En el sentido estricto del término se expresa excelencia en una labor cualquiera. El profesional es el personaje de la sociedad que se especializa en un área y ejerce su trabajo con fines lucrativos y no lucrativos (“amor al arte”, como dicen muchos). Lo cierto es que este individuo juega no uno, sino varios papeles preponderantes en la vida de la comunidad.
Tiene el oficio de trabajar en conjunto con personas de su rama y así desarrollar una actividad productiva que tal vez genere dividendos, y que si no, deje un mensaje a los que rodean ese contexto para materializar una ayuda específica. Aparte, se encarga de orientar, explicar y argumentar los pasos por los que se sucede su triunfo como experimentado, a las personas que le sugieren exponer su conocimiento (no se puede olvidar que el profesional no solo enseña cuando hace una exposición sobre su área, sino también al comentar sus experiencias, hacer acotaciones sobre casos personales, aconsejar sobre algo o simplemente hablar sobre alguna de las aristas que relaciona su carrera).
Pero si hay algo que distingue al profesional entre sus pares, es el profesionalismo, aunque suene redundante. Más que un valor es una necesidad tener en cuenta que como egresados de una universidad o duchos en alguna materia, el profesionalismo tiene que ser nuestra bandera desde que abandonamos el aula de clases.
El profesionalismo se defiende con moral, ética y respeto. Es la prioridad a la hora de realizar cualquier trabajo. Los estudiantes y aprendices deben diferenciar esto de lo rebuscado y exagerado, pues el profesionalismo lo genera la experiencia y se encuba en los buenos pupilos.
Tampoco debemos observar la ortodoxia y exageración de lo académico para ser profesionales. Pienso que en el mejor de los casos debemos ser como la noticia: sencillos, directos, precisos e ir de la mano con el lenguaje popular para un mejor entendimiento. Un profesional con ese perfil tendrá más acceso a la comunidad y a sus compañeros de labores, que un exuberante diplomático.
De igual forma hay que recordar que cada quien va con su cada cual, y que los ambientes de trabajo tienen sus formas de ser, por lo que el profesional en algo no se parecerá mucho, por más que trate, a otro de rama distinta. Para eso las relaciones sociales son vitales y van de la mano con la educación que debe ostentar un gran profesional que tenga profesionalismo.
Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es
Tiene el oficio de trabajar en conjunto con personas de su rama y así desarrollar una actividad productiva que tal vez genere dividendos, y que si no, deje un mensaje a los que rodean ese contexto para materializar una ayuda específica. Aparte, se encarga de orientar, explicar y argumentar los pasos por los que se sucede su triunfo como experimentado, a las personas que le sugieren exponer su conocimiento (no se puede olvidar que el profesional no solo enseña cuando hace una exposición sobre su área, sino también al comentar sus experiencias, hacer acotaciones sobre casos personales, aconsejar sobre algo o simplemente hablar sobre alguna de las aristas que relaciona su carrera).
Pero si hay algo que distingue al profesional entre sus pares, es el profesionalismo, aunque suene redundante. Más que un valor es una necesidad tener en cuenta que como egresados de una universidad o duchos en alguna materia, el profesionalismo tiene que ser nuestra bandera desde que abandonamos el aula de clases.
El profesionalismo se defiende con moral, ética y respeto. Es la prioridad a la hora de realizar cualquier trabajo. Los estudiantes y aprendices deben diferenciar esto de lo rebuscado y exagerado, pues el profesionalismo lo genera la experiencia y se encuba en los buenos pupilos.
Tampoco debemos observar la ortodoxia y exageración de lo académico para ser profesionales. Pienso que en el mejor de los casos debemos ser como la noticia: sencillos, directos, precisos e ir de la mano con el lenguaje popular para un mejor entendimiento. Un profesional con ese perfil tendrá más acceso a la comunidad y a sus compañeros de labores, que un exuberante diplomático.
De igual forma hay que recordar que cada quien va con su cada cual, y que los ambientes de trabajo tienen sus formas de ser, por lo que el profesional en algo no se parecerá mucho, por más que trate, a otro de rama distinta. Para eso las relaciones sociales son vitales y van de la mano con la educación que debe ostentar un gran profesional que tenga profesionalismo.
Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es
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