La revolución avanza, sí, pero en los corazones de unos jóvenes que quieren un proceso de transformación gradual y armónica, y no la consolidación de una cúpula comunista de desgobierno y corrupción. En ello se fundamenta el pensamiento demócrata social. Nació un equipo de muchachos y muchachas en la región que tiene dos años articulándose para edificar el movimiento de la propuesta de país que más se parece a ti, mi querido lector. El movimiento de estudiantes evolucionó en músculo político de cara a los próximos escenarios.
Pero como siempre el camino está lleno de peligrosos baches, hay que dedicarle tiempo a esto, bajo la exclusiva premisa del compromiso con un mañana mejor. Mucha gente, dedicada a continuar dividiendo la nación, apuesta más a la destrucción de las ideas nacientes, que al respeto entre iguales.
En Bruzual el trabajo efectivo de jóvenes organizados ha causado revuelo entre los líderes del gobierno municipal. Hay mucha incongruencia sobre lo que se dice, y poca alternativa. En resumidas cuentas, “no lavan, ni prestan la batea, ni dejan que otro lave”. Si alguien quiere materializar una iniciativa nueva, aparece el aparato burocrático de chisme y desprestigio. Bien dicho lo de “pueblo chiquito, infierno pequeño”. Pero eso debe cambiar, los municipios no son territorios presos de sus alcaldías, más bien ésta si no hace un trabajo óptimo debe ser criticada y tener ejercicios de reinventarse. Pero en el oficialismo no se ve mucha capacidad de autocrítica, mas si de atornillarse en la silla.Los recursos nunca alcanzan para proyectos de envergadura en deporte, cultura y educación, que es lo que se necesita para crear desde la niñez conciencia ciudadana, pero sí alcanzan para camionetas nuevas y jugosos sueldos y comisiones. Mientras se acuchilla un presupuesto que debe ser estratégicamente (con criterios de gobernabilidad), puesto a la orden de un pueblo, asfixian las maneras de gestionar sin fines lucrativos, proyectos que buscan un fin común positivo.
Nos da mucha pena ver que una naciente estructura de nuevos liderazgos y dirigentes de base, pueda ocasionar una rabia bastante expuesta en la gerencia de un municipio. Pero así estamos. Paralelo a eso, el equipo que comenté inicialmente, persigue llevar esperanza con una sólida convicción de que una mejor Venezuela es necesaria, y que el esfuerzo de todos(as) organizadamente y con fe, traerá consigo un país diferente, justo y equitativo. Las diferencias se acaban sólo cuando dejamos de enfatizar en la división de clases y lograr más calidad de vida para el colectivo por igual. Hacia allá debemos ir, de lo contrario, que Dios nos guarde en la desgracia de ser eternamente gobernados por un caudillo militar rico y dueño de todo.
Ángel Arellano
www.angelarellano.tk
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