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lunes, 24 de marzo de 2014

Llámala por su nombre

             El Foro Penal Venezolano contabiliza 61 denuncias de torturas y malos tratos por parte de los cuerpos de “seguridad” que reprimen manifestaciones. Ya son 35 almas idas de este mundo producto de la arremetida a mano armada de colectivos paramilitares y GNB. Sepa usted que mientras llevamos estas líneas al papel superamos los 1600 conciudadanos presos tras ejercer su derecho a la protesta. Igualmente, dos importantes alcaldes recién electos están en un calabozo.
            Se preguntará, ante esta panorámica poco alentadora, ¿por qué carrizo las naciones de América nos dan la espalda? El petróleo queridos lectores. Excremento del diablo, signo de nuestra renta y emblema del estancamiento actual. Todo lo puede cuando de comprar silencios se trata.
Pasarán muchas lunas y rodará sangre en demasía hasta que el aparato petrolero colapse 100%. Por algo muy sencillo: la industria, con sus atajos y convenios, se mantiene financiando apoyos y colocando pañitos de agua caliente cual trampa caza bobos para todo aquel que siga creyendo en el dinero de Miraflores.
Empero, el hambre no cesará. Porque aunque inunden de bolívares los mercados (proyectando más inflación) y suban el salario mínimo cuanto consideren, el aparato productivo está muerto, no hay indicios de mejoría a corto ni mediano plazo y eso es lo que más preocupa al pueblo chavista en la base. Vale este argumento para responder el por qué Maduro no tiene gente en sus movilizaciones. Se va socavando el ya poco respaldo popular del ilegítimo sucesor. Ahí el papel de estudiantes, jóvenes y opositores para insertar su mensaje.
La OEA fue digno escenario para identificar los apoyos al restablecimiento de la democracia. Más de $9 mil millones le cuesta al Estado tener 22 de 34 voces bajo su concierto. Sin embargo, los gritos del mundo han sonado en todas partes.
96 ex presidentes de diferentes tendencias y continentes, han estampado su firma en un documento exigiendo el cese a la violencia, la liberación de los presos políticos y la normalización del país atendiendo caminos democráticos. Vaya el grueso de este acontecimiento, la unión de tantos primeros hombres y mujeres de diversas latitudes llamando al planeta a revisar sus posturas sobre el país.
Las personas que creen en democracia sólo deben mantenerse unidas y en resistencia pacífica. Todos con una sola agenda, una sola bandera, en contra de la dictadura y los múltiples problemas que Maduro ha traído a la nación. El secuestro de los poderes y el bloqueo informativo no puede contra una ciudadanía descontenta y activa. Llámala por su nombre: dictadura.
El pueblo debe saber que cuando un sistema nos arrincona desatendiendo la inseguridad para que el hampa ejerza control social, es dictadura. Cuando no se consiguen alimentos, medicinas y repuestos porque el gobierno destrozó la producción, es dictadura. Cuando el salario no alcanza para cubrir necesidades y el poder se dedica a librar batalla contra manifestantes, es dictadura. Cuando la justificación de las largas colas es que si haces fila para ir a un concierto también debes hacerla para comprar harina, leche o papel sanitario, como dijo el Ministro de Alimentación, es dictadura.
Llámala por su nombre, sin miedo: dictadura.


Ángel Arellano
Twitter: @angelarellano

www.angelarellano.com.ve

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