Se preguntará, ante esta panorámica poco alentadora, ¿por
qué carrizo las naciones de América nos dan la espalda? El petróleo queridos
lectores. Excremento del diablo, signo de nuestra renta y emblema del
estancamiento actual. Todo lo puede cuando de comprar silencios se trata.
Pasarán
muchas lunas y rodará sangre en demasía hasta que el aparato petrolero colapse
100%. Por algo muy sencillo: la industria, con sus atajos y convenios, se mantiene
financiando apoyos y colocando pañitos de agua caliente cual trampa caza bobos
para todo aquel que siga creyendo en el dinero de Miraflores.
Empero,
el hambre no cesará. Porque aunque inunden de bolívares los mercados
(proyectando más inflación) y suban el salario mínimo cuanto consideren, el
aparato productivo está muerto, no hay indicios de mejoría a corto ni mediano
plazo y eso es lo que más preocupa al pueblo chavista en la base. Vale este
argumento para responder el por qué Maduro no tiene gente en sus
movilizaciones. Se va socavando el ya poco respaldo popular del ilegítimo
sucesor. Ahí el papel de estudiantes, jóvenes y opositores para insertar su
mensaje.
La
OEA fue digno escenario para identificar los apoyos al restablecimiento de la
democracia. Más de $9 mil millones le cuesta al Estado tener 22 de 34 voces
bajo su concierto. Sin embargo, los gritos del mundo han sonado en todas
partes.
96
ex presidentes de diferentes tendencias y continentes, han estampado su firma
en un documento exigiendo el cese a la violencia, la liberación de los presos
políticos y la normalización del país atendiendo caminos democráticos. Vaya el
grueso de este acontecimiento, la unión de tantos primeros hombres y mujeres de
diversas latitudes llamando al planeta a revisar sus posturas sobre el país.
Las
personas que creen en democracia sólo deben mantenerse unidas y en resistencia
pacífica. Todos con una sola agenda, una sola bandera, en contra de la
dictadura y los múltiples problemas que Maduro ha traído a la nación. El
secuestro de los poderes y el bloqueo informativo no puede contra una
ciudadanía descontenta y activa. Llámala por su nombre: dictadura.
El
pueblo debe saber que cuando un sistema nos arrincona desatendiendo la
inseguridad para que el hampa ejerza control social, es dictadura. Cuando no se
consiguen alimentos, medicinas y repuestos porque el gobierno destrozó la
producción, es dictadura. Cuando el salario no alcanza para cubrir necesidades
y el poder se dedica a librar batalla contra manifestantes, es dictadura.
Cuando la justificación de las largas colas es que si haces fila para ir a un concierto
también debes hacerla para comprar harina, leche o papel sanitario, como dijo
el Ministro de Alimentación, es dictadura.
Llámala
por su nombre, sin miedo: dictadura.
Ángel Arellano
Email: asearellano@yahoo.es
Twitter:
@angelarellano
www.angelarellano.com.ve
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