"En el choque las láminas de acero de la Mack trazaron las cadenas de los cilindros con gas cloro, y perforaron a dos de los de ellos, los cuales cayeron de la plataforma de la gandola. El chofer de la Iveco, conociendo la situación, continuó conduciendo hasta un sitio descampado para poder ocultar un poco la toxicidad del químico".
Gandola que transportaba tres láminas de acero de 2 pulgadas de espesor
Una historia que enluto a los pueblos de Bruzual y municipios circunvecinos. La solidaridad estuvo a la hora del día por parte de los ciudadanos. La comunidad de Clarines se volcó a ayudar en el Hospital Tipo 1 de esa localidad, que aun se mantiene en pésimas condiciones. Actualmente con todo el sistema de drenaje interno colapsado, por lo que los pacientes y el mismo personal, carecen de baño alguno. Aun esta institución que cubre la salud de buena parte del cono oeste de Anzoátegui, espera los donativos prometidos por los gobernantes a través de los medios de comunicación, en medio de una desgracia que se les salió de las manos y tomo imprevistos sin ningún plan de contingencia.
Cilindros gas cloro en el distribuidor de Paso Real
Los fiscales nacionales 40°, Víctor Valbuena; 42°, Juan Carlos Ochoa, y 4° en materia ambiental, Luz Mayela Hernández, así como la 6° auxiliar, Ingrid Vargas, y 21° del estado Anzoátegui, José Ignacio Torres, acusaron a Iván Segundo Espina Soto, conductor de la gandola que transportaba gas cloro y que en 2009 colisionó con otro vehículo de carga pesada en la carretera nacional de Oriente, tramo Clarines - Puerto la Cruz, accidente que ocasionó la muerte de 13 ciudadanos y múltiples lesionados. Espina bajo los delitos de homicidio intencional a título de dolo eventual, lesiones graves, menos graves y leves, previstos y sancionados en el Código Penal, fue recluido en la Zona Policial N° 3 de la Policía Municipal de Puerto Píritu.El expediente "BP01-R-2009-000212" sólo tuvo una razón: condenar a una persona. Del resto, los familiares de quienes murieron siguen usando el Hospital Doctor Antonio José Rondón Lugo y ven su decadencia, así como la vialidad de la región y la pobreza con la que se le asigna recursos a protección civil, quienes trabajan a la sombra de cuerpos de seguridad. Sin un plan B no se puede vivir. Clarines sintió en carne viva el asecho de una neblina blanca que a los días se fue y dejo desolado el pueblo por algún tiempo.
Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos tu nombre y correo electrónico.
.:Gracias por el comentario:.