TRAUMA para los pasajeros

Ya los colectores no se ponen tan exigentes con el carnet para que justifiques el pasaje estudiantil, ni molestos cuando les pagas con el tiquet. Aunque siempre hay su personaje intransigente, con mala cara o fúrico si das el papelito “salva la patria” después de las 8 de la noche.
Pero la inseguridad sigue siendo parte del parabrisas de cualquier unidad de transporte público terrestre. Ninguna, pero ninguna ruta urbana, se salva de la desgracia del hampa organizada, no organizada, por grupitos, rateros, malandros independientes, autodidactas y cualquier término que usted decida a usar para con estas personas tan indeseables.
¿Quién es el valiente que se cala la angustia diaria de montarse en un carrito o ver como cabe en el bus para llegar al trabajo, universidad, escuela u hogar? La mayoría indiscutible de ciudadanos que formamos así mismo la mayoría de individuos que cancelamos impuestos y elegimos autoridades para que estemos contentos y seguros en los espacios de nuestro territorio.
Más de una pistola he visto en la Intercomunal o en la Alterna y no ha sido precisamente portada por un efectivo policial. Se montan, dan sus buenas tardes y “esto es un atraco”: asustados todos y a desembolsillar lo poco que haya para que no salgas lesionado. Los niños lloran, el chofer no media palabra, los trabajadores se preocupan, las mujeres se traumatizan y los estudiantes se quedan inmutados.

Iba a Clarines y me monté en un bus de Expresos Valle Guanape (si no es ese, uso Marco polo porque aceptan el ticket). Entró al pasillo un hombre con una braga de obrero petrolero y en un segundo le arrebató el celular a una muchacha que iba en el asiento delantero, y con su brillante 9mm, “chao pesca`o”. Luego, la semana siguiente vuelvo a usar la misma línea y está un tipo como con 23 cicatrices, en “cholas” y más sucio que trapito para la cuña de Ace. Hasta que el pana no se bajó no deje de rezar alarmado porque andaba sentándose en todos los puestos y veía a todo el mundo horrible.
O se ponen a echar más un ojo los choferes y colectores, o nos robarán indefinidamente. Estamos a la deriva en esta sociedad violenta con tasas de homicidios y robos exorbitantes cada minuto. Traumatizados todos seguiremos mientras nos movilizamos en el transporte público hasta no aceptemos y manifestemos que el gobernador y los alcaldes que siguen la línea de Miraflores, prefieren hacer cumbres socialistas en vez de trabajar por resolver lo que nos está matando.

Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es