Como dijo el legítimo alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma: “El gobierno cree que hasta los sismos son por culpa de la oposición”. “Aquí vamos a defender la propiedad privada”, es el mensaje para cualquier ciudadano que crea que el suelo criollo que tiene bajo sus piernas, es de él. Unos animales disecados tienen al dueño de Globovisión entre la espada y la pared con la justicia psuvista. No hay otro término. Corra a guardar sus corotos, porque en algún momento serán ilegales, si no se pone las pilas.
El trabajo opositor se vuelve tan complejo como sacar un sudoku a punta de velita en la noche. Hay personas que viven, respiran y existen enteramente para ser piedras en el zapato de otros, para destrozar sus sueños e ideas. Así operan personas que no profesan su aporte al país como prioridad, puesto que tienen como premisa la crítica mal intencionada y destructiva, dentro de las trincheras opositoras y, aún peor, en las filas de las organizaciones partidistas.
Un proverbio libre que debe anteponerse en Venezuela es “democracia dentro y fuera de los partidos”. ¿Cómo salimos de esta calamidad y encausamos la llegada del estado de bienestar en la nación, si no es así? La democracia puede llegar por votaciones de pequeño o gran alcance, y por consenso. El último ha sido el más utilizado en todas las toldas. Pero no solo eso la consolida, sino también el culto a la INSTITUCIÓN y no a una corriente, líder o proyecto errado (simple: sabemos si es así cuando se aleja de un fin positivo en pro de la organización).
Hay ratones en los partidos. Comen y muerden de todo lo que hay, pero no hacen nada: ni lavan ni prestan la batea. Es complicado, contradictorio y desalentador, pero son consecuencias de lo que ha significado el declive del régimen democrático en este país. Para restablecerlo debemos estar prestos como ciudadanos y humanos libres. Hay que estar ubicados y saber dónde nuestro papel construye y proyecta soluciones sociales.
Bruzual
En este barco de columna, un poco fuera de borda, debo comentar que en Clarines, mi pueblo, no hay nada arreglado para las fiestas patronales de este mes. Nosé dónde están los recursos que el alcalde prometía en su campaña. ¿Le serraron el grifo desde la gobernación y la Asamblea Nacional? Todo sucio y la inseguridad incrementando. Definitivamente las costumbres se pierden por la desgracia de la economía municipal y la mala gerencia pública que ha desgraciado al pueblo.
En el casco central, un mal ciudadano ensució la calle San Antonio con arena de construcción. Más de una moto y carro se han coleado. Los concejales que tomen cartas en el asunto porque tiene bastante rato esto. Ya las instancias han sido notificadas. ¡Hagan su labor desde la alcaldía!
Ángel Arellano
www.angelarellano.tk
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