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martes, 3 de septiembre de 2013

Guyaneses avispados



“Nulo e írrito”, así catalogó en 1899 el corto gobierno de Ignacio Andrade (25 Presidente de los Estados Unidos de Venezuela) la sentencia de un tribunal arbitral reunido en París para modificar los límites venezolanos hasta entonces establecidos por la Capitanía General de Venezuela al momento de la independencia en 1810, y luego reivindicados por Simón Bolívar en Angostura.
Venezuela defendía, porque es obvio que hoy el “mientras tanto” no lo está haciendo, su terreno hasta el Rio Esequibo, y fue ese Laudo Arbitral de París, que entregando a la antigua colonia británica de Guyana un territorio de 159 mil km2 al oeste del caudaloso afluente, lo que devino en un conflicto entre ambas regiones.
Duele mucho al chavismo, pero es en el puntofijismo donde se logran grandes avances en la protesta de esa rica zona. Miles de diligencias encabezadas por el propio Rómulo Betancourt y luego por Raúl Leoni, cristalizaron el Acuerdo de Ginebra el 17 de febrero de 1966 donde se obtuvo el reconocimiento por parte de Gran Bretaña de la problemática territorial con Venezuela como consecuencia del carácter “nulo e írrito” que tenía la repartición en París.
En adelante, los devenires diplomáticos se mantuvieron con sus altos y bajos, siempre respondiendo al indiscutible sentimiento de soberanía y reconocimiento histórico de un territorio que está siendo explotado por otros que no aportan un centavo al tesoro nacional, y mucho menos al cuidado de la fauna, flora y espacio marítimo que representa ese “lomito” del Esequibo.
Venezuela ha buscado, por todas las vías, restituir sus límites originales. Sin caer, sería craso error, en un conflicto bélico que en ningún momento tendrá cabida ni aceptación en América del Sur.
Pero Guyana, siempre al pendiente de cualquier vigilante criollo dormido, ha aprovechado la falta de gestión del actual desastre en Miraflores para hacerse con un gigantesco espacio marítimo entregando concesiones al imperio mismo.
Ya el difunto Chávez había sostenido que las cuestiones con Guyana se iban a mantener al margen de la controversia por la “Zona en Reclamación” y que nos apegaríamos a lo que designara la ONU. Todo esto en el marco de sumar adeptos en el proyecto de Petrocaribe, Unasur, y algunos votos en la OEA y ONU. Por encima de la dignidad del pueblo venezolano, y de la soberanía territorial históricamente defendida por un verdadero gigante como Simón Bolívar, el chavismo lo que nos adjudicó fue pérdida.
Sepa usted que el oficialismo nunca estuvo cohesionado en función de estas decisiones, pues el disparate es tal que hasta la foca que más aplaude, salió aturdido por la carencia de asidero en esta locura que efectuó Chávez.
En cualquier mapa americano el lector podrá ver la línea marítima venezolana, donde debería haber patrullaje constante de las FAN, la línea divisora del Esequibo y la línea de Guyana. Pues Guyana entregó cuantiosas concesiones a Exxon (EEUU), CGX (Canadá) y Shell (Holanda) para la explotación de tres segmentos de miles de kilómetros cuadrados y donde no tenemos un centímetro de participación ni beneficio: bloque Pomeroon, bloque Stabroek y bloque Roraima.
Estas parcelas marítimas en la fachada atlántica de Venezuela, justo en frente del Delta Amacuro, nos cercenan miles de kilómetros cuadrados ricos en petróleo, gas y fauna marítima. Descuartiza la salida venezolana al Atlántico.
Lo peor: Nicolás viaja a Georgetown para “incrementar las relaciones bilaterales entre ambos países” reseñó el Guyana Chronicle. Da un discurso, y no menciona media palabra sobre el tema. Mayor entrega de nuestra riqueza. Como información complementaria podemos agregar que Guyana tiene un crecimiento económico destacado y una inflación anual promedio en 3%. Vaya diferencia con nuestra desangrada y torpe economía.
¿Y quién se encarga de representar a Venezuela ante semejante tragedia geográfica? Roy Chaderton. Embajador en la OEA, representante ante las negociaciones de las FARC con el gobierno colombiano, diputado al Parlatino, miembro del Consejo de Estado y actual oficiante de nuestra demanda por el territorio que pertenece a todos y cada uno de los venezolanos.
Seguimos haciendo el ridículo.


Ángel Arellano
Email: asearellano@yahoo.es
Twitter: @angelarellano
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