El sociólogo norteamericano Daniel Bell dice que “la nación se hace no solo demasiado pequeña para solucionar los grades problemas sino también demasiado grande para arreglar los pequeños”. Allí se encuentra una de las primeras consecuencias de un mundo globalizado sin vuelta atrás.
Los riesgos ecológicos, una estabilidad ambiental fantasma y equilibrio con la naturaleza ficticio; la desigualdad económica, la diversidad de tendencias sociales más prestas a la organización por el incremento al acceso a las comunicaciones, entre otros miles de ítems, identifican lo que nos depara el futuro globalizado.
La mundialización de todo lo conocido marca lo próximo. Constituye el proceso de adaptación del humano a cambios que se materializan cada vez más rápido en un territorio considerablemente cada vez más desgastado y propicio al desastre, sino se toman las precauciones necesarias urgentemente.
Globalización comunicacional
Giddens enarbola su criterio entorno a lo que en realidad sucede con la mundialización de todos los humanos a través de las maestra de las comunicaciones: internet… la red. En su libro Un Mundo Desbocado (1999) teoriza sobre el vuelco que ha ocasionado la comunicación en la ciudadanía: “En un mundo basado en la comunicación activa el poder puro pierde arraigo. La revolución de las comunicaciones ha producido ciudadanos más activos y reflexivos que nunca”.
Sin duda, se contempla en el proceso globalizador un auge de la proximidad que tienen los medios de comunicación a las personas. El sitio más apartado de la Tierra cuenta con ubicación satelital, investigaciones exitosas se han realizado gracias a las comunicaciones globales, experimentos, aciertos, y un sin fin de etcéteras.
Ahora es aún mayor la dependencia de una mente educada y sana para el hombre, en vista de las facilidades que produce el obtener comunicación mundial a la vuelta de la esquina.
El entretenimiento, informaciones, artes y cultura en general son estridentes rayos de variedad proyectados en las pantallas de los computadores, televisores, radios y medios escritos. Podemos estar observando con detenimiento el último concierto de Simón Díaz mientras el conflicto en Gaza asciende su cifra de muertos a un millar; o leer paz en la prensa oficial mientras los blogs en internet nos indican que Venezuela está al borde del precipicio económico mundial.
Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es
Los riesgos ecológicos, una estabilidad ambiental fantasma y equilibrio con la naturaleza ficticio; la desigualdad económica, la diversidad de tendencias sociales más prestas a la organización por el incremento al acceso a las comunicaciones, entre otros miles de ítems, identifican lo que nos depara el futuro globalizado.
La mundialización de todo lo conocido marca lo próximo. Constituye el proceso de adaptación del humano a cambios que se materializan cada vez más rápido en un territorio considerablemente cada vez más desgastado y propicio al desastre, sino se toman las precauciones necesarias urgentemente.
Globalización comunicacional
Giddens enarbola su criterio entorno a lo que en realidad sucede con la mundialización de todos los humanos a través de las maestra de las comunicaciones: internet… la red. En su libro Un Mundo Desbocado (1999) teoriza sobre el vuelco que ha ocasionado la comunicación en la ciudadanía: “En un mundo basado en la comunicación activa el poder puro pierde arraigo. La revolución de las comunicaciones ha producido ciudadanos más activos y reflexivos que nunca”.
Sin duda, se contempla en el proceso globalizador un auge de la proximidad que tienen los medios de comunicación a las personas. El sitio más apartado de la Tierra cuenta con ubicación satelital, investigaciones exitosas se han realizado gracias a las comunicaciones globales, experimentos, aciertos, y un sin fin de etcéteras.
Ahora es aún mayor la dependencia de una mente educada y sana para el hombre, en vista de las facilidades que produce el obtener comunicación mundial a la vuelta de la esquina.
El entretenimiento, informaciones, artes y cultura en general son estridentes rayos de variedad proyectados en las pantallas de los computadores, televisores, radios y medios escritos. Podemos estar observando con detenimiento el último concierto de Simón Díaz mientras el conflicto en Gaza asciende su cifra de muertos a un millar; o leer paz en la prensa oficial mientras los blogs en internet nos indican que Venezuela está al borde del precipicio económico mundial.
Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es
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