Imagino la puesta en escena del Estado
venezolano en las instancias internacionales cercanas. Cada llamado o reunión
solicitada por algún embajador en la OEA, Unasur y Petrocaribe, es inicio de un
teatro en el que se enciende un video beam proyectando documentales finamente
producidos para mostrar la agresiva oposición versus el amable gobierno que pregona
diálogo y la paz.
Sube el telón: las primeras imágenes
descubren un enérgico Leopoldo López llamando a la rebelión civil y estudiantes
manos blancas que sacan pistolas de entre sus libros de matemática, medicina o
literatura, para atentar contra los guardianes de la paz hoy mal puestos como “Colectivos
Paramilitares” por la irracional oligarquía fascista del este de Caracas.
Pregunta el representante de
Venezuela ante el auditorio extranjero: Hermanos, luego de ver esta exposición
de hechos en un país cuyo Presidente ganó elecciones el año pasado sin ningún
aspaviento, ¿ustedes permitirían semejante atentado contra el gobierno de su
país?
En ese contexto se han manejado las
exposiciones del gobierno. Silencio total sobre las violaciones a los Derechos
Humanos, presos políticos, más de 45 casos de tortura sin investigar, 1400
detenciones de manifestantes y parcialización absoluta de los poderes. Esa
justificación usa la diplomacia para no elevar su voz ante el accionar de la
represión madurista.
Latinoamérica calla, sus naciones dan
la espalda a la defensa de la democracia a sabiendas de que esto se puede
revertir bárbaramente para la región. ¿Acaso no es peligroso de por sí convalidad
la dictadura cubana luego de 50 años y permitirle un apéndice petrolero y
armado? Los presidentes que hoy gobiernan el continente son los manifestantes
de las últimas décadas del Siglo XX que salían a las calles en contra de los
abusos del poder.
Venezuela ha comprado cómplices a
razón de la renta petrolera, el silencio de los chulos beneficiarios. Vaya a
ser ejemplo de la regaladera de plata el subsidio a Petrocaribe. Desde 2014
entregamos parte de nuestra producción energética a 17 Estados de América y el
Caribe para que cancelen Dios sabe cuando. Sin ir muy lejos, sólo en 2013 103
mil barriles diarios de combustible (a pagar en 25 años) se suministraron a los
países de esta unión. Las cuentas por cobrar de Pdvsa superan los $41.700
millones mientras en los hospitales de la Patria muere gente a falta de insumos
y la profunda escasez se encuentra en niveles insoportables.
En 2013 Venezuela dio $3.740
millones en productos petroleros a Petrocaripe. Hoy en día esas naciones tienen
harina, pollo, leche, papel higiénico, etc. ¿Y tú, que tienes que hacer colas a
diario a ver qué consigues?, ¿qué tienes tú soberano habitante de la tierra
petrolera? Petrocaribe tendrá años de gracia en un subsidio que compromete por
lo menos dos generaciones de venezolanos. ¿Y quién financia tú bolsillo para
combatir la inflación?
El silencio de América Latina es
socio del hambre, la miseria, el desabastecimiento, los altos precios de la
vida y la corrupción reinante en la Patria de Bolívar: la más insegura de la
región. Cuando Betancourt sufrió aquél lamentable atentado en Los Próceres
(24-06-1960) no dudó en hablarle al mundo de inmediato con las manos vendadas y
consternado por la explosión, para ratificar su apoyo a la democracia y
condenar los sangrientos actos de la dictadura de Trujillo. Venezuela fue gran respaldo
para esos mismos países que hoy nos dan la espalda. Por tanto, sigamos en la
calle defendiendo lo que por derecho nos corresponde: una nación justa, plural,
que respete la vida y sus libertades universales. Sigamos protestando.
Ángel Arellano
Email:
asearellano@yahoo.es
Twitter: @angelarellano
www.angelarellano.com.ve
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