Hay algo que se conserva bastante bien en la política de estos días, un sentimiento de antaño que puja por dominar los intereses en la dirigencia del pueblo, el egoísmo. Aun reina en los caminos de quienes buscan el poder para hacer lo que creen bueno. Inevitablemente estaremos muertos y seguirá existiendo ese factor incondicional que amenaza con romper los lazos de la bondad y el compromiso.
Hoy escribo sobre ello porque existe, vivito y coleando. Aquí y en todas partes. Qué difícil tener un destello de éxito en un momento determinado, habrán cientos esperando tú tropezón para mancharte. Pero así mismo, el egoísmo no es sólo un manotazo que le pega a unos y a otros no. Pasea por el aire y vuela tan rápido como la luz.
Egoísta aquel que niega una oportunidad a otro y que no comparte, pero también el que cierra el túnel para que nadie pase. Por ejemplo, ¿qué tan egoísta es el samaritano que no deja comer a otro?, es egoísta el gobernante que premia a uno y a los demás los olvida. Egoismo ese que deja que no pensemos en nuestros seres queridos o hagamos cosas en detrimento de nuestro pensamiento.
Ha sido egoísta el Ejecutivo por no permitir a los jóvenes de otra tendencia optar por beneficios como los que tiene los oficialistas. Egoísta cuando vimos el regalo a Uruguay y Bolivia mientras deben parar las cirugías electivas en el Razetti, nos estamos muriendo con una epidemia ya descontinuada y una huelga de hambre de enfermeros que se ha tornado muy sangrienta.
Egoísta el poder unos cuando privilegian a hermanos y dividen familias a costillas de un salario. También cuando se pierde mucho dinero de lo público en proyectos que no transmiten solución o que nunca se hicieron. Egoísta cuando despilfarramos todo en obras inconclusas y no queda medio para resolver problemas.
Cuando sabes que dos de las ambulancias de Bruzual fueron compradas con sobre precio, se dañaron, llevaron a reparar, y a las 48 horas volvieron al taller y están varadas en un galpón de Protección Civil. Además de que una cisterna se volteó por ingesta de alcohol de chofer y amigos. ¿No es un acto egoísta eso?
Egoístas los diputados por no le meten el pecho al problema del Coque en el Criogénico de José en Anzoátegui, o el gobierno regional cuando invierte a su libre discreción y monta eventos y shows, gastando cuantiosas cifras en publicidad, pero para el que necesita la santamaría se cierra en su cara tempranito.
Egoísta sin medida, aquel que quita al otro para ponerse él. Lo mejor es trabajar, independencia y seriedad, para salir de ese diablo mal engendrado llamado egoísmo. Si el burgomaestre tumbó y ahora quiere volver a montar la manga de coleo de Puerto Píritu, por ejemplo, le niegas un aporte a la necesidad del otro, con hambre y mal de salud, por egoísmo de esos, nuestros pueblos de Anzoátegui están cada vez sumisos en abundancia con el máximo empleador de la región: el gobierno.
Egoísmo en todas partes, ten fe y cuidado, hay que sustraerlo de la vida que queremos en sociedad.
Ángel Arellano
www.angelarellano.tk
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