Reciente, temeroso y polémico el anuncio del pasado
sábado por la noche. Ya no era el Chávez retador quien le hablaba a Venezuela
en un horario Premium para las cadenas que realiza habitualmente, sino un
experto comunicador que anunciaba a espectadores nacionales e internacionales
una nueva arremetida del cáncer en su organismo.
No distó nunca esta realidad de la que voceros
calificados de oposición informaron a la sociedad meses atrás. La vida de la
Revolución dependía de si el mandatario ganaba o no las Presidenciales, y para
ello el esfuerzo físico fue exagerado. Por tanto, ahora tocan anuncios como los
de dejar al actual vicepresidente y canciller, Nicolás Maduro, a cargo de la
silla presidencial mientras una nueva intervención quirúrgica en La Habana se
abre puertas.
Sin embargo, la distracción no puede ser esta ante un
escenario electoral tan próximo este domingo 16 de diciembre. Sabemos de los
dotes que tiene el aparato comunicacional oficialista para perturbar la
realidad y así ganar tiempo para consolidar sus victorias a billete limpio.
Analizar los escenarios próximos a unas posibles
elecciones presidenciales no es tarea de esta semana. El objetivo inmediato es
que la oposición actual, sus líderes regionales y dirigentes se mantengan en la
palestra y no desaparezcan del mapa político aun cuando los errores han sido
cuantiosos. El llamado sigue siendo a votar, salir a participar con gallardía.
Conocemos del descontento que hay, pero las mentiras no cambian a verdades si no
las combatimos y para ello los señalamientos se han hecho. El resultado del
juego lo producen los jugadores y su capacidad de desempeño en el tapete,
negociar las condiciones es una decisión que tomamos, no es obligatorio.
No haré de este espacio de opinión una trinchera de
críticas e improperios hacia equipos políticos que consideramos, desde el
sector de las nuevas generaciones, que pudieron tomar mejores decisiones para
postular opciones a la ciudadanía que saldrá a votar este 16D, porque las
cartas están echadas. Importante si es dejar claro que si la oposición no
aprende de estos errores, como dejar sin líder nacional al país en pleno
proceso electoral, no saldremos adelante como alternativa jamás.
Tras bastidores, la MUD debe ir pensando quien será el
hipotético contendor a Nicolás Maduro de ser esto un hecho rotundo, aunque
considero que reposar todo el trabajo en un salón de reuniones en este momento
es bien equivocado.
Tengamos presentes que el chavismo sin Chávez es un
mito en prosa y verso, porque ha sido público y notorio el grado de conflicto y
división que en este sector existe: la permanente lucha entre quienes controlan
el partido (PSUV) y el poder político con fines personalísimos profundamente
lucrativos en lo económico.
Para cerrar, Transparencia Internacional en su más
reciente informe sobre corrupción acaba de ubicar a Venezuela en el puesto 165
de 176 países analizados en el mundo. Somos la nación más corrupta de América
Latina, un indicador que obviamente no es extraño por el nivel de despilfarro y
saqueo al erario público ya conocido por estos 14 años de Gobierno Nacional.
La democracia de nuestro país es la que se encuentra
en mayor índice de peligrosidad en el continente, la corrupción nos golpea tan
fuerte como la inseguridad, dejando las arcas de todos los venezolanos como una
polvorienta caja chica del PSUV y sus afines.
El poder desproporcionado e ilimitado de Chávez ha
generado estos indicadores, vergonzosos y escandalosos para el resto del
Planeta, quienes tienen los ojos puestos en lo que pueda suceder en los
próximos días. ¡A votar!
Ángel Arellano
asearellano@yahoo.es
Twitter: @angelarellano
www.angelarellano.tk
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