Maduro en 2013 visitó Guyana para afirmar que todo "marcha muy bien". |
En
los seis años que duró Nicolás Maduro como Canciller la controversia por el
Esequibo no existió. Guyana representaba en esos momentos un voto necesario en
la comunidad de naciones que convalidaban el accionar del régimen. Incluso, es
interesante observar con detenimiento los aportes del gobierno de Chávez al
Estado guyanés. La chequera de la Revolución y la petro-diplomacia a través de
puentes como el de Petrocaribe, compró muchos votos del vecino país. Para el
Comandante Supremo la reclamación era cosa de la época colonial.
Venezuela no tiene un historial efectivo en el reclamo
del Esequibo. Todavía los mapas que se comercializan en nuestro el país, y con
los que aprendimos geografía en las aulas de clases, cubren ese extremo con
rayas que advierten la negación de esas tierras. De niño preguntaba, al igual
que mis compañeros, “¿por qué ese pedazo dice ‘Zona en Reclamación’? ¿Quién lo
reclama?”. Las respuestas de las maestras eran vagas e imprecisas. Fue en la
universidad cuando persuadido por los libros de historia comprendí el problema
de ese territorio que a pesar de ser venezolano, ha sido obviado por el debate
nacional y por tanto su recuperación parece una isla en medio del mar de
calamidades que se ventilan a diario. No es parte de la agenda aun cuando sea
un terreno rico en oportunidades por sus múltiples cualidades naturales,
geográficas y su altísimo potencial mineral y de hidrocarburos. La Venezuela
petrolera abandonó un nicho de explotación muy importante.
La coyuntura política muestra inmensas oportunidades para
nivelar la correlación de fuerzas. Por lo menos ocho de cada diez venezolanos
reprueban la situación de crisis económica y caos social en la que vivimos.
Todos los escenarios para las elecciones parlamentarias refieren una derrota
considerable para el partido de gobierno y es por eso que luego de tantos años
de abandono el Ejecutivo posiciona en el centro de la discusión el asunto con
Guyana. Apabullado por las quejas de los sectores opuestos y afines que sufren
el vertiginoso desabastecimiento y el ascenso sin precedentes del costo de la
vida, el gobierno intenta exacerbar ánimos nacionalistas exigiendo unión de
toda la sociedad entorno a una polémica absurda, fantasiosa y que sólo ignorantes
(que no son pocos) pudieran apoyar. Este tema salta a la palestra por decisión
circunstancial de un gobierno enmascarado que con ayuda de su sistema de medios
de comunicación totalitario pretende polarizar, condenar a los “apátridas” que
no se sumen al supuesto reclamo y unificar sus sectores antes leales y ahora
descontentos.
Desde
luego, no se pueden descartar otras situaciones fortuitas. Extremar las
tensiones con Guyana, país que ya ha logrado el apoyo de numerosos Estados del
vecindario (los mismos que votan a favor de Venezuela en la OEA, Unasur y ONU),
pudiera devenir en un eventual decreto de estado de excepción con la finalidad
de suspender los comicios parlamentarios de diciembre. ¿Descabellado? En esa
escena la oposición tiene un papel central: impedir que alguno de sus factores
se sume a esta fábula de la reclamación del Esequibo. No “pisar el peine”. El
gobierno espera la mínima equivocación de sus contrarios. Recordemos que
resolver los miles de problemas que aquejan a la nación nunca ha sido la
prioridad de quienes, por ahora, controlan el timón.
Nota: Recomiendo lectura de este artículo que publicó el Dr. Sadio Garavini Di Turno sobre la postura de Maduro ante Guyana en 2013: http://goo.gl/pOUqOM
Ángel Arellano
Que necesidad latente siente el gobierno de reclamar el Esequibo? Oscar Zorrilla
ResponderEliminar