Ya están haciendo
aguas los inventarios e inicia la resaca consumista. Las colas comienzan a
flaquear porque cada día son menos productos que hay para comprar. Los grandes
homenajeados con el mini bajón de la inflación en algunos establecimientos a
punta de pistola, fueron las mafias que compraron cuanto pudieron para revender
en los próximos meses a 5 ó 6 veces el precio todos esos aires acondicionados,
neveras, lavadoras, equipos de sonido, televisores y cuanto pudieron adquirir en
la estampida del “sálvese quien pueda”.
No dejaremos por fuera
a los enchufados, principales promotores y patrocinantes de estas prácticas
fraudulentas, acaparadoras, delictivas. ¿Será que Maduro ahora manda a saquear
los depósitos encubiertos de buhoneros y
principales colaboradores contratistas que sacaron cuanto efectivo pudieron
para poner un ejército de personas que por cuatro lochas compraban lo que
quisieran para llevarlas al jefe?
Se corrompió a tal
nivel el mercado, hemos venido diciéndolo sostenidamente, que el próximo año
cuando salga el pueblo a comprar un aire acondicionado por las insoportables
olas de calor, no encontrará ni un ventilador. La inflación baja por las
escaleras y sube por el ascensor, una teoría milenaria que Miraflores no comprende
porque no cuentan con un solo economista en su repertorio de enchufados, y
cuando lo tuvieron, fue uno de esos que nace cada 100 años con las telarañas
pegadas desde el útero y con ansias de pasar a los libros negros de la historia
patria.
Preguntaba al público el
diputado Alfonso Marquina en una reciente asamblea con su par Carlos Andrés
Michelangeli en un empobrecido barrio de Barcelona: “¿será que un blu-ray a
precio regalado va a resolver los problemas del pueblo?”. Quisiera el gobierno
que sí, pero con los inventarios tocando fondo cualquier show televisivo
quedará desmontado la próxima semana y se encontrarán más vulnerables que nunca
del desprecio popular. La escasez se mantiene en el sector alimentos,
recordemos para quien todavía tiene la santa voluntad de votar por el gobierno
que 20 de cada 100 productos no se encuentran en Venezuela y vamos para cinco
años haciendo colas para comprar elementos básicos de la dieta nacional.
Ante la arremetida
mediática del oficialismo encadenando por cada acto intrascendental, rebasando
incluso el número de horas en pantalla del difunto, la oposición ha quedado
desde hace un par de meses con un cerco que representa nuevos retos para
convocar el descontento. Sin embargo, cada necesidad se responde con un planteamiento:
la lucha ha seguido por otros medios en los que el gobierno tiene debilidad
como internet, redes sociales, telefonía celular. El consumismo que estimuló
Chávez en sus 14 años de petro-despilfarro dotó a la población venezolana con
millones de celulares inteligentes, que conectados a nuestra débil plataforma
de internet (comparada con el promedio en Sudamérica), han significado la nueva
pesadilla de los rojos rojitos. La tropa, la guerrilla comunicacional, la
difunda hojilla, y la Iguana TV, han sido gigantescas nóminas de pasantes que
trabajan 24/7 para posicionar los mensajes de la Revolución con perfiles,
cuentas y personas fantasmas. La mentira transpira y huele podrido, a ese aroma
nauseabundo de los miles de contenedores de Pudreval.
El secuestro de
Alejandro Silva, los cabillazos a once seguidores de Chocchiola en su llegada a
Valencia, el asesinato a un candidato a concejal por la MUD en el Zulia, el
amedrentamiento contra periodistas, bloqueo de divisas a periódicos y emisoras
críticas, es el accidentado preámbulo al escenario de sicariato que por los
síntomas de este cáncer, implementará Maduro en breve. Simonovis es prueba fiel
lo que es capaz el chavismo para humillar y sembrar miedo, pero el terror nunca
vence. Cuando Hitler estuvo en la aurora de su poder convocando a las masas a
la guerra sin tregua, cayó.
Ángel
Arellano
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