En una parada de carritos en Puerto La Cruz
escuché a dos doñitas hablar del salto de talanquera de ciertos dirigentes de
la oposición que ahora se presentan como candidatos alternativos,
independientes o rebeldes. La frase que coronaba la conversación es una muy
resuelta y por demás conocida: "¡por la plata baila el mono!".
Quienes han visto la política
como oficio para el enriquecimiento fácil, son de mente muy corta. Fanáticos de
la superficialidad, ajenos a la historia. Para nuestra desgracia no son pocos
los que aspiran un poquito del calor que emana el poder para sacar beneficio
propio. ¡Si es en dólares mejor!
De la política a los realazos
sólo queda una moraleja: hace falta sangre nueva porque la actual está
contaminada y limpiarla es muy costoso para la nación. De tal manera que es
menester atender con mayor interés la formación educativa, política y práctica,
de las nuevas generaciones de dirigentes políticos que hoy están dando sus
primeros pasos en los equipos juveniles de los partidos, universidades públicas
y privadas, colegios, liceos, en organizaciones independientes, en las
librerías, redes sociales y en las plazas públicas escuchando, absorbiendo,
observando todo lo que sucede. Para desdicha de muchos, sobre todo para
desgracia del país, varios jóvenes que se han hecho con un espacio en los
cargos de elección popular han desviado el camino vendiéndose por algunas
morocotas. Existe una camada, adelantada, que se corrompió al
"llegar". Tarea para corregir.
Los jóvenes de hoy no la tienen
fácil. Su misión es sobrevivir a la crisis, reconstruir el país, restablecer la
democracia y unir la nación. Mientras crecen, por otro lado el Estado colapsa y
con él la élite que juega el ajedrez político. Nuevas generaciones, nuevos
retos.
Ángel Arellano
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos tu nombre y correo electrónico.
.:Gracias por el comentario:.