Oswaldo Pajares se propone intenso e infatigable con la batuta
Un personaje independiente dedicado a la crítica y el conocimiento de la música
Con personalidad pasiva pero abarrotada de propuestas nuevas, compagina la actividad central de su vida como músico profesional con la investigación farmacéutica. Explica el impacto social que ha tenido la música en el país y Anzoátegui. Así mismo, expresa sus aplausos para con el Sistema Nacional de Orquestas venezolano como escuela materna, pero da sus más sinceras consideraciones al respecto. También, nos comenta sobre los planes que tiene la OFMA y el Ensamble Bohéme para los próximos meses.
Ángel Arellano
Algo atareado se perfila tras una mañana ardua percatándose que apenas son las 11:00am. Entrando a su residencia en Puerto La Cruz atiende dos teléfonos al mismo momento. ¿La razón? Un donativo a la Orquesta Filarmónica Metropolitana de Anzoátegui (OFMA) que acababa de cristalizarse luego de una larga espera por parte de la empresa petrolera Puffer C.A.
Aunque no parecía completamente deacuerdo con el estado de los instrumentos ahora propiedad de la orquesta, sabía que en el salón de ensayos serían bien aprovechados y que eso no opacaría el buen sonido que buscaban.
28 años de vida son el comienzo de la hoja curricular de Oswaldo Pajares. Anexando su profesión como músico que ocupa el resto de la página, y en un lado no tan conocido del papel, tal vez detrás, se ubica su trabajo como farmacéutico ciertamente muy desconocido por las personas que de concierto en concierto observan con vigilancia a este joven director ya con estudios especializados, y un servicio por la comunidad innegable, que trata de proyectar a través del arte que toma las 24 horas de su pensamiento: la música.
Este oriental se obsesiona por la crítica a las cosas más mínimas del desarrollo musical del país y apasiona por las nuevas expresiones que pueden surgir del ejercicio en esta rama artística que le parece “eterna”.
Las personas que ven sus primeros pasos a los 9 años de edad y el crecimiento como músico ejecutando su primer instrumento, como lo es el violín, es el Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela (único en el mundo), a través de la Orquesta Infantil y la Orquesta Sinfónica del Estado Anzoátegui, en la que resaltó a los 16 años para que se le fuera concedida una beca de estudio en la Academia Latinoamericana de Violín ubicada en Caracas. Al retornar a Puerto La Cruz, es ejecutante del instrumento en la Orquesta Sinfónica del Estado Anzoátegui y anexa a esa labor, estudios de Farmacia (aunque alega, que su querencia era estudiar medicina pero requería mucho tiempo para su vida, por lo que se dedicó a algo más “light” y que fuera cónsono con sus exigencias) en la Universidad Santa María de esta entidad. De la que luego egresaría en el 2003.
Carrera artística
En el área musical se inclina por la dirección orquestal, acordando así, estudiar esta rama de la música en la Universidad Simón Bolívar en la capital venezolana. El año pasado presentó su tesis “El Liderazgo en el Desarrollo de la Música en Venezuela”, positivamente, optando al título de Maestría en Música mención dirección orquestal. La farmacia, que es el lado casi completamente desconocido de su día a día, la trabaja en el área de investigación, dando a entender, su profundo compromiso con la búsqueda del conocimiento.
Los meses del año 2001 traen consigo para Pajares la creación del Cuarteto de Cuerdas Bohéme, que sería luego transformado en Ensamble Bohéme, donde actualmente toca el violín y saxofón. Defiende la batuta de la OFMA desde sus inicios en el 2006 y con solo dos años de trayectoria comienza a vislumbrar, junto con sus 45 músicos, en la escena del arte profesional en Anzoátegui. Con algunos adelantos sobre el futuro trabajo del Ensamble Bohéme y la OFMA, Pajares se abre paso en la difícil tarea de ganar una posición en el escalafón que representa la música en Venezuela.
-¿Qué avizora en este momento para la OFMA?
-Inicialmente la gira para Brasil en el estado de Goia en la ciudad de Anápolis y con bastantes probabilidades de que hagamos un concierto en Brasilia (capital de Brasil). Es un proyecto que se cristalizó gracias a la participación del Ensamble Bohéme el año pasado en Brasil. La gente del sistema de orquestas de allá escuchó el ensamble, les gustó, aparte de que ganamos primer lugar en un festival realizado en Anápolis. En Brasil no hay sistema de orquestas infantiles ni juveniles, solo profesionales. Por lo tanto, ellos nos pidieron ayuda y acordamos que costearían el traslado de nuestra orquesta para un concierto allá y nosotros daríamos clases a los niños y así fundaríamos la primera orquesta juvenil en ese sitio.
Está por conquistarse una gira en Bélgica que todavía está en conversaciones pero que esperamos se de alrededor de noviembre, y además de eso, conciertos temáticos que siempre se hacen con la orquesta. Hay un concierto de jazz, conciertos de boleros, etc. y la idea es llamar a personalidades en cada una de estas ramas para participen en esto. Para el de jazz tenemos pensado llamar a Andrés Briceño (baterista famoso venezolano) y en octubre vamos a recibir a un pianista famoso llamado José Miguel Rivera (México) que nos contactó a través de internet y le gustó mucho el sonido de la orquesta. Y queremos hacer otras cosas como una gira por el estado Anzoátegui que luego le pondremos fecha.
-¿Alguna producción discográfica en la mira?
-Por lo momentos no. A pesar de que queremos ser ambiciosos con los proyectos necesitamos cumplir con los objetivos que ya tenemos planteados para este año. Probablemente para el próximo año, hay muchas expectativas.
-Hace poco hicieron un concierto, que fue el último antes de sus vacaciones, donde tenía a dos niños de 7 y 9 años tocando violín ¿apoyas estas acciones por parte de la administración de la orquesta?
-Sí, por supuesto. Nosotros hemos salido casi en su totalidad del Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela (Snoijv) conducido por José Antonio Abreu. Para nosotros no es que damos apoyo o debamos dar apoyo: se nos es obligatorio volcarnos hacia un semillero musical. Porque al final el crecimiento de estos niños nos favorece y alimenta nuestras filas en la Orquesta Filarmónica. Traer músicos experimentados, músicos de otros lugares a veces no parece ser la solución para consolidar la orquesta, sino definitivamente hay que dirigirnos hacia los niños. Además de ofrecerle a ellos y a la juventud una carrera artística, una oportunidad cultural.
-¿Cómo ves el impacto que ha tenido el desenvolvimiento de niños, adolescentes y jóvenes en las orquestas del país?
-Excelente. Necesario es hablar del Sistema de Orquestas de Venezuela. Definitivamente el sistema creado por el maestro José Antonio Abreu, más que un modelo cultural–artístico, hay que verlo como un modelo social. Porque es un programa que incluye a niños de todos los estratos sociales donde no hay ningún tipo de restricción y les da un instrumento profesional para que se valgan de eso y lo conviertan en un oficio. Este programa orquestal enfocado hacia los niños y jóvenes más que ese impacto social que nos ha dado prestigio internacional como potencia en orquestas, al país que tiene más orquestas en el mundo, se encuentra el trabajo que saca a los niños de todas estas cosas de la sociedad que los pueden seducir (…) y los integra al arte y cultiva a la vez responsabilidades porque para hacer música necesario es ser responsable.
Un personaje independiente dedicado a la crítica y el conocimiento de la música
Con personalidad pasiva pero abarrotada de propuestas nuevas, compagina la actividad central de su vida como músico profesional con la investigación farmacéutica. Explica el impacto social que ha tenido la música en el país y Anzoátegui. Así mismo, expresa sus aplausos para con el Sistema Nacional de Orquestas venezolano como escuela materna, pero da sus más sinceras consideraciones al respecto. También, nos comenta sobre los planes que tiene la OFMA y el Ensamble Bohéme para los próximos meses.
Ángel Arellano
Algo atareado se perfila tras una mañana ardua percatándose que apenas son las 11:00am. Entrando a su residencia en Puerto La Cruz atiende dos teléfonos al mismo momento. ¿La razón? Un donativo a la Orquesta Filarmónica Metropolitana de Anzoátegui (OFMA) que acababa de cristalizarse luego de una larga espera por parte de la empresa petrolera Puffer C.A.
Aunque no parecía completamente deacuerdo con el estado de los instrumentos ahora propiedad de la orquesta, sabía que en el salón de ensayos serían bien aprovechados y que eso no opacaría el buen sonido que buscaban.
28 años de vida son el comienzo de la hoja curricular de Oswaldo Pajares. Anexando su profesión como músico que ocupa el resto de la página, y en un lado no tan conocido del papel, tal vez detrás, se ubica su trabajo como farmacéutico ciertamente muy desconocido por las personas que de concierto en concierto observan con vigilancia a este joven director ya con estudios especializados, y un servicio por la comunidad innegable, que trata de proyectar a través del arte que toma las 24 horas de su pensamiento: la música.
Este oriental se obsesiona por la crítica a las cosas más mínimas del desarrollo musical del país y apasiona por las nuevas expresiones que pueden surgir del ejercicio en esta rama artística que le parece “eterna”.
Las personas que ven sus primeros pasos a los 9 años de edad y el crecimiento como músico ejecutando su primer instrumento, como lo es el violín, es el Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela (único en el mundo), a través de la Orquesta Infantil y la Orquesta Sinfónica del Estado Anzoátegui, en la que resaltó a los 16 años para que se le fuera concedida una beca de estudio en la Academia Latinoamericana de Violín ubicada en Caracas. Al retornar a Puerto La Cruz, es ejecutante del instrumento en la Orquesta Sinfónica del Estado Anzoátegui y anexa a esa labor, estudios de Farmacia (aunque alega, que su querencia era estudiar medicina pero requería mucho tiempo para su vida, por lo que se dedicó a algo más “light” y que fuera cónsono con sus exigencias) en la Universidad Santa María de esta entidad. De la que luego egresaría en el 2003.
Carrera artística
En el área musical se inclina por la dirección orquestal, acordando así, estudiar esta rama de la música en la Universidad Simón Bolívar en la capital venezolana. El año pasado presentó su tesis “El Liderazgo en el Desarrollo de la Música en Venezuela”, positivamente, optando al título de Maestría en Música mención dirección orquestal. La farmacia, que es el lado casi completamente desconocido de su día a día, la trabaja en el área de investigación, dando a entender, su profundo compromiso con la búsqueda del conocimiento.
Los meses del año 2001 traen consigo para Pajares la creación del Cuarteto de Cuerdas Bohéme, que sería luego transformado en Ensamble Bohéme, donde actualmente toca el violín y saxofón. Defiende la batuta de la OFMA desde sus inicios en el 2006 y con solo dos años de trayectoria comienza a vislumbrar, junto con sus 45 músicos, en la escena del arte profesional en Anzoátegui. Con algunos adelantos sobre el futuro trabajo del Ensamble Bohéme y la OFMA, Pajares se abre paso en la difícil tarea de ganar una posición en el escalafón que representa la música en Venezuela.
-¿Qué avizora en este momento para la OFMA?
-Inicialmente la gira para Brasil en el estado de Goia en la ciudad de Anápolis y con bastantes probabilidades de que hagamos un concierto en Brasilia (capital de Brasil). Es un proyecto que se cristalizó gracias a la participación del Ensamble Bohéme el año pasado en Brasil. La gente del sistema de orquestas de allá escuchó el ensamble, les gustó, aparte de que ganamos primer lugar en un festival realizado en Anápolis. En Brasil no hay sistema de orquestas infantiles ni juveniles, solo profesionales. Por lo tanto, ellos nos pidieron ayuda y acordamos que costearían el traslado de nuestra orquesta para un concierto allá y nosotros daríamos clases a los niños y así fundaríamos la primera orquesta juvenil en ese sitio.
Está por conquistarse una gira en Bélgica que todavía está en conversaciones pero que esperamos se de alrededor de noviembre, y además de eso, conciertos temáticos que siempre se hacen con la orquesta. Hay un concierto de jazz, conciertos de boleros, etc. y la idea es llamar a personalidades en cada una de estas ramas para participen en esto. Para el de jazz tenemos pensado llamar a Andrés Briceño (baterista famoso venezolano) y en octubre vamos a recibir a un pianista famoso llamado José Miguel Rivera (México) que nos contactó a través de internet y le gustó mucho el sonido de la orquesta. Y queremos hacer otras cosas como una gira por el estado Anzoátegui que luego le pondremos fecha.
-¿Alguna producción discográfica en la mira?
-Por lo momentos no. A pesar de que queremos ser ambiciosos con los proyectos necesitamos cumplir con los objetivos que ya tenemos planteados para este año. Probablemente para el próximo año, hay muchas expectativas.
-Hace poco hicieron un concierto, que fue el último antes de sus vacaciones, donde tenía a dos niños de 7 y 9 años tocando violín ¿apoyas estas acciones por parte de la administración de la orquesta?
-Sí, por supuesto. Nosotros hemos salido casi en su totalidad del Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela (Snoijv) conducido por José Antonio Abreu. Para nosotros no es que damos apoyo o debamos dar apoyo: se nos es obligatorio volcarnos hacia un semillero musical. Porque al final el crecimiento de estos niños nos favorece y alimenta nuestras filas en la Orquesta Filarmónica. Traer músicos experimentados, músicos de otros lugares a veces no parece ser la solución para consolidar la orquesta, sino definitivamente hay que dirigirnos hacia los niños. Además de ofrecerle a ellos y a la juventud una carrera artística, una oportunidad cultural.
-¿Cómo ves el impacto que ha tenido el desenvolvimiento de niños, adolescentes y jóvenes en las orquestas del país?
-Excelente. Necesario es hablar del Sistema de Orquestas de Venezuela. Definitivamente el sistema creado por el maestro José Antonio Abreu, más que un modelo cultural–artístico, hay que verlo como un modelo social. Porque es un programa que incluye a niños de todos los estratos sociales donde no hay ningún tipo de restricción y les da un instrumento profesional para que se valgan de eso y lo conviertan en un oficio. Este programa orquestal enfocado hacia los niños y jóvenes más que ese impacto social que nos ha dado prestigio internacional como potencia en orquestas, al país que tiene más orquestas en el mundo, se encuentra el trabajo que saca a los niños de todas estas cosas de la sociedad que los pueden seducir (…) y los integra al arte y cultiva a la vez responsabilidades porque para hacer música necesario es ser responsable.
-Aparte, tú perteneciste al Snoijv. ¿Marcó esto la formación inicial del joven Oswaldo Pajares?
-Por supuesto. El trabajo implantado por el sistema es bastante exhaustivo e intenso. Obviamente marca a las personas en la música, involucra al participante y los hace interesarse más por el arte musical: forja disciplina y responsabilidad.
-¿Es el sistema donde surges como músico o sólo fue un espacio de enseñanza para ti?
-Es un espacio de enseñanza. Que las personas se forjen como músico mucho depende del interés personal. En mi experiencia el sistema fue un lugar de enseñanza básica, el resto de las cosas las tuve que adquirir por mi mismo en entrevistas con maestros, interesarme en salir del capullo de la orquesta, ir a otros lugares, ir a Caracas a estudiar, buscar más maestros, investigar, buscar métodos, explorar en la parte personal. Por eso creo que mi experiencia la forjé yo mismo. En diferencia a otras personas que se han formado dentro del sistema, no diría como músicos integrales, sino como músicos de orquesta. Por que al fin y al cabo el sistema lo que hace es formar músicos de orquesta. Los músicos integrales se forman a través de iniciativas personales.
-¿Desilusión o fortalecimiento el salir del sistema para hacerte una carrera más autónoma?
-Fortalecimiento. El hecho de estar haciendo música nos hace parte del sistema. Hacer una orquesta nueva no nos excluye del sistema del maestro José Antonio Abreu. Yo no solamente apoyo que se forme la OFMA sino que se formen más orquestas en Anzoátegui. A todos nos ha fortalecido el hecho de hacer una orquesta y hacerla con personas profesionales. Nos fortaleció como músicos, como gerentes musicales, como productores musicales, porque cuando estábamos en la Orquesta Sinfónica del Estado Anzoátegui, solamente éramos ejecutantes.
Un marcado trabajo en equipo
Pajares ve con buenos ojos los trabajos sociales que se dan día a día en la comunidad, como parte de ello aporta su granito de arena, por medio de la OFMA, en la enseñanza musical: “Ahorita se están impartiendo clases de manera gratuita. Yo doy clases de violín todos los domingos en la mañana para todas las personas interesadas en aprender a ejecutar el instrumento y que tengan cierta inclinación en la música, en la sede de la orquesta”.
Con respecto a la independencia musical de la OFMA hace hincapié en que ellos mismos (los 45 músicos que la integran) son las personas encargadas de realizar los arreglos musicales; gerenciar y buscar los espacios en los que realizaran los conciertos y presentaciones de obras, piezas y temas; hacerse publicidad y darse proyección a nivel cultural. “Que hayamos hecho el himno nacional (transmitido por la Televisora de Oriente), conseguido equipo técnico, gestionado los permisos para realizar las tomas en los diferentes lugares; aparte, la inclusión de que Unión Radio use nuestro himno; nos hace gerentes musicales, nos hace querer proyectar nuestra orquesta”, dice el joven director.
Mientras va conversando en las incógnitas que le agrega la entrevista, se muestra sereno pero al mismo tiempo algo impaciente. Comenta que es difícil trabajar con tantas responsabilidades a la vez y dice que eso lo debe mucho al sistema de orquestas: la responsabilidad y compromiso que en las personas desarrolla.
En la sala de su apartamento, donde vive con su madre, habla sobre una de sus experiencias de niño. El momento en que por primera vez quiso retirarse del programa de aprendizaje musical cuando exhortaban a los aprendices del violín a pararse en una esquina sosteniendo el instrumento por largo tiempo para que se formara la resistencia física que los músculos necesitaban, y así poder maniobrar las notas con seguridad y resistencia. Todo esto gracias a los ejercicios rigurosos que le impartían.
-A través de una beca estudiaste en la Academia Latinoamericana de Violín en Caracas, ¿qué llevaste siempre presente a la hora de comenzar tu carrera como músico y aventurarte en el mundo de las artes?
-(piensa)… Siempre mantener un equilibrio y un balance entre la parte musical y la parte profesional extra musical. Un ejemplo es que ahorita la OFMA no cuenta con apoyo monetario de nada, no tenemos un aporte financiero fijo de ninguna institución ni pública ni privada por lo que estamos tocando ad honorem. Hay gente ocupada, padres de familia, que es gente que necesita percibir algún ingreso de dinero para poder subsistir. Por lo que el equilibrio entre la parte musical y la parte profesional no musical es lo que nos ha permitido mantener trabajando en la orquesta.
Aparte, yo trabajo con mi ensamble (Bohéme) y esa es mi profesión: tocamos para el público.
-¿La familia siempre estuvo ahí?
-Siempre, siempre. Mi hermano tocaba clarinete junto conmigo en la Orquesta Infantil, creció conmigo en la parte musical. Y además de eso, siempre en los momentos difíciles cuando apretaban las clases en el colegio y en el liceo, en muchas ocasiones quise abandonar la música pero siempre obtuve el apoyo de mis padres ayudándome a que siguiera con las dos. Creo que no hubiera llegado hasta aquí si no hubiera sido por el apoyo de mis padres.
Aprendizaje independiente
Este farmacéutico nacido el 21 de septiembre de 1979, dice que su propia formación le ha dado a entender que no puede volcarse completamente a la música, lastimosamente, en este país. A su parecer el apoyo económico para eso no se consigue de manera completa.
“A muchas personas les parece que tal vez dignificar al músico con sueldos es exagerado. Sin embargo, es real que el músico ejerce una profesión y debe ganar dinero para poder vivir”, argumenta con preocupación Pajares.
Según él, las orquestas profesionales en otras partes del mundo remuneran a sus participantes porque trabajan todo el día con música y con eso mantienen a sus familias y que no solamente ocurre esto con los músicos sino con todos los artistas: artistas plásticos, escritores, escultores, bailarines, entre otros. Se siente afortunado por haber sido guiado por sus padres en tener clara la realidad de la situación venezolana sobre esto y por ello explica su enfoque en hacer otra carrera como es farmacia.
-En el año 2002 decides estudiar dirección orquestal, ¿por qué?
-Pienso que la parte de la dirección orquestal es una vertiente que fusiona las tres ramas de la música: la ejecución, la composición y la investigación. En la dirección tienes que estudiar a fondo la composición que estás haciendo y además debes guiar a los ejecutantes para que interpreten la música. Entonces en todo caso el director es el puente de enlace entre el ejecutante y la composición. Por eso decidí estudiar dirección orquestal.
-Bajo tu consideración, ¿qué representas como director en la orquesta además de llevar la batuta?, ¿hay algo más?
-¡El director es el punto integrador de la orquesta! Unifica un criterio de tiempo, porque es el que lo lleva y toda la orquesta tiene que seguir ese tiempo.
Tiene que consolidar a la orquesta desde todo punto de vista, no que hay unos que son violines, otros que son los vientos, no: todos somos una orquesta.
-¿Puedes comentar algo sobre “El Liderazgo en el Desarrollo de la Música en Venezuela” (título de su tesis para optar a la maestría en dirección orquestal)?
-… (Sonríe, piensa)… ¿Qué es eso, mi tesis?
-Sí…
-Em… Hay muchas cosas que discutir sobre ese punto. La tesis estuvo enfocada únicamente en el siglo XX y el liderazgo del desarrollo en la música de Venezuela. Éste, vino dado por personas que dieron mucho más de si y pasaron por encima de los estándares musicales de esa época, del momento que estuvieran viviendo. Y es por eso que sale a la palestra para mi el líder del desarrollo musical en la Venezuela del siglo XX como lo es el maestro Vicente Emilio Sojo. Él logró unificar todas las ramas de la música (explica con ímpetu y seguridad): ejecución, dirección, composición, gestión e investigación. Y logró trabajarlas.
Hoy en día la que tiene mayor auge y a la que se dirigen casi todos los recursos y los esfuerzos es sólo la ejecución. Es una lástima que José Antonio Abreu no vea esto y que solamente este dirigido a hacer tocadores y a solo ejecutantes de la música y más nada. No respalda, por ejemplo, la parte de la composición que se encuentra desasistida. Entre otras cosas. Está demostrado a través de la historia que el cambio de la música se ha dado gracias a líderes. El pueblo venezolano está acostumbrado a seguir personas. De eso trata mi tesis.
Ojo crítico
Oswaldo Pajares argumenta y discute que los directores venezolanos no tocan composiciones criollas y que la investigación musical (musicología) está desasistida. Hasta la misma dirección orquestal en Venezuela.
Dice es una lastima que José Antonio Abreu, el cual no puedo afirmar que no haya realizado esfuerzos en la evolución de las orquestas, tenga que buscar directores de otros países, porque se ha visto en la obligación de traerlos como profesores, para que formen a estudiantes aquí y no sean los mismos músicos venezolanos quienes enseñen a los otros en su propia tierra.
A su entender, si la orquesta arma una “mega maquinaria musical” con personas formadas en todos ámbitos y ramas que cubren al arte de la música, respaldarían sus necesidades porque para él, “el sistema de orquestas ya tiene 28 años que se formó. No está en su auge ni nada, ya ha habido tiempo de formar más líderes musicales”.
Humano, comprensible y sencillo
Oswaldo Pajares es definible como un ser dado al desempeño y al arraigo por los conocimientos empíricos, pero al mismo tiempo lucha por hacer lo más académico posible sus estudios y prácticas en aras de construir un reconocimiento virtual y tangible de las nuevas experiencias musicales que él y otras personas llevan a cabo en el territorio oriental y nacional. Expresa que es necesaria la formación de nuevos programas sociales de inserción a los niños y jóvenes y para eso propone la música como arte que evoque una salida de la desidia y vicios que contaminan el camino de la sociedad.
Tratando de indagar sobre su posición ante el grupo de profesionales que dirige día tras día desde el podium del director, recalca que es otro músico más de las filas y simplemente toma la batuta para dirigir la música que realizarán en escena todos en conjunto: “Nos exhortamos a seguir trabajando, siempre es una experiencia amistosa, existe el compañerismo”.
Sus creencias califican la necesidad de mantenerse informado de la realidad nacional y formar parte como artista y ciudadano en lo que se pueda para prestar colaboración en el avance del país. Así mismo, justifica la inserción del humano en las organizaciones sociales y en prestar apoyo a gente que lo rodea.
Una parte muy importante para la vida de Pajares son sus composiciones. Admite que lo puede inspirar cualquier cosa, “la vida misma, lo que haya sucedido, experiencias.” Asegura con firmeza que es complicado reducir y determinar los temas que pueden lograr su creatividad. También, consolida su opinión sobre los arreglos que puede anexar a una pieza o un tema, donde toma en cuenta lo que el compositor haya querido dar a conocer en ese momento.
Entre las palabras que pudieran concentrar los aspectos relevantes de la personalidad del joven director, él pronuncia los términos “intenso e infatigable” con respecto a la música, y en su condición de farmacéutico usa “responsable, calculador y observador”. Con su familia afirma ser cordial y participativo, ve de forma positiva el ambiente que se vive en su hogar y asume con agrado el apoyo familiar en su carrera y decisiones más importantes.
Antes de finalizar Oswaldo Pajares comentó que el Ensamble Bohéme planea una importante gira por Hungría, Servia y Montenegro alrededor del 11 y 29 de agosto de este año.
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