Reseña
La campaña presidencial de Luís
Lacalle Pou sigue llamando la atención del mundo académico uruguayo en el que
figuran no pocos profesores que decidieron referirse a ella como “fenómeno”,
apelando al término para señalar un cambio brusco, inesperado, distinto en la
naturaleza política de la nación oriental. Pero, ¿es en esencia realmente un
“fenómeno” político? En rigor no, toda vez que la dinámica política, actividad
en la que el hombre manifiesta su deseo de gobernar o de participar en las
decisiones de gobierno, permite hechos que sorprenden a la sociedad,
puntualmente al público electoral, el soberano, que en un sistema democrático,
decide quién asciende al poder, quien no lo hace y quien puede seguir esperando
con la expectativa de una oportunidad futura.
Sin embargo, el que casi año y medio
después del evento electoral sigan llenándose auditorios para escuchar con
interés los detalles de esta candidatura joven y poco común en un país con una
cultura política conservadora cuyo último presidente menor a los 45 años de
edad data de 1971[1],
no sólo llama nuestra atención, sino que nos da a entender que algo está
pasando en la política uruguaya.
¿Recambio generacional?
La cultura política del Uruguay es el ejemplo a
seguir de la región. El país más pequeño de la Sudamérica continental cuenta
con los partidos políticos de mayor tradición. Además, su población apoya en un
86,2% la democracia y en un 59,5% a su sistema político[2].
Por tanto, figurar en la comunidad política de esta nación es un hecho signado
por una competitividad importante que requiere inmensa influencia partidista,
arrastre popular y estrategias comunicacionales que permitan hacer espacio en una
prensa bastante crítica y un público bien informado. “En Uruguay todos nos
conocemos”, es la frase que recorre cada esquina.
Daniel Supervielle fue uno de los comunicadores
detrás de la candidatura de Luís Lacalle Pou en 2014. Subraya su condición como
“observador-participante”, lo que le ha permitido relatar pormenores de la
campaña con máxima libertad. Critica, evalúa y expresa sugerencias para
eventuales escenarios futuros. Habla con emoción sobre su participación en el
proyecto más joven que aspiró la presidencia en la anterior contienda. Explica,
detalle a detalle, el cómo, el por qué y el para qué de “La Positiva”, la
peculiar filosofía que orientó la campaña. Toda esa historia está reseñada en
su reciente libro publicado por Aguilar (“La Positiva”, 2015), que sigue fresco
en las novedades de todas las librerías de Montevideo; no obstante, a pesar del
tiempo que distancia aquella campaña que el propio Supervielle considera como
pasado (asegura que en adelante cualquier aspiración del senador Lacalle Pou
debe iniciar desde cero: “La Positiva es un referente… un objeto de estudio…
habría que revisar ahora nuevas cosas”), los eventos para hablar de la carrera
electoral del hoy senador se siguen celebrando en círculos muy relevantes de la
vida política y académica uruguaya.
La Universidad Católica del Uruguay, en el marco de
la promoción de su programa de Maestría en Comunicación Política y Gestión de Campañas
Electorales, invitó el pasado jueves 10 de marzo a estudiantes, profesores,
periodistas y politólogos a una charla sobre el tema que ha copado la agenda de
Supervielle los últimos meses, quien es a la sazón, uno de sus exalumnos. El
evento tuvo por nombre “Mitos y realidades de la campaña de Lacalle Pou 2014”,
y se realizó en el salón Francisco Bauzá de su edificio central, un espacio
formidable y acogedor que recibió a interesados por el tema. Los comentarios a
la disertación de Supervielle estuvieron a cargo de Daniel Lema, presidente de
la Asociación de Prensa Uruguaya, periodista del semanario Búsqueda y
estudiante de la mencionada Maestría.
Algunas frases del autor de “La Positiva” resonaron
en la ronda de preguntas y respuestas, colmada por la participación de jóvenes
estudiantes. El interés sigue vivo sobre esta candidatura que no deja de dar de
qué hablar:
“La estrategia se adapta al político que la va a
implementar”. “Lo que vale es la impronta que coloca el líder a la campaña.
Todo lo demás es bullshitt”. “¿La
filosofía de la campaña fue un error o un acierto? No lo sé. Coherente estoy
seguro de que fue”. “… Capaz ‘La Positiva’ termine siendo la semilla de algo
más adelante”.
Ángel Arellano
[1]Apenas 12 de 60 presidentes uruguayos, entre interinos
y titulares, han asumido el cargo con menos de 45 años. El presidente más joven
fue el 15° presidente constitucional Máximo Tajes (1886-1890), quien asumió a
los 34 años. El mandatario de mayor edad que ha ascendido a la silla
presidencial es el 40° presidente constitucional José Mujica (2010-2015),
jurando el cargo a los 74 años.
[2]Boldi,
M., Queirolo, R. y Seligson, M. (2013). Cultura
política de la democracia en Uruguay y en las Américas, 2012: hacia la igualdad
de oportunidades. Nashville:Usaid.
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