Crisis penitenciaria persiste en la nación. Los videos de El Rodeo I y II continúan dando una larga vuelta al mundo y generando tanta opinión, que es irremediable ver la derrota del Gobierno Nacional en esa área. La gente identifica el problema carcelario como parte del enriquecimiento de las mafias aupadas por las nuevas cúpulas en el poder.
El enfrentamiento continúa y casos como el de Walid Makled, esperan su momento idóneo para volver a estallar. La estela de corrupción viste los espacios de investigación del periodismo, y rompe sueños de un bloque chavista sólido que aviva las llamas del descontento.
Recordemos rápidamente el caso Arné Chacón, ahora el ex ministro Jesse Chacón es encuestador y estadista, mostrando estudios de opinión sumamente dudosos. Recordemos también el caso Pudreval, aún sin resolver y convertido en un gran cangrejo de la justicia. No olvidamos tampoco la aberración contra Wilmer Azuaje, ex diputado barinés a quien quitaron su inmunidad parlamentaria. Así, entre otras cosas, ha venido el régimen diciéndole a la gente que no cambiará.
Ante tantos problemas evidentes, que crean una nube gris sobre el país, y que por ende asustan a esa inversión extranjera tan necesaria para crecer y diversificar, el bloque opositor ha encaminado una manada de líderes a hacer ese pequeño trabajo que tumban gigantes: conversar con la gente y sembrar ideas.
Hay un aura noticiosa permanente sobre el equipo de diputados de la MUD. Van y vienen por toda la geografía. Pero, sin discriminar y con mucha responsabilidad, también debemos alegar que hay trabajos parlamentarios que resaltan más que otros. En Anzoátegui, por ejemplo, hay uno que otro legislador nacional, así como suplente (por no decir todos porque hay también esfuerzos que se están viendo a gran escala), que debe activar mucho más en las comunidades de la región, porque es un mandato constitucional, para eso elegimos y para ello fueron electos.
Tenemos un estado al que hay que sacarle más provecho para continuar destapando oídos y abrir ojos de tanta gente que cree en un gobierno que para ayudarte debe exponerte en tus peores circunstancias a la televisión, haciendo de un aporte un circo y de una obra un escándalo publicitario.
Continúan las fracturadas carreteras de la región llenas de huecos, y en gran parte de la zona rural no existe, son un mito. Atención con la Troncal 9 y 11 y el puente sobre el Unare. Persiste el recorte eléctrico quemando artefactos de los ciudadanos, y Corpoelec no asume gastos de nada ni nadie. En cualquier momento pudiera estallar una revuelta en Puente Ayala, y ante eso la fracción parlamentaria debe estar vigilante y atenta, presta siempre al diálogo para echar una mano en tan publicitado conflicto.
También, comunidades de la zona oeste sumidas en la nostalgia de las montañas de Coque que crecen en el Criogénico de José. En las mismas, han colocado más torres de luz y ahora se ve mayor cantidad de maquinaria transportando el tóxico material para arriba y no a los cargueros. Las máximas autoridades del municipio Bolívar, Píritu y Peñalver persisten indolentes ante este drama ecológico y sanitario.
Y así, habrá que esperar cuales serán las dotaciones de la gobernación a la Policía Regional, una institución más que necesita y necesita y necesita, pero no hay quien le dé. Igualmente, los equipos de Protección Civil municipales, que tienen gente dependiendo de un quince y último muy escaso, la mayoría con un salario mínimo chucuto, que no da para llevar a la casa, aún cuando deban exponer sus vidas a diario para rescatar a otros ciudadanos.
De tal manera que la fracción parlamentaria de Anzoátegui, vigorosa y con gente muy buena, tiene una tarea gigantesca: apretar tuercas a los diputados y suplentes inactivos, y sacar más punta de esos temas que la gente espera porque los padece y sufre a diario. Recordemos que no todo lo electoral da votos. La gente quiere escuchar más a Anzoátegui sonar en la Asamblea.
Ángel Arellano
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