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domingo, 20 de marzo de 2016

Ni mitos ni fenómenos: “La Positiva” sigue dando de que hablar

Reseña
  
            La campaña presidencial de Luís Lacalle Pou sigue llamando la atención del mundo académico uruguayo en el que figuran no pocos profesores que decidieron referirse a ella como “fenómeno”, apelando al término para señalar un cambio brusco, inesperado, distinto en la naturaleza política de la nación oriental. Pero, ¿es en esencia realmente un “fenómeno” político? En rigor no, toda vez que la dinámica política, actividad en la que el hombre manifiesta su deseo de gobernar o de participar en las decisiones de gobierno, permite hechos que sorprenden a la sociedad, puntualmente al público electoral, el soberano, que en un sistema democrático, decide quién asciende al poder, quien no lo hace y quien puede seguir esperando con la expectativa de una oportunidad futura.
            Sin embargo, el que casi año y medio después del evento electoral sigan llenándose auditorios para escuchar con interés los detalles de esta candidatura joven y poco común en un país con una cultura política conservadora cuyo último presidente menor a los 45 años de edad data de 1971[1], no sólo llama nuestra atención, sino que nos da a entender que algo está pasando en la política uruguaya.

¿Recambio generacional?

La cultura política del Uruguay es el ejemplo a seguir de la región. El país más pequeño de la Sudamérica continental cuenta con los partidos políticos de mayor tradición. Además, su población apoya en un 86,2% la democracia y en un 59,5% a su sistema político[2]. Por tanto, figurar en la comunidad política de esta nación es un hecho signado por una competitividad importante que requiere inmensa influencia partidista, arrastre popular y estrategias comunicacionales que permitan hacer espacio en una prensa bastante crítica y un público bien informado. “En Uruguay todos nos conocemos”, es la frase que recorre cada esquina.
Daniel Supervielle fue uno de los comunicadores detrás de la candidatura de Luís Lacalle Pou en 2014. Subraya su condición como “observador-participante”, lo que le ha permitido relatar pormenores de la campaña con máxima libertad. Critica, evalúa y expresa sugerencias para eventuales escenarios futuros. Habla con emoción sobre su participación en el proyecto más joven que aspiró la presidencia en la anterior contienda. Explica, detalle a detalle, el cómo, el por qué y el para qué de “La Positiva”, la peculiar filosofía que orientó la campaña. Toda esa historia está reseñada en su reciente libro publicado por Aguilar (“La Positiva”, 2015), que sigue fresco en las novedades de todas las librerías de Montevideo; no obstante, a pesar del tiempo que distancia aquella campaña que el propio Supervielle considera como pasado (asegura que en adelante cualquier aspiración del senador Lacalle Pou debe iniciar desde cero: “La Positiva es un referente… un objeto de estudio… habría que revisar ahora nuevas cosas”), los eventos para hablar de la carrera electoral del hoy senador se siguen celebrando en círculos muy relevantes de la vida política y académica uruguaya.
La Universidad Católica del Uruguay, en el marco de la promoción de su programa de Maestría en Comunicación Política y Gestión de Campañas Electorales, invitó el pasado jueves 10 de marzo a estudiantes, profesores, periodistas y politólogos a una charla sobre el tema que ha copado la agenda de Supervielle los últimos meses, quien es a la sazón, uno de sus exalumnos. El evento tuvo por nombre “Mitos y realidades de la campaña de Lacalle Pou 2014”, y se realizó en el salón Francisco Bauzá de su edificio central, un espacio formidable y acogedor que recibió a interesados por el tema. Los comentarios a la disertación de Supervielle estuvieron a cargo de Daniel Lema, presidente de la Asociación de Prensa Uruguaya, periodista del semanario Búsqueda y estudiante de la mencionada Maestría.
Algunas frases del autor de “La Positiva” resonaron en la ronda de preguntas y respuestas, colmada por la participación de jóvenes estudiantes. El interés sigue vivo sobre esta candidatura que no deja de dar de qué hablar:
“La estrategia se adapta al político que la va a implementar”. “Lo que vale es la impronta que coloca el líder a la campaña. Todo lo demás es bullshitt”. “¿La filosofía de la campaña fue un error o un acierto? No lo sé. Coherente estoy seguro de que fue”. “… Capaz ‘La Positiva’ termine siendo la semilla de algo más adelante”.

Ángel Arellano

[1]Apenas 12 de 60 presidentes uruguayos, entre interinos y titulares, han asumido el cargo con menos de 45 años. El presidente más joven fue el 15° presidente constitucional Máximo Tajes (1886-1890), quien asumió a los 34 años. El mandatario de mayor edad que ha ascendido a la silla presidencial es el 40° presidente constitucional José Mujica (2010-2015), jurando el cargo a los 74 años.

[2]Boldi, M., Queirolo, R. y Seligson, M. (2013). Cultura política de la democracia en Uruguay y en las Américas, 2012: hacia la igualdad de oportunidades. Nashville:Usaid.

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