Hay una idea que ronda los salones de comunicación social de la Universidad Santa María de crear un espacio que genere opinión entorno al que hacer juvenil y sus actividades más resaltantes.
Si bien es cierto que hay en los medios una u otra cuota semanal para la cotidianidad del adolescente y joven, así mismo es cierto que no existen plazas que dediquen esfuerzos para sacar del anonimato esos chamos y chamos que de una u otra forma hacen miles de cosas interesantes y que representan respuestas positivas en todos los campos correspondientes al accionar de la sociedad.
Si bien es cierto que hay en los medios una u otra cuota semanal para la cotidianidad del adolescente y joven, así mismo es cierto que no existen plazas que dediquen esfuerzos para sacar del anonimato esos chamos y chamos que de una u otra forma hacen miles de cosas interesantes y que representan respuestas positivas en todos los campos correspondientes al accionar de la sociedad.
¿Propuestas? Muchas, en cantidades. Pero hay que investigar para extraer lo bueno y lo mano de tanta cosa que uno pueda encontrar. Inevitablemente en un decrecimiento del equilibrio social y la sanidad urbana tan afectada es imperante saber que hay que reflejar positivamente y que no. En un target de 18 a 30 años cualquier cosa es perfectamente confundible y “maquillable”. Un mal entendido está rapidito y sin mucha excusa.
¿Qué hacer? “¡PLOMO!”, vamos a darle: PLAY. No tiene que haber mucha discusión porque la sopa se enfría y después tarde. En una noche se puede leer los basamentos elementales del humanismo, el positivismo y la conciencia ciudadana ética y moral que se requiere para ver nacer un espacio que represente un ápice para lo que es la proyección juvenil y al mismo tiempo una salvación para tantas propuestas que se quedan en el aire simple y llanamente porque no hay una esquinita de alguna parrilla informativa en la que sean incluida.
El ápice puede ser muy creativo como también serio y gris. Apostemos por las ideas y la expresión de todo lo que se piensa como base definitiva del trabajo del comunicador. El marco teórico mencionado en el párrafo anterior, como dije, puede leerse en una noche; pero aprenderse, nos cuesta la vida. Aunque nada es imposible mientras hay una idea en consonancia con nuestros sentimientos y sentidos.
Un traguito de rock and roll, una tonada de arte y cultura y pegar del güinche lo bueno que tienen los jóvenes. Interesante. Mucho, bastante, demasiado. La juventud representa una fauna de pensamientos innovadores que están en consonancia con el futuro cada vez más globalizado y enredado que nos depara este hermoso planeta.
Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es
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