Onoto bajo el agua. Protección Civil Anzoátegui reporta un aproximado de 126 familias fuertemente afectadas, las cuales están en refugios rápidamente coordinados en Cajigal, otro municipio más del oeste del estado sin plan de contingencia.
La sincronía entre los afines a Chávez se perdió. Irresponsablemente el estado Guárico liberó represas que llenaron el cauce del imponente Unare, un río olvidado en la región. Las denuncias en cuanto a terrenos no habitables llenos de casas y ranchos han sido cuantiosas por parte del sector opositor, pero esto ha sido pan de cada día para las necesidades que este gobierno olvida.
El Consejo Legislativo, esa majestuosa institución pública que maneja a la perfección nuestro marco jurídico, o que por lo menos debería hacerlo, no se pronuncia. El cuerpo de diputados regionales anzoatiguense es ciego, sordo y mudo ante las tragedias anuales por lluvias; inclusive aprobando obras nefastas como el distribuidor en el sector Vistamar, y el elevado de la Universidad de Oriente que carece de drenajes.
El puente sobre el Unare es periódico de ayer, tantas denuncias colocadas en prensa y los testarudos gobernantes no han puesto sus ojos en el caos. Las vías alternas son una calamidad para nuestra gente, no representan terreno fértil para hacer negocios en Covinea aparentemente.
Enfermedades y otras calamidades caen tras el aguacero, llora tanto el niño como la madre y el abuelo, no hay posibilidad de que la zona rural se recupere si tenemos tanta ineficiencia al frente de Anzoátegui.
Recordemos el año pasado, las imágenes de las avenidas inundadas en la metrópoli del oriente. Dieron la vuelta al mundo en tiempo record y la solución estructural aún no ha sido siquiera incluida en el presupuesto de obras que la gobernación ejecuta.
En 2011 la noticia ha sido las alcantarillas: troncal 9, 11, carreteras del centro del estado y vía entre Pariaguán y Santa María de Ipire (Guárico). Fincas y conucos han quedado incomunicados con el resto de la entidad, también el trasporte pesado tuvo que vivir las de Caín. Se paraliza el breve pero necesario desarrollo económico que tiene Anzoátegui por incompetencia de un minúsculo grupo que no tiene en consideración el bien común.
Para 2012, necesario es creer en una planificación bien orientada en cuanto a la inversión que requiere el sector vialidad. Un grandísimo énfasis presupuestario y financiero debe tener la reparación y creación de nuevos drenajes, puentes, carreteras y autopistas. Con esa idea de cómo hacer una Venezuela que circule, que ruede y crezca, es que vamos a construir la victoria del año que viene. Este estado no puede ir para atrás, su ciudadanía debe consolidar el progreso como estrategia de vida y jamás olvidar las miserias por las que hemos pasado en 12 años.
Ángel Arellano
www.angelarellano.tk
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