El día del fusilamiento del Congreso (24/01/1848), las turbas comandadas por José Tadeo Monagas irrumpieron en el convento de San Francisco (antigua sede del Parlamento), dando con la muerte de cuatro representantes (tres conservadores y un liberal), tres ciudadanos comunes e hiriendo de gravedad a Don Santos Michelena, octavo Presidente (interino) de la nación, quien murió poco después el 12 de marzo.
En total fueron ocho
muertos, resultado aquel que desató cólera en la montonera sociedad venezolana.
José Antonio Páez alzó los llanos de Apure y el occidente patrio sin lograr
nada más allá en contra de la tiranía, partiendo al exilio en la Nueva Granada.
Vale considerar según
referencias literarias de la historia criolla, que en el citado suceso, el
hemiciclo, sitio de debate y acción de los parlamentarios, no fue violentado.
Este dato del siglo XIX no
ha tenido igual en nuestro recuerdo democrático. Demonios e improperios han
salido de parte y parte en el legislativo, estando o no bajo un régimen carente
de democracia, pero de armarse una trifulca violenta en “la casa de las leyes”,
nuestro registro histórico no muestra un descalabro como el comandado por
Monagas, y el ahora reivindicado por un coterráneo: Diosdado Cabello.
La minoría en curules, pero
mayoría en ciudadanos representados, se ha visto reiteradamente burlada y
atropellada por quienes dirigen el parlamento venezolano. No sólo están fuera
de la directiva que proyecta lo más radical y rechazable del chavismo, sino que
persiste la eliminación del derecho de palabra y participación en comisiones
legislativas a quienes elegimos como voceros.
El oficialismo en su delirio
por sostener lo insostenible, pasa por encima de ese 52% que llevó a la
oposición a la AN. Muchos diputados de la MUD, hoy golpeados y malogrados,
fueron electos con cifras por demás superiores
a las de quienes ansían ser sus verdugos.
Nicolás Maduro, el
Presidente del “mientras tanto”, salió al trote a justificar lo injustificable
y buscar cinco patas a un gato sin más vidas. En el momento en que se
desarrollaban los hechos dentro del Palacio Federal Legislativo, se encontraba
flamante junto a sus más allegados acólitos disfrutando de una función privada
del Cirque Du Soleil.
Agrego para usted, apreciado
lector que lee angustiado por la falta de alimentos y el gigantesco costo de la
vida, que las entradas para este evento de élites, tiene un precio mínimo de
595 Bs. y máximo de 5.950 Bs. (sin IVA). Nada popular para un país donde la
cesta básica alimentaria oficial supera los 2.700 Bs. y la extraoficial se
posiciona en algo más de 4.750 Bs. Al cierre de esta edición, el Cirque Du
Soleil había confirmado que su última función sería el 12 de mayo, aun cuando
el hombre del pajarito anunció espectáculo el 14 y 15 de mayo gratuitos para
toda Venezuela.
Maduro no supo ni quiso
responsabilizar a la bancada del PSUV del caos en la AN. Le faltó altura para
mantenerse al límite del filo, prefirió defender a los suyos echándose ese
balde de agua fría que lo mantiene contra las cuerdas ante la opinión
internacional: varias rayas más para esa cebra.
Con todo y esto, la
oposición pudo en un chasquido de dedos posicionar ante la sociedad las razones
y el trasfondo de estas acciones: responden a un plan diseñado y ejecutado por
Diosdado Cabello para en mediano plazo hacerse con el poder de su débil
camarada.
Como si el bochorno no fuera
kilométrico ya, el Ministerio de Comunicación e Información, dirigido por el
encopetado colega Ernesto Villegas, aconsejó al Presidente emitir una cadena
con un video claramente editado para desprestigiar a la oposición violenta y
fascista, “la cual aceptó”. Una vez más Miraflores hizo el ridículo.
Periodistas de distintas
ramas y medios criticaron la capacidad del nuevo Joseph Goebbels venezolano.
Villegas usó todo el sistema de comunicación del Estado en función de un
parapeto que siquiera La Hojilla se responsabilizaría por su concepción. La
Carmina Burana se quedó pequeña con el fondo que recreó la cadena nacional. Sin
embargo, se olvidaron que era de radio y televisión, así que ese público que no
estaba pegado en la pantalla, seguramente ni notó lo que pasaba.
Imágenes terribles de pitos,
matracas y una pancarta, fueron el antecedente al vil castigo que propinaron
los angelitos rojos. El canal de televisión de la AN sirvió como cómplice para
que nadie observara lo sucedido, sólo que como todo crimen tiene un culpable,
en menos de lo que canta un gallo salieron a la luz pública varios videos que
mostraron la realidad.
El diputado por el oeste de
Anzoátegui y amigo, Juan Carlos De Sousa, en el velorio de su señor padre Juan
De Sousa, gran hombre de Boca de Uchire fallecido en un muy lamentable
accidente, pudo relatarme que los diputados “maduristas” no quisieron
integrarse a la trifulca promovida por “los de Diosdado”. El chavismo jura que
toma por asalto la voluntad de los venezolanos y penetra la conciencia
nacional, pero se le salen las costuras y el tufo de sus divisiones internas
ventean en todo el mundo.
Ángel Arellano
Email: asearellano@yahoo.es
Twitter: @angelarellano
www.angelarellano.com.ve
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