En cada esfuerzo de su retórica indebida el Presidente no puede ocultar los errores trazados tras 12 años de tropiezos en una gestión mil millonaria en dólares. Las supuestas tres millones de casas que plantea construir no responden a una planificación macro, hecha con los sectores interesados y competentes en la materia, pues la política de exclusión sigue cavando la tumba de Chávez.
A la hora de solucionar crisis nacionales como la habitacional, en la que un sector exponencialmente grande de la población no cuenta con un techo propio, los rojos rojitos implementaron viejas prácticas, desempolvándolas del desuso y jugando con el populismo y la demagogia.
De ahí inicia el movimiento de montoneros e invasores: ciudadanos necesitados pues sus demandas para tener a su familia en un hogar digno, que han tomado cuanto terreno ven a su paso, para saciar esta crisis aguda, tan criolla como el caos eléctrico y la inseguridad reinante.
Muchas familias ven sus esperanzas en estafadores. En vez de estar tras las rejas, el mundo judicial ha sido bastante cómplice, puesto que el Ministerio Público no termina de ser implacable con tanta gente que invade y toma lo privado como suyo.
Detrás de este problema social hay una delgada línea en la cual se mantiene una gran rama de la población que pasa sus días en absoluta pobreza. Niños, mujeres embarazadas, personas enfermas, abuelitos, son el escudo para proteger a los que sobresaltan el orden público y los espacios de otros, para habitar. La gran mayoría de las veces las invasiones se producen en sitios prohibidos, territorios con una geografía complicada en la que no es viable construir viviendas.
Pero más allá de lo que suscribimos esta semana en este espacio de opinión pública, existe el deber de informar a la colectividad sobre lo que es posible y lo que no. Posible es dejarse engañar con promesas y discursos del chavismo en los que se quiten el nombre por entregar N cantidad de soluciones habitacionales al pueblo. Imposible es tener un maqueta con por lo menos un millón de viviendas entre lo que queda de 2011 y el 2012.
Posible es adelantarse y saber que la campaña presidencial de Chávez, por demás disminuida de gente y músculo político, será enfocada en el tema de la vivienda y la aguada fiesta del asfalto; así como algunas entregas de dotaciones para terminar de crear la Policía Nacional. Imposible es solucionar los índices delictivos, de pobreza y desempleo, mientras la discrecionalidad del gasto del excedente petrolero continúe siendo 90 para el extranjero y 10 para Venezuela.
De manera que, si algo tiene verdad hoy día, es la caída estrepitosa del régimen: histórica y fuerte. El trabajo de los luchadores por la democracia es seguir unidos, planificando, de la mano de la gente, escuchando y poniendo toda la atención en los problemas, es ésa la frase más famosa de 2011.
Ángel Arellano
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