Aquí encuentras mi opinión, lo que pienso sobre Venezuela y el momento que nos ha tocado vivir. Lecturas, crónicas, artículos, relatos y crítica... Bienvenidos.

lunes, 28 de julio de 2014

El mango está Maduro


Uno se pregunta: esta gente que anda torturando, golpeando presos en celdas, convalidando el sicariato y el narcotráfico, ¿no tendrá familia? Sí la tiene, en abundancia, y en condiciones muy por encima del promedio de la clase alta y pudiente. Pero no saben el daño que le hacen. La maravilla de la creación es el mañana después del hoy. Todo siempre pasará. Si cayó el imperio romano y la colonia española se disolvió tras una magna epopeya, pobre futuro el de esta delincuencia que se hizo gobierno durante tres trágicos lustros.
A todos nos frustra la situación del país; conmueve la precaria situación de los hospitales, las continuas colas hasta para lo más elemental de la vida diaria, la falta de medicinas y los muertos que colapsan las pocas morgues que hay en la nación. A todos también preocupa la conclusión o prolongación del caos que hemos vivido durante tanto tiempo. Y si nos impacienta, si nos irrita la fotografía que hoy tenemos de Venezuela, ¿por qué se nos ha hecho tan difícil construir una solución donde quepamos todos?
En la escuela, la Biblia, el sermón y el consejo del anciano, siempre prevalece la lógica. Lógica simple, elemental: si el mango está maduro, se va a caer. El punto está en ¿quién pone la mano para que cuando caiga no se desparrame roto en el piso? Y si hay abundancia de manos, como las hay en la escena, ¿cuál es la más indicada? ¿Puede ser una o un grupo de manos? No todas las manos pueden coger el mango. Si la mano, o el grupo de manos, no tienen la fuerza suficiente, no podrán concluir la tarea, o lo roza y se le cae.
La fuerza es administrada por el Estado, a través de sus diversas instituciones. Esta fuerza se encarga de la seguridad, o en su variable invertida, la inseguridad. Apelando a esto último, al gobierno le ha ido muy bien, pues los índices de inseguridad crearon una sociedad cuya representación más gráfica, es un quirófano en medio de la guerra.
También existe la violencia, especie de fuerza que opera del lado del mal. A esa el gobierno igualmente la ha apostado todo. En algún momento de los últimos meses se habló de acabar con la violencia “venga de donde venga”, o de “ambos lados”. Lo cierto es que la violencia proviene sólo de un lado, con una bifurcación: violencia oficial (abuso policial, represión desmedida) y violencia no-oficial (colectivos paramilitares). Por tanto, la fuerza de las instituciones, y la fuerza de la violencia, ni la controla la oposición, ni es parte de ella.
Queda pues la otra vertiente de la fuerza: la organización social. Una fuerza cuyo núcleo es la sociedad. Tiene finales felices siempre y cuando se apele a la lógica y la coherencia. Lógica de la que hemos hablado anteriormente. Si la alternativa a este gobierno que no reconoce al otro (y usa su fuerza para reprimirlo, coaccionarlo y degradarlo a vivir en la podredumbre de la vergüenza y el dolor colectivo), no puede, porque no tiene cómo hacer uso de esta fuerza, la del pueblo, la de la organización y la Unidad, el mango se cae, desparrama, destruye. Y con él todos nosotros. Porque aunque existan unos verde oliva rumiando tras la pepa, no quedará nada, pues los pajaritos taladraron en las alturas para llevarse todo a sus nidos.
Sólo nos queda una breve pero poderosa reflexión. Somos muchas las manos que queremos rescatar Venezuela, nuestra fuerza no está en las instituciones porque ellas se han descompuesto. Tampoco en la violencia. Queda sólo la fuerza social, la de organizar a la gente y luchar por una meta clara. Todos juntos. Hay que protegernos, cuidar las palabras que decimos, unir todos los días y no mirar para los lados cuando el objetivo es uno solo: salir de esta pesadilla antes de que mute en un desastre mayor.
  

Ángel Arellano

lunes, 21 de julio de 2014

El “sacudón” sacudido


Al gobierno se le enfriaron los tequeños, las bolitas de carne y la parrilla. Gastaron papelillo, sambas, cañoneros y minitecas convocando una “muy importante” cadena nacional en la que anunciarían el “sacudón” económico. No sucedió. Como todo lo de Maduro, terminó estrepitosamente. A última hora y sin disimulo cancelaron las medidas y decidieron dar paso a un video clip de cinco minutos con el que quedaba sellada la unión de “Cilia y Niquito”, como dijeron llamarse en la intimidad la cursi pareja presidencial.
Premonitorio el anuncio de Aristóbulo Istúriz: “si quitamos el control de cambio, nos tumban”. Esa y otras fuerzas operaron para que nuevamente el desconcierto, la improvisación e ignorancia, quedaran al descubierto.
Maduro se sacudió el “sacudón” hasta, supuestamente, el próximo 15 de agosto. Después de rodar su parodia televisiva, suerte de “Aló Maduro”, confesó que debía consultar antes de lanzar el anuncio definitivo. Esto invoca una pregunta incontestable desde el 14 de abril en la cabeza de los venezolanos: ¿con quién consulta el Presidente? Aquella vez, ante la solicitud de auditoría al proceso electoral, solicitada por Capriles, Nicolás dijo “tengo que consultar”. No decide, no tiene como hacerlo.
Lo único rescatable por la prensa, respecto al monólogo “pre-sacudón”, es que revisarán la entrega de divisas del año en curso en personas naturales y jurídicas para evitar fuga de capitales y corrupción. No auditan Pdvsa, CVG, Vencemos, Pdval, Mercal y ministerios. De los más de 20mil millones que se robaron del difunto Sitme, Maduro no hizo mención. La denuncia de Giordani se engavetó, evidencia de una solidaridad irrestricta con los nuevos ricos y funcionarios que desfalcaron a la nación.
Al ser preguntada sobre la estafa al Sitme y Cadivi, en específico sobre el caso de las empresas de maletín, sobreprecios en importaciones públicas y privadas, y las mafias tras todo ese andamiaje nefasto, Luisa Ortega Díaz dijo en Globovisión (10.07.2014), que no sabía nada del caso. La Fiscal General luce más preocupada por el amarillento tinte de su cabello que por el robo al tesoro de la República.
Ortega aseguró que sólo hay seis estudiantes en las cárceles del país, olvidando que del tarrayazo efectuado por la GNB en la ONU y plaza Alfredo Sadel de Caracas, por mencionar dos ejemplos puntuales, hay presos 11 jóvenes estudiantes dentro de los cuales se encuentra nuestro hermano de Anzoátegui, Gerardo Resplandor. Todos en El Helicoide. Hay muchos más, pero para el gobierno son sólo números insignificantes.
En estos días Andrés León (21), estudiante de Derecho detenido hace más de dos meses, salió gravemente golpeado producto de una riña entre presos comunes en PoliCarabobo (Valencia). No hubo como atenderlo en un hospital por la carencia de insumos y equipo. El muchacho orina sangre.
La prioridad del gobierno son los dólares, la moneda imperial. Si el Socialismo o el Comunismo fueran tan exitosos, el planeta usara rublos soviéticos o pesos cubanos. Ninguno de los mencionados existe en el mercado internacional. Será con respecto a este tema (ingreso de divisas), la medida más fuerte del mencionado “sacudón”. Sacarán dinero del bolsillo de los pobres para pagar el déficit fiscal producto del “nuevoriquismo” chavista.
El problema no es que nos crean tontos, sino que estén seguros de ello. El pueblo venezolano, que tonto no es, debe unificarse y luchar contra la gigantesca crisis social, agonía de la escasez, inflación e inseguridad, sin olvidar parte de la bandera que nos cobija que son nuestros presos, heridos, torturados y muertos de la causa democrática. Unidad.

Ángel Arellano

lunes, 14 de julio de 2014

En Jose, Cristo llora


            Desconocido su origen pero de muy notable trayectoria. Esta devoción no es exclusiva de Anzoátegui, se encuentra desparramada por toda Venezuela. Los cariños profesados al Cristo de Jose abundan en los cuatro puntos cardinales de nuestra tierra caribe.
Nadie sabe cómo apareció. Existe un pequeño archivo fotográfico, la más antigua de las imágenes encontrada en las investigaciones de quien redacta, es de 1920. En ésta, una capillita para esconder del sol a ese Jesús fornido que protegía a los arrieros, caporales y transeúntes de ese lugar que hoy tiene por nombre Carretera de la Costa (Troncal 9), pero que fue sitio de la fundación de “Nuestra Señora de la Victoria”, en 1587.
La angustia del doctor Mariano Adrián La Rosa, eterno cuidador del santuario, sigue ahí, intacta. Ni la cercanía con el Criogénico de Jose, ni la bonanza de la que disfrutó la Revolución de los últimos tres lustros, pudieron activarse para concluir aquella obra pensada en uno de los espacios más desaprovechados de la región.
Si viviera Constantino Maradei Donato, ese muy ilustre obispo con el que llegamos a contar en Anzoátegui (1969-1991), veríamos el mayor de los rostros afligidos y un profundo dolor espiritual ante tanta barbarie y desidia.
El Cristo de Jose, ese que tantos milagros ha hecho, ese que nos saluda cuando vamos de ida y de vuelta, el que nos recibe de brazos abiertos para el encuentro con el Señor, está a oscuras, solitario en la penumbra. La basura bordea el recinto, las obras nunca se hicieron, el aire maligno del Coque ha invadido todo lo que una vez fue el verdor de la armonía entre naturaleza y siervos de Dios.
El majestuoso proyecto que ocupó buena parte de la vida de Don Mariano Adrián La Rosa, planteando para beneficio de los anzoatiguenses un dispensario médico, un instituto politécnico, un centro cívico religioso educativo, un ancianato para sacerdotes y un seminario que gozara de la cercanía del inmenso mar, nunca se llevó a cabo. Ese barco siquiera salió de puerto.
¿Con todos los recursos del Estado, no podemos tener este pequeño favor? Creo que sí. Miles pensamos igual. Sin embargo, es un tema que no ha tocado el parlamento regional, tampoco el nacional. Por más oraciones y petitorios públicos, el Alto Mando Cívico-Militar no sabe de las querencias del pueblo oriental.
Ahora bien, creemos en una solución pronta, práctica y decente a la constante falta de energía eléctrica en el Cristo de Jose. Además de la limpieza y mejoras a la basílica, es necesario colocar luz solar.
¿Raro?, ¿extremo?, ¿ilusorio? No. Es sencillo, económico y muy duradero. Para paliar el abandono, lo primero que se necesita es la iluminación que permita tener un santuario digno día y noche. Paneles solares, que en el mercado son muchos más baratos que el poste común, el transformador, metros de cable y tendido conector.
Una opción alternativa que intuimos el actual gobernador y la Asamblea Legislativa pueden operar y ejecutar tomando en cuenta que gozan con la mayoría necesaria para aprobar lo que necesiten. El proyecto bien lo pueden solicitar al Colegio de Ingenieros del estado. Cuando hay disposición las cosas se hacen. Aprovechen el gobierno, y en medio de la crisis, hagan cosas por este pueblo. No se olviden de Dios.

 Ángel Arellano

lunes, 7 de julio de 2014

Repensar la Unidad

              En “Sobre el Cielo y la Tierra” (2010) el Rabino Abraham Skorka reflexiona con una línea llena de claridad, que a nuestros efectos, puede aportar un acto de cavilación política dentro de la Unidad: “por un lado nos gusta decir que somos seres que tenemos libre albedrío y cuando nos conviene le preguntamos al Señor dónde está que no hace nada, ante la barbarie humana”.
Revisaba en estos días un par de entrevistas al sociólogo español Manuel Castells, en las que argumentaba sobre el decisivo papel de la comunicación en la sociedad, su fundamento como vaso conector entre los seres vivos y la obligación apremiante de asumir que el poder, en toda su naturaleza y esplendor, no es más que un hecho comunicacional.
            Comprender que el uso del lenguaje define cualquier acción y respuesta, que el mundo gravita en torno a imágenes, palabras y percepciones, que los estímulos y sensaciones condicionan el proceso interpretativo en la vida humana, es decisivo en tanto y en cuanto se entienda que como máxima de la civilización, debemos aprender a comunicarnos en grupo. Y comunicarse es escuchar, hablar, dar vida a un proceso de entendimiento, evitando los ruidos propios de una situación tan antagónica como la cotidianidad venezolana y la hostilidad de la dictadura.
            El país, en su paupérrimo y muy lamentable estado de agonía, clama por un eficiente y positivo proceso comunicativo entre quienes lideran la Unidad. Más allá, transpira el deseo de la Unidad total. Mostrar una opción coherente, uniforme, activa, contestataria, ponderada y operativa en toda la geografía, es el deber del grupo que dirige la política opositora.
No es hecho inédito, ni evento que requiera el paso por la guillotina de algunas cabezas, como han querido mostrar algunos entusiastas del quinta columnismo en la prensa, sino una reingeniería sana y además necesaria para el buen funcionamiento del grupo.
Utilizaré la expresión de un colega: “existen nulidades engreídas” con el interés de que las islas sigan separadas (recordando aquella caricatura de EDO en la que aparecen varios islotes simulando las diversas corrientes del pensamiento opositor). Sepamos, y dejémoslo bien claro, que cualquier intento por alentar la división de la Unidad es un hecho ajeno a la aspiración del pueblo venezolano; que en no pocas ocasiones, ha dejado claro que cuando el planteamiento es organizado y se restea toda la alternativa por una causa justa, la mayoría lo sigue (Reforma Constitucional 2007, Parlamentarias 2010).
Los últimos llamados del alcalde Antonio Ledezma tienen un valor muy importante, similares a los del Dr. Ramón Guillermo Aveledo, y en definitiva cónsonos con la apreciación que hacen las bases partidistas e independientes: la MUD requiere de un replanteo, una revisión importante y rápida en la que todos se sienten a hablar clarito y cohesionar un mismo programa. Éste debe estar fundamentado en el espíritu del intenso activismo político nacional, desparramado en toda la geografía y con un mensaje consistente, soportado en los graves problemas sociales, que son punto de encuentro de todo el pueblo.
Repensar la Unidad amerita entereza, desprendimiento y mucha escucha activa. Eliminar la altisonancia y el áspero lenguaje que mira por encima del hombro a los comunes. Si una propuesta dista de la otra, pero todas tienen el mismo fin, ¿por qué no buscar el camino que las encuentra? Es tiempo de agendas únicas e incluyentes, tiempo de entrega y definición. En fin, tiempo de declararle la guerra a los egos y rescatar la nación.

Ángel Arellano