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lunes, 27 de diciembre de 2010

Mojados de lluvia

Salpicadas están las calles con barro. Marcas marrones quedaron por doquier con los fuertes aguaceros que colapsaron la zona metropolitana de Anzoátegui y otras partes de Venezuela. No quedó rincón donde esconderse. Docenas y docenas de carros perdidos. El último palo de agua ocasionó un efecto dominó en el elevado de la Universidad de Oriente, en la avenida Alterna de Barcelona. Varios autos chocaron, formando la tranca de la vía. Muchos de ellos movidos por la fuerza brutal del agua que no sabemos de dónde salió, pero ahí estuvo, e inundó muchos sitios de nuestro pueblo.

Históricamente el eje que comienza en Barcelona y termina en Guanta, ha tenido severos problemas para drenar el agua que cae cuando las lluvias son muy fuertes y perduran por muchas horas. Esto ocasiona que se llenen cual piscina las principales avenidas, barrios y urbanismos dañando automóviles, produciendo derrumbes en los cerros y afectando cientos de hogares anzoatiguenses.

Estas tragedias ocurren todos los años en temporada de lluvia. En el país nos quejábamos de la sequía inminente y el cielo nos envió con retroactivo y aguinaldo un sinfín de aguaceros, que ya queremos se terminen, mientras los estudios meteorológicos informan que continuarán. Vidas en alto riesgo quedan con la falta de reubicación en muchos sectores delicados en cuanto a viviendas construidas en sitios no aptos.

No es deshonesto decir que tras años, hemos visto la falta de voluntad para resolver estos problemas que inspiran el retroceso y no el desarrollo de una zona. Alcaldes y gobernadores han obviado que el trabajo de fondo de una metrópoli que está al nivel del mar, debe hacerse para poder repartir a través de un sistema de drenajes todo el agua que cae en nuestra costa, más la que llega de esos prominentes cerros que nos rodean, quienes también suman el colapso de las vías e inundaciones de casas.

Los sectores políticos democráticos han sido alertados y expuesto su criterio ante la opinión pública para demandar los reclamos de una sociedad que se siente aterrada por las lluvias. La ciudadanía no cree capaces a los gobiernos para resolver estas contingencias y se ha hecho hoy más que nunca de conocimiento popular, la falta de planes estratégicos de emergencia para situaciones como las vistas en días anteriores. La gobernación y las principales alcaldías del estado, están atadas de pies y brazos ante el caos que aliñaron sus antecesores, tienen que ir planificando urbanísticamente cada centímetro de estos municipios, para poder replantear las salidas a catástrofes naturales. No es viable pensar que con dos o tres retroexcavadoras y un volteo, se puede resolver un caos de profundidad, y que muchos expertos como los del Colegio de Ingenieros de Anzoátegui, vienen anunciando.

Saludamos desde este espacio al concejal amigo del municipio Carvajal, Jorge “Trifuri” Ytriago, quien al lado de Juvenal Noguera, Arturo Castillo, Juan Anamarima, entre otros, están reivindicando las denuncias hechas por el sector de los transportistas y productores ante el mal estado de la vialidad agrícola. Continuamos en la lucha.

Ángel Arellano

asearellano@yahoo.es

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