El jefe del “mientras tanto”
salió a la calle con una nueva iniciativa por demás frustrada y disparatada. Al
señor Maduro le encanta tener a la opinión pública criticando su falta de formación
como gerente nacional. Es el mejor ejemplo de todo lo que no se debe hacer una
vez se accede al poder.
Nicolás informó que
para resucitar la economía, se mantienen implementando nuevos planes que
ayudarán a superar el desabastecimiento y la inflación. Si la economía debe
resucitar como indica Maduro, es porque estaba muerta. ¿Quién la mató?, ¿cuándo
murió?, ¿las economías mueren?
En 14 años, la pujante
sociedad venezolana ha reiterado que los esfuerzos gubernamentales por
mantenerse en el poder, han estado sostenidos en la bonanza petrolera sin
precedentes que llenó de dólares las arcas nacionales y que sirvió para comprar
conciencias dentro y fuera del país.
Instituciones
completas se han convertido en destacadas mafias internacionales que nada
tienen que envidiarle a los carteles colombianos y mexicanos. Las nuevas
pandillas de cuello blanco en América Latina están abaladas por el chavismo.
Visten de jueces, sindicalistas, intendentes, fiscales, ministros, policías,
militares, dirigentes políticos, altos jerarcas de la gallina de los huevos de
oro: Pdvsa. No en balde Transparencia Internacional nos posicionó el año pasado
como la nación más corrupta de la región y pareciera que creciéramos en ese
indicador para 2013.
Las economías no son
seres vivos: no lloran, no sufren, no sienten, tampoco se reproducen. Fenómenos
negativos como Hugo Chávez han manejado la economía bajo el instinto de un
depredador que elimina del Estado a la empresa privada para instaurar el
régimen de conglomerados públicos disfuncionales e insolventes. Manejar la economía
de un país bajo el impulso visceral de un caudillo nunca tuvo un ápice de
racionalidad. He ahí el fallecimiento del que habla Maduro, no sólo murió
Chávez el año pasado, con él se fue al foso el sistema económico que convalecía
por tres lustros.
Fue el chavismo el
victimario. A sangre fría degollaron capitales, apuñalearon industrias y
sepultaron la confianza de propios y extranjeros en la inversión. Murió desde
el primer momento en el que se terminó el diálogo con las cámaras
empresariales, cuando el control cambiario se convirtió en ABC del caudillo y
este militar populacho se subió al trono del poder para suicidarse con él.
Antepasados vieron
como territorios en guerra recuperaron lo más importante en sus terruños: la
confianza. Las economías no mueren. No se doblegan a decretos y caprichos
presidenciales, se mueven al compás del mercado, respiran con él. Y hoy,
estimado lector, el mercado se ha convertido en el todo. Incluso para los
boliburgueses, más conocidos por sus escandalosos negocios corruptos, en estas
y otras latitudes, que por sus aportes a la Patria.
La ignorancia es
atrevida, no respeta credos ni palestras. El chipote chillón golpeó una vez más
la silla de Miraflores para dejar salir otro infeliz comentario. Paz a sus
restos.
Ángel
Arellano
Email: asearellano@yahoo.es
Twitter:
@angelarellano
www.angelarellano.com.ve
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