Vale recordar, a los apasionados del diálogo sin
condiciones, tal como expresamos por esta misma trinchera de opinión la vez
aquella que los alcaldes fueron citados a comparecer en Miraflores, que no ha
existido muestra alguna de amistad por parte del gobierno delincuente. Los
shows televisivos de Maduro no los ve nadie y la arremetida internacional
contra la dictadura sigue avanzando.
Sin condiciones, estimados lectores, no hay nada que hablar
con los malandros que tienen el poder. Cuando los estudiantes exigieron más
seguridad no sólo para sus destartaladas casas de formación, sino para todo el
país, lo que recibieron fue disparos por parte de los paramilitares que operan
Diosdado Cabello y el Ministro Rodríguez Torres.
Cuando
se movilizó la nación entera pidiendo justicia, lo que recibió la ciudadanía
fue abominables imágenes y videos de torturas, agresiones, ensañamiento y
golpizas que nada tienen que envidiar a las dictaduras más encopetadas de este
mundo. Maduro ha sido tan ramplón, tan vago y bruto en su accionar que no se ha
dado cuenta que cada acto vandálico de la GNB, Sebin, Tupamaros y Colectivos
“de la Paz”, quedaron registrados, documentados y reproducidos en todo el
planeta.
Sigue Leopoldo López preso, sigue Simonovis agonizando,
sigue el Táchira sitiado, siguen muchos estudiantes y jóvenes detenidos, siguen
impunes las acciones contra la protesta, sigue el cerco mediático, sigue el
mismo CNE, TSJ y Contraloría General arrodillados a los gorilas, siguen los
cubanos infiltrados hasta en los tuétanos del aparato público; no hay nada que
negociar sin condiciones.
La política, aun en los momentos más tormentosos y
difíciles de la humanidad, destaca como labor de entendimiento para lograr el
fin común. Trata de la moderación, la diplomacia, el entendimiento, la
conversación entre los sectores de un pueblo. Eso no lo ha inventado nadie, eso
está ahí, vivo en la hemeroteca de la historia. Obedece al reconocimiento del
otro, del saber que somos ciudadanos de una misma nación y que como tales
merecemos el mismo respeto y consideración.
El gobierno se ha dedicado a tirotear ese sentido
político. No deja espacio para que todos andemos, no deja sitio para que nos
expresemos. Entonces, queridos lectores, no hay manera de dialogar con
semejantes padrotes queriendo imponer su desastre a golpe y porrazo. El derecho
a la vida está por encima de todos los derechos, y si Maduro y su combo no
protege ni respeta el derecho a vivir que tiene cualquier venezolano, entonces él
no tiene derecho a gobernar. Así de simple.
15 años hablando de revolución y en este país se sepultó
el término “imperialismo” cuando unos diputados norteamericanos hablaron de
congelar las cuentas bancarias de los enchufados en Miami. Cumplan con las
condiciones o seguirá esta llama en las calles.
Ángel Arellano
Email:
asearellano@yahoo.es
Twitter: @angelarellano
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