Estas palabras huelen a
sudor y calentura, son escritas en la madrugada luego de estar todo el día en
el acompañamiento a ciudadanos que protestan por la auditoría de las elecciones
presidenciales, que pregonó en un instante atómico el candidato del gobierno, y
que antes de 24 horas se esfumaron en el viento como una mentira más.
La sociedad en su mayoría,
luego de la batalla histórica vivida el domingo 14 de abril, sometida a miles
de irregularidades entre las que destacan los atropellos de funcionarios del
Plan República y violentos motorizados contratados por el oficialismo, salió a
votar, a reclamar sus derechos. El resultado anunciado por el CNE, muy después
del tiempo en el que Tibisay Lucena lo prometió, retumbó en toda la geografía
nacional con un estrecho margen del 1%.
Un millón de votos chavistas
no apoyaron la idea de que un burócrata como Nicolás Maduro asumiera la
Presidencia de la República, para darle continuidad a un modelo político
evidentemente agotado y que boquea con las muestras de desabastecimiento,
inflación, inseguridad y carencia presupuestaria. Esta es la cifra que el CNE
anunció al país. El mismo día ambos sectores solicitaron auditoría al proceso y
en menos de lo que canta un gallo, Lucena informó el acto de proclamación de
Maduro bajo un fuerte resguardo de las instituciones militares.
Más llantos y lamentos se
han escuchado en las cercanías a Miraflores que en la acera de enfrente. Las
nóminas, el amedrentamiento y las amenazas no valieron de nada para quienes
ahora piden reflexión revolucionaria y desconocimiento a la otra mitad del país
que no los apoyó.
El grito de fraude ha sonado en el mundo porque nadie puede comprender cómo con un margen tan pequeño de sufragios, y a solicitud de las partes, no se haya accedido a la revisión de los resultados: los números no dan y se quieren hacer los locos.
El grito de fraude ha sonado en el mundo porque nadie puede comprender cómo con un margen tan pequeño de sufragios, y a solicitud de las partes, no se haya accedido a la revisión de los resultados: los números no dan y se quieren hacer los locos.
En detrimento del sentir
democrático venezolano, el CNE ha actuado como un verdugo sin clemencia,
malandro sin capucha. Lamentamos que una institución que llegó a funcionar tan
bien, y que apostó a la modernidad de su sistema y funcionamiento, haya
aterrizado tan forzosamente en el pateadero de los tiranos.
Hugo Chávez resultó electo
el 7 de octubre con 8.191.132 votos y para ese entonces Henrique Capriles obtuvo
6.591.304. Ahora, bajo muchas presiones, en un proceso que estuvo repleto de
irregularidades que sin duda empañaron las conclusiones, se presenta una
avanzada de Capriles en casi más de un millón de votos y una disminución
dramática del chavismo. Aún estas resultas no han sido verificadas, por tanto
se tomarán como “mientras tanto”.
Al igual que se reiteró en
meses anteriores, Maduro no es Chávez y la oposición no es la misma del
diciembre pasado en el que la desmotivación atajó 20 gobernaciones para el bando
rojo. Se plantearon las condiciones más adversas, tormentas de insultos y
huracanes de atropellos, pero la voluntad del país se mantiene indeclinable en
la calle marchando, protestando pacíficamente y revelando la podredumbre
institucional de los revolucionarios que tiempo atrás pidieron un cambio y
acabaron con la paz social, institucional y económica de la patria.
La juventud en primera fila
defiende el legado de Bolívar. Heroicas todas aquellas actividades que se hacen
en favor de la democracia. El 14 de abril de 2013 enseñó a los venezolanos una
vez más a no dejarse amedrentar por el poder de unos pocos, revelarse contra el
flagelo de la ignorancia que timonea sin saber a dónde lleva este barco
insostenible en el mar de la inconformidad.
Invitaciones a activarse hay
muchas, pero en esencia, se llama a las familias criollas a participar. Que
nuestro espíritu sea el de hacer valer los derechos de ley y defender los
valores por los que nuestra sociedad venció las dictaduras en tiempos de
plebiscitos e injusticias. Que vibre Venezuela como vibran las almas de quienes
estamos cansados de tanto abuso.
Ángel Arellano
Email: asearellano@yahoo.es
Twitter: @angelarellano
www.angelarellano.com.ve
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