“Nulo e írrito”, así catalogó
en 1899 el corto gobierno de Ignacio Andrade (25 Presidente de los Estados
Unidos de Venezuela) la sentencia de un tribunal arbitral reunido en París para
modificar los límites venezolanos hasta entonces establecidos por la Capitanía
General de Venezuela al momento de la independencia en 1810, y luego reivindicados
por Simón Bolívar en Angostura.
Venezuela defendía, porque
es obvio que hoy el “mientras tanto” no lo está haciendo, su terreno hasta el
Rio Esequibo, y fue ese Laudo Arbitral de París, que entregando a la antigua
colonia británica de Guyana un territorio de 159 mil km2 al oeste del caudaloso
afluente, lo que devino en un conflicto entre ambas regiones.
Duele mucho al chavismo,
pero es en el puntofijismo donde se logran grandes avances en la protesta de
esa rica zona. Miles de diligencias encabezadas por el propio Rómulo Betancourt
y luego por Raúl Leoni, cristalizaron el Acuerdo de Ginebra el 17 de febrero de
1966 donde se obtuvo el reconocimiento por parte de Gran Bretaña de la problemática
territorial con Venezuela como consecuencia del carácter “nulo e írrito” que
tenía la repartición en París.
En adelante, los devenires
diplomáticos se mantuvieron con sus altos y bajos, siempre respondiendo al
indiscutible sentimiento de soberanía y reconocimiento histórico de un
territorio que está siendo explotado por otros que no aportan un centavo al tesoro
nacional, y mucho menos al cuidado de la fauna, flora y espacio marítimo que
representa ese “lomito” del Esequibo.
Venezuela ha buscado, por
todas las vías, restituir sus límites originales. Sin caer, sería craso error,
en un conflicto bélico que en ningún momento tendrá cabida ni aceptación en
América del Sur.
Pero Guyana, siempre al
pendiente de cualquier vigilante criollo dormido, ha aprovechado la falta de
gestión del actual desastre en Miraflores para hacerse con un gigantesco
espacio marítimo entregando concesiones al imperio mismo.
Ya el difunto Chávez había
sostenido que las cuestiones con Guyana se iban a mantener al margen de la
controversia por la “Zona en Reclamación” y que nos apegaríamos a lo que
designara la ONU. Todo esto en el marco de sumar adeptos en el proyecto de
Petrocaribe, Unasur, y algunos votos en la OEA y ONU. Por encima de la dignidad
del pueblo venezolano, y de la soberanía territorial históricamente defendida
por un verdadero gigante como Simón Bolívar, el chavismo lo que nos adjudicó
fue pérdida.
Sepa usted que el
oficialismo nunca estuvo cohesionado en función de estas decisiones, pues el
disparate es tal que hasta la foca que más aplaude, salió aturdido por la
carencia de asidero en esta locura que efectuó Chávez.
En cualquier mapa americano el
lector podrá ver la línea marítima venezolana, donde debería haber patrullaje constante
de las FAN, la línea divisora del Esequibo y la línea de Guyana. Pues Guyana
entregó cuantiosas concesiones a Exxon (EEUU), CGX (Canadá) y Shell (Holanda)
para la explotación de tres segmentos de miles de kilómetros cuadrados y donde
no tenemos un centímetro de participación ni beneficio: bloque Pomeroon, bloque
Stabroek y bloque Roraima.
Estas parcelas marítimas en
la fachada atlántica de Venezuela, justo en frente del Delta Amacuro, nos cercenan
miles de kilómetros cuadrados ricos en petróleo, gas y fauna marítima.
Descuartiza la salida venezolana al Atlántico.
Lo peor: Nicolás viaja a
Georgetown para “incrementar las relaciones bilaterales entre ambos países”
reseñó el Guyana Chronicle. Da un discurso, y no menciona media palabra sobre
el tema. Mayor entrega de nuestra riqueza. Como información complementaria
podemos agregar que Guyana tiene un crecimiento económico destacado y una
inflación anual promedio en 3%. Vaya diferencia con nuestra desangrada y torpe
economía.
¿Y quién se encarga de
representar a Venezuela ante semejante tragedia geográfica? Roy Chaderton.
Embajador en la OEA, representante ante las negociaciones de las FARC con el
gobierno colombiano, diputado al Parlatino, miembro del Consejo de Estado y
actual oficiante de nuestra demanda por el territorio que pertenece a todos y
cada uno de los venezolanos.
Seguimos haciendo el
ridículo.
Ángel
Arellano
Email: asearellano@yahoo.es
Twitter:
@angelarellano
www.angelarellano.com.ve
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