La historia venezolana nos ha enseñado a mirar bien de cerca las diferentes manifestaciones que se suceden una tras otra. El pasar de los años nos integra a estas masivas expresiones de descontento por una acción, decisión, medida tomada, ley aprobada, regla arbitraria o atropello, que, normalmente, es causado por los “gerentes” del Estado. Venezuela ha sido, y sigue siendo, madre de muchas generaciones que han dedicado su existencia a exponer su desacuerdo.
Es el gobierno quien ha masacrado a miles y miles en los diferentes sucesos de represión masiva en el país. Dentro del colectivo de individuos que es reprimido inocentemente por revelarse, destaca el estudiantado. El estudiante, por su condición de aprendiz, es de alta relevancia al hablar de víctimas. Desde que Venezuela tiene un espacio en La Tierra, se han conocido las represiones estudiantiles: si somos un poco examinadores en el conocimiento del pasado, vemos la participación del colectivo estudiantil en muchas ocasiones. Los gobiernos tienen como costumbre obviar este sector muy numeroso de la matrícula social para después actuar represiva y criminalmente contra ellos y, acto seguido, huir cobardemente.
Mientras los policías se ocupan en disolver manifestaciones coherentes, simbólicas y con un gran sentido social de reclamo a las reivindicaciones o derechos violados, los estudiantes son robados en sus propias casas de estudio. Solo se les ve cuando se toman las calles de forma pacífica para amedrentar con bombas y armas. Es muy doloroso saber que caen estudiantes abatidos por fuerza policial. A una dictadura y un absolutismo es lo que conlleva el no salir a protestar ni a manifestarse. La libertad de expresarse como al individuo le venga en gana es una virtud de la vida, no de un régimen.
Ángel Arellano
Frente Usemista - USM
asearellano@yahoo.es
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