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lunes, 10 de febrero de 2014

Tiempo que urge


En reciente entrevista en el canal de televisión por internet de El Universal el filósofo e historiador, Antonio Sánchez García, señalaba una verdad lapidaria: “por fortuna los pueblos no fallecen, ni siquiera se extinguen”. Podremos estar viviendo amargos momentos, pero estaremos aquí para ser parte de los cambios.
El hombre llegó incluso a sopesar varias veces un conflicto nuclear de tales magnitudes que extinguiría parte del planeta. Sin embargo hasta ese episodio no llegamos, o no por los momentos. Nada ha desplazado a la raza humana. Aquí seguimos, y con nosotros, la necesidad de sociedad, el sentimiento de nación, de patria.
Refiere Sánchez García, disertando sobre la teología política de San Pablo, que en los momentos de mayor desesperación, luego de Jesús crucificado, Pablo recibe una revelación y se convierte al Cristianismo (Hechos de los Apóstoles 9:1-9). El mencionado intelectual puntualiza que luego de este hecho en una de sus epístolas San Pablo hace énfasis sobre un “tiempo que urge”, un tiempo que apremia, en el que no podemos perder un segundo para lograr el fin mayor.
Vivo ejemplo de lo que ha significado Jesús en el mundo. Dos mil años después el cristianismo es el punto de encuentro de la abrumadora mayoría de la humanidad.
Venezuela surca mares inclementes plagados de tempestades. El panorama no aclara, y aunque exista un gran número de pensadores positivistas que abogan por el “diálogo” con quienes tienen un lustro golpeándonos con el mazo, la noche se está tornando más oscura, lo cual es mal síntoma.
Como sostuvimos hace unas semanas, la relación que se entabla entre gobernantes de oposición y oficialistas no sólo debe ser de promesas y fotografías, sino de acuerdos tangibles, muestras de desprendimiento. Simonovis sigue preso, muriendo. La crisis económica se profundiza escandalosamente y para colmo Maduro no escatima en advertirle a los medios de comunicación que “vamos a endurecer las normas aunque me llamen dictador”.
¿Acaso hay algo más que agregar? La guerra del gobierno no es contra el hampa, ni contra la escasez, inflación, apagones o la falta de agua. El proyecto de quienes ostentan el poder es contra la disidencia, contra quienes muestran la verdad de este desastre y quieren una alternativa. Por eso no mejoró la distribución de alimentos, ni bajaron los índices de homicidios, ni entregan las divisas para el papel periódico. Para el régimen mientras más diarios cierren mejor.
Todos los poderes públicos conspiran contra la nación. La Patria no es Chávez ni la Revolución ni el PSUV. Nadie puede hablar de Patria sin tener algo que llevar a la mesa todos los días. Estamos obligados a comprender la dimensión de este momento, un acontecimiento que nos requiere activos y unidos luchando. Entender el “tiempo que urge” del que hablaba San Pablo es saber que no podemos continuar ajenos a la situación nacional cuando el país se desangra.
Lo dijo Fidel Castro muy claro: “Maduro es nuestro hombre en Caracas”. ¿Debemos aclarar algo más? Es detestable ver partidos políticos de oposición convocando ruedas de prensa para criticar actividades de sus pares. Le hacen el juego al gobierno. Táchira ha dado el ejemplo, Nueva Esparta sufre nuevos presos. Los estudiantes una vez más a la vanguardia y el gobierno arremetiendo groseramente. El “tiempo que urge” es luchar sin cuartel, pacífica y constitucionalmente. No hay momento para somníferos ni para el cálculo electoral. Hay que salir del régimen.

Ángel Arellano

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