolívares. La lata de sardina superó cómodamente la barrera de los cien bolívares en los Abastos Bicentenarios en los que el “Precio Justo” no puede evitar la catástrofe de que el billete más “fuerte” de la reconversión monetaria de Hugo Chávez apenas pueda comprar un litro de aceite de soya. Estos son los escándalos del barrio.
            A la sazón, nuestra tragedia es aderezada por un nuevo titular de amplias magnitudes. El presidente del Parlamento, el Capitán Cabello, se encuentra inmerso en una gigantesca red de narcotráfico que convirtió al país desde hace una década en un puente efectivo para la exportación de droga a nivel internacional. Todas las pruebas apuntan hacia él. Todas las miradas son en su dirección. Quien debería conducir la casa de las leyes es vinculado a una banda de mercaderes de la cocaína.
Asesinaron a un niño de 11 años en Cantaura. Sus padres también recibieron disparos. Por fortuna ellos no murieron. Son sobrevivientes del ataque inclemente de la delincuencia. El niño era miembro de la Orquesta Sinfónica Municipal. ¿Interesa esto al gobierno? 20 de cada 100 mil menores de edad mueren en Venezuela a manos de la violencia. Es un dato irrelevante para un país cuyo Parlamento está dirigido por un narcotraficante.
            Los escándalos pelean entre sí para ver cuál gana más notoriedad. Se saltan el cerco de la censura. Llegan a todo el territorio por las redes sociales y los teléfonos inteligentes que el gobierno aún no ha podido controlar.
            ¿Hay suficiente papel para recoger todos los escándalos del chavismo? No lo sé. Pero espacio en Internet sí hay. El odio prescribe, sin embargo, la corrupción y la traición no.


Ángel Arellano

domingo, 18 de mayo de 2014

El delito estudiantil


         Juan de Dios es un muchacho sano, alto, agradable, educado desde la humildad del cultivo y la promesa de la cosecha en un pueblito de Guárico. Baila, canta, lee poesía y estudia sociología, una de esas ciencias raras que pretende comprender la incomprendida vida del tumulto. Se fue a la capital cargado de sueños, queriendo volver para traer el sustento a una familia que mucho necesita.
            Salió a protestar el día de la juventud. Al igual que sus compañeros de clases, la inseguridad le tocó muy de cerca. Apenas en enero le habían robado todo en un autobús y veía con estupor que mientras asesinaban a estudiantes dentro de sus propias casas de estudio, el pueblo se mantenía en colas interminables sufriendo por la escasez y el desabastecimiento.
            En la marcha se armó una trifulca, llegaron disociados armados y grupos antimotines. Los dos lados de la violencia: la oficial (GNB y policía) y la paramilitar (colectivos). Perdió el equilibrio, cayó al piso. Al levantarse sólo notó un destello blanco y un ardor insuperable en el rostro. Vuelve a caer, ahora sí inconsciente.
            Despierta en una camilla, no hay visión por el ojo izquierdo. El dolor es intenso. Está esposado. No sabe qué ocurre. Sin teléfono ni morral ni cartera. ¿A quién le comunica su desgracia? Llegan dos reservistas de las Fuerzas Armadas. Se lo llevan sin más.
Entiende su situación al pisar la celda, vendado, con la franela empapada en sangre y múltiples moretones. No le permiten hablar con nadie. No sabe de su madre, amigos y demás estudiantes. Lo mantienen ahí, a oscuras. 25 largos días. ¿Su delito? Emprender, estudiar, soñar, alzar su voz, gritar la verdad, caminar con un cartel exigiendo justicia y soluciones a la crisis venezolana.
Sale de prisión en medio de protestas. Al fin ve a su madre, la siente, llora, sufre con ella la desventura de ser una nueva víctima de la dictadura. Su padre no está, nunca estuvo. Se regresan en el primer autobús a Guárico, directo a casa del médico amigo de la familia. Es poca la esperanza, no tendrá más visión en ese ojo. La bomba lacrimógena destrozó nervios benditos.
Al pasar las semanas se mantiene desde casa colaborando con su causa. Escribe, diseña panfletos, organiza reuniones y asambleas populares. Juan de Dios es un activista, un hijo de la lucha por la democracia. Apenas 20 años. No se dará por vencido. Reiniciará clases el próximo semestre. Quiere ver su país mejor, quiere que toda la sociedad se vuelque a poner su granito de arena ante el desastre de la dictadura.
Dos meses después, Juan de Dios es uno de los millones de jóvenes que llora la caída de 42 personas en tres meses de protestas. Más de tres mil detenidos y setenta torturados. Quiebra fiscal del país, no hay dinero, alimentos, medicinas, repuestos. La calle, la participación, el acompañamiento de la gente, la protesta, es el único camino a la justicia, a la historia. Unidad real, esa deuda que nos tenemos pendiente.
En 2011 el periodista Ramón Hernández publicó “Contra el olvido”, un libro de conversaciones con el ilustre Simón Alberto Consalvi. En sus páginas comentaba mucho de lo que hoy sucede: “Cuando la resistencia sea fuerte, llegarán las torturas (…) Cuando haya una enérgica resistencia, la tortura y la muerte estarán presentes (…) En Cuba sólo existe lo que dejó Batista y los gobiernos anteriores. La revolución no construyó nada. Aquí se caerá el puente sobre el Lago de Maracaibo, se abandonará la infraestructura y el dinero del petróleo se usará para la sobrevivencia, para comprar alimentos y medicinas a las mafias internacionales”.


Ángel Arellano
Twitter: @angelarellano
www.angelarellano.com.ve

lunes, 3 de marzo de 2014

El reconocimiento del otro

          Las sobreexpuestas pasiones políticas han caldeado el panorama hasta el extremo de sentirnos en un territorio en ebullición. No es para menos, se contabilizan 18 muertos, 33 torturados, más de 800 detenidos y una cifra de heridos no exacta producto de la misma trifulca en la que se ha sumido el país. Estamos a centímetros de una explosión inaudita, las masas siguen movilizadas con la consigna intacta de luchar por sus merecidos derechos.
            Vale recordar, a los apasionados del diálogo sin condiciones, tal como expresamos por esta misma trinchera de opinión la vez aquella que los alcaldes fueron citados a comparecer en Miraflores, que no ha existido muestra alguna de amistad por parte del gobierno delincuente. Los shows televisivos de Maduro no los ve nadie y la arremetida internacional contra la dictadura sigue avanzando.
            Sin condiciones, estimados lectores, no hay nada que hablar con los malandros que tienen el poder. Cuando los estudiantes exigieron más seguridad no sólo para sus destartaladas casas de formación, sino para todo el país, lo que recibieron fue disparos por parte de los paramilitares que operan Diosdado Cabello y el Ministro Rodríguez Torres.
Cuando se movilizó la nación entera pidiendo justicia, lo que recibió la ciudadanía fue abominables imágenes y videos de torturas, agresiones, ensañamiento y golpizas que nada tienen que envidiar a las dictaduras más encopetadas de este mundo. Maduro ha sido tan ramplón, tan vago y bruto en su accionar que no se ha dado cuenta que cada acto vandálico de la GNB, Sebin, Tupamaros y Colectivos “de la Paz”, quedaron registrados, documentados y reproducidos en todo el planeta.
            Sigue Leopoldo López preso, sigue Simonovis agonizando, sigue el Táchira sitiado, siguen muchos estudiantes y jóvenes detenidos, siguen impunes las acciones contra la protesta, sigue el cerco mediático, sigue el mismo CNE, TSJ y Contraloría General arrodillados a los gorilas, siguen los cubanos infiltrados hasta en los tuétanos del aparato público; no hay nada que negociar sin condiciones.
            La política, aun en los momentos más tormentosos y difíciles de la humanidad, destaca como labor de entendimiento para lograr el fin común. Trata de la moderación, la diplomacia, el entendimiento, la conversación entre los sectores de un pueblo. Eso no lo ha inventado nadie, eso está ahí, vivo en la hemeroteca de la historia. Obedece al reconocimiento del otro, del saber que somos ciudadanos de una misma nación y que como tales merecemos el mismo respeto y consideración.
            El gobierno se ha dedicado a tirotear ese sentido político. No deja espacio para que todos andemos, no deja sitio para que nos expresemos. Entonces, queridos lectores, no hay manera de dialogar con semejantes padrotes queriendo imponer su desastre a golpe y porrazo. El derecho a la vida está por encima de todos los derechos, y si Maduro y su combo no protege ni respeta el derecho a vivir que tiene cualquier venezolano, entonces él no tiene derecho a gobernar. Así de simple.
          15 años hablando de revolución y en este país se sepultó el término “imperialismo” cuando unos diputados norteamericanos hablaron de congelar las cuentas bancarias de los enchufados en Miami. Cumplan con las condiciones o seguirá esta llama en las calles.

Ángel Arellano
Twitter: @angelarellano

martes, 21 de enero de 2014

Una nueva oportunidad




Carreras, dolores, tristezas, colas, abusos, demoras, pobreza. Somos un país pobre, muy pobre. Tan pobre que nuestro sistema de salud pública se ha reducido a un conglomerado de insuficientes centros hospitalarios distribuidos en algunas localidades y ciudades de la nación con una carencia abrumadora en insumos, equipamiento y personal. Asusta.
Aun cuando los profesionales de la medicina trabajan de manera descarnada para solucionar las emergencias que llegan a cada minuto en las pocas camillas disponibles, el sistema no se da abasto y solo queda el regazo de la espera impotente, el sufrimiento de quienes no pueden hacer nada para mejorar su situación en ese momento titular en el que la anatomía de un segundo puede contener una lesión permanente o la muerte.
Esta conjetura la hago al ser protagonista de una emergencia, una víctima más de un Estado que desmanteló su arquitectura de prevención, asistencia y apoyo a quienes sufren un accidente.
San Agustín de Caripe, al norte del estado Monagas. Un poblado fresco, pujantemente agricultor y repleto de una belleza natural que atrae a tanta gente como quepa en sus numerosas cabañas, hoteles, posadas y pensiones. Partí con mi familia el 28 de diciembre rumbo a ese destino, atravesando el convulsionado pueblo de Caicara de Maturín que para esa fecha celebra con bombos y platillos la fiesta del Mono de Caicara.
Visitamos la Cueva del Guácharo, el primer monumento nacional venezolano, descubierto por Alejandro de Humboldt en 1799. El 29 en la mañana, a poco más de un kilómetro de este fantástico lugar, una empinada curva pudo más que el agarre del vehículo que manejaba y caí en un pequeño barranco de unos tres metros de profundidad. Apenas la velocidad era de unos 15km/h. El pavimento húmedo, cubierto por un pequeño rocío mañanero en todo el sector. 8:45am. Luego el perito de tránsito informaría que el asfalto tenía aceite producto de las numerosas gandolas y camiones de carga que a diario transitan la zona. Al sitio le dicen “el estacionamiento” porque a cada rato caen carros en el lugar.
El aparatoso golpe permitió que rompiera el parabrisas con la cabeza y me golpeara la boca con el volante. Sin embargo, más por obra de Dios y la fuerza de la fe que por razones físicas, el carro no se volteó ni perdí el conocimiento. Mi compañera, el gran apoyo al igual que mi familia en toda esta prueba de vida, solo sufrió unos golpes menores propios del fuerte impacto.
A metros de distancia, quizás 200 ó 300, los precipicios eran de cientos de metros. Sin duda caer por cualquier otra curva significaría no estar aquí contando mi historia. En el hospital de Caripe, a 4km del accidente, la emergencia lucía desmontada. Corrí con suerte de conseguir una camilla, porque a minutos de llegar, los pacientes debían esperar sentados o de pie. Con gran disposición y profesionalismo me atendió un joven 4 ó 5 años mayor que yo, médico de la Universidad de Oriente. Un medicamento para el dolor y gasas para contener la sangre fueron los acompañantes para el trasladado en una camioneta particular a Barcelona, pues el centro de salud de Caripe no contaba con ambulancia para llevarme, y en Maturín, la capital más cercana, era muy probable no conseguir en esa fecha un cirujano maxilofacial que me operara.
Al igual que tantos venezolanos que no pueden ser atendidos en los hospitales públicos y carecen de seguro médico, me tocó ir a una clínica anzoatiguense en la que gracias al aporte de toda mi familia pude cubrir mi intervención quirúrgica de emergencia. Elevado presupuesto, no hay clínica barata por más guerra que el gobierno haga al sector privado. ¿Quién es el gran responsable de que el sistema de salud pública esté en el piso?
Mi mamá, mi padrastro, hermana y un primo político, esperaron hasta las 5:30pm en el lugar del siniestro. Ya oscuro y con frío, una grúa de Clarines, que andaba por Ciudad Bolívar, se acercó a Caripe para trasladar el carro hasta Barcelona. Hubo que ir a buscar a los fiscales de tránsito, quienes sin material, pero pidiendo un incentivo económico, asentaron como pudieron la novedad.
10:40pm y desperté de la anestesia. La operación fue un éxito gracias a Dios. Mi familia apenas había tenido chance de bajarse de la grúa en Barcelona para verme. Lágrimas de tristeza por el momento en navidad, y lágrimas de felicidad porque estaba con vida y bien de la cirugía.
Han pasado algunos días y quienes nos gobiernan hablan de que vivimos inundados en regocijo. Venezuela el país más feliz de América. Sin ambulancias, asistencia vial, insumos, equipamiento, especialistas médicos y con una inflación que se traga cualquier ahorro en momento de una emergencia.
Quiero agradecer a todos los que apoyaron, a quienes estuvieron pendientes, a todo aquel que colaboró para superar esta situación. Dios nos da esta oportunidad para seguir luchando, este país tiene que cambiar y para eso nos tiene a nosotros. Adelante.



Ángel Arellano
Twitter: @angelarellano
www.angelarellano.com.ve



martes, 21 de mayo de 2013

La Hojilla: murió el pez




Tan descompuesta como inestable está la trocha por la que atraviesa el gobierno del “mientras tanto”, que uno de sus mayores exponentes comunicacionales arremetió contra todo lo divino y sagrado que tenía el régimen.
Mario Silva, protagonista de insultos y humillaciones audiovisuales durante nueve años a opositores y chavistas light, fue captado y expuesto a toda la comunidad nacional e internacional protagonizando una hemorragia de informaciones hasta el momento ventiladas, más no confirmadas por un hijo de Chávez, que le quitan otra pata a la mesa de Maduro. Las manos mecedoras de esta cuna, son cubanas, una vez más al descubierto.
Algunos sorprendidos, otros ya pensaban en varios pasajes recitados por Silva. Hubo quien no se imaginó que la información era real pues en la Viña del Señor hay de todo. Recordemos que el fallecido Presidente Chávez cuando quería cantar una copla de media noche, o inspirar a la opinión pública a la luz de la luna, utilizó mucho La Hojilla: espacio que hoy clausura.
Por la boca muere el pez. Mario Silva, personaje de esta película de terror hecha poder público, opinaba de todo, sabía de todo. No hubo tema en el que no metiera su amarillenta barba. Jamás creyó ser vulnerable, con tanta escolta nunca pensó en la debilidad. Ahora es parte del escarnio de todos los sectores del disminuido chavismo. La olla está tan raspada, que luego de este canto de sirenas, comenzará seguramente una desbandada impresionante.
Su carrera de amenazas y abusos quedo reducida en una palabra: sapo. Habló tanto que no dejó detalle para pensar siquiera en un futuro cierto del “Madurismo”, caudillo que está herido de muerte antes de nacer. Desde fusiles hasta la esposa de Nicolás. Seniat, Sebin, FANB, Cadivi, conexiones, familiares, conspiraciones, no hubo una flor que se quedara sin corona en este entierro colectivo.
Pero el país sigue su trágico recorrido. El quirófano estalla de noticias negativas que se pasean en los pasillos de la economía, inseguridad, desabastecimiento y desmantelamiento de las instituciones. Hasta la superintendencia de cajas de ahorro, esa entidad sagrada que debería velar por la tajada que le quitan quincenalmente a todo empleado, está tan podrida en corrupción que luce irrecuperable.
La Federación de Transporte ya anunció a los cuatro vientos aumento del 50% del actual pasaje. En 38% subirá la matrícula de los colegios privados, aunque la cámara que representa este gremio solicitó incremento por 45 y 50%. Los 50 millones de rollos de papel sanitario no alcanzarán al día del periodista, Cadivi sigue en shock y vuelve el cadáver insepulto del Sicad a coger centimetraje en periódicos.
Maduro luce paralizado, con un déficit de horas de sueño similar al número de homicidios que van en su precaria presidencia. Más de 3400 muertos en las primeras 12 semanas de 2013 dijo el régimen, el odontólogo del Miss Venezuela fue asesinado, en Táchira acusan de magnicidio a ciudadanos que usaron la cacerola como protesta, el sistema eléctrico está tan caído como el nivel de las inversiones extrajeras en el país, el innombrable paralelo está más caro que nunca y cobrar las casas de la Gran Misión Vivienda Venezuela luce cual barranco lleno de púas en el calvario del día a día.
La canasta alimentaria del INE llegó a 2.411 Bs. En la vida real hacer un mercado completo te cuesta dos nuevos salarios mínimos (si consigues los alimentos). Desciende venta de petróleo a Estados Unidos que es el único cliente solvente de la Revolución Bolivariana antiimperialista, pues nuestro endeudamiento a larguísimo plazo con China se profundiza y el tapón de barriles que Maduro le dio a Petrocaribe y Cuba es cancelado con clavos y especias. En febrero de 1999 le vendíamos a los gringos un millón 735 mil barriles diarios, en febrero de 2013, 542 mil barriles diarios.
Menos de tres mil millones dólares líquidos quedan en las cuentas del gobierno para atender todas las importaciones de un país que lo único que produce es deuda. En lo que va del año el Fonden no ha recibido divisas y las reservas en oro se han reducido drásticamente por la caída del precio del mineral en los mercados internacionales.
Ante todo este tablero con piezas que no ceden espacios, Maduro asume su posición gris en los medios de comunicación y lanza el látigo a unos buitres que han sorteado todas las tormentas de anteriores gobiernos y que ante este débil “mientras tanto” se lucen con la sonrisa del diálogo complaciente para que sus ganancias no caigan al ritmo de las expectativas positivas sobre Venezuela. Adiós a La Hojilla.

Ángel Arellano
Email: asearellano@yahoo.es
Twitter: @angelarellano
www.angelarellano.com.ve

domingo, 17 de marzo de 2013

El humor de Francisco


           Errar es de humanos. Un error constituye una falta individual capaz de ser enmendada sólo por aquellos tocados con el bondadoso valor de la rectificación. También es de humanos reconocer nuestros malos actos y salir de ellos por la puerta principal, pasando la página y sonriendo al porvenir.
        Al tomar la palabra en frente de la multitud, ¿qué mejor herramienta para salvar un detalle que a través del humor? Una carismática corrección puede trascender mucho más allá en nuestros corazones que una rígida y drástica enmienda. Se replegará como chispa en la pradera si la función a desempeñar en el auditorio es de comunicador de masas, líder de líderes.
         La iglesia católica, en uno de sus momentos más críticos, con sus cruentas y deplorables debilidades mostradas por el poder de la globalización, ha tomado la sabia decisión de elevar como sucesor de San Pedro, a un suramericano que inició con paso firme un pontificado que sin duda será seguido por los ojos expectantes del mundo, con la esperanza de que esta turbulencia sea transitada en unidad cristiana.
            América está conmovida, emocionada, feliz. Jorge Mario Bergoglio, un papa de aquí, de nuestra pujante tierra bendita, es el representante de las más nobles añoranzas de una sociedad necesitada de orientación espiritual para afrontar retos y tempestades.
            “Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarme casi al fin del mundo”, fue su primera frase estelar en claro titular de proclamación al planeta: Latinoamérica, la región con mayor cantidad de católicos, había tenido el privilegio al fin de contar con su primer Papa. Dijo al cónclave que lo eligió: “Que Dios os perdone por lo que habéis hecho”. Posterior a eso, en un acto de reconocimiento de sus facultades, también a los cardenales: “Queridos hermanos, ¡fuerza! La mitad de nosotros estamos en la vejez”.
            Un humor muy fino, bien llevado, denota sabiduría. La humildad se ha desparramado en los senderos de Roma. Francisco le late al planeta entero como un hombre de unión, sencillez y bondad, basta ojear algunos resúmenes de su obra “Sobre el Cielo y la Tierra” (2010), escrita junto al rabino argentino Abraham Skorka.
            Usar el humor, exponer la felicidad, aparte de saludable para el cuerpo y mente, es alimento del inteligente. El intelecto se expresa mejor a través de la sonrisa que podamos lograr en el público. Su santidad Francisco nos ha dado una cátedra de cómo el humor, tan necesitado en tiempos donde el estrés y las tensiones son lo más cotidiano, ha sido en verdad su vínculo con la nueva responsabilidad que representa a la humanidad.
            Para enmendar las situaciones adversas que atraviesa la iglesia, el Santo Padre llama a los hijos de Dios a la oración y al reconocimiento de quienes peor pasan su estadía en este mundo, los más necesitados: “Queremos una iglesia pobre, para los pobres”.
El sumo pontífice ha cuidado las formas, pero en sus pocos días como autoridad eclesiástica mundial ya hecho varias apariciones en público, visitado cardenales, orado por su predecesor Benedicto XVI, subido el primer mensaje a Twitter, roto el protocolo y conquistado la mirada de los americanos con su primer mensaje en perfecto español a los periodistas del mundo que cubrieron su elección.
Humildad, carisma, inteligencia, reconocimiento, humor, oratoria, son las características que a priori notamos en el nuevo vicario de Cristo. Los jóvenes somos los más expectantes a las reformas de nuestra necesitada iglesia. Que vuelque el cariño y entrega a los pobres propio de la Compañía de Jesús, llene de esperanza al mundo, y enriquezca nuestro espíritu con amor al prójimo. Dios bendiga a la humanidad y al  nuevo papa Francisco.

Ángel Arellano
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lunes, 18 de junio de 2012

La pegada de HCR



Es momento de apartar los comentarios negativos y acciones dañinas a la campaña Presidencial. Mucho rollo hay de por sí en el Comando Carabobo con la inestabilidad en materia de salud del Comandante, como para estar trayendo malas energías al bando de la Unidad.
Apuntamos este comentario con la estricta finalidad de marcar distancia con los reiterados redactores de oficina que dedican todo su esfuerzo a hacer daño a la actual participación de Henrique Capriles Radonski (HCR) como abanderado de la MUD ante el histórico episodio del 7 de octubre.
Muchos de estos vencidos personajes están en el exterior, otros en las entrañas de columnas de opinión tóxicas o cuentas parlanchinas en redes sociales que no han hecho aporte alguno a la opción democrática. Desde este espacio pretendemos diferenciarnos y crear un escenario de divulgación y contribución sobre la actual campaña en favor de la democracia.
Según el profesor universitario y especialista en lenguaje político, Nelson Acosta, en entrevista concedida a la periodista Ana Vanessa Herrero para un portal web: “El relato del candidato (HCR) ha mejorado, y su pegada electoral está siendo efectiva”. Esto, como conclusión a varios argumentos en cuanto a las palabras, modismos y tonos empleados por el postulado en sus alocuciones.


Es claro el avance que el elegido del 12 de febrero está teniendo en el desarrollo de su batalla campal contra el abuso publicitario y de influencias que el Gobierno Nacional enfila en su contra y eso nos llena de ánimo para seguirlo apoyando.
Aún queda mucho por recorrer y mejorar. Uno de los aspectos a nuestro criterio que debería evaluarse para su posible modificación es la utilización del silencio como un elemento en la oratoria de HCR. Son varios segundos los que se esperan para unir frases u oraciones lo cual genera un cierto desatino en el público que está a la expectativa de una emotiva palabra que despierte algarabías y fuertes elogios.
De igual manera, sugeriríamos, llenar más de sentimiento regional el discurso de nuestro candidato. Nos atreveríamos a decir que aterrizar un poco más el mensaje en la realidad local de cada visita con anécdotas, hechos destacados (históricos o noticiosos) y realidades vividas por los habitantes, llenaría más de empatía el contexto donde se desenvuelve el discurso.
HCR es hoy uno de los grandes conocedores de nuestra geografía, demostrado por demás en sus caminatas y giras en cada rincón venezolano. Proponemos explotar esas anécdotas que pueden ciertamente generar expectativas positivas de acuerdo al público a dirigirse.
Hay que hacer estallar las emociones de esos ciudadanos regionalistas. El Progreso propuesto por Capriles no es sólo una idea general pensada para un plan de gobierno nacional, sino que será una realidad en cada uno de los sitios donde él va con paso firme capitalizando recurso humano que el Comando Venezuela posteriormente, debe conectar con lo que estamos haciendo: marchando por la senda del progreso en pro del sólido triunfo el 7 de octubre.

Ángel Arellano
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martes, 1 de mayo de 2012

Potes de humo


Un Presidente que gobierna desde una isla a través del Twitter, a una nación con cuantiosos y profundos problemas de todo tipo, es el encargado de firmar la nueva Ley Orgánica del Trabajo durando un show televisivo muy acomodado y con características disímiles a las ya conocidas por Miraflores y sus palcos de prensa.
Tal como lo sostiene el periodista Nelson Bocaranda Sardi, en su conocida columna semanal, se cambió el habitual escritorio por un podio bastante grueso en el que era difícil observar con detenimiento el verdadero estado físico del mandatario. Sin muchos movimientos y con unos invitados bastante seleccionados, se llevó a cabo el evento por meses esperado.
Un discurso corto, no conveniente para el trascendental momento, con una voz que se quebró un par de veces durante la alocución, fueron rasgos que evidenciaron el mal estado de la salud de Hugo Chávez.
Así mismo, y como se estaba rumorando desde hace un par de días, otra noticia fue lanzada a la vorágine de opiniones que comenzaron a moverse en torno a su anuncio: la salida de Venezuela de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Inmediatamente diversos voceros salieron a su rechazo. Los noticieros abrieron con ambas informaciones desplegadas.
Delsa Solórzano, diputada al Parlamento Latinoamericano, exigió la evaluación oficial del comentario presidencial, tomando en cuenta que eso dejaría a la República sin protección internacional en materia de Derechos Humanos y que para separarnos de este ente tendríamos que también decir adiós a la Organización de Estados Americanos a escasos meses de las elecciones presidenciales.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica, firmada el 22 de noviembre de 1969, puesta en vigencia el 18 de julio de 1978 y que actualmente suscriben 25 Estados de América, resalta que para poder materializar una separación de la misma debe darse por lo mínimo un año de preaviso, lo cual da un carácter de “protección” al país por ese período de tiempo de formalizarse la ruptura por parte del Ejecutivo Nacional.
Sin duda, este anuncio accidentado y al que el chavismo le salió al paso para “analizar” es el pote de humo necesario para no desgastar tanto en la disputa televisiva el “aura” de la nueva LOT y pueda concretarse como una gran estrategia electoral.
En una especie de escapismo, Chávez una vez más coloca dos temas totalmente distintos en la palestra para que sean discutidos por el sector opositor: una Ley profundamente populista, sin consenso y que atenta contra el sistema productivo privado e inclusive público por sus desatinadas condiciones de colocar al trabajador por encima de la empresa misma, estableciendo una especia de dictadura del proletariado constitucional del siglo XXI; y un pote de humo blanco para advertir a la comunidad internacional el rumbo que tomará Venezuela de ganar Chávez el 7 de octubre separándose de CIDH, OEA y similares.

Ángel Arellano
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martes, 24 de enero de 2012

Los pisapasitos

En el andar político dentro del sector que nos oponemos a Chávez y su régimen, hay de todo un poco. Como es de saberse, no todos pensamos igual. Más aun en el movimiento juvenil, donde los criterios políticos están en formación y es de suprema importante tener guías ejemplares para formar ideas correctas independientemente de la ideología o corriente en la que uno se ubique.

Anzoátegui es un estado conocido por muchos como conflictivo para lo político. Trazar un acuerdo, bien sea para el oficialismo o para la Unidad Democrática, es un proceso que requiere tiempo, perseverancia y suma negociación por múltiples factores que interceden, tengan o no vela en ese entierro.

Pues los jóvenes han acogido en sus andanzas muchos métodos rechazados por la colectividad pero que no han entrado en desuso todavía. Es parte de ingresar a organizaciones con historia, donde hay aciertos y desaciertos, y se busca desarrollar ese criterio del que escribimos al principio.

A mi pensar existen dos grupos: quienes brillan con luz propia por su preparación, entusiasmo, sacrificio y dedicación a formarse como buenos dirigentes sociales; y quienes son los pisapasitos de algún liderazgo macerado o emergente que por alguna coyuntura tiene el poder de posicionar ese cuadro político. En el primero entran aquellos jóvenes que se forman profesionalmente con esfuerzo y destacan por sus condiciones organizativas, de liderazgo y estar en el momento indicado, en el lugar indicado. Mientras, en estos últimos (pisapasitos), encaja perfectamente el precepto maquiavélico de que no sólo el que más trabaja es el que más gana.

Un dirigente pisapasito es aquel que ha dedicado su tiempo a las reuniones y no a las soluciones, al “divismo” y no al activismo, al hablar mal y no a proponer más. De manera tal que cabe otro precepto maquiavélico: el que más hace, es al que más critican; y al que menos, nunca le dicen nada.

De pisapasitos está llena la juventud política. Un buen mensaje transformador para 2012 es incentivar la participación activa y la capacitación masiva de jóvenes en el aspecto social y político, dejando a un lado las prácticas que tanto criticamos de los gobiernos anteriores y actuales.

Esta reflexión es extensiva a todos los movimientos juveniles del país. El momento por el que atraviesa Venezuela nos llama a la reflexión profunda y a ser parte integradora de un proceso de cambio que marcará grandes precedentes en Latinoamérica. Siempre la respuesta ante muchos males se encuentra en los ojos del futuro, pero escuchar la voz sabía de aquellos que nos llevan muchos años, es lapidaria.

Ángel Arellano

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martes, 8 de noviembre de 2011

El PAE Anzoátegui

El pasado mes de mayo los distintos gremios que aglomeran al magisterio regional, se pronunciaron en contra de la falta de comida a un 80% de instituciones de educación básica, media y diversificada. Organizaciones de padres y representantes, sociedad civil y el Bloque Parlamentario de la Unidad por Anzoátegui, expresaron su repudio ante una situación que atentaba gravemente con las condiciones necesarias para que los jóvenes recibieran educación.

Luego de ser desmantelado el Programa de Alimentación Escolar (PAE) en la región, por mafias e irregularidades en la distribución de la mercancía, cuantiosas deudas a las cooperativas que llevaban los alimentos a los municipios, y una mala gerencia y coordinación de las finanzas en todo el estado; la Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (Pdval), dedicada a la venta de alimentos subsidiados por la estatal Pdvsa, asume la entrega de los mismos a lo largo y ancho de Anzoátegui.

Son 225 escuelas y 87.818 estudiantes los que quedan a cargo de Pdval para recibir su desayuno y almuerzo. Pero esta vez es otra la desgracia por la que pasa el sistema educativo para recibir los vitales rubros y cumplir con la comida de niños y niñas: el aparato de distribución utilizado para llevar los alimentos hasta las instituciones es deficiente, sin red de transporte ni responsables que puedan ir hasta la escuela o liceo y entregar los productos.

Pdval ubicó varios puntos en el estado para que la directiva de las instituciones se acerque y hagan el mercado. Probablemente sea un modus operandi cubano bien copiado porque no acelera el proceso e inclusive los docentes deben permanecer hasta la madrugada esperando el turno para tomar lo necesario y llevarlo a su escuela.

Si de desaciertos se habla, este fue uno y muy grande. El deteriorado bolsillo de los educadores debe costear el transporte para los alimentos. Son muchas las oportunidades en las que el pedido está incompleto porque se atienden a muchas instituciones en un sitio pequeño, sin las mejores condiciones de salubridad y esto conlleva a la preocupación de quienes tienen a su cargo la responsabilidad de formar menores de edad.

¿De Dónde saca un maestro, que sin duda es uno de los profesionales que peor gana esta nación, para pagar una camioneta que lo lleve hasta el centro de acopio dispuesto por Pdval? En el caso del oeste, Carvajal, Bruzual, Píritu y Peñalver, deben buscar los rubros en el sector piriteño El Tejar. Docentes de todos esos caseríos y pueblos tienen que encontrar manera de asistir y luego llegar de madrugada a sus instituciones donde aguardan los cocineros y madres procesadoras en vigilia porque nuestras escuelas públicas no cuentan con vigilantes.

A veces hay que trasladarse en carro prestado, o pedir apoyo a la alcaldía del municipio, que no cuentan con vehículos apropiados. Es parte de la desidia que vive el sector educativo y tiene que ser atendida urgentemente.

Nuestra voz siempre estará presta a denunciar estos hechos que hacen retroceder a esta Venezuela que estuvo en franco desarrollo, pero que pasa por un mal momento gracias a la dirección de un militar en Miraflores. En octubre de 2013 cambiará este país para bien, con gente nueva y gerencia fresca y exitosa. Esta historia que hoy relatamos sobre el PAE en Anzoátegui será prioridad para el Cambio Popular y su proyecto.

Ángel Arellano

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lunes, 3 de octubre de 2011

Una Venezuela que circule

Onoto bajo el agua. Protección Civil Anzoátegui reporta un aproximado de 126 familias fuertemente afectadas, las cuales están en refugios rápidamente coordinados en Cajigal, otro municipio más del oeste del estado sin plan de contingencia.

La sincronía entre los afines a Chávez se perdió. Irresponsablemente el estado Guárico liberó represas que llenaron el cauce del imponente Unare, un río olvidado en la región. Las denuncias en cuanto a terrenos no habitables llenos de casas y ranchos han sido cuantiosas por parte del sector opositor, pero esto ha sido pan de cada día para las necesidades que este gobierno olvida.

El Consejo Legislativo, esa majestuosa institución pública que maneja a la perfección nuestro marco jurídico, o que por lo menos debería hacerlo, no se pronuncia. El cuerpo de diputados regionales anzoatiguense es ciego, sordo y mudo ante las tragedias anuales por lluvias; inclusive aprobando obras nefastas como el distribuidor en el sector Vistamar, y el elevado de la Universidad de Oriente que carece de drenajes.

El puente sobre el Unare es periódico de ayer, tantas denuncias colocadas en prensa y los testarudos gobernantes no han puesto sus ojos en el caos. Las vías alternas son una calamidad para nuestra gente, no representan terreno fértil para hacer negocios en Covinea aparentemente.

Enfermedades y otras calamidades caen tras el aguacero, llora tanto el niño como la madre y el abuelo, no hay posibilidad de que la zona rural se recupere si tenemos tanta ineficiencia al frente de Anzoátegui.

Recordemos el año pasado, las imágenes de las avenidas inundadas en la metrópoli del oriente. Dieron la vuelta al mundo en tiempo record y la solución estructural aún no ha sido siquiera incluida en el presupuesto de obras que la gobernación ejecuta.

En 2011 la noticia ha sido las alcantarillas: troncal 9, 11, carreteras del centro del estado y vía entre Pariaguán y Santa María de Ipire (Guárico). Fincas y conucos han quedado incomunicados con el resto de la entidad, también el trasporte pesado tuvo que vivir las de Caín. Se paraliza el breve pero necesario desarrollo económico que tiene Anzoátegui por incompetencia de un minúsculo grupo que no tiene en consideración el bien común.

Para 2012, necesario es creer en una planificación bien orientada en cuanto a la inversión que requiere el sector vialidad. Un grandísimo énfasis presupuestario y financiero debe tener la reparación y creación de nuevos drenajes, puentes, carreteras y autopistas. Con esa idea de cómo hacer una Venezuela que circule, que ruede y crezca, es que vamos a construir la victoria del año que viene. Este estado no puede ir para atrás, su ciudadanía debe consolidar el progreso como estrategia de vida y jamás olvidar las miserias por las que hemos pasado en 12 años.

Ángel Arellano

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miércoles, 29 de junio de 2011

A la fracción de Anzoátegui

Crisis penitenciaria persiste en la nación. Los videos de El Rodeo I y II continúan dando una larga vuelta al mundo y generando tanta opinión, que es irremediable ver la derrota del Gobierno Nacional en esa área. La gente identifica el problema carcelario como parte del enriquecimiento de las mafias aupadas por las nuevas cúpulas en el poder.

El enfrentamiento continúa y casos como el de Walid Makled, esperan su momento idóneo para volver a estallar. La estela de corrupción viste los espacios de investigación del periodismo, y rompe sueños de un bloque chavista sólido que aviva las llamas del descontento.

Recordemos rápidamente el caso Arné Chacón, ahora el ex ministro Jesse Chacón es encuestador y estadista, mostrando estudios de opinión sumamente dudosos. Recordemos también el caso Pudreval, aún sin resolver y convertido en un gran cangrejo de la justicia. No olvidamos tampoco la aberración contra Wilmer Azuaje, ex diputado barinés a quien quitaron su inmunidad parlamentaria. Así, entre otras cosas, ha venido el régimen diciéndole a la gente que no cambiará.

Ante tantos problemas evidentes, que crean una nube gris sobre el país, y que por ende asustan a esa inversión extranjera tan necesaria para crecer y diversificar, el bloque opositor ha encaminado una manada de líderes a hacer ese pequeño trabajo que tumban gigantes: conversar con la gente y sembrar ideas.

Hay un aura noticiosa permanente sobre el equipo de diputados de la MUD. Van y vienen por toda la geografía. Pero, sin discriminar y con mucha responsabilidad, también debemos alegar que hay trabajos parlamentarios que resaltan más que otros. En Anzoátegui, por ejemplo, hay uno que otro legislador nacional, así como suplente (por no decir todos porque hay también esfuerzos que se están viendo a gran escala), que debe activar mucho más en las comunidades de la región, porque es un mandato constitucional, para eso elegimos y para ello fueron electos.

Tenemos un estado al que hay que sacarle más provecho para continuar destapando oídos y abrir ojos de tanta gente que cree en un gobierno que para ayudarte debe exponerte en tus peores circunstancias a la televisión, haciendo de un aporte un circo y de una obra un escándalo publicitario.

Continúan las fracturadas carreteras de la región llenas de huecos, y en gran parte de la zona rural no existe, son un mito. Atención con la Troncal 9 y 11 y el puente sobre el Unare. Persiste el recorte eléctrico quemando artefactos de los ciudadanos, y Corpoelec no asume gastos de nada ni nadie. En cualquier momento pudiera estallar una revuelta en Puente Ayala, y ante eso la fracción parlamentaria debe estar vigilante y atenta, presta siempre al diálogo para echar una mano en tan publicitado conflicto.

También, comunidades de la zona oeste sumidas en la nostalgia de las montañas de Coque que crecen en el Criogénico de José. En las mismas, han colocado más torres de luz y ahora se ve mayor cantidad de maquinaria transportando el tóxico material para arriba y no a los cargueros. Las máximas autoridades del municipio Bolívar, Píritu y Peñalver persisten indolentes ante este drama ecológico y sanitario.

Y así, habrá que esperar cuales serán las dotaciones de la gobernación a la Policía Regional, una institución más que necesita y necesita y necesita, pero no hay quien le dé. Igualmente, los equipos de Protección Civil municipales, que tienen gente dependiendo de un quince y último muy escaso, la mayoría con un salario mínimo chucuto, que no da para llevar a la casa, aún cuando deban exponer sus vidas a diario para rescatar a otros ciudadanos.

De tal manera que la fracción parlamentaria de Anzoátegui, vigorosa y con gente muy buena, tiene una tarea gigantesca: apretar tuercas a los diputados y suplentes inactivos, y sacar más punta de esos temas que la gente espera porque los padece y sufre a diario. Recordemos que no todo lo electoral da votos. La gente quiere escuchar más a Anzoátegui sonar en la Asamblea.

Ángel Arellano

www.angelarellano.tk