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sábado, 30 de julio de 2011

Tierra Caliente de Anzoátegui

Los límites geográficos entre los municipios Cajigal, Bruzual y Carvajal, son áreas de olvido permanente para los tres alcaldes bolivarianos que gobiernan en la misma línea de un gobernador que no dedica tiempo a visitar la zona oeste de Anzoátegui. Los pueblos de Chanchamire, Picadero, Mamonal, Arena, El Salao, entre otros, viven el atraco y la desesperanza en carne propia.

La gente sólo recuerda que en la cuarta República el Ministerio de Obras Públicas atendía estas vías y actualmente no es así. Productores agrícolas han perdido grandes cosechas, importantes inversiones que pueden llegar a quebrar las finanzas de toda una familia, unido al pánico de dejar las tierras improductivas por un instante ante la amenaza permanente de expropiación u “ocupación social”.

Esta zona requiere reparación de puentes, alcantarillas, inmensos baches y tramos de tierra y granzón. El asfalto es un producto que no ha llegado a la mayoría de las vías y el pavicreto es un mito para los caseríos. Representa, sin lugar a dudas, un territorio inhóspito y peligroso para los ciudadanos.

Pese a que la agricultura de este sector llamado “Tierra Caliente” es genial porque se presta para la siembra de maíz, sorgo, tubérculos, etc., además de la producción de ganado vacuno, bovino y porcino que cubren gran parte de los mercados del país, ha dejado de ser un negocio por el irritable estado de las vías de comunicación.

Mucha gente recibió créditos de la Misión AgroVenezuela. Cuantiosos recursos fueron aprobados en el pasado para que los ciudadanos de estos territorios rurales progresaran y sacaran adelante estas tierras, tal vez hasta de buena fe se hizo, pero las vías no dejan que salgan las cargas enteras de cosechas por lo complicado del desastre.

Si el esfuerzo de estas familias, que en un 90% dependen de la actividad en los fundos, parcelas y conucos para medio sobrevivir, fuera tomado en cuenta, seguramente todo no se hubiese quedado en politiquería y cadenas presidenciales. Cabe hacer una acotación de carácter político para medir el rechazo de la falta de atención gubernamental a la zona: en las últimas elecciones han disminuido su cociente electoral en un 35% y en un 50% en cuanto a movilizaciones y eventos proselitistas, incluida la sorprendente y reciente derrota en el circuito electoral que representa el oeste en las pasadas elecciones parlamentarias.

Vialidad es el principal viacrucis de los habitantes de “Tierra Caliente”. Igualmente, la calamidad que representan los servicios públicos en Anzoátegui, hacen del perímetro rural de Cajigal, Bruzual y Carvajal, una oferta habitacional hostil y que sus gobiernos municipales, no podrán tapar por más excusas que le pongan al asunto.

Allí también se queman las neveras, televisores y lavadoras compradas con sacrificio por los apagones casi diarios, so pena del silencio cómplice de gobernantes que no pueden echarle la partida para atrás al enfermo Comandante, puesto que la prioridad es tener encendida Caracas, cuéstele lo que le cueste a Anzoátegui y a su perdedor gobernador.

Ángel Arellano

@angelarellano

www.angelarellano.tk


martes, 17 de agosto de 2010

Guanapito: tierra que sufre

En la carretera hacia Guanape, encontramos el crucero por donde entraremos a esta comunidad. Al principio, un tramo de carretera bien señalizado y nuevo, pero posteriormente un largo segmento de tierra con huecos que será finalmente todo el sistema vial, nos da la presentación del descontento de esta población con el gobierno actual en el municipio Bruzual.
Pueblo bastante caliente y sin agua. El servicio hídrico viene un día sí y un día no, o una semana no, o varias semanas no, y así sucesivamente. Una cancha deportiva desmantelada y una capilla rodeada de hierba y monte, que tampoco cuenta con un párroco fijo, sino que celebra misa en acontecimientos muy específicos, es la bienvenida a Guanapito.

Un sol inclemente nos dice bievenidos a Guanapito

Personas que viven entre la novedad de lo que suceda en la bodega, o de la noticia que deje la lluvia, han perdido el recuerdo de la última obra pública realizada en años. Un dispensario sin médico y con dos de tres enfermeras, es la oferta en materia de salud; y un comedor popular de la estatal Pdvsa funciona como aulas de clases donde también confluyen niños de las poblaciones La Esperanza, el 96, Las Marías, La Verdosa (Municipio Cajigal), mientras no hay aportes en dos necesidades de la zona rural: alimentación y educación.

Mucha necesidad y vialidad de tierra en Guanapito
En algún momento de la llamada cuarta república Guanapito llegó a tener autobús, ambulancia, programas sociales en proceso y se construyeron 60 soluciones habitacionales. En once años del Ejecutivo Chavista en el poder, todo lo anterior se traduce a cero. Sus habitantes palpan la crudeza del abandono y la necesidad entre desempleo y falta de condiciones básicas.
De igual manera está Caño Amarillo, comunidad adyacente, donde los niños despiertan a diario a las cuatro de la madrugada para caminar un aproximado de nueve kilómetros, llegar a la carretera y tomar el bus que los dejará 40 minutos después en Clarines, para ver clases.
Casas rurales en un pueblo que tiene muchos años padeciendo
Haciendo a un lado la interpretación, y en una condición subjetiva, pedimos a todo aquel que lee, una ayuda a la zona rural del oeste de Anzoátegui. Allí se sufre la desgracia de estar a la izquierda de un gobierno con recursos sustanciosos y que ha dejado en evidencia la falta de planificación en este ejercicio delicado que depende de la capacidad y voluntad de los dirigentes.
Cancha deportiva de Caño Amarillo
Apoyar y generar beneficios al campo es una obligación, para eso debemos estar eternamente prestos. Solicitamos un abrazo a Guanapito y todas las comunidades pequeñas. Cualquier aporte es bueno, cualquier mano es bien recibida. Dios bendiga a esa gente que padece tanto y aun mantiene su sonrisa.

Ángel Arellano
www.angelarellano.tk