Aquí encuentras mi opinión, lo que pienso sobre Venezuela y el momento que nos ha tocado vivir. Lecturas, crónicas, artículos, relatos y crítica... Bienvenidos.

martes, 23 de diciembre de 2008

Un nuevo rumbo para el país (II)

Sin menos precio alguno a las actividades políticas realizadas en el ámbito internacional, muchas de ellas, claro está, positivas, acertadas y admirables; debemos pasar la página del análisis conciso de lo que emana en las corrientes ideológicas de otros países para saber que ocurre en el nuestro.

Y para ello, citaré el caso más cercano en América de los dos que analizamos en el artículo pasado: México: tres partidos, PAN, PRI y PRD. Estos representan las tendencias más marcadas en la disputa por el poder público en los espacios democráticos de su sociedad. Defienden el estado de derecho y conjugan reivindicaciones sociales en distintos tópicos que se extiende a lo largo y ancho de la vida ciudadana.

Lo que es conocido en nuestro argot común y sencillo como tendencia de izquierda, centro y derecha. A este se le anexa el radicalismo, progresismo o conservadurismo respectivamente.

Venezuela tiene esto mismo pero muy disperso, excesivamente disperso digo, desde mi humilde trinchera. Y es que con tantos partidos políticos no se logra consolidar la corriente ideológica que permita al ciudadano integrarse o afiliarse a la lucha partidista, aunado a esto la desvirtuación de la imagen de izquierda política llevada a cabo por el sector oficial que conforma el partido más grande del país, deja en un mar de pensamientos inconclusos a los venezolanos al saber porque color quieren optar.

Y no se nos puede escapar la pérdida de INSTITUCIONALIZACIÓN de los partidos políticos venezolanos. Tanto así que en diez años lo que ha ocasionado es la desorganización de los liderazgos, lo que llamo, “la pelea por el micrófono” que siempre sucede en las actividades de los partidos de oposición al régimen de Chávez.

Hay que encausar al país en un nuevo sistema social, una estructuración científica de cómo será su nuevo ambiente de trabajo, participación social y de vida. Son latentes los riesgos de perder la democracia en estos momentos con el nuevo asesinato a la constitución (que sí debería llamarse la moribunda) por la enmienda que se propone en Miraflores.


La juventud aspira y espera cambios y transformaciones, acuerdos y cohesiones entre los partidos. Hay buenas opciones, solo hay que analizarlas. No podemos esperar las respuestas, ingresemos y generemos organizaciones novedosas. Démosle un nuevo rumbo al país.

Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es
Anzoátegui, Venezuela

lunes, 22 de diciembre de 2008

Un nuevo rumbo para el país (I)

Hablemos del la estructuración de una competitividad cada vez más democrática del Estado, según el modelo Europeo y gringo.
Tal vez allá, y desde un punto de vista juvenil, sean observadas algunas organizaciones como arcaicas. Pero en su funcionamiento, mueven las piezas con mucha inteligencia y los principales métodos utilizados son extraídos de la tecnología y las visiones modernas.

En el caso español y norteamericano subsisten en la palestra dos partidos políticos muy densos, bien estructurados, operativamente óptimos y que demuestran al público internacional un ejemplo de robustez y formación sustentable de cuadros y avances ideológicos siempre adaptados a la realidad de su territorio.

España edifica su ajedrez político con el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Estados Unidos disputa sus espacios de poder con el Partido Republicano (PR) y el Partido Demócrata (PD). En estos ejemplos se distinguen las visiones de ver el Estado y la sociedad política: unos defienden la tendencia liberal, de igualdad social, la justicia y los derechos de género, raza y oportunidades (PSOE y PD); los otros sostienen el libre mercado, la mínima participación del Estado, la reducción de impuestos, etc. (PP y PR).

Sin duda alguna dos maneras diferentes de hacer política y de proyectar los trabajos sociales. El caso mexicano supone de la misma manera lo fuerte que tiene que ser una tolda política para obtener los cargos de elección popular, pero define su población en tres criterios distintos de ver la función ciudadana en política. El Partido Revolucionario Independiente, un poco más liberal y dado a la apertura de oportunidades por igual a todos; el Partido Acción Nacional, defiende el sector conservador; y el Partido Radical Democrático, abanderado de la formación de izquierda, siempre crítica y contundente en sus acciones y posturas.

Ello explica claramente que las tendencias y formas de ver la política en un país deben estar sostenidas en una organización que mantenga un criterio e ideología representada por las diferentes formas de ver de cómo defender los derechos ciudadanos y cumplir con los deberes de Estado.

Es dado de un cambio palpable desde hace décadas en el mundo, abriéndose a la participación e integración de las personas en todo aquello que le pertenece, en este caso, el Estado.




Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es

NO hay vacaciones


¿Qué les parece el precio del pan de jamón, el cochino para las hallacas, las uvitas para el 31 y los cohetes que deben sonar?
Si exorbitante es el término que dan como respuesta, estamos en la misma línea. Nuestros bolsillos están en “échale” y no hay bomba por toda la carretera. Peor que ir por la vía de Ciudad Bolívar con poca gasolina.
¿Y qué pensamos si hablamos de tomar vacaciones? Duran más en llegar que ron de Píritu en madurar.
Las vacaciones ahora representan sinonimia de sencillo descanso: dormir, estar en casa, ver televisión, leer, jugar, etc. La razón de ello es que ya no hay dinero para viajar ni hacer actividades en familia respecto a paseos, excursiones, ir de compras, y muchas otras cosas que representan un gasto. Antes el venezolano se lanzaba un viajecito “pa´ fuera”, una visitadita a la Gran Sabana, Mochima o Mérida o simplemente un “playazo”. Ahora, a quedarse en casa a ver la cadena nacional diaria que hasta se repite tres veces.
Y para más ñapa del asunto nos quieren zampar a última hora una enmienda constitucional sustanciada en la reelección indefinida del comandante.
Tal parece que NO tendremos vacaciones, ni descanso, ni camaroncito a medio día, ni la fría los viernes, porque estaremos pendiente de rechazar la nueva ocurrencia del régimen.
Para eso la juventud está presta, sacrificaremos otra vez nuestras vacaciones porque nada nos duelen: más dolor da un país destruido que un viaje cancelado. Esa es una forma ciudadanamente responsable de ver el panóptico político que se desenvuelve en estos momentos mientras todos observamos en cadena nacional como las focas rojas con sueldo, aplaudían en el congreso.
La situación está tensa, la gente no quiere saber nada de elecciones, tampoco el estudiantado.
Pero sí hay que tener algo en mente y es que NO podemos quedarnos de brazos cruzados mientras el pana nos quita los noticieros, películas, novelas y juegos de pelota, todos los días. Y con la misma pinta: camisa roja, y en su elegancia, una chaqueta verde más blindada que la 4 Runner que lo espera en la salida.
NO habrá vacaciones para el pensante, el luchador, el político, el amigo, el colaborador, el dirigente, el criollo en todas sus facetas. Estaremos atentos de por donde vienen los tiros para colocarnos el chaleco y volver a ganar con un inclemente NO que represente nuestro pensamiento y actitud.
Saludos a todos departe del estudiantado.
Nota: Artículo publicado en el diario El Norte de Barcelona, Nueva Prensa de Oriente de Barcelona y Antorcha de El Tigre, Anzoátegui.

Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es

La Constitución de la Sociedad

La Teoría Social de Anthony Giddens

Una lectura de La Constitución de la Sociedad (*)
Ronaldo Fabiano dos Santos Gaspar

Todo intento de sintetizar en pocas páginas una obra extensa y compleja produce inevitablemente cierta mutilación de la misma, pues el comentarista tiende a "filtrar", además de los aspectos relevantes para la comprensión de la obra aquellos que, según su filiación teórica y/o la investigación que desarrolla, considera más significativos. Evidentemente, nuestra lectura del texto de Giddens no escapará a esto. Sin embargo, ello no significa que abandonamos la pretensión de reconstruir sintéticamente la "columna vertebral" de esta compleja obra -o sea, reconstruir coherentemente los principales elementos del cuerpo conceptual que da sustento a la teoría de la estructuración giddensiana-; simplemente significa que tenemos conciencia de que esta lectura/reconstrucción, así como las pequeñas incursiones críticas que haremos, estará inevitablemente marcada por nuestras preocupaciones. Hecha esta disgresión inicial, vamos a la tarea.

Anthony Giddens


Nos parece que en La Constitución de la Sociedad Giddens pretende establecer la versión integral, completa (la opus magna) de su teoría social. Aquí, el pensador inglés analiza los aspectos que en términos luckasianos podríamos denominar ontológicos del ser social, o sea, aspectos del ser social que, pese a las múltiples formas concretas que pueden asumir, son constitutivos de toda y cualquier forma humano-societal. Y persigue su objetivo a través tanto de la crítica al objetivismo funcionalista y estructuralista y al subjetivismo característico de las sociologías interpretativas y de la hermenéutica, como al pensamiento marxista, explicando los procesos de integración y reproducción de la totalidad social, o mejor, los mecanismos socioculturales que vinculan a los individuos con ella, reproduciéndolos (y reproduciéndola) en sus vidas cotidianas, y cómo a su vez esta totalidad social (compuesta por individuos) puede implicar ciertas regularidades en su flujo y desarrollo sin suprimir los poderes y capacidad de elección (entre opciones) de los individuos. Hay pues una cuestión que atraviesa todo el texto: "¿de qué manera es posible decir que la conducta de los actores individuales reproduce las propiedades estructurales de las colectividades mayores?" (Giddens, 1988: 19). Y es para dar una solución a tal cuestión que el autor centra su análisis en las prácticas sociales ordenadas -individuales y/o colectivas- que se desarrollan tiempo-espacialmente.(1)
El texto de La Constitución de la Sociedad está dividido del siguiente modo: en la introducción y el primer capítulo Giddens esboza las principales características de la teoría de la estructuración. En el segundo y tercer capítulos, se dedica al análisis del agente y sus interacciones cara-a-cara (co-presencia). En el cuarto y quinto, el autor analiza los sistemas sociales más amplios. Y en el último, "sugiere algunas directivas para la orientación global de la investigación social" (ibid.: 231). Esta organización del texto, en que el análisis detallado del agente y de las interacciones precede al análisis de los sistemas sociales más amplios, no debe llevar a suponer que el autor está "conceptualmente 'comenzando con el individuo' o que [para él] los individuos tengan alguna forma de realidad distinta de la que tengan las sociedades" (ibid. : 134) pues, como luego veremos, en la teoría de la estructuración individuo y sociedad no son polos opuestos "mútuamente excluyentes" y exteriores de la vida social, sino que se producen y reproducen de manera integral, indisociable.
Los individuos: (co-)relaciones y tiempo-espacio
El análisis de Giddens sobre las características y atribuciones del self -designación dada al sujeto individual para enfatizar su aspecto (auto)reflexivo-, del cuerpo y del tiempo-espacio (tiempo-geografía) en la contextualidad de la vida cotidiana, además de constituir un amplio panel de otras teorías -con las que el autor dialoga y polemiza-, es extremadamente rico en detalles. Por lo tanto, evidentemente no reproduciremos íntegramente los conceptos allí presentes, sino que analizaremos sólo las características e importancia de los encuentros en co-presencia y del contexto tiempo-espacial para lo que es el nudo gordiano de la teoría de la estructuración, el concepto de dualidad de estructura.(2)
En primer lugar, para comprender el significado de los encuentros de co-presencia en la teoría de la estructuración, es necesario tener presentes dos elementos fundamentales: el primero define que, pese a que el agente se constituye como un ser reflexivo, monitoreando reflexivamente el conjunto de sus acciones, la mayor parte de sus acciones cotidianas no es directamente motivada ni puede ser tampoco directamente elaborada en la forma de discurso. Sin embargo, esa motivación indirecta y la incapacidad discursiva de los agentes con relación a la mayoría de sus acciones, (conciencia práctica) no es impedimento para "llevar una vida normal", interactuar mutuamente y ejecutar sus actividades cotidianas. Esta característica de la vida cotidiana lleva nuestra atención hacia uno de sus elementos fundamentales: la rutina o, en términos de la teoría de la estructuración, la rutinización. Según Giddens "la rutinización es vital para los mecanismos psicológicos mediante los cuales un sentido de confianza o de seguridad ontológica es sustentado en las actividades prácticas de la vida social" (ibid, XIX), o sea, es la repetición cotidiana de prácticas sociales idénticas o similares lo que posibilita la reflexividad del agente, pues si las prácticas sociales fuesen efímeras (y/o únicas) no seria posible el conocimiento por el sujeto del ambiente de actuación, hecho que, seguramente, imposibilitaría la acción innovadora, creativa. Y también:
el concepto de rutinización, basado en la consciencia práctica, es vital para la teoría de la estructuración (...) Un examen de la rutinización (...) nos suministra una llave maestra para explicar las formas características de relación del sistema de seguridad básico con los procesos reflexivamente constituidos inherentes al carácter episódico de los encuentros. (ibid.: 48).
El segundo elemento consiste en que las relaciones que los hombres establecen entre sí son objetivamente mediatizadas, tanto por recursos materiales externos y por el lenguaje como por los mismos cuerpos de los agentes. Así, la comprensión del tiempo-espacio corporal es fundamental para la comprensión del modo en que por un lado las prácticas cotidianas de los individuos son delimitadas por las propiedades estructurales de los sistemas sociales y, por el otro, cómo es en esa instancia (lo cotidiano) donde se efectúa la misma perpetuación de esos sistemas. Así, de acuerdo con la teoría de la estructuración, los límites del cuerpo representan las fronteras físicas (espaciales) del individuo con el ambiente y su tiempo de duración es el tiempo de vida, el tiempo de la existencia del individuo (del self activo). En palabras de Giddens: "Todos los sistemas sociales, por formidables o extensos que sean, se expresan y están expresados en las rutinas de la vida social cotidiana, mediando las propiedades físicas y sensoriales del cuerpo humano" (ibid.: 28).
En su detallado análisis de las situaciones de co-presencia, en el que dedica especial atención a la serialidad de los encuentros, al posicionamiento del cuerpo y a la reflexividad del agente, Giddens utiliza como principal (aunque no única) referencia teórica a las investigaciones llevadas a cabo por el sociólogo Erving Goffman (pese a criticar innumerables aspectos de sus teorías), que se caracterizan por el análisis exhaustivo de la psicología de los agentes implicados en interacciones en contextos de co-presencia. Inspirada en esas investigaciones, la teoría de la estructuración entiende la interacción en contexto de co-presencia como la relación que los agentes establecen directamente entre sí, es decir, es la relación cara-a-cara, en la que el agente se implica por completo, en la medida en que su comportamiento (su tono de voz, la dirección de la mirada, la ubicación de su cuerpo en el contexto de la interacción, su postura corporal, etc.) tanto queda condicionada como condiciona el desarrollo de la trama interactiva. De este modo, si entendemos "la integración social como sistematicidad en circunstancias de co-presencia" (ibid.: 58), se descubre la importancia del análisis de los encuentros en esas circunstancias, pues la reproducción social que se extiende tiempo-espacialmente tiene sus raíces en ese carácter sistémico de la vida cotidiana. E incluso en las sociedades modernas, que por primera vez en la historia posibilitaron la interacción directa e inmediata de los individuos sin la presencia corporal de los agentes en el mismo espacio físico (telex, teléfono, Internet, etc.), ese tipo de interacción se constituye en la más común y más importante forma de interacción entre los individuos.(3)
Por lo tanto, podemos afirmar que la comprensión de la interacción en situación de co-presencia es fundamental para la teoría de la estructuración. Y, como toda interacción tiene una duración temporal y un sitio determinado, es necesario pues comprender la importancia del contexto tiempo-espacial (tiempo-geografía) en esta interacción, dado que se constituye en el fundamento mismo de esta acción. Además, del mismo modo que Goffman se constituye en el principal interlocutor de Giddens "en la especificación de ciertas cualidades psicológicas del agente y en el análisis de la interacción en situaciones de co-presencia" (ibid.: 99), su principal interlocutor en el análisis del contexto tiempo-espacial de la interacción fue el geógrafo sueco T. Hägerstrand, cuyas principales contribuciones a la comprensión de este contexto interactivo fueron la elaboración del concepto de "tiempo-geografía" y de una forma muy peculiar de visualización gráfica del tiempo-espacio, los "mapas espacio-temporales".
En los análisis de Hägerstrand sobre la interacción en situación de co-presencia, aunque se analizan innumerables aspectos, se destaca el énfasis en los límites del cuerpo en la delimitación de la acción. Para él, esas limitaciones espaciales constituyen importantes restricciones para la interacción de los agentes. Giddens, sin embargo, considera que en este énfasis unilateral en los límites del cuerpo, de sus propiedades espaciales restrictivas, el geógrafo sueco se hace eco de cierta versión del marxismo (según Giddens, del materialismo histórico) y, por ello, sólo comprende parcialmente las implicancias de las fronteras corporales, pues no advierte que "todos los tipos de restricción constituyen también tipos de oportunidad, medios de posibilitar la acción" (ibid.: 95). Esta crítica de Giddens al tiempo-geografía de Hägerstrand es, mutatis mutandis, como luego veremos, la misma que hace a las relaciones estructurales tal como éstas son entendidas en la teoría marxista. Y, además, como la teoría de la estructuración (en este caso, en la senda del marxismo) entiende el mundo histórico-social como fundamento y resultado de prácticas individuales/sociales, que los agentes construyen y son por ellas objetiva y subjetivamente modificados, Giddens no puede aceptar la concepción abstracta de individuo con la que teoriza Hägerstrand, la que implica que no sean analizadas las motivaciones que hacen que los individuos actúen de tal o cual manera pues sus "proyectos" de vida son tomados como datos exteriores y no como resultado de interacciones sociales en las que el tiempo-espacio y los mismos agentes ocupan posiciones privilegiadas. De este modo, los análisis de Giddens sobre las características de los contextos de interacción, que incluyen una "geografía del cuerpo" y del espacio humanamente construido, se constituyen en una parte importante de su proyecto de develar los nexos determinantes e integradores de la vida cotidiana a los procesos más amplios (espacial y temporalmente) característicos de los sistemas sociales. Según el autor:
la integración social tiene que ver con la interacción en contextos de co-presencia. Las conexiones entre las integraciones social y de sistema, pueden ser trazadas examinando los modos de regionalización que canalizan y son canalizados por trayectos de tiempo-espacio adoptados por los miembros de una comunidad o sociedad en sus actividades cotidianas (ibid.: 115).
A eso se debe que el tercer capítulo de su libro dedicado al "tiempo, espacio y regionalización", termina con una crítica a la división entre lo "micro" y lo "macro" en la teoría social, pues considera que "la actividad en microcontextos tiene propiedades estructurales fuertemente definidas" (ibid.: 114).
Pasemos ahora, luego de esta sucinta exposición de las características del agente y su contexto interactivo (el tiempo-espacio), a la exposición de los procesos reproductivos de los sistemas sociales.
Integración social y sistemas sociales (integración sistémica)
Para comprender como concibe la teoría de la estructuración las integraciones social y sistémica, debemos en primer lugar comprender su crítica a los conceptos tradicionales de estructura y, con ello, su reconceptualización como propiedades estructurales, principios estructurales y dualidad de estructura. Y, en segundo lugar, como esas modalidades de la estructura se articulan en la integración social y la integración de los sistemas sociales más amplios.
La mayoría de los analistas sociales -principalmente los funcionalistas- entiende la estructura:
como una especie de "patronización" de las relaciones o fenómenos sociales. Frecuentemente, esto es ingenuamente concebido en término de imágenes visuales análogas al esqueleto o morfología de un organismo, o a las vigas mayores de un edificio (...) [Sin embargo] la estructura se refiere, en el análisis social, a las propiedades de estructuración que permiten la "delimitación" del tiempo-espacio en los sistemas sociales, a las propiedades que posibilitan la existencia de prácticas sociales previsiblemente semejantes en sus dimensiones variables de tiempo y de espacio y les otorgan una forma sistémica. Decir que la estructura es un "orden virtual" de relaciones transformadoras significa que los sistemas sociales, como prácticas sociales reproducidas, no tienen estructuras, sino más bien exhiben "propiedades estructurales", y que la estructura sólo existe como presencia espacio-temporal (ibid.: 13-14)
Por lo tanto, para Giddens, la estructura no debe ser entendida como objeto, como ente corpóreo, palpable, sino como "trazos de memoria" que se concretizan en propiedades permanentemente renovadas de los sistemas sociales, propiedades éstas que se extienden temporal y espacialmente y, simultáneamente, delimitan el campo de acción de los agentes.(4). Esa delimitación estructural, sin embargo -y éste es uno de los puntos más polémicos de la teoría de la estructuración- no es concebida por Giddens sólo en su aspecto coercitivo, sino también como facilitadora de la acción de los agentes sociales.(5)
En otras palabras, las características estructuradoras de los sistemas sociales que Giddens denomina como propiedades estructurales -relaciones de propiedad, familia, instituciones políticas (civiles y estatales), etc.-, tanto imponen restricciones a la acción como posibilitan que ésta se realice. Como ilustración, hagamos una analogía de estas propiedades con algún objeto o, mejor, con un instrumento de trabajo, por ejemplo, con una azada. Como se sabe, por sus características materiales (tamaño, peso, rigidez, formato, etc.), cualquier azada impone una serie de restricciones a la acción al trabajador que la utiliza, tales como la profundidad de los surcos para la siembra y los tipos de terreno y vegetales que pueden cultivarse; sin embargo, los mismos surcos para determinados vegetales y el aprovechamiento de cierto tipo de terrenos sólo pueden ser realizados gracias a la utilización de ese instrumento de trabajo. Otro ejemplo ilustrativo, éste en el campo estricto de la relación hombre-hombre, o sea en el campo en que las acciones implementadas por los sujetos no tienen como finalidad inmediata la (re)producción de la vida material, es el del papel desempeñado por la familia, que tanto circunscribe el ámbito de nuestros relacionamientos sociales -y, por tanto, de nuestras experiencias vitales- como nos provee un ambiente seguro y coheso en momentos decisivos (y frágiles) de nuestras vidas, los de la infancia y adolescencia, durante los cuales se forman los rasgos básicos y predominantes de nuestro carácter, de nuestra personalidad. Estos ejemplos, aunque realizados mediante una comparación entre las propiedades estructurales de las relaciones sociales con las propiedades de un instrumento de trabajo, nos permiten visualizar cómo ciertas propiedades de los objetos y de las relaciones sociales pueden ser tanto restrictivas (coercitivas) como facilitadoras de la acción (en el caso del primer ejemplo, la actividad laboral).
Acá, desde nuestro punto de vista, es necesario prestar atención a la siguiente cuestión: en los niveles de abstracción en que el autor despliega sus conceptos, su énfasis en el doble carácter de las propiedades estructurales de los sistemas sociales (coercitivas y facilitadoras) está plenamente justificado y, cuando apunta al pensamiento sociológico, la crítica es correcta. Sin embargo, una mayor concreción analítica permitiría advertir que, por un lado, las formaciones histórico-sociales poseen grados diferenciados de coercitividad y/o facilitación de la actividad de los agentes, y, por otro, que en una misma formación histórico-social los grados de coercitividad y facilitación de la acción por las propiedades estructurales no son los mismos, variando significativamente en función del desarrollo general de las fuerzas productivas y del momento (coyuntura socioeconómica y políticocultural, ascenso, estabilidad o decadencia de la sociedad en cuestión, etc.) de las clases/grupos sociales analizados. En la concepción marxiana, por ejemplo, a diferencia de lo que Giddens afirma en su crítica, ese "doble carácter de la estructura"(6) (aunque Marx y sus continuadores no le dieran esa denominación) es no sólo reconocido sino analizado de modo más concreto. Veamos esto más de cerca.
En su análisis del desarrollo capitalista, a través del cual aprehendió conceptualmente las características esenciales de este modo de producción, Marx reconoció que en su fase histórica ascendente el capitalismo cumplió una función civilizadora fundamental, cuyo resultado fue un extraordinario desarrollo de las capacidades productivas y socioculturales de las sociedades burguesas. Sin embargo, consideraba que con la decadencia de esa fase heroica, las relaciones capitalistas se convertirían en todos los planos, incluso el científico-técnico,(7) en poderosos obstáculos a la continuidad de ese desarrollo civilizador, obstruyendo el desarrollo multilateral de la sociedad humana -tanto de las individualidades como de la especie humana de conjunto.(8) En otras palabras, consideraba que estas relaciones sociales que en un momento histórico determinado posibilitarían/facilitarían el desarrollo humano-social, en otro momento, en otras condiciones histórico-sociales, se convertirían en poderosos obstáculos al mismo.
Por ejemplo, siguiendo con esta discusión, para demostrar la corrección del pensamiento marxista en cuanto a la relación entre necesidad y libertad, determinación y elección, tal vez no haya mejor ejemplo que el referido al complejo técnico-organizativo de la producción, complejo que, a pesar de reconstruirse permanentemente para intensificar la explotación y ampliar el control sobre la fuerza de trabajo (coerción), contradictoriamente produce y consolida (posibilita/facilita) las bases objetivas de la revolución social, o sea de la aniquilación de las fuerzas sociales que conforman dicho complejo.
Podemos entonces afirmar que no es la teoría elaborada por Marx la que subestima el papel de los individuos en la configuración de los procesos histórico-sociales, sino que es la teoría de Giddens la que, debido a su carácter genérico, implica una subestimación del carácter coercitivo de las estructuras sobre los agentes, subestimación cuyos reflejos se hacen sentir hoy de la manera más vehemente en sus textos propagandísticos de la muy conservadora "tercera vía",(9) que proponen como salida a los graves problemas socioeconómicos contemporáneos el control de lo incontrolable, a saber, el control del capital. Estaba en lo cierto Carlstein cuando afirmó que "un importante inconveniente en el paradigma de Giddens es que los aspectos facilitadores de la estructura no están suficientemente equilibrados por los aspectos coercitivos" (citado por el mismo Giddens, 1989: 139).
Retomando el esbozo de la teoría de la estructuración, vemos que la comprensión del doble carácter de las propiedades estructurales es de fundamental importancia para la comprensión del concepto de dualidad de la estructura, en la medida que:
de acuerdo con la teoría de la estructuración, el momento de producción de la acción es también un momento de reproducción en los contextos de desempeño cotidianos de la vida social, incluso durante las más violentas convulsiones o las más radicales formas de cambio social (...) la dualidad de la estructura [por lo tanto] es siempre la base principal de las continuidades en la reproducción social a través del espacio-tiempo. A su vez, presupone el monitoreo reflexivo (y la integración) de agentes en la dureé de la actividad social cotidiana" (ibid.: 21).
En esta argumentación, se advierte claramente la vinculación entre propiedades estructurales y dualidad de la estructura, pues si las acciones de los agentes no significasen la reproducción de los sistemas sociales, se mantendría la tan criticada escisión entre individuos y sociedad y, al mismo tiempo, si no hubiese también aspectos facilitadores en la estructura, si hubiese sólo aspectos coercitivos, no habría acción creativa, sino sólo reacción del individuo a los estímulos del ambiente y, por tanto, no habría historia humana propiamente dicha. Pero también en este punto se advierte la superioridad del pensamiento marxista, que no solamente comprendió ese doble carácter de la "estructura" sino que, a través del análisis de la praxis laboral (del trabajo) develó sus orígenes histórico-sociales y le suministró contornos concretos con el análisis de los fundamentos económicos de la sociedad capitalista.(10)
En varios textos de Marx y de manera detallada en la Ontología del Ser Social de Lukács, ese aspecto facilitador de la estructura que se vincula directamente con la capacidad del individuo para actuar selectivamente en cada situación concreta, de manera no meramente adaptativa, (11) y consecuentemente de desencadenar procesos (naturales o sociales, deseados o "imprevistos") que de otro modo jamás ocurrirían, es uno de los aspectos centrales del auténtico pensamiento marxista, (12) y sólo una lectura de segunda mano, parcial y equivocada de Marx, podría confundir sus reflexiones con la vulgarización de las mismas, tal como fuera hecho por el estalinismo, por los positivistas de la Segunda Internacional, por los estructuralistas-marxistas, etc. Así, en contraposición a las acusaciones de contener rasgos funcionalistas y de sobrevalorar la coerción estructural formuladas contra el pensamiento marxista, citemos una desconcertante afirmación de Lukács, según la cual:
no se debe olvidar que los complejos problemáticos aquí emergentes (cuyo tipo más alto es el de la libertad y la necesidad) sólo logran adquirir verdadero sentido cuando se atribuye -y justamente en el plano ontológico- un papel activo a la conciencia. En los casos en que la consciencia no se torna un poder ontológico efectivo, esa oposición [entre libertad y necesidad] jamás podría ocurrir (Lukács, 1978: 5).
Retomando ahora la exposición de la teoría de la estructuración, se debe comprender que es esta dualidad de la estructura, caracterizada por la coerción y facilitación de la acción, así como por la imposición de reglas y disponibilidades de recursos, y por la recursividad de las prácticas sociales, la que constituye el eslabón fundamental de las integraciones social y sistémica, pues es la que posibilita que las prácticas sociales en contextos de co-presencia puedan ser reproducidos a gran escala tiempo-espacial, o sea, en situaciones de ausencia física de los agentes coordinadores.
En este punto, Giddens advierte sobre la siguiente cuestión: hablar de integración sistémica no significa decir que todas las sociedades humanas existentes (o que existieron) poseen (o poseyeron) el mismo grado de "sistematicidad" que posee la economía capitalista mundial contemporánea. En todas las sociedades "pre-capitalistas", aunque en diversos grados, la integración de los sistemas sociales siempre fue muy inestable, pues su coordinación no podría valerse de los mismos recursos que los actuales Estados ni de la capacidad de éstos para efectuar esa coordinación estando ausente temporal y espacialmente del locus social en cuestión. En este contexto, la ciudad precapitalista, que se convierte en el recipiente de poder de esas sociedades, era el locus donde ocurrían las interacciones en situaciones de co-presencia y, por tanto, era el espacio en el que los rasgos básicos de integración sistémica eran diseñados -integración sistémica que, en ese momento, aún no se distanciaba mucho en el tiempo-espacio de integración social. (13) En sus palabras "el sistema mundial contemporáneo, por primera vez en la historia humana, es aquel en que la ausencia en el espacio ya no impide la coordinación del sistema" (Giddens, 1989:151). Incluso las mismas sociedades occidentales contemporáneas, dotadas de elevado grado de sistematicidad, poseen en sus fronteras otras formas sociales y/o fracturas en su cohesión interna, como por ejemplo los esquimales en Canadá, las sociedades indígenas en países de América del Sur, los aborígenes en Australia, las fisuras étnicas y raciales en Europa y los EE.UU., etc.
En síntesis: la extensión tiempo-espacial de las sociedades humanas, a pesar de la enorme variación que este distanciamiento puede asumir según la formación histórico-social concreta de la sociedad analizada, siempre encuentra sus raíces en las prácticas cotidianamente renovadas de los agentes; agentes que, a su vez, se apropian de y utilizan los recursos que les son puestos a disposición de acuerdo con reglas que les son apriorísticamente dadas (costumbres, leyes) -pero no son coercitivas hasta el punto de eliminar la capacidad y la posibilidad de elección de los agentes- y, con esto, reproducen concretamente aquellos elementos "estructurales" (propiedades, principios) de los sistemas sociales, dándoles una dimensión tiempo-espacial que supera ampliamente el espacio y el tiempo de la vida individual. Así, en la teoría de la estructuración, en tanto la integración social se realiza en situaciones de co-presencia (entendidas como encuentros y desencuentros en el tiempo-espacio), la integración sistémica pese a poseer su fundamento en esas interacciones cara a cara se caracteriza por la interacción de los agentes y/o colectividades fuera de esas situaciones, o sea, por la reproducción integrada de estas prácticas sociales cotidianas en tiempo-espacialidades discontinuas.


La "Teoría de la estructuración" y la investigación en las ciencias sociales
En la concepción de Giddens, además de producir explicaciones abarcativas de la sociedad, una de las principales tareas de la teoría social es:
proveer concepciones de la naturaleza de la actividad social humana y del agente humano que puedan ser puestas al servicio del trabajo empírico. La principal preocupación de la teoría social es idéntica a la de las ciencias sociales en general: la elucidación de los procesos concretos de la vida social (ibid.: XIV).
Y para la elucidación de esos procesos, afirma que los análisis institucional y de conducta deben ser necesariamente completados "con una concentración [analítica] en la dualidad de la estructura" (ibid.: 235) pues para la correcta explicación de los procesos sociales, a través del trabajo empírico el cientista social no puede solamente aprehender las regularidades de tales procesos -regularidades que le dan un cierto grado de previsibilidad-, sino que debe buscar comprender las efectivas motivaciones de los agentes en el desencadenamiento de sus acciones -lo que significa comprender "los modos como los actores sociales se apoyan en las propiedades estructurales para la constitución de relaciones sociales" (ibid.: 234), so pena de incurrir en un análisis funcionalista, eliminando las individualidades (y la agencia que les es característica) de la vida social.
Para desarrollar sus tesis sobre el papel de la teoría social y los fundamentos de la investigación empírica, Giddens analiza algunas investigaciones realizadas por estudiosos de diversas áreas, buscando develar sus aspectos positivos y negativos para ir delineando, a través de este análisis comparativo, los fundamentos teórico-analiticos que deben orientar las investigaciones de los cientistas sociales de acuerdo con la teoría de la estructuración. En este contexto, tejiendo una crítica implícita al positivismo y haciéndose eco de la visión totalizante del ser social (característica del pensamiento marxista), enfatiza la necesidad de establecer un amplio diálogo e interconexión entre las diversas ciencias sociales, dado que la retracción de cada una de ellas a sus especialidades dificulta mucho (para no decir que imposibilita) develar efectivamente los rasgos esenciales de las prácticas (re)productivas individuales y colectivas de la vida humana. Y, para concretizar su concepción de la investigación social, que ciertamente satisface a innumerables adeptos de las prácticas didáctico-pedagógicas que priorizan la interdisciplinariedad, en una nota crítica al final del sexto capítulo del libro, el sociólogo inglés analiza las relaciones existentes entre historia y hermenéutica, historia y geografía y geografía y sociología, demostrando la imposibilidad de analizar el tiempo y el espacio descontextualizados entre sí y desconectados a su vez de las relaciones y de las motivaciones de los agentes sociales.
Conclusión
La teoría de la estructuración es, por tanto, un emprendimiento teórico grande, complejo y bien construido. Se constituye, según nuestro punto de vista, en relación con sus objetivos: balance de las teorías clásicas, crítica al pensamiento marxista y elaboración de una teoría social que reconstituya adecuadamente la relación entre individuo y sociedad, en una empresa similar a la que alumbró Habermas años atrás, con su libro La Teoría de la Acción Comunicativa. Además, la semejanza con la obra del filósofo alemán no termina allí, pues se extiende a un cierto "eclecticismo" teórico de ambos pensadores, que en la construcción de sus (meta)teorías se apropian de tradiciones filosóficas y sociológicas tan distintas como el marxismo y la filosofía del lenguaje, la teoría parsoniana y el interaccionismo simbólico, entre otras.
Pero a pesar de su grandiosidad, en el contexto de algunas interpretaciones (de otros autores) y elaboraciones del mismo Giddens que no nos satisfacieron, en la teoría de la estructuración hay sobre todo un aspecto que nos llamó mucho la atención: se trata del abordaje lineal y homogeneizante (a-histórico) del complejo rol de las actividades humanas. A nuestro entender, en sus elaboraciones Giddens no hace distinción alguna de los niveles ontológicos de la praxis social ni analiza tampoco sus orígenes, omitiendo las características específicas y, por tanto, las diferencias existentes entre el trabajo y las otras actividades constitutivas de la praxis humana. Omite por lo tanto el hecho sociológico decisivo de que, en tanto la praxis laborativa funda el ser social, separándolo de la animalidad, las otras formas de la praxis humana:
tienen, esencialmente, ya un carácter social -sus propiedades y sus modos de operar solamente se desdoblan en el ser social ya constituido; cualesquiera de sus manifestaciones, aunque sean muy primitivas, presuponen el salto [ontológico, del ser orgánico al ser social] como ya ocurrido" (Lukács, 1981:3).
En suma, omite el carácter fundante y fundamental del trabajo, que es la actividad sobre la que se levanta todo el complejo societal o, mejor, sobre el cual se levantan todas las formas de la praxis social que, estando contenidas in limine en la misma praxis laborativa, solamente se manifiestan de manera plena a través del desdoblamiento intensivo y extensivo, dentro y fuera, de la misma. (14) Con esto, además de ocultar esas características centrales del trabajo (corresponder a las actividades mediadoras entre los hombres y la naturaleza y fundar/fundamentar el ser social) detrás de acciones abstractas, Giddens también lo saca del centro del análisis social (y sociológico) disolviendo en el análisis de las acciones en general (acciones en abstracto) el análisis de los modos de (re)producción de la vida material . Haciendo esto, retrocede casi dos siglos en el análisis social o, por lo menos, hasta antes de la revolucionaria constatación de Marx y Engels, que aseveraron que:
la primera premisa de toda existencia humana y también, por tanto, de toda historia, es que los hombres se hallen, "para hacer historia", en condiciones de poder vivir. Ahora bien, para vivir hace falta comer, beber, alojarse bajo un techo, vestirse y algunas cosas más (...) Por consiguiente, lo primero, en toda concepción histórica, es observar este hecho fundamental en toda su significación y en todo su alcance y colocarlo en el lugar que le corresponde. (Marx & Engels, 1987: 39-40).
Desde nuestro punto de vista, por no atender a las cuestiones arriba planteadas en su teoría de la estructuración, Giddens plantea un análisis sobre la diferencia entre conflictos y contradicciones que (a diferencia de la concepción marxista) no tiene el mismo énfasis analítico en los aspectos estructurados y estructurantes de la esfera del trabajo, subvalorizando así sus implicaciones en las relaciones entre agencia y coerción en los procesos de reproducción y transformación individual y colectiva. En definitiva, la subvaloración de esa esfera en la configuración del ser social es seguramente la causa de que su análisis sobre la contradicción en las relaciones sociales (Giddens, 1989: 256-9) y específicamente de las contradicciones en las sociedades contemporáneas, haga coro a los análisis de Claus Offe sobre la "desmercantilización" de amplias ramas de servicios y de la fuerza de trabajo. Abdica así de la elucidación de las contradicciones estructurales del capital y de sus repercusiones sobre la totalidad social, contradicciones que, incluso en las condiciones de enrarecimiento de la lucha de clases de posguerra, generaron (y generan) consecuencias extremadamente perversas para el ser social (y natural).

Notas:


* Este artículo es una versión ligeramente modificada de un trabajo presentado en 1999 en el curso de Teoría Sociológica dictado por el Profesor Dr. Josué Pereira en el Instituto de Filosofía y Ciencias Humanas de la Universidad Estatal de Campinas. El autor, Ronaldo Fabiano dos Santos Gaspar es Licenciado y Maestrado en Sociología en la mencionada Universidad. La traducción del portugués es responsabilidad de Aldo Andrés Romero.

1 Preferimos el adverbio tiempo-espacialmente al sustantivo tiempo-espacio porque, desde nuestro punto de vista, el primero es más adecuado por ser más fiel al espíritu del texto de Giddens, en el que se demuestra que tiempo y espacio no son receptáculos preexistentes y/o independientes de la acción humana, sino que son resultado directo de esta acción; por eso, asumen características muy específicas acordes con la sociedad de que se trate.
2 "La teoría de la estructuración se basa en la premisa de que ese dualismo (sujeto y objeto social; individuo y sociedad) debe ser reconceptualizado como dualidad: dualidad de la estructura" (Giddens, 1989: XVII).
3 "Las rutinas de la vida cotidiana son fundamentales incluso para las más elaboradas formas de organización de la sociedad. En el transcurso de sus actividades diarias los individuos se encuentran los unos con los otros en contextos situados de interacción -interacción con otros que están físicamente co-presentes" (ibid.: 52).
4 "Las estructuras existen solamente en su ejemplificación en las actividades cognoscibles de sujetos humanos situados, quienes las reproducen como propiedades estructurales de sistemas sociales incrustados en extensiones de tiempo-espacio" (ibid.: 247).
5 "La mayoría de las formas de sociología estructural, de Durkheim en adelante, fueron inspiradas por la idea de que las propiedades estructurales de la sociedad constituyen influencias coercitivas sobre la acción. En contraste con tal concepción, la teoría de la estructuración se basa en la proposición de que la estructura es siempre tanto facilitadora como coercitiva, en virtud de la relación entre estructura y agencia (agencia y poder)" (ibid.: 138).
6 La comparación entre la concepción de estructura en Giddens y en Marx debe ser realizada con sumo cuidado, pues el último ni siquiera utiliza este término en sus textos; además, el que la denominación sea característica del pensamiento marxista no significa que lo sea también del pensamiento marxiano. Hay que tener en cuenta, además, que el análisis marxiano de los "elementos estructurales" es mucho menos detallado que el de Giddens, que estudia larga y minuciosamente estos elementos. Es sólo Lukács y su Per l'Ontología dell'Essere Sociales el que -a nuestro entender, en la senda del verdadero espíritu marxiano- contribuye decisivamente a la comprensión, también detallada, de las características "estructurales" de las relaciones sociales. Partiendo de las valiosas indicaciones encontradas en las obras de Marx yEngels, Lukács realizó una magnífica tarea.
7 Pues no es posible negar que, a pesar del gran desarrollo técnico-científico implementado en ciertas áreas del conocimiento y la práctica productiva, la subordinación de la ciencia "pura" y aplicada a los intereses del capital -y la unilateralidad impuesta a ellas por tales intereses- pueden dificultar (en lugar de contribuir al ) el avance multilateral (plural) del conocimiento humano.
8 El hecho de que Marx apreciara incorrectamente el momento de ese agotamiento de las posibilidades civilizatorias del capital, subestimándolas, no significa que en sus vigas maestras su análisis no fuese correcto, más aún cuando estamos viviendo los efectos desbastadores del torrente concentrador de riquezas y expropiador de conquistas sociales y laborales iniciado a fines de los años 70.
9 Más allá de la Izquierda y la Derecha y La Tercera Vía.
10 En los Manuscritos de Económico-Filosóficos (de 1844), uno de sus más famosos escritos juveniles, Marx afirma que "El animal se identifica de modo directo con su actividad vital. No se distingue de ella. Es esta actividad. El hombre hace de su actividad vital misma el objeto de su voluntad y de su consciencia. Posee una actividad vital consciente. No es una determinación con la que se confunde de modo directo. La actividad vital consciente distingue en forma directa al hombre de la actividad vital del animal" (Marx, 1989: 164-5). Y, para una visión global del carácter consciente, teleológico, de la acción humana, y por lo tanto de los fundamentos histórico-sociales de la libertad, es recomendable la lectura del capítulo titulado "El trabajo", del libro de Lukács Per l'Ontologia dell'Essere Sociale. En este texto, Lukács analiza exhaustivamente el papel fundante y fundamental del trabajo en el conjunto de la praxis humana, demostrando su carácter prototípico y su desdoblamiento en (y su articulación con las) otras esferas del ser social.
11 Capacidad que, como demuestra el filósofo húngaro, se vincula con los orígenes del trabajo, con la conciencia en suma del propio hombre.
12 "El proceso global de la sociedad es un proceso causal, que posee sus propias normatividades, pero no es nunca objetivamente dirigido para la realización de la finalidad. Incluso cuando algunos hombres o grupos de hombres logran realizar sus finalidades, los resultados producen, como regla general, algo que es completamente diferente de aquello que se había pretendido" (Lukács, 1978: 10-11).
13 "Podríamos decir que comenzó a desintegrarse bajo el impacto del capitalismo moderno, el que se desarrolló en contextos sociales que ayudaron a formar (y fueron modelados por) un nuevo tipo de recipiente de poder: la nación-Estado (Giddens, 1989: 213).
14 "Porque ese mundo circundante es transformado de manera consciente y activa, el trabajo se torna no simplemente un hecho en el que se expresa la nueva peculiaridad del ser social [el carácter teleológico de su acción], sino que, por el contrario -precisamente en el plano ontológico-, se convierte en el modelo de la nueva forma del ser en su conjunto" (Lukács, 1978: 6).

La "etnometodología" de Harold Garfinkel

Etnometodología

Por Fernando Rodríguez Bornaetxea
Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea

El término Etnometodología fue utilizado por primera vez por Harold Garfinkel para denominar la forma de trabajo psicosociológico que estaba realizando en 1954 (Garfinkel:1968). La "etiqueta" se ha extendido a toda una corriente de la psicología social que se desarrolló a partir de los años sesenta en ciertas universidades californianas, tomando diferentes orientaciones en la investigación y extendiéndose paulatinamente a los ambientes internacionales relacionados con las ciencias sociales.


Harold Garfinkel

La Etnometodología pretende describir el mundo social tal y como se está continuamente construyendo, emergiendo como realidad objetiva, ordenada, inteligible y familiar. Desde este punto de vista, la etnometodología recomienda no tratar los hechos sociales como cosas, sino considerar su objetividad como una realización social. Considera además, que esta autoorganización del mundo social no se sitúa en el Estado, la política o cualquier superestructura abstracta sino en las actividades prácticas de la vida cotidiana de los miembros de la sociedad. Estas actividades se realizan conjuntamente en las interacciones; y la gente las realiza ateniéndose a los presupuestos y a los tipos de conocimiento propios de la "actitud natural".
Encontramos en esta descripción dos perspectivas: heredera de T. Parsons la primera, que se interesa en las condiciones de emergencia y de mantenimiento del orden social, seguidora de A. Schutz la otra, que se refiere a la racionalidad práctica de las actividades cotidianas y al tipo de conocimiento social que se pone implícitamente en práctica. La conjunción de ambas es el punto de partida de la obra de Garfinkel.
Tanto Parsons como Schutz elaboraron una revisión de la obra de Max Weber, pero mientras que el primero se volvió hacia la tradición sociológica clásica integrando en su teoría los trabajos de Durkheim y Pareto, Schutz recurrió a la fenomenología de Husserl y a los análisis de la conciencia de Bergson. Parsons buscaba una teoría omniexplicativa de la sociedad mientras que Schutz pretendía una metateoría de las ciencias sociales.
La relación que Garfinkel estableció con Parsons y Schutz, en particular durante su tesis doctoral titulada "The perception of the other :a study in the problem of social order" (Garfinkel:1952) es difícil de definir puesto que Garfinkel toma prestada la cuestión del primero, y la respuesta del segundo. Esta relación se hace más complicada dada la peculiar lectura que Garfinkel hace de los dos autores, lo que conduce fundamentalmente a relaciones ambiguas entre etnometodología, funcionalismo, fenomenología y estructuralismo.
El punto de partida de Garfinkel es el problema del orden social tal como es planteado por Parsons y se sirve de las reflexiones de Schutz para desarrollar una nueva aproximación empírica. Este procedimiento tiene un carácter paradójico puesto que trabaja de manera empírica problemas que hasta entonces se habian considerado como filosóficos.
En el prefacio del libro fundador de la etnometodología, Studies in Ethnomethodology (1967), Garfinkel acuñó el "eslogan" de su enseñanza, situando así su política de investigación con respecto a la sociología tradicional:
"En contraposición a ciertas versiones de Durkheim que enseñan que la realidad objetiva de los hechos sociales es el principio fundamental de la sociología, tomamos la enseñanza y proponemos como política de investigación que, la realidad objetiva de los hechos sociales, entendida como realización continua de las actividades concertadas de la vida cotidiana, realización efectuada por miembros que conocen, usan, y consideran como obvios los procedimientos ordinarios e ingeniosos para esta realización es, para los miembros haciendo sociología, un fenómeno fundamental." (Garfinkel:1967, p.7)
Para Durkheim el hecho social era exterior al individuo que determina. Para Garfinkel, tomar el postulado durkheimiano como orientación general de su trabajo priva a la sociología del estudio de los fenómenos que le interesan en primera instancia en tanto que ciencia de los fenómenos sociales, los procedimientos de los que se sirven los miembros para establecer las situaciones sociales. Mientras el sociólogo trate los hechos sociales como cosas, conserva la actitud ingenua del actor social, es decir, se impide describir la actividad humana. Describir esta actividad es, darse cuenta de que es productora de sentido, de que construye un orden y de que propicia la existencia de la sociedad como entidad organizada. Para realizar esta tarea, el sociólogo debe cuestionar la dimensión de la acción social, debe observar el hecho social no como objeto estable sino como proceso contingente, como producción continua de los miembros que la hacen existir mediante sus acciones e interacciones. Para hacer esto, los actores ponen en práctica un "savoir-faire", una serie de procedimientos, reglas de conducta y recomendaciones, en resumen una metodología de cuyo estudio se ocupa la etnometodología.
La etnometodología entendida como, la investigación empírica (logía) de los métodos (método) que utiliza la gente (etno) para dar sentido y producir, al mismo tiempo, la actividad social cotidiana, es decir, el estudio de los procedimientos constitutivos de la inteligibilidad social, supera el marco de la sociología tal como se define tradicionalmente, puesto que la inteligibilidad social recubre el conjunto de las actividades humanas. Todas las ciencias, la linguística, la psicología, incluso las ciencias naturales estan afectadas por la etnometodología, en tanto que actividades sociales.
En este sentido, la etnometodología ocupa un lugar propio y distinto de la sociología y del resto de las ciencias humanas, puesto que se ocupa de sus propios fenómenos. Estudia los procedimientos por los que los miembros de otras disciplinas concretan su objeto inteligible de investigación. Es una ciencia propedéutica al estilo de la Fenomenología dado que, como esta, no forma parte de la filosofía sino que la prepara, y porque surje de una crisis de la ciencia, crisis endémica en la que se ponen en duda las bases de las disciplinas científicas y que exige un retorno a "las cosas mismas", a aquello de lo que se habla.
Aunque la influencia interaccionista en la Etnometodología es palpable, -su situación histórica y geográfica, las referencias de Garfinkel a Thomas o Mead, sus relaciones personales así como el interés común en el significado de la acción para el actor, son buena prueba de ello- la etnometodología no es una forma del interaccionismo simbólico. Una diferencia fundamental, por ejemplo, es la noción de indexicalidad (ver Indexicalidad). Los interaccionistas asumen la existencia de un sistema simbólico transituacional. Además, siguen considerando los hechos sociales como el principal interés de la sociología y estudian las reacciones de los individuos ante ellos. En este sentido, permanecen más cercano al análisis del orden social parsonsiano que la etnometodología. Para los interaccionistas, los actores negocian una definición de la situación (norma, regla, etc.), mientras que lo que interesa a los etnometodólogos es cómo los actores llegan a identificar una ocasión como una situación en la que se aplica tal regla, es decir, se interesan en las reglas en tanto que recursos de los actores para establecer la situación.
La publicación de "Studies in Ethnomethodology", coincidió con un periodo de descontento generalizado ante las ortodoxias dominantes en la teoría y metodología sociológicas. La teoría de los sistemas de Parsons, con la subordinación analítica del actor a un entorno de exigencias funcionales había perdido su atractivo y las críticas al funcionalismo, como la formulada por C. Wright Mills, fueron bien acogidas entre los jovenes. Otra señal de la inminente crisis funcionalista fué la aparición de modelos teóricos radicalmente diferentes y globales, cuyas estipulaciones formales y supuestos subyacentes difieren sobremanera del modelo parsonsiano en particular y del funcionalismo en general. Estos nuevos modelos, insistían en la primacía analítica del punto de vista del actor y en la construcción social de la realidad. Además, subrayaban las debilidades metodológicas de las ciencias sociales que consideran al actor como un mero portador pasivo de atributos sociales y psicológicos. Los principios expuestos por Garfinkel en su libro, auténtico "chef-d'oeuvre" del movimiento, coincidían con el espíritu del momento.
Una excesiva simplificación de lo que acontecía en la situación histórica a la que nos referimos, contribuyó a la asimilación en una sola categoría de perspectivas bien distintas como el interaccionismo simbólico, la "labeling theory", la dramaturgia de E.Goffman, los análisis fenomenológicos de Berger y Luckman y la Etnometodología. La nueva categoría sería la "sociología de la vida cotidiana". Este mismo proceso, provocó que la obra de Garfinkel pasase desapercibida en el mismo momento en que "etnometodología" se convertía en palabra corriente para los psicólogos sociales y sociólogos americanos.
La argumentación sociológica que se desprende de la lectura de los "Studies" afirma que los miembros de una sociedad exhiben conductas ordenadas, regulares, estandarizadas y concordantes, en entornos sociales estables que les son inteligibles, disponibles, descriptibles, en forma familiar. Más que dar cuenta de esta regularidad en términos de determinación externa por las estructuras objetivas, por los sistemas de normas o de reglas, ya sean interiorizadas o impuestas por un poder o por las instituciones, hay que intentar razonar en términos de relación de determinación recíproca entre la organización de un entorno social estable y la organización de conductas ordenadas o de acciones concertadas en situación. Esto obliga a poner el acento sobre ciertas propiedades de esta doble organización interdependiente: su dinámica endógena, su enraizamiento en las estructuras de la experiencia de los actores, su carácter de proceso, su marco interaccional, su estructura temporal, su perspectiva práctica; y también sobre sus principales mediaciones: uso de métodos de razonamiento práctico, puesta en práctica de procesos de comprensión común, movilización de un saber de "sentido común" de las estructuras sociales, referencia a esperas rutinarias en segundo plano a las que los actores estan moralmente obligados a conformarse y sin las cuales no hay interacción posible, disposición de recursos de lenguaje ordinarios para definir las situaciones, para dar cuenta de lo que ha sido hecho o de lo que viene, para explicar acciones, acontecimientos, etc.
El lenguaje ocupa el primer lugar como elemento constituyente de las situaciones sociales. La lógica de su empleo es fundamental para le lógica de toda constitución social del sentido. Es a la vez elemento de una totalidad, la situación de interacción, y elemento organizador de la misma. Para Garfinkel las actividades mediante las que los miembros de una colectividad producen y controlan sus actividades cotidianas son idénticas a los procedimientos que utilizan para hacer explicables (account-able) esos contextos. Accountable quiere decir disponible, descriptible, inteligible, relatable, analizable. No es que tome los informes de los actores como descripciones de la realidad sino que entiende que mediante ellos se constituye el orden social, se hace visible el mundo. En este sentido la Etnometodología se aparta del resto de la tradición sociológica de Parsons a Schutz, no considera el lenguaje como una entidad abstracta sino como actividad lingüística caracterizada por dos rasgos fundamentales: es irremediablemente indexical (Indexicalidad) y, por tanto, reflexiva (Reflexividad).
Los etnometodólogos comenzaron haciendo investigaciones sobre las "desviaciones sociales". Estos estudios se desarrollaron en medios educativos, médicos o judiciales a partir de la idea de "normalidad percibida" de Garfinkel según la cual, la "normalidad" de los acontecimientos sociales es el producto de una labor activa mediante la que los actores "normalizan" las discrepancias entre los acontecimientos esperados y los que se dan de hecho. Estos estudios dieron pie a una nueva sociología del conocimiento, libre de las trabas de la racionalidad prescriptiva. La nueva perspectiva se ocupa de la reflexividad que une la constitución social del conocimiento y el contexto institucional que genera y mantiene ese conocimiento.
A partir de entonces, la Etnometodología ha desarrollado por lo menos cuatro estilos o formas diferentes de investigación. La primera a) es la de los estudios sobre las prácticas de trabajo efectuadas por Garfinkel y sus estudiantes de Los Angeles entre los que se encuentran E. Bittner, D. Zimmerman, D.L. Wieder o H. Schwartz. A este grupo podemos sumar el formado por A.V. Cicourel en Santa Bárbara hasta su separación definitiva de Garfinkel en el Sympusium de Boston de 1974, con M. Pollner, H. Elliot, H. Mehan, M. Shumsky o H. Wood. En general son estudios sobre actividades ocupacionales ordinarias, aunque Garfinkel se interesó concretamente en las actividades de físicos y matemáticos. La idea surgió al comprobar que muchos estudios sociológicos trataban "sobre" las ocupaciones y no directamente "las" ocupaciones. Así, se abordaban cuestiones como los ingresos, etnicidad, clase social, relaciones entre "roles", etc. y no se informaba sobre las actividades fundamentales que constituían y daban sentido a dichas ocupaciones. Para este tipo de intervención Garfinkel exige la "adecuación única", lo que quiere decir que el investigador ha de ser competente, ha de dominar las actividades que se están investigando. Sólo el haber tenido la experiencia de lo que se quiere describir garantiza el objetivo de la investigación que no es otro que el mayor nivel de precisión y especificidad posible de los detalles constitutivos de la actividad ocupacional en cuestión.
El segundo tipo (b) trata sobre los estudios de la conversación. Se originaron con los trabajos conjuntos de Garfinkel, Sacks y Schegloff. Estos estudios examinan los trazos organizacionales del lenguaje natural en las interacciones cotidianas, como por ejemplo las conversaciones telefónicas, los saludos, las producciones de historias y de informes o las bromas en el contexto de su enunciación. Los volumenes editados por Sudnow (1972), Schenkein (1978), Psathas (1979) o Watson y Heritage (1985) ofrecen una buena muestra de ello.
Los conversacionalistas han reforzado el rigor en el estudio de la interacción social introduciendo nuevos conceptos analíticos para su estudio como el de "par adyacente". Esta estructura muestra cómo algunas interacciones como saludos, despedidas, preguntas y respuestas, se organizan en pares de manera que la producción de un primer elemento exige que se produzca una segunda acción complementaria por parte del receptor. La elaboración de este concepto concretó aspectos importantes de la "explicabilidad inherente" de la acción y se ha aplicado posteriormente a un número cada vez mayor de actividades interactivas (mirada, movimiento corporal, etc.). La importancia de la contribución a la ciencia social de los análisis de conversaciones hacen preveer su rápido crecimiento y evolución.
La tercera forma de trabajo surgida de la etnometodología es (c) la sociología cognitiva. A partir de 1974, Cicourel acuñó el término "sociología cognitiva" (1974;1980) y emprendió un tipo particular de investigación. Su principal continuador ha sido Mehan (1985).
Cicourel y Mehan, que trabajaban en el campo de la educación, comprendieron que el estudio de la adquisición y de la competencia del lenguaje era uno de los problemas básicos de la sociología. Estudiaron lenguajes esotéricos como el de los mudos o los ciegos de nacimiento, se adentraron en el campo de la psicolingüística y el lenguaje de los niños y abordaron situaciones más complejas como la interacción maestro-alumno dentro del aula. Estos trabajos constituyen un puente entre la etnometodología y sus disciplinas más cercanas como la psicología cognitiva, la antropología y la linguística.
La cuarta tendencia (d), denominada el grupo "análisis", está encabezada por P. McHugh y A. Blum. Podríamos justificar la presencia de este grupo como una disidencia del movimiento etnometodológico, pero su mención aquí se debe fundamentalmente a su desarrollo de las implicaciones del problema de la reflexividad (ver Reflexividad).
El principal problema al que se enfrenta la etnometodología es que aunque sea el grupo el que crea las reglas de la vida en grupo y no al revés, son los propios actores los que consideran que son las reglas las que determinan la vida del grupo, la propia sociología presupone la realidad social como constituida. Ahora bien, si la etnometodología quiere estudiar los procesos de constitución de la realidad y el orden social debe incluir, al menos como recurso implícito, la referencia a lo que es su propia labor de descripción e interacción. Caso de no hacerlo, sería un simple estudio formal de las interacciones y caso de hacerlo se encuentra ante un problema de regresión infinita puesto que cada intento de explicitar su acción se convierte en una nueva que también debe explicitarse.
Se podría decir que hay dos formas de analizar un hecho social. Una endógena que estudia la organización y las operaciones que permiten su constitución. Otra exógena, que explica la relación de este hecho social con otros. Mientras que el primer análisis ignora la historicidad de los hechos sociales, el origen y la función de las normas puestas en práctica en la constitución del hecho, el segundo ignora el carácter constituido del mismo. El hecho no es explicado completamente más que si se aborda tanto desde la "reducción etnometodológica" como desde la "actitud natural". Esta presentación, aunque tiene a su favor la claridad nos plantea el difícil problema epistemológico de decir en qué sentido las dos actitudes tratan de la misma cosa.
En definitiva, la Etnometodología ha transformado la teoría de la acción social y ha puesto ha disposición de los investigadores los dispositivos metodológicos y la cobertura teórica para la explicación de su constitución continua.


Bibliografía

CICOUREL,A.,1979:La Sociologie Cognitive, Paris, PUF. DOUGLAS,J.,1971:Understanding Everyday Life, Londres, Routledge & Kegan Paul. GARFINKEL,H.,1967:Studies in Ethnomethodology, Englewood Clifs, Prentice Hall. (1984: Cambridge, Polity Press). GIDDENS,A et al.,1990:La teoría social hoy, Madrid, Alianza. RODRIGUEZ,F.,1995:Etnometodología:Deconstruyendo el sentido común, San Sebastián, Iralka. SCHWARTZ,H & JACOBS,J.,1984:Sociología cualitativa, México, Trillas.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Acuerdos por el FUTURO


Universidad
En la USM la población estudiantil está a la expectativa por el aumento del 30% de la matrícula en todas las carreras, los dirigentes de los centros de estudiantes formalizaron su rechazo por considerar injustificado este ajuste económico y exigieron a las autoridades una serie de medidas reivindicativas las cuales según una resolución suscrita por ellos, estarán para el principio del próximo semestre en octubre. Dirigentes como Oswaldo Franceschi, Pedro López, Gabriel Odremán, Edgar Zambrano, Ángel Arellano, entre otros, están en la vigilancia respectiva de lo que sucede a manera de que no se creen reacciones negativas en la universidad porque el alma mater es de todos y la academia siempre se llevar en las vestiduras.
La UDO se encuentra en intensivos y una nueva generación de estudiantes independientes se han hecho con el triunfo en las elecciones de la mayoría de las escuelas de ingeniería (y las que faltan próximamente). Se notan malas expresiones de parte de ese estudiantado por el servicio Web de su institución el cual está saturado. Todavía se escuchan problemas por reivindaciones en el sector docente de esta casa de estudio.
La UGMA, Iupsm, IUTA e Iutirla, echan gasolina para mantenerse en la pista de las clases con todo y que el segundo aumentó su semestre y no se escuchó ni pío. La organización estudiantil en ese instituto se hace urgente. Todo colectivo siempre debe tener su representación.
Entre otras cosas
Con todo y eso vemos que en la manga los dos toros que corren son las elecciones y el paquetazo, y por la talanquera se agregó un novillo que es el nuevo “escándalo” protagonizado por militares que quieren generar un “magnicidio” en Miraflores, según palabras del ya no conductor del extinto programa La Hojilla de la televisora de todos los rojos, Venezolana de Televisión, Mister Mario Silva (próximo apaleado en Carabobo).
La Unidad esta consolidándose en el país y se ven más oportunidades de triunfo en todas las zonas, Dios nos guíe para recuperar más espacios y trabajar entorno a un verdadero FUTURO SOCIAL.
En Anzoátegui todavía hay tropiezos. Según los diarios regionales los dos candidatos que batutan el sentir opositor se sentarán a dialogar: hasta ahorita ese pote no ha echado humo, ojalá se de esa reunión.
Siguiendo huellas
Cuando llegaba a la Zona Norte de Anzoátegui, leía el Plan de Barranquilla, que no era más que un dialogo de gobernabilidad que estipulaba líneas estratégicas que derrumbarían la dictadura gocha en Caracas y daría un nuevo rumbo a los destinos criollos. Y eso fue así.
Con todos y los tropiezos de una democracia virgen y nueva, con infinidad de desgracias, sangre, miseria, desestabilizad, contaminación de todo tipo, etc. hoy en Venezuela tenemos una percepción de lo que es vivir en Democracia. Ojo sólo una percepción puesto que no la hemos vivido jamás. Sí señor y señora, ¡jamás!
El Estado descentralizado llegó, como debe ser, a pelo de 1989, y con todo y eso el poder se manejaba dentro de una cúpula política. Y ahora en 1998 nos quitan eso a punta de peinillazos y botados de la ahora nueva chequera roja rojita, Pdvsa.
Pero sí sabemos como actuar democráticamente, porque con Hugo Chávez en el “timón del coroto” hay quien se halza, critica, forma su revuelta, prende sus cauchos y pare usted de contar. Con todo y que los poderes están secuestrados y que nos pichan una curva a cada rato con nuevos ordenamientos y leyes, los venezolanos exigen su Democracia y la van a lograr.
Es por eso, y siguiendo las líneas redactadas por un ilustre en el Plan de Barranquilla de 1931, que llamo a los personeros dirigentes de los destinos democráticos de nuestra nación a que logren los consensos sean por la vía que sea, usando o no el pacto del 23 de enero, como ha sucedido; pero párenle al asunto para en noviembre darle un aliento a esta gente que nos pide una transformación urgente. El pueblo decide, háganlo.

Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es

Juventud crítica


Siendo un ser crítico por excelencia el ciudadano que tenga un nivel de socialización óptimo, entonces fundamental es formar personas que vean los pro y los contra de las acciones individuales y grupales que ellos tomen.
La sociedad nos coloca tropiezos y ventajas a lo largo de nuestra estadía en este mundo, no es de sabios sino de humanos, saber utilizarlas en nuestro beneficio para crearnos una mejor perspectiva del futuro. El instinto nos hace sospechar o creer que algo esta bien o mal. Incluso, nos da el privilegio de considerar poder avizorar lo que se aproxima en nuestras vidas individuales o colectivas.
Por esto se torna prioritario, en el desenlace de una conclusión eficaz entorno a una situación determinada, desarrollar un sentido crítico de la realidad. Normalmente este empieza a nacer en nosotros cuando ya pasamos una década luego de la adolescencia, pero es visto desde el comienzo de la pre-adolescencia en muchos jóvenes.
La juventud nos hace ser rebeldes, irresponsables, irrespetuosos, entre otros apartes. Pero también hay focos dentro de las generaciones, de jóvenes que con mucha disciplina intrínseca en su intelecto, aupan a otros a formarse como seres que consideren en realidad y con mucha madurez, las consecuencias que traen todos sus actos a sus vidas.
La crítica, el sentido crítico ciudadano y humano de una persona con raciocinio de cualquier nivel, es factor ULTRAELEMENTAL en la adaptación de criterios independientes que lleva a cabo el estudio básico, medio, superior y especializado. Es por ello que en la elaboración e implementación de cargas académicas, el maestro debe tomar un tiempo prudencial de la clase para moldear una idea de cómo entablar la crítica en lo personal y en las decisiones colectivas.
Tomemos muy en cuenta que el mundo en el que Gracias a Dios vivimos, ha girado por acciones de personajes y grupos que de una u otra forma han generado revueltas en vista de su pensamiento crítico y analítico adaptado a la realidad. Con esto no quiero decir que todas han sido positivas ni todas negativas pero la vida misma juzga los capítulos que escribimos de la historia terrestre. Por eso, demos a nuestros jóvenes más ideal crítico. Una herramienta que en el futuro nos servirá para reparar los errores del pasado y presente y construir con nuevas generaciones un FUTURO MEJOR.
Saludos, amigos.

Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es

Educación = Respeto


Que distinción tan marcada hay entre las generaciones que suceden nuestro país. Cada década es invisible la transición por la que pasamos los ciudadanos cambiando muchos aspectos que afectan la más normal y ordinaria cotidianidad.
La educación, como factor prioritario de la personalidad de un ser humano, tiende a modificarse según el desarrollo de su vida: tal vez para bien, tal vez para mal. Lo cierto es que dentro de la educación que pueda permitir la sana convivencia de una persona en su entorno hay algo fundamental: el respeto.
Y es que el respeto es la principal causa de polémica en un hombre o mujer. Cuando faltas a alguien con una grosería o un mal trato, inmediatamente se genera una imagen negativa de este personaje, en la mente del observador. Igual sucede cuando hay un alto grado de respeto y se traza una actividad armónica entre emisor y receptor, donde se genera una percepción del individuo muy positiva y crea un aura positiva en ese momento. De manera que el respeto esta intrínseco en la educación que pueda tener un ciudadano, y es ésta la que otorgará un buen o mal perfil a la persona.
Vemos en la actual Venezuela, la de todos los días, como el grado de respeto y educación se ha ido perdiendo. Ha sido un espacio el cual no se ha capitalizado para beneficiar a la sociedad en el incremento de su nivel cultural.
Hasta en la aulas de clases es denigrante como uno se fa cuenta de la carencia de respeto que tienen a veces lo estudiantes para con sus propios profesores que son las personas encargadas de ilustrar y formar sus mentes para hacerlos profesionales en una especialidad.
Para ello existen muchas propuestas, pero pienso que la matriz de ella debe ser la reivindicación de la familia. Así mismo. No una intervención a la doctrina e ideología del hogar, pero sí una medida de estímulo que genere transformaciones en la forma de pensar del padre o la madre despreocupada en forjar educación y respeto en su hijo o hijo.
Es necesaria en demasía la mejora del núcleo familiar porque de ahí nace todo lo bueno y malo de la vida humana. La vida en colectivo… la vida con los demás. Hay diversidad de mecanismos que conllevan a la reflexión en casa, que sea cada apellido el dueño de su técnica.

Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es

Estudiantes y las 26


Antes de ubicarnos en el catastrófico momento que se nos avecina con la implementación de 26 leyes inconstitucionales y verdaderamente atroces, al servicio de las decisiones de Hugo Chávez, debemos comprender que el factor estudiantil reinicia su activación de lucha con las grandes masas populares de jóvenes y sociedad civil en otro momento coyuntural de la democracia venezolana.
Cuando salimos a las calles no había una oposición política firme en sus acciones que respaldara nuestro mensaje, por lo que fue difícil mantener el pie de lucha a sabiendas que éramos jóvenes inexpertos pero nuestro alto compromiso con la patria no nos hizo sucumbir, más bien avivó las llamas del descontento, como diría una grandiosa agrupación marabina. Es así como nos abrimos espacio en un mundo político tan ambicioso, lleno de avaricia, intereses y sobre todo, INMORALIDAD y POLITIQUERÍA.
De manera que no nos extraña, luego de estar en constantes actividades respecto a los temas que se debaten a diario en las comunidades y en contra de las decisiones inconsultas y sus órganos e instituciones oficiales cómplices, que nos hayan metido a última hora, este paquetazo.
Pero siempre es válido recalcar que debemos cosechar, y más nosotros los jóvenes, un avanzado sentido de ciudadanía por encima de todo, y que ello sea lo que nos guíe.
Para esto, y en contra de toda imposición, existe una salido CONSTITUCIONAL, que no viole los derechos de nadie, y sea cónsona con el bienestar de la población criolla.

UNA SOLUCIÓN OBLIGATORIA
Nuestra percepción del asunto nos lleva a revisar las páginas de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en la que encontramos el artículo número 74 que nos indica la legalidad de un referendo ABROGATORIO para con estas imposiciones desleales por la venia del decreto-ley.
Es entonces cuando respiramos y llamamos a la colectividad circundante que sí hay una salida de manera DEMOCRÁTICA y pacífica, recordando los honores que vistieron nuestros antepasados para que viviéramos en libertad hoy por hoy.
El comunicado para la comunidad es el de apoyar la iniciativa ya tomada por profesionales en el país para unirnos en la recolección del 5% de las voluntades de la población electoral actual y solo así refutar y repeler de manera contundente y cívica este nuevo atropello que se traza desde Miraflores.

Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es

sábado, 13 de septiembre de 2008

Ponencia Foro Asamblea Regional Fetranzoátegui, Cantaura 09/08

VISIÓN Y PERCEPCIÓN DE LA INCONSTITUCIONALIDAD: Criterio joven estudiantil

Por Ángel Arellano
Estudiante / Comunicación Social / USM-Anzoátegui
Frente Usemista

Las 26 cartas
Otra vez se ataca el derecho de discutir, criticar, debatir y lograr un consenso en la integración de nuevas normas legales a los estatutos ya establecidos en la democracia venezolana.
Un paquete de 26 leyes, decretadas ilegalmente vía Habilitante, impulsan una agresión al ya horrendo estado de derecho del país. Son muchos los aspectos abordados y que a última hora fueron presentados a una Asamblea Nacional que en vez de legislar y defender los intereses de los ciudadanos que la eligieron, sirven irreprochablemente a un personaje cuyo único fin es hacerse con todos los poderes públicos, como lo hace hoy día: el Presidente se permite a si mismo la potestad de adoptar su criterio autócrata, centralista y dictador a las reglas que amoldarán la vida de Venezuela.
En materia de tierra otorga potestad al Estado (para Hugo Chávez esto significa gobierno central) de administrar y evaluar la designación de los espacios que de manera privada o comunitaria pueden ser utilizados para distintas formas de producción; en lo militar instaura el sistema de milicias bolivarianas como órgano de las Fuerzas Armadas y el Ejercito Nacional; etc. sin nombrar las modalidades adoptadas en el área económica y social.
Estos pequeños ejemplos ya rechazados y reprobados son parte de la nefasta entrega adulada por los parlamentarios y seguidores del oficialismo que hoy viola la Constitución. Es bueno recordar que Chávez presentó el título de estas leyes que obedecen a su programa comunista el día en que acababan sus poderes especiales para legislar, siendo este el premio que recibió por los adinerados batutados por Cilia Flores. Según la Ley de Publicaciones Oficiales, este no es el deber ser. Tiene que existir un tiempo prudente entre la publicación del contenido completo de las leyes y su aceptación.
No se concibe que el ejecutivo se burle en nuestra cara, violando las normas decididas democráticamente, colocando en funcionamiento sus lineamientos estratégicos para transformar la nación en un Estado militarista, dado al centralismo y con un trato hostil para con sus ciudadanos y residentes.
Revelarse, pienso, es la mejor manera de hacer entender de una vez por todas que los sectores que hacen vida en la sociedad, el pueblo mismo, no acepta por ninguno de los mecanismos, y por más pintura que le echen al asunto, que se nos impongan doctrinas autoritarias. ¡A protestar!

Ángel Arellano
Publicado: Diario El Nuevo Día, PLC. 18/08/08

Observación desde el sector universitario
Antes de ubicarnos en el catastrófico momento que se nos avecina con la implementación de 26 leyes inconstitucionales y verdaderamente atroces, al servicio de las decisiones de Hugo Chávez, debemos comprender que el factorn estudiantil reinicia su activación de lucha con las grandes masas populares de jóvenes y sociedad civil en otro momento coyuntural de la democracia venezolana.
Cuando salimos a las calles no había una oposición política firme en sus acciones que respaldara nuestro mensaje, por lo que fue difícil mantener el pie de lucha a sabiendas que éramos jóvenes inexpertos pero nuestro alto compromiso con la patria no nos hizo sucumbir, más bien avivó las llamas del descontento, como diría una grandiosa agrupación marabina. Es así como nos abrimos espacio en un mundo político tan ambicioso, lleno de avaricia, intereses y sobre todo, INMORALIDAD y POLITIQUERÍA.
De manera que no nos extraña, luego de estar en constantes actividades respecto a los temas que se debaten a diario en las comunidades y en contra de las decisiones inconsultas y sus órganos e instituciones oficiales cómplices, que nos hayan metido a última hora, este paquetazo.
Pero siempre es válido recalcar que debemos cosechar, y más nosotros los jóvenes, un abanzado sentido de ciudadanía por encima de todo, y que llo sea lo que nos guíe.
Para esto, y en contra de toda imposición, existe una salido CONSTITUCIONAL, que no viole los derechos de nadie, y sea cónsona con el bienestar de la población criolla.

UNA SOLUCIÓN OBLIGATORIA
Nuestra percepción del asunto nos lleva a revisar las páginas de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en la que encontramos el artículo número 74 que nos indica la legalidad de un referendo ABROGATORIO para con estas imposiciones desleales por la venia del decreto-ley.
Es entonces cuando respiramos y llamamos a la colectividad cirdundante que sí hay una salida de manera DEMOCRÁTICA y pacífica, recordando los honores que vistieron nuestros antepasados para que vivieramos en libertad hoy por hoy.
El comunicado para la comunidad es el de apoyar la iniciativa ya tomada por profesionales en el país para unirnos en la recolección del 5% de las voluntades de la población electoral actual y solo así refutar y repeler de manera contundente y cívica este nuevo atropello que se traza desde Miraflores.

jueves, 21 de agosto de 2008

Reivindicación


Las escuelas de educación superior poseen deterioros y mejorías en sus dos vertientes: el sector privado y el sector público. Todas están sujetas, amén de la dinámica e interacción diaria con los miles de alumnos que hacen vida en sus aulas, a modificaciones, modernizaciones e inversiones mayores para facilitar herramientas que innoven el aprendizaje. Y esto no es así actualmente.
En la gerencia de universidades públicas vemos un conglomerado de rectores que dan prioridad a aspectos no urgentes en las necesidades de los estudiantes (ejemplo: la remodelación del edificio del rectorado UCV) y no otorgan el apoyo monetario y logístico a proyectos y servicios que beneficien a todos (gestión rectora UDO).
Y en la administración de las empresas que ofertan la educación superior (universidades privadas), se observan personas que no justifican la bonanza recibida a través de los altísimos costos de sus semestres, con los beneficios que deberían dar a sus usuarios.
Poder académico
Hoy por hoy las máximas autoridades de las universidades autónomas son gente que realizan el trabajo de ser la cabeza de un órgano independiente de la República, que se especializa en formar hombres y mujeres profesionales en diversas áreas para que sean partícipes de la vida en sociedad. Tomando en cuenta que al mismo tiempo (solo puntuales casos orientales), dedican un pedacito de su gestión para enriquecerse y ostentar un poder en la comunidad y sobre el estudiantado aún cuando ha sido en varias oportunidades rechazado contundentemente por compañeros y compañeras.
Así mismo es conocida la proyección económica que se ha procreado a raíz del crecimiento de la educación privada. Y las cosas en las que desfavorece y amarga este sector a sus usuarios.

Negocio
Hablando de usuarios, será por ahí que se vaya el término coherente con el que se puede timbrar a la administración de algunas casas privadas, peeero… transformando un poco la palabra: “usureros”. Sí, solo eso. Por ahí van los tiros de cómo denominar la gerencia de estas empresas que no ven más allá de la laptop que les muestra sus estados de cuenta, activos y pasivos. Es algo sorprendente, casi igual que las sorprendentes y exorbitantes cifras de ganancias que genera esta lucrativa labor económica.
No hay casos puntuales porque simple y llanamente son muchas las aristas que aparecen de las cosas por las que pasa el “estudiante privado”.
En la Revolución Francesa ya había sonado que la educación debería ser libre y gratuita para todos y que solo así se generaría un desarrollo favorable y positivo en la vida social de los continentes.
Estamos claros en que los tiempos han cambiado, pero también debemos estar claros en que los magnates dueños de las universidades privadas son cada vez más ricos, y gracias a las paranoicas políticas económicas del gobierno actual, los alumnos son cada vez más pobres y por ende, cuentan con menos facilidades para cancelar sus deudas académicas.
Ahí cabe mencionar academias, en el caso de Anzoátegui, por ejemplo, como mi segunda casa en la cual curso mi carrera: la Universidad Santa María, Núcleo Oriente. Al parecer la administración central de la universidad (los núcleos carecen de autonomía financiera) no ve las vicisitudes por la que pasan los estudiantes con la inseguridad, carencia de servicios, altos costos, y pare usted de contar. La comunidad usemista se siente atacada con esto y se expresa en los exámenes, ejercicios y prácticas. Hay que estar al tanto de ello y vigilar las necesidades de los usuarios para mejorar como empresa y como alma mater. Por que sino, ¿para qué pagar tanto si no nos sentimos remunerados? Por ahí se va el yoyo. ¡Ojo pela´o!
De manera que la reivindicación se ha convertido en una acción obligatoria y necesaria en el ambiente de post-bachillerato. Las organizaciones estudiantiles deben estar prestas al reclamo de sus derechos y a la conexión con las autoridades para colaborar en los deberes de sus pares y en representar el sentir que ocasione una estabilidad en el recinto académico.

Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es


PUBLICADO: El Nuevo Día 25/08/08 Puerto La Cruz

Profesionalismo (II)


A la par de la academia que debe vislumbrar un profesional con su caminar, existe el aporte social que su oficio le acarrea. Y es que una persona licenciada en cualquier área tiene de manera intrínseca un compromiso con su alrededor que trasciende del simple hecho de exponer y traspasar sus conocimientos mediante múltiples formas a los demás.
La necesidad se impone con la sencilla situación de vivir en sociedad, y es que un profesional solo es un especialista en una determinada rama que desarrolla o equilibra la vida humana. Debe existir un sentimiento de colaboración en el egresado, diferente al de cualquier persona que por una u otra cosa no haya gozado de una educación que le permita laborar en algo (raramente se ve, con todo y el nivel de desempleo existente en el país, puesto que el venezolano es una persona realmente activa).
Muchas son las formas en la que se aporta un granito de sabiduría a los vecinos, individual o colectivamente.
Desde gestionar una discusión o debate con gente del condominio, hasta una sencilla reunión familiar, se presentan los escenarios y territorios fértiles para nutrir de información especializada o de interés permanente, a los ciudadanos que hacen vida con uno mismo.
Es completamente preponderante este papel que juega el profesional, luego que sale triunfante de su casa de estudio. Él es factor vital en la educación y posterior evolución de su sociedad.
Recordemos que en el mundo se quiere un fin común para todos los iguales. En ese conglomerado se aceptan las mayorías y se toman en cuenta los planteamientos de las minorías, que si bien es cierto que no representan los intereses de todos, así mismo es importante decir que sus planteamientos no siempre están fuera de foco y sustrayendo lo necesario se puede realizar una iniciativa que cuente con el respaldo de todos.
El desarrollo sustentable en los sistemas de vida de los pobladores de la Tierra es la máxima expresión de paz y armonía social. Ahí, más que cualquier otro tópico, tiene efecto el trabajo “evangelizador”, como diría Pizzolante Negrón, del profesional, empleando sus conocimiento para insertarlos en simples conversaciones que creen controversia en el pensar ciudadano y cultive una mente crítica, exigente y objetiva. Así es… Saludos.

Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es

PUBLICADO El Norte 24/08/08 Barcelona

jueves, 14 de agosto de 2008

Las 26 cartas

Otra vez se ataca el derecho de discutir, criticar, debatir y lograr un consenso en la integración de nuevas normas legales a los estatutos ya establecidos en la democracia venezolana.
Un paquete de 26 leyes, decretadas ilegalmente vía Habilitante, impulsan una agresión al ya horrendo estado de derecho del país. Son muchos los aspectos abordados y que a última hora fueron presentados a una Asamblea Nacional que en vez de legislar y defender los intereses de los ciudadanos que la eligieron, sirven irreprochablemente a un personaje cuyo único fin es hacerse con todos los poderes públicos, como lo hace hoy día: el Presidente se permite a si mismo la potestad de adoptar su criterio autócrata, centralista y dictador a las reglas que amoldarán la vida de Venezuela.
En materia de tierra otorga potestad al Estado (para Hugo Chávez esto significa gobierno central) de administrar y evaluar la designación de los espacios que de manera privada o comunitaria pueden ser utilizados para distintas formas de producción; en lo militar instaura el sistema de milicias bolivarianas como órgano de las Fuerzas Armadas y el Ejercito Nacional; etc. sin nombrar las modalidades adoptadas en el área económica y social.
Estos pequeños ejemplos ya rechazados y reprobados son parte de la nefasta entrega adulada por los parlamentarios y seguidores del oficialismo que hoy viola la Constitución. Es bueno recordar que Chávez presentó el título de estas leyes que obedecen a su programa comunista el día en que acababan sus poderes especiales para legislar, siendo este el premio que recibió por los adinerados batutados por Cilia Flores. Según la Ley de Publicaciones Oficiales, este no es el deber ser. Tiene que existir un tiempo prudente entre la publicación del contenido completo de las leyes y su aceptación.
No se concibe que el ejecutivo se burle en nuestra cara, violando las normas decididas democráticamente, colocando en funcionamiento sus lineamientos estratégicos para transformar la nación en un Estado militarista, dado al centralismo y con un trato hostil para con sus ciudadanos y residentes.
Revelarse, pienso, es la mejor manera de hacer entender de una vez por todas que los sectores que hacen vida en la sociedad, el pueblo mismo, no acepta por ninguno de los mecanismos, y por más pintura que le echen al asunto, que se nos impongan doctrinas autoritarias. ¡A protestar!
El Nuevo Día - 18/08/08
Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es