Concepto.
Pasando las hojas de un diccionario, encontramos conceptualizada la palabra revolución como: transformación radical dada en las bases, con respecto al pasado inmediato. Los campos en los que se puede objetar una revolución son infinitos, entre los más conocidos están: la economía, cultura, política, sociedad, militar, religión, etc. Pero para que una revolución se de en uno de estos ambientes, debe pasar primero por la trasformación ideológica, es decir: el cambio de conciencia que se tenga sobre ese aspecto en determinado. Aunque dejando a un lado la teoría, nos preguntamos: ¿puede en verdad definirse el término revolución? Sí, pero a lo que identifique, no. En verdad, el contenido de una verdadera revolución, no puede trabajarse teóricamente.
La sed de cambio que experimenta un humano, cuando siente que algo necesita ser modificado para bien, es indescriptible. Una revolución es un sentimiento que nos induce a construir una verdad o una mejor forma para algo, o por lo menos lo es así, una revolución real. Con el término revolución no se debe jugar. Basta con ver las revoluciones erradas que han causado tanto daño al mundo.
Primero brotes revolucionarios. Primeros revolucionarios. Primeros teóricos de la revolución.
Ya la República de Platón y, otros ideólogos de su época, suponía una revolución política y social: de utópica, fue denominada años después. Pero para acercarnos a la modernidad de los siglos, nos situamos en la Edad Contemporánea. La Revolución Burguesa (revolución económica, que al tiempo después, sería, política) fue basada en la Ilustración y coloco el poder económico que antes representaban las monarquías en los nobles y los cleros. Hizo incrementar las burguesías en toda Europa y América.
Y, sobresalta como tema de relevancia, la Revolución Francesa, que fue considerada como una Revolución Liberal, por la sustitución del poder político monárquico, para ese tiempo, por uno más liberal. La Revolución Francesa sería punzante ejemplo ideológico y táctico para las futuras sublevaciones americanas, entre las cuales no se escapa, la venezolana. La Revolución Industrial transformó todo el modelo económico a finales de la Edad Moderna incorporando maquinaria y nuevas técnicas de producción. Considerados estos tres ejemplos de revoluciones por su cantidad de muertes y significado a la evolución de la sociedad humana.
Karl Marx, Martin Luther King, Mijail Bakunin, Tomás Moro, Henry David Thoreau, Mahatma Gandhi, Pierre-Joseph Proudhon, entre otros muchos, deben ser considerados revolucionarios. Numerosos fueron las vertientes revolucionarias que se hicieron paso el mundo, con la esperanza de cambio: Revolución Argentina al independizarse de los reyes Borbones de España en 1810-20; en 1848, fueron desbordadas cientos de revoluciones en toda Europa; la fracasada revolución alemana de 1919; la Revolución Bolchevique de Rusia que conformara la URSS en, 1917; Revolución Española de carácter libertario contra la legalidad republicana en 1936; Revolución Húngara encabezada por el proletariado contra el gobierno comunista, suprimida por el ejército soviético en, 1956; en 1966, Revolución Cultural, Movimiento Maoísta en la República Popular de China; Revolución Sandinista en Nicaragua encabezada por los campesinos en, 1979; Revolución Talibán en Afganistán conformada por un movimiento extremista islámico en, 1996. Estos son pocos ejemplos de muchos que se han visto en todo el globo terráqueo, aunque no todos pueden considerarse revoluciones. Dentro de las doctrinas revolucionarias e insurgentes, están: El Renacimiento, Revolución Científica, Sexual, La Ilustración, Revolución Agrícola, Revolución Neolítica, Verde, etc.
Tipos de revoluciones conocidas.
Dicho anteriormente, son infinitas las revoluciones conocidas y no conocidas. Para concretar una revolución solo se hace falta la iniciativa de cambio expresada por un individuo o por un colectivo. Se pueden nombrar varias corrientes revolucionarias, como lo son:
Revoluciones Socialistas, Liberales, anti-soviéticas, Dictatoriales, Marxistas, Leninistas, Islámicas, Filosóficas, Tecnológicas, etc.
Revolución y utopía. Capitalismo e insurgencia revolucionaria.
Moro en 1516, según indica la historia, crea el término utopía. La palabra utopía ha dado más vueltas al mundo que cualquier gobernante explotador y adinerado. La creación de una sociedad perfecta, igualitaria, humanitaria y ambientalista, ha causado más dolores de cabeza de lo expresado en todas las fórmulas matemáticas conocidas. Muchos han sido los personajes que aportaron, y siguen aportando, ensayos de estructuras sociales dadas a la práctica, pero, la dominación de la ambición por el poder y el egoísmo, no deja salir al gigante llamado igualdad, de su caja de cristal. Muchas actividades revolucionarias, sobre todo las artísticas, políticas, culturales y sociales, llevan como bandera la utopía. Esta última es la razón ideológica por la que se encarrilan los individuos que esperar un mejoramiento para el mundo. Una utopía que expresa ser real, fue la liberación española de 1931-1933: el ideal ácrata realizaba múltiples reformas en todo el territorio español, mientras que, la derecha los derrotó. Eso nos indica que la utopía puede ser un sueño alcanzable.
Una revolución real, siempre conserva con anhelo excesivo en su ceno, la fortuita posibilidad de la paz para todo el colectivo. La utopía y la revolución creen febrilmente en la necesidad de la justicia social. No se debe considerar de utópico, pero sí de revolucionario, el querer globalizar la paz, la hermandad y la igualdad. Luchando siempre contra otra globalización…
Es extensa la lista de revolucionarios que consideran la exterminación del capitalismo para lograr la igualdad en una comunidad. Nunca jamás, podrán llevarse de la mano la revolución y el capitalismo. Las explosiones revolucionarias en todos lados condenan al capitalismo como principal protagonista de la desgracia en la que viven los pueblos: incluso el más rico no podrá vivir en felicidad por su condición de exclavo al dinero y al poder. Las riquezas capitales logran la muerte y desdicha de la gran mayoría de humanos. Las revoluciones luchan por las mayorías (que en general son pobres) y no por el pequeño grupo de explotadores que es acertadamente llamado capitalismo.
Deformaciones revolucionarias.
Una revolución debe estar abierta inmediata y permanentemente al debate. Su condición la obliga a escuchar a todas las voces que la integran y a tomar en consideración todas las ideas que reaccionan en su territorio (aunque una revolución no respeta fronteras por ser estas las que dividen y clasifican a las personas) y no oprimir las gargantas de los demás.
Entre las revoluciones mal aplicadas y destructivas en la sociedad, están:
Las dictaduras comunistas:
En 1917, el conocido lema Leninista de “paz y tierra” de vio en la reacción bolchevique liderizada por él. En 1924, después de la muerte de Lenin, Stalin controla el poder ruso e instaura en Rusia un régimen autoritario y extremamente represivo que acabó con numerosas vidas. También se ubica la represión comunista en la República Popular de China. Sin dejar atrás de este ejemplo, la actual represión comunista vivida en Cuba.
El Nacional-Socialismo:
Buscaba la neutralización de todos aquellos que el régimen nazi consideraba traidores para la Gran Alemania de Hitler. Entre 1933 y 1945 la tasa de mortalidad europea se incrementó espantosamente gracias a la expansión nazi.
Estos son ejemplos muy conocidos que difieren, completamente, del verdadero concepto de revolución social.
Movimientos de izquierda. Actualidad revolucionaria.
Todo el tiempo existirá y se manifestará una izquierda que se encuentre en desacuerdo con un gobierno o autoridad. La eliminación de una autoridad que reprima la voz crítica de una comunidad es necesaria dentro de un movimiento de izquierda. La izquierda siempre se ha caracterizado por enaltecer los derechos de aquellos que viven en un rincón que no puede ser llamado social: alejados de la sociedad gracias a que la ayuda necesitada es explotada vilmente por otros. La prioridad de la izquierda es disentir contra una imposición o régimen respaldado por unos pocos adinerados.
La actualidad revolucionaria se encuentra, por lo menos en América, distante de las bases de una revolución. Se habla de partidos de izquierda (comunistas disfrazados de liberales) que llegan al poder y proponen una nueva política de gobierno: ¿Puede una estructura de poder, ser liberal? La jerarquía en un gobierno solo nos lleva a más jerarquía y, por lo tanto, a más sed de poder. Estos mismos partidos de izquierda se olvidan de aquellas personas que carecen de los servicios básicos para la vida. Y, la represión para con aquellos que se atreven a pensar y expresarse de otra forma, es total.
Importancia y permanencia revolucionaria.
La permanencia de una revolución dentro de una sociedad es imperante. Nunca se podrá apagar el afán de cambio que gritan las personas que son pisoteadas. En las calles del mundo se cocinan pensamientos que aspiran mejoras en la humanidad, en la cultura, en la ideología de un pueblo. Mientras unos se enriquecen, otros se empobrecen, y ese ciclo sigue sucediéndose hasta que una reacción haga explotar las masas para globalizar la paz y el humanismo que existe en otro lado de nuestro cerebro. Ese lado que todavía por muchos no ha sido explorado, se llama, revolución.
Ángel Arellano.
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