Como en el camino hay de todo, no ha
faltado quien obvie las elecciones parlamentarias de 2015, un episodio en el
que inicia una nueva legislatura sin el predominio del Presidente Chávez y con
un gobierno cuyos índices de aceptación se muestran tan por el piso que
atreverse a levantarlos será un acto de encantamiento, suerte de reedición del
“Dakaso”, en el que optarán nuevamente por poner el cuchillo en la yugular del
país sin importar las consecuencias.
La crisis nacional, la de la escasez,
la del lamento por no conseguir los remedios para subsistir ni la medicina para
curar la fiebre, mantiene la nube negra de la frustración sobre todos nosotros.
Vivimos en ese pasaje de Doña Bárbara: “y la noche se echó sobre el rancho de
Juan el Veguero… Donde un hombre tuvo unas vacas y se las robaron quienes
debían protegerlo. Y tuvo tres hijos, que se los mataron el brujo, la culebra y
las fiebres”.
La última encuesta del IVAD
evidencia la consolidación de la superioridad numérica de los opositores por
encima del régimen vigente. Confirma lo que se ha gestado en los últimos meses:
el rechazo más profundo a la gestión de Nicolás Maduro y del chavismo. La
muestra, terminada el 17 de octubre, expone que 49,3% de los venezolanos
quieren a los candidatos de la oposición en la AN y sólo 27,4% a los del
oficialismo. 50,2% de los encuestados se identifican como opositores y 30,3%
como oficialistas.
Mientras la canasta alimentaria familiar mensual
brincó el cerco de los 25 mil Bs., Maduro decretó aumento de salario exclusivo
para los militares por un 45%. Sin fracciones ni espera, de un solo guamazo.
Distinto de los incrementos que dan al pueblo raso: primero 10%, luego otro
10%, después un 5%, y así… El hombre de los pajaritos rechazó las críticas a
esta medida y dijo “defender a la Fuerza Armada por encima de cualquier cosa”.
Es evidente el temor.
La informada periodista Marianella Salazar, haciendo
alusión al triunfo de los colectivos armados en la expulsión del gobierno del
ex Ministro Rodríguez Torres dijo, luego de corroborar con sus fuentes: “Lo que
viene no es precisamente joropo sino enfrentamiento entre grupos de poder.
Léase: colectivos vs FANB”.
En el caso de las parlamentarias, dentro del plan
chavista está filtrar al máximo su gruesa lista de aspirantes para incorporar a
rostros jóvenes de la revolución, muchachos de hacer el mandado, pues pocos,
por razones obvias, han desarrollado independencia, personalidad y autonomía de
vuelo en los vientos áridos del claustro gobiernero.
El PSUV se prepara con intensidad para la prueba de
2015. Su mayor reto es volver a tener mayoría de diputados gracias al sistema
electoral actual que prioriza la sobrerrepresentación de las tarjetas únicas.
En la maleta que llevaba la nana de Elías Jaua en la colita pdvesera a Brasil,
además de la pistola que generó el escándalo, estaban algunos documentos que
llaman nuestra atención. Cito el título de uno que debería resumir la ocupación
del gobierno: “Elecciones Legislativas 2015 Documento Estratégico Asamblea
Nacional Hacia una estrategia ganadora”.
Eugenio Martínez, en un análisis sobre el 2015,
aclara: “No es cierto que la oposición obtuvo la mayoría de los votos en 2010.
De ser cierto, el sistema lo hubiese sobrerrepresentado. En estricto sentido,
lo que sucedió fue que los candidatos de la alianza opositora obtuvieron 47% de
los sufragios (más afines llegó a 52%) y el PSUV capitalizó 48,5%”. El reto
para ser mayoría, no sólo numérica, que ya lo es, sino en curules, es mantener
la alianza en la tarjeta única y no permitir ninguna candidatura disidente o
artesanal.
Ángel Arellano
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