La revolución educativa
finlandesa, uno de los fenómenos más estudiados recientemente en el mundo,
logró con inmenso sacrificio sumar a toda la sociedad a una meta común para el
progreso: educación de calidad. Finlandia desde hace varios años es el primer
país del planeta en educación, mérito que lo posiciona extraordinariamente en
ciencia, tecnología e innovación, generando a la vez altísimos índices de
estabilidad social y crecimiento económico.
En esa labor nacional tiene preponderancia
el papel del Ministro de Educación como gerente de la cartera que direcciona la
política educativa del Estado. Su trabajo es estratégico y decisivo. Los países
de mayor trascendencia en educación e investigación destacan por colocar los
mejores hombres y mujeres en tal importante espacio del gabinete ejecutivo.
En Finlandia, por ejemplo, la Ministra de Educación,
Ciencia y Tecnología, Krista Kiuru, es una doctora en educación de la
prestigiosa Universidad de Helsinki, con apenas 40 años de edad y una vasta
experiencia en temas educativos. En su haber destacan conferencias mundiales
sobre logros en igualdad de acceso a la educación en Finlandia, incremento de
patentes comerciales y trabajos de investigación exitosos.
Un poco más cerca, en Chile, el
ministro de educación Nicolás Eyzaguirre, es ingeniero comercial mención
economía de la Universidad de Chile con magíster en la misma casa de estudios y
doctorado la Universidad de Harvard. Resalta como profesor de la Universidad de
Santiago, Diego Portales, Central y Harvard. Fue consultor y director ejecutivo
del FMI en Suramérica, asesor de la Cepal, Ministro de Hacienda y director del
exitosísimo Consejo Nacional de la Innovación que produjo positivos cambios en
la educación e investigación del país que rinde más homenaje a Don Andrés
Bello. Chile hoy tiene el mejor nivel educativo de la región.
Ahora bien, el nuestro, el venezolano.
Héctor Rodríguez (32): abogado egresado de la UCV del cual se desconocen estudios
posteriores distintos a los cursos de formación ideológica cubana. Ha pasado
por toda una lista de espacios burocráticos luego de su irrupción en la
palestra pública cuando en 2007 fue parte de un grupo de jóvenes que
defendieron al chavismo en un improvisado debate estudiantil en la Asamblea Nacional.
Rodríguez es el único joven en la
Dirección Nacional del PSUV. En apenas siete años ha sido a la sazón Ministro
del Despacho de la Presidencia, Viceministro de Políticas Estudiantiles en el
Ministerio de Educación Superior, Vicerrector de la Unefa, asesor de la Alcaldía de Libertador (Caracas),
asesor jurídico de la Comisión de Deporte del Consejo Legislativo de Miranda en
el gobierno de Diosdado Cabello, Ministro de Deporte y ahora de Educación.
En el currículo del ministro de la
dictadura destaca una amplia gama de denuncias por acoso laboral, corrupción y
partidización de cada átomo del aparato deportivo y educativo. Fue nombrado por
Maduro hace apenas cuatro meses para implementar el currículo Castro-Chavista
en las escuelas de la nación. Su gestión está marcada por una frase que ha dado
la vuelta al mundo: “No es que vamos a sacar a la gente de la pobreza para
llevarla a la clase media, para que después aspiren a ser escuálidos”
(25-02-14).
Así las cosas. El gobierno no cree
en la excelencia académica como mecanismo de superación hacia el progreso.
Coloca a un siervo del partido para que preserve “el legado”: la destrucción
total del sistema educativo y el adoctrinamiento en todos los niveles.
Ángel Arellano
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