Al igual que Maduro, toda la Revolución lleva 15 años
hablando sola, hablando para sí misma, sin esperar respuesta alguna del
público. Insulta, agrede, miente, grita, acusa, amenaza. El gobierno tiene
tanto tiempo escuchando nada más su versión, su parte del relato, que se siente
incómodo en la mesa con un acompañante que no viste de rojo.
El Papa ora por el diálogo, Obama frena cualquier sanción
esperando humo blanco, la Unión Europea igual, Latinoamérica quiere solución a
la crisis pero todo parece irse al demonio. En la reunión los dos hablan pero
quien puede solucionar los problemas no escucha. Uno cedió y entró a las fauces
del lobo. Ya desde dentro, éste no responde, no cede. Muerde, aprieta y sigue
causando dolor a la sociedad. Quiere ganar tiempo en el desastre.
¿Quién apuesta medio a la rectificación? ¿Quién cree que
Miraflores comenzará a oír otras voces? Luego de aquél debate en cadena
nacional el gobierno no ha cumplido con nadie. Maduro es culpable, no ha dado
solución al caos.
79,5
% de los venezolanos están convencidos de que el país está muy mal. Súbita
mayoría: 8 de cada 10. La oposición sigue movilizada, el chavismo desmoralizado
y los no alineados también se quejan de la gran crisis nacional.
4680
homicidios contaron las cifras oficiales en los primeros cuatro meses de 2014.
Todos los días en Venezuela mueren 39 compatriotas, 39 camaradas, 39
compañeros. La muerte no es excluyente. 15 años gritando en protestas, marchas
y panfletos que la inseguridad nos arropa a todos y el Estado sigue danzando en
la sangre.
La
crisis nos une, mantiene al país en el mismo saco. Cada quien sufre su cola y
revisa su bolsillo. La inflación ha carcomido la dignidad de la Patria. Un gobierno
que a manos llenas regaló el dinero, se lo gastó completo, no tiene con qué
pagar. Ahora juega con la educación mientras vuelven los apagones.
En
su mensaje para sí mismo, Maduro dijo que el aumento salarial de 2014 sería
proporcional al gasto inflacionario y traería felicidad a la gente. Sólo 30%
fue el incremento, el espejo se mantuvo mudo, pero el pueblo sintió la
traición. ¿Quién se alegró? La Cesta Básica Familiar está por encima de los 17
mil bolívares y apenas el sueldo llega a los cuatro mil “fuertes”.
Al
momento de trazar estas líneas el transporte terrestre nacional aumentó en 100%
sus tarifas, igual el aceite de motor PDV 60%, los repuestos otro tanto más y
las medicinas culminaron su empinada subida a la cúspide de lo inaudito. No
interesa al gobierno que no pueda trasladarse al trabajo o a la escuela, menos
quien muere por falta de remedios e insumos. Chávez murió de cáncer y ni los
hospitales dotaron para atender la tan común enfermedad.
Hay
que luchar contra los sordos, contra quienes no escuchan. La dictadura tiene
una sola voz, la democracia una multitud de ellas. La primera no posee oídos y
la segunda goza de millones de ellos. Tiempo de quebrar el espejo, abrir los
ojos y mantener la protesta. Dios salve a Venezuela. Ocupémonos pues, la
libertad no se vende, pero tampoco es regalada.
Ángel
Arellano
Email: asearellano@yahoo.es
Twitter:
@angelarellano
www.angelarellano.com.ve
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