Barcelona, 06 de marzo de
2014
Hermanos
de la MUD,
El Movimiento Universitario
venezolano en las últimas semanas ha dado muestras claras de una gran capacidad
de organización nacional y echa bases en la conexión con las demandas sociales
de la población. Necesario es decir, que tal movimiento no sólo funciona tras
las caras visibles de los voceros de las principales casas de estudio superior
en la capital, sino que el mismo andamiaje se replica en el interior del país
con igual fuerza y coherencia. Es decir, es la UCV, la UCAB y las universidades
caraqueñas, y también en las aulas del resto de Venezuela se coordinan agendas
y mensajes del mismo peso social que reciben un notable apoyo de la sociedad.
Tal concierto se vive en las universidades del
norte, centro y sur de Anzoátegui, de donde escribo. Pero también en la región
zuliana, andina, occidental. ¿O es que acaso las vastas movilizaciones en
Táchira, Mérida, Carabobo y Bolívar no responden a un todo organizado tras el
llamado de la causa?
Quien redacta fue miembro del
Movimiento Universitario en 2007 cuando aquel estallido juvenil por la defensa
de la libertad de expresión despertó a las masas y cristalizó su salida en el
triunfo en contra de la Reforma Constitucional que propuso el hoy difundo
Presidente Chávez.
Tanto en aquel como en el actual
momento se engranó la fuerza estudiantil tras el estandarte de un valor
poderoso y el protagonismo de la lucha y sus liderazgos emergentes se
repartieron entre las provincias sin mayor conflicto de intereses que el de
ponerse de acuerdo en base a acuerdos, aun cuando estamos hablando de jóvenes
inexpertos, irreverentes e impetuosos.
Hoy, cuando las demandas sociales
han llegado al extremo del colapso, cuando el país desahuciado y en bancarrota
no puede soportar más el teatro que lo desgobierna, el estudiantado ha dicho
presente motivado por un sector político que con la oreja pegada al asfalto,
llamó a protestar por los mil y un males que aquejan a la población general.
Tal cosa no sucedió en la
institución que cohesiona las organizaciones políticas contrarias al
oficialismo. La Mesa de la Unidad Democrática ha actuado con tal divorcio de la
realidad que sus voceros en Caracas y en las regiones han llegado a preguntar
tamaña respuesta como “¿y ahora para dónde va esto?”. Si la MUD, centro de
convivencia de los más distinguidos líderes y dirigentes políticos de la
democracia no se encuentra sinónima a la rebelión que se vive en las calles,
pues seguirá cumpliendo penoso papel, con todo respeto. La MUD en casi toda la
República se inactivó el 9 de diciembre, luego de las elecciones, y apareció el
12 de febrero en la noche para llamar al cese de actividades por tres días tras
el saldo de muertos que dejó la arremetida de la GNB, Sebin y colectivos armados.
Planteamiento, que como ya vimos en el pasar de los días, no fue acatado por
nadie.
Es por ello que vemos situaciones
vergonzosas como la declaración del diputado Julio Borges llamando a la
desmovilización en conmemoración al primer aniversario de la muerte del
caudillo Chávez, cuando el propio gobierno aún se encontraba de farra
celebrando unos Carnavales al que nadie asistió. ¿Cómo es eso de la violencia "de lado y lado" cuando los muertos los pone la oposición y la represión la ejecuta el gatillo de los cuerpos de seguridad y equipos paramilitares del Estado? Peor, ¿cómo se "orienta la protesta" si no se es partícipe de ella? Lastimosamente, y hay que
decirlo, Borges fue criticado por la abrumadora mayoría de quienes se
encontraban protestando en las calles y la opinión pública condenó la
declaración.
¿Debe pasar por tan vergonzosos
episodios la MUD a sabiendas que hay gente sumamente capaz dentro de sus filas?
Sobran intelectuales, opinadores, críticos de vara alta que desde la poltrona
de su hogar condenan esto o aquello y justifican cualquier accionar del
gobierno como si las veinte muertes que lleva la protesta de calle no le
doliera en las entrañas al país que reclama cambio. Cada fallecido de manera
individual merece un mensaje en su honor, un funeral público, un obituario
solidario con familiares, amigos y compañeros.
Muchos partidos de oposición han
dicho cosas como “falta integrar al barrio, a los pobres”, desconociendo que
los pobres también están peleando en sus espacios. Semeja tal expresión a la de
aquellos que preguntaron “¿y los sectores populares entenderán lo que significa
romper relaciones con Panamá?”.
Probablemente los eruditos en relaciones
internacionales no vivan en ranchos, pero más allá de que lo entiendan o no,
padecen de los desastres del gobierno. De faltar producto de la deuda de $1200
millones, las 49.478 toneladas largas de carga que provienen de la nación
centroamericana, acrecentará drásticamente la escasez. Eso hay que decirlo,
reproducirlo en asambleas populares porque la gente no se suma a la protesta
por inercia, se une cuando ve que la causa de las marchas es su causa, cuando
el grito de las consignas es su grito y cuando el ruido de las cacerolas es su
ruido.
Es incierto decir desde el lujo de la encuesta de coyuntura
que en las barriadas hay una mayoritaria aprobación a la gestión gubernamental.
La red de salud Barrio Adentro está desmantelada junto a las misiones,
Mercales, Pdvales y la gente de esos sectores están en las cercanías de los
abastos tradicionales (privados) haciendo colas de cientos de metros. El
oficialismo no encontró argumento para rebatir las penosas declaraciones del
infame camarada que administra el Ministerio de Educación. Esto ha indignado al
pueblo, por eso apariciones como las de Yeiker, el muchacho de Petare que dijo
“Ministro déjeme soñar, yo también puedo llegar a ser Ministro” fueron
celebradas por la sociedad, un mensaje que hasta el momento no había salido de
los laboratorios de la democracia.
¿Puede o no hacer la MUD un esfuerzo que la compare
en cuanto a organicidad y acción al Movimiento Universitario? ¿Puede o no
superar su alarmante pasividad y ser parte de la emergencia de una movilización
social que no solo responde a fiebre política sino al hambre, el desempleo, la
escasez, la inseguridad y la decepción con el régimen?
Creo que una de las causas que ha hecho ajena a la
MUD como ente aglutinador en el momento que redacto es el predominio del ego y
de los intereses ocultos de cada organización. Nos consta que hay gente
sumamente inteligente no solo en la conformación de la MUD, sino en su
dirección nacional y en muchas regiones, pero eso debe traducirse en
acompañamiento a la calle, al encuentro de los iguales.
Hacemos un llamado amigo a aquellos ilustres,
intelectuales, profesores, maestros, que apoyan a la causa democrática a ser
colaboradores de la lucha no solo en la facilidad de la red social, sino en las
reuniones populares y encuentros de calle para que nutran con sus luces a la población.
No podemos dejar de ajuntarnos a esas masas que están en la calle a la espera
de refuerzos de las barriadas porque somos la misma gente. Es falso que el
pobre no protesta, es falso que es una causa de clase media. Quien hable de eso
le hace el juego al gobierno tanto o más que el que habla de diálogo sin
condiciones. Los que asistimos a la calle podemos ser observadores de la verdad
y por tanto criticamos pronunciamientos de la MUD que se presentan altisonantes
para con lo que se vive en el país.
Es tiempo de la verdad, y la verdad se construye
uniéndonos a la esperanza ciudadana de cambio. Todo lo que se ha hecho en la
oposición por años, algunas acciones equivocadas otras muy certeras propias del
batallar contra este régimen, ha sido para reemplazar a quienes destrozan
nuestro país. No confundamos a la gente con interrogantes propias de un
extranjero. Seamos amigos de la realidad, y al igual que el Movimiento
Universitario, tengamos la valentía de engranar la maquinaria nacional en
acompañamiento a la gente porque resulta sumamente preocupante la inacción de
muchos sectores que siquiera han dicho “aquí estoy, con qué puedo ayudar”.
Unidad, Unidad y más Unidad. Que prive el
compromiso, la coherencia y la calle. Juntos vencemos.
Ángel Arellano
Twitter: @angelarellano
Email: asearellano@yahoo.es