Este no era el caso de un compañero udista que se mostró enérgico, motivado y responsable con la lucha del movimiento universitario en Anzoátegui. Gracias a Dios puedo decir que en los caminos que unen a los jóvenes dirigentes respondiendo a las reivindicaciones de nuestras alma mater y a la comunidad que las rodea, conocí a un amigo como Gabriel España.
Sin duda alguna los 21 de marzo de los próximos años serán recordados con una mirada al aire pidiendo que la tierra sea leve y el Cielo un paraíso. Ya no estará más con nosotros un hermano fundamental en nuestro quehacer ciudadano.
Conociendo a fondo a Gabriel, en un viaje que hicimos al Sur de Anzoátegui en plena campaña a los candidatos que respaldaban a la juventud universitaria, el año pasado, los compañeros que íbamos en el carrito notamos su humildad, amistad irreprochable y un inmenso nivel de espiritualidad que poco se ve en estos lares y mucho menos con lo que ventea el tiempo de hoy.
De seguro tuviera muchos comentarios bien argumentados que decir entorno al zarpazo a la descentralización que quieren hacer desde arriba, la escasez de alimentos, el nuevo paquete de la cuarta llevado a la quinta por Chávez y la indiscutible movilización que debemos desplegar desde ya los venezolanos en contra de estas medidas que acaban día a día con el país.
Gabriel le echaba pichón a la cosa y aparte de su puntualidad, lograba consenso con sus propuestas. Qué triste ha de ser observar los ojos de una madre cuando pierde un hijo con la calidad humana de España. Es un gesto de solidaridad continuar trazando metas y conquistando objetivos, en un nuevo porvenir.
Hoy la Universidad de Oriente no se pone de luto por uno de los detestables asesinatos que gracias a la inseguridad y violencia reinante en Anzoátegui y Venezuela, padecemos todos los días. Sino por la pérdida de un dirigente de la Facultad de Ingeniería, un amigo que en esos pasillos veía la esperanza de un título profesional y una experiencia forjadora de hombres, participar en la conquista de nuevos espacios de reivindicación.
La verdad del país no se escapa. Gabriel será inspiración para llevar el mensaje a los jóvenes y estudiantes de que la constancia y el compromiso dan frutos, pues fruto del trabajo de él es que ahora jamás saldrá de nuestra mente su recuerdo.
Como dice mi amigo Simón Carías: “¡PADRE siempre estarás en nuestras vidas! UN AMIGO NUNCA SE OLVIDA, GABRIEL DESCANZA EN PAZ”.
Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es
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